La noche era oscura y dos lunas se alzaban en el firmamento, en una pequeña cueva oculta tras un intenso matorral, Varasloth observaba detalladamente unas runas inscritas finamente en la pared de la reservada cueva, en su hombro un inconsciente Kai yacía desplomado.
Tras varias horas de inspección, Varasloth logró encontrar una pequeña runa que presentaba ciertas incongruencias con el estilo lógico y léxico del resto, al presionarla, está simplemente se introdujo automáticamente dentro de la pared para dejar un espacio vacío.
—¿Un cerrojo? — se preguntó.
Todo en la creación mantenía una correlación con el dualismo, todo tiene su contra parte, cielo y tierra, luz y oscuridad, bien y mal. Incluso en objetos tan básicos como estos la cuestión se manifestaba, un cerrojo implicaba una llave. Por eso, con su otra mano levantó a Kai y empezó a rebuscar en sus pertenencias, no obstante, a parte de su katana principal, sus diez anillos, sus ropas y algunos bolsillos para aperitivos, no había algún otro artefacto que se asemejase al de una llave o similar.
Varasloth miró al inconsciente Kai y recurrió a su gallina de los huevos de oro.
Su colase dividió nuevamente en tres filosas extremidades y una de ellas se clavó en el hombro de Kai profiriéndole un increíble dolor que lo hizo despertar de su forzada inconciencia.
Kai gritó de dolor, pero al advertir el lugar donde se encontraba cerró su boca y palideció al entender lo que estaba ocurriendo.
—La llave o muere—, dijo simplemente Varasloth, mientras que con una de sus poderosas manos le tapaba la boca y las otras dos secciones de su filosa cola apuntaba a su cuello y abdomen, rozando su piel levemente, generando el brote de un ligero y fino hilo de sangre.
Kai entró en pánico, con su boca tapada le era imposible si quiera intentar negociar con el hibrido. Y mientras intentaba con todas sus fuerzas evaluar su situación y posibilidades, otra de las secciones de la cola de Varasloth sin previo aviso se clavó ferozmente en una de sus costillas. Esta vez Kai ni siquiera pudo gritar y asimilar el dolor. Sudor frío recorría su frente y entendió que no tenía escapatoria, no obstante, solo él conocía el funcionamiento y lugar del escondite de la llave, por más que fuera torturado no sería asesinado. Debía resistir.
Pero todas sus esperanzas fueron destruidas al ver que Varasloth pareció haber leído su mente y sonriendo tranquilamente le comentó —También soy moderadamente versado en la necromancia y la lectura de almas, desconozco si funcionaran en un dragón, pero valdría la pena intentarlo. —
—"Imposible!, ¿No solo posee afinidad con el fuego sino también con las afinidades aberrantes de mente y muerte? ¿Qué clase de monstruo es este? ¿Habrá Las Sombras escuchado esto? ¡Este ser es un peligró, no debería existir! Sí gana más poder el orden sobre el caos perecerá, ¡las Sombras deben detenerlo!"—, pensó horrorizado Kai por lo que una existencia como Varasloth significaba para el orden natural del balance de poderes existenciales.
Y, lamentablemente para el destino de incontables seres, desde el momento en que Varasloth y Kai entraron a la cueva, la visión de Las Doce Sombras fue bloqueada. Ninguna de ellas había escuchado las palabras de Varasloth y hasta entonces, solo conocían su curiosa habilidad de imitar la invisibilidad de una bestia menor y la posibilidad de usar magia original afín al elemento fuego.
Durante muchos años en el futuro, miles de existencias supremas divagarían y encontrarían locura en una simple pregunta, ¿Qué hubiese ocurrido si en dicha prueba, el real potencial de Varasloth hubiese sido advertido a tiempo?
Más ahora, Kai podía sentir como su sangré corría hacía el suelo y se debilitaba más y más. A diferencia de su primer encuentro con el híbrido, su condición era deplorable, esas heridas y la pérdida de sangre continua podrían ser en dicha situación letales. No obstante, aun así, perder su única carta de juego probablemente significaría la muerte, no tenía otra opción que resistir.
Pero todos sus pensamientos y fuerza de voluntad fueron aplastados con el intenso dolor de otra de las colas de Varasloth incrustándose en su abdomen.
El dragón derramaba lágrimas de agonía y nublado por el dolor, apuntó con sus manos hacía el espacio entre dos de sus costillas, señalando la ubicación de la llave.
Sin mayor titubeo Varasloth introdujo su filosa mano entre las costillas de Kai extrayendo una pequeña esfera purpura, el dolor que Kai sufrió fue insoportable, ocasionando que se desmaye instantáneamente.
Varasloth jugueteo relajadamente con la esfera mientras pensaba que hacer con Kai, —"Sí lo dejó tal como estaba, morirá, más si lo curó y logra cruzar la prueba, es muy probable que reporte lo sucedido a quienes lo enviaron."—
Era evidente que Kai no actuaba solo, existían seres o entidades que confabulaban con él, o mejor dicho, mediante él. Al final de cuentas, el débil dragón azul no era más que un peón en este juego, alguien lo había enviado a obtener algo de la bóveda y muy probablemente lo continuaría buscando hasta encontrarlo. Kai era un cabo suelto que lo guiaba hacía él y eso no era conveniente.
Era muy probable que Las Sombras estuviese presenciando todo lo ocurrido, más cuando Varasloth ingresó a la cueva, sintió como una inmensa cortina de mana se alzaba en su cabeza, como un cielo infinito que soportaría la caída de estrellas y soles.
Asimismo, Varasloth no creía que La Primera Sombra desease hacer de conocimiento para con las demás Sombras la ubicación de su bóveda y su contenido era muy probable que existiese algún tipo de protección ante ojos ajenos.
Pero ello lo regresaba al problema original, sí Kai moría, todo indicio apuntaría hacia él, dado que fue la última persona con quien tuvo interacción, pero sí Kai sobrevivía, cantaría apenas se le presentase la oportunidad.
Varasloth se acercó a Kai y pasó su mano sobre el cráneo del dragón, intentó conjurar una lectura de mente y alma, pero esta fue rechazada firmemente por una feroz aura de inmenso poder.
—"Al parecer los dragones también toman precauciones para con sus descendientes."—, dedujo Varasloth, era lógico que los clanes y dinastías ancestrales cuidarán con recelo sus secretos y técnicas, un candado o barrera mental y de alma era un lógico sistema de protección para ello. Por la fuerza de este, era muy probable que hubiese sido impuesto por algún anciano de su clan o ser de mayor poder al de Varasloth. Pero de intento en intento, Varasloth pudo determinar algo intrigante, el sello consignado en el alma y mente de Kai impedía que cualquier tipo de información saliese de su persona, más no impedía que la información ingresase. Muy probablemente para la transmisión de mensajes o técnicas de manera muy reservada.
El demonio sonrío terroríficamente y puso nuevamente su mano sobre el cráneo de Kai, para empezarle a transmitir determinados conocimientos y sentimientos.
Durante la extensa vida de Varasloth, desde el inicio de su creación y el primer momento en que obtuvo conciencia de su existencia hasta el día en que logró salir de su tubo de contención finalmente gracias a la invitación de La Tercera Sombra, diferentes emociones marcaron y surcaron en su vida.
Sin nadie con quien hablar, encerrado en un tubo experimental, la tortura y el dolor de los experimentos y pruebas, la indiferencia y desprecio constante de sus creadores y carceleros.
Una persona normal, habría perdido la cordura hace mucho tiempo, odiado al mundo que lo vio nacer y llorado mares de sangre ante la injusticia del destino y el mundo le había deparado. El suicidio era la opción más lógica.
Pero no debemos olvidar que Varasloth, tuvo un inicio como cualquier otro, independientemente de sus particularidades físicas, su mente y alma en algún remoto momento fueron puros, como los de un niño. Y toda la soledad que sintió, el dolo que padeció, la agonía que encarnó, llevó en su momento al espécimen D-25 V.1 a perder la razón y el sentido de la vida. Más a diferencia de cualquier otro desdichado ser que en la vida se haya siquiera podido acercar a una fracción del sufrimiento que padeció Varasloth, el suicidio no era una opción. Su prácticamente cuerpo inmortal sumado a las limitaciones impuestas por sus carceleros, lo hacían imposible.
Sin embargo, Varasloth contaba con algo que ningún demente desdichado poseía, tiempo.
Con el paso de los años, como cualquier otra parte de su asombroso y milagroso cuerpo, poco a poco la mente de Varasloth empezó a sanarse. Las piezas rotas de su mente, memoria y conciencia terminaron adecuándose a sus lugares de orígenes, más no eran las mismas que un principio fueron originalmente, habían evolucionado, y como consecuencia del cambio tribulado, junto a un mecanismo de defensa psicológico ante el infierno vivido, la retorcida pero racional personalidad de Varasloth fue creada.
Y en este momento, Varasloth empezaba lentamente a transmitir todas esas experiencias agonizantes y carentes de esperanza a la mente y alma de Kai. El inconsciente cuerpo del dragón empezó a moverse turbulentamente intentando rechazar el contenido invasor inútilmente. Los ojos del dragón sangraron y sus pupilas se enfocaron por última vez para luego apagarse en un blanco vació ausente de vida y voluntad.
El herido dragón, indiferente ante sus heridas y su condición física, se agachó hacía el suelo y lentamente abrazó sus rodillas mientras ocultaba el rostro mirando al suelo. No quedaba pizca del poderoso y valiente dragón conocido como Kai, solo un cascarón vacío yacía frente a Varasloth.
El demonio lo observo satisfecho y sonrío, sabía que la posibilidad de que Kai regresase a su estado original era real, al fin de cuentas había muchas cuestiones que escapaban de su entendimiento y no comprendía las limitaciones del nivel divino y lo que estos podían hacer.
Más por ahora era suficiente, Varasloth no podía darse el lujo de cuidarlo durante toda la prueba y por más insignificante que era el niño, un dragón nunca debía ser subestimado. Por su sangre corría un linaje draconiano y eso le permitía entender perfectamente el potencial peligro latente que un dragón significaba.
Sin más dilaciones, se acercó a Kai y lo mordió en el cuello, succionando una gran cantidad de sangre para potenciar y perfeccionar la que el poseía, Kai ni siquiera respondió ante el profundo dolor y la perdida de sangré, simplemente palideció y tembló ligeramente.
Varasloth utilizó magia sanadora y curó el cuerpo de Kai, luego cavó un pozo y lo lanzó ahí, su cuerpo draconiano, aún si permaneciendo carente de cordura y conciencia, podía sobrevivir meses sin comida y Varasloth no planeaba alargar la prueba hasta el plazo límite.
Entonces sintió como la sangre absorbida se había asimilado con el resto de su cuerpo, resonando con la que ya poseía y todo su cuerpo tembló furiosamente como si se llenará de una cantidad inmensa de poder, Varasloth no pudo evitar emitir un imponente rugido, el cual gracias a las medidas de seguridad de la cueva fue contenido y no se esparció en todo el bosque.
Una vez estabilizado, se acercó a la cerradura que había quedado descubierta por la runa, esta mantenía la forma de una llave y Varasloth no veía como demonios una esfera entraría ahí. Pero entonces, de manera automática, la esfera resplandeció abriéndose ligeramente y de ella una llave brotó. Tenía un aspecto oxidado y asqueroso, se encontraba llena de baba verde y viscosa.
Varasloth no hizo comentarios innecesarios y sin mayor espera introdujo la llave en la cerradura.
Inmediatamente las paredes de la cueva empezaron a desprenderse y evaporarse, como si toda la tierra y piedra de la cueva no hubiese sido otra cosa que una mera ilusión.
Un pétreo suelo se pudo observar a los pies de Varasloth y dos inmensas puertas de piedra se abrieron simultáneamente. Delante suyo, una figura etérea apareció, con la apariencia de una mujer de corta edad, vestida completamente de prendas azules, un denso velo cubría su rostro y en una de sus manos larga espada se balanceaba.
La mujer miró cautelosamente a Varasloth y preguntó, —¿Eres tú el enviado de La Primera Luz y La Última Luz?—
Varasloth no mostró reacción alguna, más en su interior una infinidad de dudas se generaban. Si bien había considerado que la bóveda podría estar resguardada, la pregunta planteada implicaba diferentes cuestiones.
En primer lugar, la mujer etérea delante suyo no mostraba signos de hostilidad, incluso por sus preguntas, se podía presumir que lo estaba esperando. Lo que significaba o que el acceso clandestino a la bóveda estaba planeado y premeditado por La Primera Sombra o algo más grande se había estado cociendo fuera de su entendimiento.
No obstante, el portador original de la llave había sido Kai, quién era un dragón azul y quién servía a La Quinta Sombra, entonces... ¿Quiénes eran La Primera Luz y La Última Luz?, —"¿Acaso esperaban a alguien más aparte de Kai?"—
Pero antes de que pudiese decir algo e intentar extraer información, una voz femenina resonó en el salón delantero, — ¡Merua! ¡Es imposible que sea el enviado!, su sangré es impura y tiene un aura bestialmente desgarradora, como si quisiera apoderarse de todo a su paso, mis padres nunca habría depositado su confianza en alguien así, debe ser emisario de Reldred, mátalo rápido antes de que pueda hacer algo! —
Al escuchar la voz, la mujer etérea llamada Merua, se agito fieramente su espada contra Varasloth, emitiendo unas ondas de energía que se dispararon contra él. Varasloth esquivó con gran dificultad las ondas e inmediatamente entró en modo bestial, posando en sus cuatro extremidades principales y abriendo su cola en tres secciones. Su cuerpo rápidamente se contrajo y sus músculos empezaron a aumentar, decenas de circulas mágicos aparecieron en su delante y de ellos una infinidad de elementos, entre ellos lava, hielo, relámpagos y metal emergieron brutalmente como si de un desastre natural se tratase en dirección contra Merua, quién con su espada hábilmente bloqueaba cada uno de los ataques.
—IMPOSIBLE! ¿MÁGIA ORIGINAL? ¿POR UN HÍBRIDO? —, resonó nuevamente la voz femenina en el salón.
A la par, las tres secciones de la cola de Varasloth empezaron a moverse rítmicamente de una forma anormal e incomprensible para que en un segundo se disparasen contra el aire con una fuerza impresionante, instantáneamente el sonido del espacio y el tiempo quebrándose retumbó. Las colas de Varasloth junto con su habilidad mágica afín al tiempo y espacio habían formado un anclaje en el área congelando todo dentro de su campo de acción.
Merua pareció sorprendida, el anclaje no era extremadamente poderoso y al cabo de cinco segundos pudo liberarse, pero esos segundos fueron suficientes para Varasloth quien haciendo uso de su invisibilidad desapareció para teletransportarse a espaldas de Merua y con una potente mordida atacó su cuello, aferrándose con sus filosos dientes a la carne de la joven, mientras clavaba su cola seccionada en los ojos y abdomen de su presa. Sus fuertes brazos y piernas atraparon las extremidades de Merua y sirviendo de punto de apoyo, el cuello de Varasloth se contrajo aún más significando que procedería a utilizar una fuera descomunal. Era evidente que estaba por arrancar la cabeza y cuello de Merua, cuando de repente otra voz resonó en el salón.
Sin embargo, la nueva voz era muy diferente a la que había advertido a Merua de la identidad de Varasloth, era un voz tímida y nerviosa que intentaba hacer su mejor esfuerzo por hacerse escuchar ante el caos de ruido y escombros que el combate estaba produciendo.
—A-a-l-al-altoooooooooo! Paraaad! Es toda una confusión, él no es el enemigo—, gritó la voz de una joven.
No obstante, Varasloth no dudó ni un segundo, la fuerza que ejercía era monstruosa, la piel del cuello de Merua empezaba a desgarrarse y sangrar.
La joven, al ver que sus palabras no habían tenido efecto, empezó a entrar en pánico, rápidamente buscó en su cuello un collar, el cual tiró al piso y pisó fuertemente rompiéndolo en mil pedazos.
En ese mismo instante, una terrible presencia invadió el salón e inmovilizó a los presentes, ni quiera Varasloth pudo resistirse.
En el centro de la habitación dos enormes ojos felinos aparecieron y observaron a Merua y Varasloth.
La joven, quien Varasloth había reconocido como la candidata de cabellos dorados y actitud torpe al inicio de la prueba, rápidamente se arrodillo ante los grandes ojos felinos y exclamó respetuosamente, — BIENVENIDA SU MAJESTAD, LA DÉCIMA SOMBRA!—