Rápidamente una de Las Sombras avanzó velozmente al encuentro de Nina y con un sencillo movimiento de su mano eliminó con facilidad el velo espacial que la resguardaba. La tomó con delicadeza mientras rápidamente invocaba un pequeño frasco que contenía un misterioso líquido rojo. Una vez Nina ingirió el líquido, las heridas de su cuerpo y su vitalidad empezaron a recuperarse de manera impresionante.
Sin embargo, el siguiente acontecimiento fue inesperado, una inmensa mano draconiana se abalanzó contra Varasloth intentando atraparlo, el demonio intentó escapar pero pudo sentir cómo todo su cuerpo se encontraba inmovilizado. No obstante, cuando la draconiana mano estuvo por aprisionarlo, una oscuridad profunda lo envolvió protegiéndolo.
—Deremiro ¿Por qué interfieres? ¿Acaso no es hora de que nos brindes respuestas sobre tu particular quimera?— rugió La Quinta Sombra.
—La procedencia de mi representante no tiene nada que ver contigo Reldred, responderé solo a mi maestro al igual que Frontar, Laquesis y tú, mientras tanto mi representante queda bajo mi protección.— refutó La Tercera Sombra, pese a que una amarga expresión se mostraba en su rostro. Claramente se arrepentía de corazón de haber elegido a Varasloth como representante. El mocoso había traído con él un sin fin de problemas que ahora debía afrontar solo.
—Déjate de tonterías Deremiro, entréganos al muchacho, independientemente de los acontecimientos ocurridos en mi pequeño mundo, sus habilidades y características lo hacen un digno espécimen de estudio, el Maestro estará extremadamente complacido sí logró replicarlo.— interfirió La Primera Sombra, en un evidente intento de apoderarse de Varasloth para silenciarlo.
Más para su sorpresa, una filosa espada roja se desenfundó. —El muchacho quedará bajo mi protección.— dijo La Cuarta Sombra fríamente, preparada para iniciar una carnicería de ser necesario.
Frontar miró sorprendido a la Emperatriz de Sangre —¿Tú también Carmilla? ¿Acaso intentas pagar por la vida de tu hija protegiendo a la quimera?—
La Cuarta Sombra no respondió, simplemente miró fríamente a sus compañeros mientras guardaba a Nina en algún contenedor dimensional que promoviera su recuperación y lentamente caminaba en dirección a Varasloth y La Tercera Sombra.
La Décima Sombra también silenciosamente se movió en la misma dirección, al cabo de unos instantes, tanto ella como La Cuarta Sombra y La Tercera Sombra, lo cubrían.
—¿Laquesis? ¿Acaso formas parte de todo esto? Ya me parecía raro que tu representante hubiera emergido de la quimera. ¿Puedes explicar tus acciones?— arremetió Frontar.
Más la gata del destino simplemente lo ignoro indiferentemente.
Varasloth pareció sorprendido, no había esperado tal soporte en público por parte de La Décima Sombra y menos la firmeza mostrada por La Tercera Sombra. En cuanto a La Cuarta Sombra, solo podía presumir que la Emperatriz Vampira deseaba recuperar el anillo negro así como quizás cumplir con el pacto ofrecido por Nina.
De repente, el resto de sombras rápidamente levantaron sus manos y junto a ellos, sus respectivos representantes aparecieron, todos en el deplorable y patético estado en que Varasloth los había dejado. Exceptuando a Ruth, los únicos que relativamente mantenían una apariencia respetable eran Ben y Elmoth que se habían visto forzados a rendirse a petición de Varasloth.
Sin embargo, ninguno de los dos consideraba vergonzoso el curioso desenlace y motivo de su retiro de la prueba, Varasloth era evidentemente, mucho más fuerte que ellos. Y, el hecho de que se los hubiese pedido, significaba mucho para su honor, por lo que no parecían inconformes con la conclusión alcanzada.
Elmoth poseía un adecuado concepto del carácter y personalidad del demonio, mientras que Ben había presenciado su fuerza y carecía, dada la pérdida temporal de su brazo, de las fuerzas o tiempo necesario para escapar o defenderse de ser el caso Varasloth decidiera brutalmente cazarlo, así que no había pierde en aceptar el inevitable final que ya se había planteado.
Sin embargo, de repente una Sombra se acercó también con imponencia, una vez delante del demonio roncamente preguntó —¿Qué es lo que viste en los restos de Tanner?—
Varasloth agudamente pudo deducir que se trataba de La Sexta Sombra y sin titubear respondió con la verdad —Una persona apareció dentro de la prueba, no era ninguno de los candidatos, habló con Tanner y luego este se suicidó repentinamente. Las imágenes eran borrosas había poco que comprender y observar.—
Varasloth no había mentido, solo había omitido revelar cierta información con respecto al mensaje de la misteriosa presencia. No obstante, descubrir de quién se trataba era algo fundamental y dada su limitada capacidad de actuación en comparación con entidades como Las Sombras, decidió delegar tal tarea a los grandes señores. No obstante, sobre el mensaje, si había algo de lo que estaba seguro, era que todos las Sombras presentes eran leales a La Noche Eterna y el extraño mensaje lo ponía en una situación extraña e incómoda, era mejor guardar reserva de esa información.
La Sombra pareció meditar la respuesta del demonio, como si analizase su verosimilitud, cuando Carmilla lo interrumpió con un feroz comentario — Oorok, todos vimos como tu representante se suicidaba, con lo explicado por el niño se confirman nuestras sospechas sobre la intervención de un tercero en la prueba, uno que escapó a todos nuestros ojos. ¿Tienes algo que decir Frontar? Empiezo a cuestionar la seguridad y profesionalidad de tu pequeño mundo. Me sigue pareciendo extraño que exista aquí un recinto con protección y camuflaje ante nuestros ojos. ¿Dónde está el vástago de los Zuremar? —
Laquesis no pudo evitar toser incómodamente, sin querer Carmilla había señalado una cuestión que no era nada favorable para Varasloth ni para ella misma. Al parecer la falta de información de la pequeña facción que se iba formando para proteger a Varasloth aún carecía de la debida coordinación para evitar apuñalarse unos a otros.
No obstante, otro invitado inesperado se alzó sonriente y con abundantes carcajadas exclamó —¡Muchacho, me agradas! ¿No quieres continuar combatiendo con Elmoth? Le vendría realmente bien un digno compañero y rival de entrenamiento. Aunque no poseas nuestro linaje, tu habilidad de asimilación es impresionante, no creo que haya ningún contratiempo si propusiéramos una transfusión. ¿Qué dices? Si aceptas, ninguno de estos vejestorios podrá tocarte, nuestro linaje es poderoso, ni siquiera Reldred se atreverá a ponerte una mano casualmente.—
—¡Xalrinol! ¿Cómo te atreves? ¿Acaso intentas inmiscuirte?, no tienes nada que ver en esto. — rugió La Quinta Sombra, ante la intervención de La Onceava Sombra.
—¡Bah! Yo hago lo que quiero estúpido lagarto. Ven si deseas pelear. — respondió desafiante Xalrinol.
La frente de Frontar empezó a emanar sudor helado, contando a Xalrinol, cuatro Sombras manifestaban apoyo para con la quimera. La situación se estaba saliendo de control, era muy probable que Ariadmus, Dorian, Enriana y Miara apoyasen la posición de captura y experimentación, pero no era seguro que la tarea se le fuese asignada.
Oorok y Fenrainin no habían manifestado su posición, lo que dejaba seis contra cuatro y dos en estado neutral. Más la implicación de tantas facciones era requisito suficiente para que su Maestro interviniese a mediar el conflicto. Una vez La Noche Eterna hiciera acto de presencia, la captura de Kolacris quedaría descubierta y sería lógicamente castigado, debía hacer algo para zanjar temporalmente la situación.
—Hermanos, no hay necesidad de comenzar una innecesaria pelea. ¿Qué es un mortal para nosotros al fin y al cabo? La muerte de Optal y de mi propio representante, son penosas, pero no inesperadas. Ellos y nosotros sabíamos claramente las implicaciones de la prueba y lo que su postulación conllevaba. En cuanto a la muerte de Tanner, investigaré a fondo lo ocurrido y te daré una respuesta con la que estés conforme Oorok, de igual manera reportaré lo ocurrido a nuestro Maestro. Reldred, confió en que encuentres satisfactoria esta proposición de paz, en cuanto a tu representante iremos a buscarlo luego.— exclamó Frontar mientras miraba agudamente a Reldred.
El Emperador Dragón entendió la salida que La Primera Sombra le estaba ofreciendo y amargamente la aceptó asintiendo sin realizar comentario alguno. Debía recuperar a Kai primero y descubrir que había ocurrido dentro de la bóveda, luego se ocuparía del híbrido antinatural.
Por los rostros de Carmilla, Deremiro y Xalrinol una expresión de sorpresa y desconfianza se formó, la solución propuesta por Frontar era demasiado beneficiosa para ellos, algo andaba mal, más sin pruebas o mayor información, no había razón lógica para rechazar la apetitosa propuesta.
—¿Entonces? ¿La ganadora es mi representante?— preguntó agudamente Carmilla, era claro que se encontraba emocionada por el curioso desenlace de la prueba, más la situación anterior no había ameritado dicha indagación temporalmente. Sin embargo, ahora que la seguridad y destino de Varasloth estaban relativamente garantizadas, no pudo evitar soltar la pregunta ansiosa.
Frontar asintió indiferentemente —En efecto, reportaremos al Maestro que la elección inesperadamente concluyó antes de lo anticipado, así como la falta de necesidad de proceder con otras pruebas dada la condición en la que los candidatos se encuentran.—
Una gran sonrisa se formó por el rostro de Carmilla, que su hija poseyera el título de Heraldo de La Noche Eterna, era un increíble hazaña y la beneficiaria infinitamente. No importaba como lo hubiese conseguido, independientemente del motivo o forma, al final, el ganador siempre será el ganador.
Además, la ayuda presentada por el híbrido podía muy bien contar como parte de las habilidades de su hija, ella también en su juventud había roto varios corazones y tenido diferentes pretendientes que incluso hubiesen muerto por ella. Entre risas internas miró nuevamente a Varasloth, pese a su controversial aspecto y procedencia, las habilidades e intelecto demostradas eran monstruosas, quizás con esfuerzo y tiempo podía convertirse en un digno pretendiente para su niña. —Sin embargo, todo ello tendría que esperar a que la misión de los Heraldos culminase. — suspiró ligeramente preocupada. Como bien sabía, el título y beneficios no venían sin costo alguno, un nuevo deber y reto se alzaban delante de su hija y debía corresponder a la confianza que su Maestro depositaría en ella.
Varasloth por otro lado, sintió un escalofrío mientras los hermosos ojos de Carmilla recorrían su cuerpo como si de una deliciosa presa se tratasen. Empezaba a dudar de la seguridad que La Cuarta Sombra le podía ofrecer.
—Entonces, con vuestro permiso procederemos a retirarnos. — dijo Deremiro con una expresión compleja en su rostro. Luego miró a Carmilla, Xalrinol y Laquesis para con una amarga sonrisa decir —Hermano y hermanas, les agradezco por el oportuno apoyo para con mi representante, no duden que estaremos en deuda. Si desean visitarnos pueden hacerlo en mi morada, pero ahora nos debemos retirar con premura.—
Sin esperar la respuesta de las demás Sombras, rápidamente una absoluta oscuridad rodeó a Varasloth y lo empezó a mover a gran velocidad por el espacio.
Finalmente, al cabo de varias horas la oscuridad que envolvía al demonio se disipó y La Tercera Sombra se alzaba delante suyo con una mirada psicópata.
—¿QUÉ DEMONIOS PASÓ ALLÁ? ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! MALDITO MOCOSO, SABÉS LO QUE TENDRÉ QUE HACER PARA PAGAR LA AYUDA DE LAQUESIS Y EL IDIOTA DE XALRINOL, SIN CONTAR QUE AHORA EL RESTO DE SOMBRAS PROBABLEMENTE ME ODIEN.— rugió furioso Deremiro.
Varasloth no pudo evitar sonreír al recordar la honorable, elegante y calmadamente actitud que La Tercera Sombra había presentado originalmente al presentarse e invitarlo a la prueba. La diferencia era abismal, Deremiro parecía ahora un quejoso hombre mayor que se encontraba cansado de la vida y refunfuñaba por todo.
—Su Excelencia, La Décima Sombra no solicitará nada y La Onceava Sombra solo quiere que forme parte de su linaje, ninguno de ellos significará una deuda pendiente para su persona. En cuanto al resto de Sombras, no hay nada que puedan hacer más que odiarlo en silencio. De ser el caso la situación lo amerite, puedo solicitar a La Cuarta Sombra, sin posibilidad de que deniegue mi petición, que lo apoye en lo que necesite. — dijo Varasloth sinceramente.
Si bien el desarrollo de la situación le había parecido extremadamente caótico y la personalidad que ahora Deremiro presentaba le causaba gracia, el demonio no olvidaría jamás que la entidad delante suyo era quién le había presentado una nueva oportunidad en su vida. Ninguna de todas las infinitas posibilidades que ahora se presentaban delante suyo serían posibles sin su intervención, por lo que su lealtad para con La Tercera Sombra era firme e innegable. Obviamente la naturaleza de Varasloth no contemplaba ideal alguno de servidumbre o subordinación, pero si de reciprocidad y retribución con deudas pendientes.
Deremiro pareció calmarse al escuchar las palabras y sentir la sincera actitud del demonio, por lo que entre quejidos exigió que se le explicara y narrara todo lo ocurrido.
Varasloth no se opuso, si bien La Décima Sombra había manifestado una actitud de apoyo y consideración con él, sus reales intenciones aún eran difusas. Por lo que decidió narrar y confiar en Deremiro, quien, después de todo lo ocurrido y pese a los problemas que sus acciones habían ocasionado, al final de cuentas había permanecido a su lado protegiéndolo, incluso antes de saber que contaría con el apoyo de tres Sombras más. El quejoso alto elemental de oscuridad, había estado preparado para soportar solo la intervención de más de tres Sombras desde el inicio, y ello era algo que Varasloth apreciaba y consideraba.
Con detalle, el demonio narró lo ocurrido, tanto dentro de la bóveda como fuera de ella, complementando y llenando vacíos que Deremiro poseía en la secuencia de los hechos conocidos.
Más al finalizar, Varasloth miró como Deremiro se llevaba sus etéreas manos a su rostro con ganas de llorar.
—Estamos jodidos. — dijo con preocupación.