Varasloth sonrió intrigado, estaba claro en este punto que la mujer era la líder del equipo, contrario a lo que el patriarca y los ancianos en su limitada concepción e imaginación habrían presumido.
El demonio había considerado dicha posibilidad en el momento en que el anciano Jomei comunicó la ficticia situación a los demonios capturados. Los tres demonios masculinos ni siquiera emitieron un solo sonido, cada uno de ellos de forma muy reservada observó inmediatamente a su líder esperando la respectiva indicación, cuando la mujer optó por no hacer comentario alguno, los tres hombres siguieron mecánicamente su actuar.
Dichas acciones habían escapado de la vista de los elementales, pero los agudos ojos de Varasloth y sus avanzados conocimientos en la psicología social y conducta corpórea, le permitieron descubrir la verdad oculta en la ilusoria apariencia del equipo.
—Te ves calmada, para alguien que puede perder su cabeza en cualquier momento, no logro entender si es ignorancia o estupidez. Cuéntame niña, ¿Qué deseas decir?—
La mujer pareció tambalearse ligeramente ante lo extraño de la situación y pareció muy incómoda al escuchar que el niño se refería a ella como "niña".
—En primer lugar dime, ¿Quién eres? Claramente no eres un demonio y tu apariencia de niño es engañosa de igual manera. Los elementales de tierra parecen desconocer evidentemente tu naturaleza y tus capacidades, en el salón solo te aferrabas temblorosamente a las piernas de esa elemental de acero, más ahora con una facilidad incompresible nos has encontrado, ingresaste a una prisión resguardada y congelado el tiempo y el espacio sin ser detectado en la sección de máxima seguridad del calabozo de la famosa Ciudad de Dumin.— preguntó cautelosa la mujer.
El demonio sonrió y exclamó, —Mi nombre es Varasloth.—
Una sensación abrumadora e imponente inundó el salón y un gélido escalofrío recorrió horriblemente la espalda de los cuatro demonios. Instintivamente los tres demonios masculinos intentaron nuevamente ponerse delante de su líder en son de precaución, más la mujer, empapada de sudor, temblando de igual manera, los detuvo nuevamente.
—¿Qué hiciste? ¿Qué es esa sensación aberrante que siento en mi interior?— preguntó temblorosa.
Varasloth simplemente levantó los hombros, —Preguntaste quién soy, y mi nombre de la forma en la que me identificó, viene ligado a lo que represento. Lidien con eso más tarde, es mi turno.— Si bien Varasloth no había utilizado ninguno de sus conceptos, la pronunciación de su nombre implicaba la manifestación de su ser y para seres de un plano menor, continuaba siendo fatigoso.
—¿Quiénes sois? ¿De dónde venís? Y por último, ¿Cómo llegó al continente demoníaco? Exactamente con la familia real o imperial.— preguntó directamente el demonio. No contaba con mucho tiempo.
Por los ojos de la joven, una expresión de pánico surgió, —Espera, no has respondido mi pregunta. No he preguntado tu nombre, sino ¿Quién eres? ¿Por qué hiciste que nos capturaran? Y ¿Por qué quieres llegar al continente demoníaco y que planeas con la familia imperial?—
Varasloth se llevó las manos al rostro frustrado, estos eran los aristas negativos de permitir mantener a sus fuentes de información la conciencia y cordura.
—Manifestación del Concepto de Antaño.—
Una sensación indescriptiblemente horrible llena de odio, desesperación, soledad y locura inundó la habitación, los tres demonios masculinos cayeron inmediatamente al suelo, sus ojos desgarradoramente intentaban girar en sus propias cuencas oculares ante la demencial emoción que sentían recorrer sus cuerpos.
Solo la joven pudo resistir el abismal asalto y fue únicamente dado que Varasloth la había excluido como objetivo de ataque. Más pese a que la dirección de la manifestación del concepto no la tenía como blanco, igualmente se veía afectada en gran medida.
—¡PARA! ¡DETENTE POR FAVOR! ¡NO LOS MATES, HABLARÉ!— gritó desesperada la joven.
Varasloth asintió satisfecho.
—Mi nombre es Zarintial ap Rhodri, estos hombres son mis amigos y camaradas de armas, fuimos enviados con la misión de asesinar a las cabezas de las grandes familias y clanes del Reino de Rantoria, con la finalidad de causar pánico y caos que faciliten el desembarco de nuestras tropas en las costas este y oeste de las playas del reino, fuimos enviados por la familia Imperial de Aurovia. El continente demoníaco se encuentra a gran distancia, imposible de cruzar con magia, solo manualmente mediante barcos. Sobre la familia imperial, con sus habilidades y poder, en el continente demoníaco no será problema que pueda concertar una cita con su majestad, estaríamos encantados de poder recibirlo como un invitado especial, dentro de seis meses diferentes embarcaciones con nuevos rastreadores y espías desembarcarán en la costa este del reino, si desea podemos llevarlo al continente demoníaco.— dijo velozmente Zarintial, casi asfixiándose de la presión terrorífica que empezaba a caer sobre sus hombros.
Varasloth la miró con detalle, la mujer por lo visto no mostraba signos de mentir, su pulso y respiración dentro de lo entendible dada su situación, parecían brindar credibilidad a sus palabras. Sin embargo, instintivamente el demonio presintió que algo se le estaba escapando, más no era el momento de ahondar en interrogantes.
Velozmente su ojo izquierdo junto a sus tres pupilas doradas empezaron a brillar rápidamente calmando y restaurando parcialmente la cordura y racionalidad de los subordinados de Zarintial. Luego con su mano extrajo los recuerdos recientes del carcelero y dado que este había permanecido congelado dentro del dominio espacio temporal, la tarea fue sencilla.
Más cuando Varasloth se estaba por retirar, Zarintial rogó —S-señor, por favor no nos deje aquí, ayúdanos a escapar, si llega solo a las embarcaciones, probablemente no lo recibirán, en cambio si va con nosotros, su pase y seguridad están garantizadas.—
Varasloth sonrió maliciosamente, —Insinúas que no puedo hacerme con uno de vuestros barcos, ¿Es un reto?—
—No no no no no no, no pongo en duda sus capacidades señoría, pero ¿No sería más práctico viajar como invitado que tener que remar usted solo hasta el otro continente? Sin contar, que necesita un experto navegante para evitar los remolinos, zonas de peligro y monstruos marinos. Le podemos ser de utilidad, por favor sáquenos de aquí.— rogó nuevamente Zarintial, quien para sorpresa de Varasloth, parecía haberse calmado y empezado a pensar racionalmente.
—"La niña no es normal, algo se me está escapando."— se dijo asimismo Varasloth, intentando averiguar que era, cuando sus agudos oídos escucharon pasos recorrer los pasillos en dirección de su celda.
El demonio suspiró, lanzando una gema hacía la muchacha demonio exclamó, —Utilízala en tres o cuatro días, invéntate la historia que necesites para no morir pero no me incluyas. La gema les permitirá teletransportarte a varios kilómetros de donde podrán escapar y esconderse. Si te vuelve a atrapar, morirás.—
La gema en cuestión era una de los artilugios que Emerson había dejado caer al explotar como un globo en la prueba de La Primera Sombra, para cualquier otra persona significaría un importante tesoro mágico espacial, dado lo raro que se consideraba dicha afinidad, más para Varasloth solo significaba peso muerto.
Zarintial miró con los ojos abiertos como platos la gema, en su mente el obsequio casual de un tesoro de dicho nivel era incomprensible. Varasloth rápidamente activó su invisibilidad y desapareció de la habitación.
El dominio espacio temporal se extinguió y el carcelero anonadado recupero la conciencia confuso, más al ver a los tres demonios masculinos en el suelo con signos de extrema tortura y a la joven empapada de sudor helado, empezó inconscientemente a darle sentido a la situación, no era la primera vez que había ocasionado dicho escenario en sus presas y una ligera pizca de orgulloso nació en su corazón.
De repente, la puerta se abrió violentamente y diferentes elementales de acero entraron velozmente, más al no advertir nada extraño, uno de ellos miró al carcelero y preguntó,— Tomrs, ¿Todo está bien?—
El carcelero ahora más confuso asintió para preguntar, —¿Paso algo?—
El guardia de élite meditó la respuesta tras examinar la habitación y negó con la cabeza, —Nada, olvidalo. Simplemente nos pareció repetitivo y monótono el sonido que provenía de la habitación, supongo que tienes tus técnicas y protocolos, pero deberías ser más imaginativo, incluso los prisioneros se aburrirán si sigues haciendo lo mismo una y otra vez.— Luego junto con los demás guardias procedió a retirarse.
Tomrs, el carcelero, miró al suelo amargamente mientras una lágrima recorrió su mejilla, —"Es justo lo que ella dijo antes de dejarme."— Decidiendo retirarse a sus aposentos a llorar en silencio, dado que ya no sentía ganas de continuar torturando.
Con respecto a las respuestas que no había logrado conseguir, ya mañana respondería ante la anciana Livinia, en cualquiera de los casos, su trabajo había sido impecable, la expresión demencial y de tortura en los prisioneros era evidente, nadie podría decir que no se había esforzado en su trabajo. Solo tomaría unos días más conseguir las respuestas.
—
Por otro lado, mientras Varasloth continuaba trepando por el techo de la prisión para regresar a sus aposentos, sorprendentemente advirtió algo muy interesante.
De una de las celdas de la sección común, un niño en aspecto totalmente deplorable se encontraba recostado en la esquina de su habitación.
Su piel se encontraba pegada a sus huesos mostrando una evidente malnutrición y avanzada anemia, no obstante, lo sorprendente era que no pertenecía a la raza elemental y aparentaba más bien ser un elfo.
—"¿Existen elfos en este plano? Que interesante." — se dijo asimismo el demonio. Era obvio que por la falta de hostilidad hacia su persona, no perteneciendo obviamente a la raza elemental, luego de haber descartado su conexión con la raza demoníaca, los elementales no poseía una política discriminatoria o racista para con otras razas, más si el niño yacía aquí en aquel estado lamentable, debía ser por algún motivo.
El muchacho a las justas podía moverse, la comida que se le había sido entregada, si es que así se le pudiese llamar a la bola mezclada de diferentes restos y basura, continuaba extendida en el suelo, mientras que el niño carecía de la fuerza necesaria para poder siquiera acercarse a comerla.
Varasloth ingresó sutilmente a la habitación y observó con detalle al muchacho.
Su vida se extinguía poco a poco, su muerte era inminente. Varasloth movió de un lado para otro la cabeza, no interferiría, el orden natural estaba fijado y su curiosidad había sido saciada.
Más cuando la llama de la vida del muchacho estuvo por perecer, la poca sangre que aún recorría los débiles brazos del niño se alborotó burbujeantemente como si hirviera a grandes temperaturas, produciendo en el niño la suficiente energía para para poder arrastrarse con dificultad hacia la comida en el suelo y empezar a devorarla sin demora, para finalmente caer desmayado de cansancio.
En el rostro de Varasloth una inmensa sonrisa rebosante de intriga y curiosidad se formó, era simplemente escalofriante, —¿Sangre draconiana?—
—¿Un mitad elfo mitad dragón?— Eso sí era interesante. El niño poseía un linaje aún sin despertar, pero latente. Esa era la explicación de que pese a la terrible desnutrición y estado deplorable que mantenía, hasta ahora no había muerto.
El ojo izquierdo de Varasloth empezó a rotar constantemente y una luz divina recorrió el cuerpo del elfo draconiano sin que este lo supiera, reforzando su cuerpo y sanando las heridas infectadas y huesos quebrados.
Aún no era el momento, pero Varasloth había encontrado un nuevo juguete.
El demonio abandonó la celda y continuó su recorrido hasta llegar a sus aposentos, pronto amanecería.
Antes de que el astro rey empezará su recorrido por el pronto claro firmamento, tenía una última tarea que ejecutar, de El Plano Púrpura extrajo dos artilugios, los ojos de Emerson y los pedazos de la espada de Elmoth que había conseguido en el pequeño mundo de la primera prueba, era tiempo de actualizar sus habilidades, el camino que su ambición le presentaba era básicamente infinito e imposible, y quizás lo abstracto y complejo de su objetivo provocaría en cualquier otro ser una profunda y demencial desesperación, más para Varasloth, cada paso que daba en su camino, no manifestaba otra cosa que un profundo deleite.
Algún día alcanzaría las estrellas y lo que se háyase detrás de ellas, estaba seguro de ello. Más por ahora, debía moverse con un paso a la vez.
Miro los artículos frente suyo y empezó sonriente la asimilación.