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Chapter 13 - Dualidad de afinidades

Varasloth pudo sentir como una cantidad inmensurable de poder descendía sobre su ser rápidamente. No obstante el poder no ingresaba en su cuerpo, ni lo reforzaba, tampoco aumentaba su capacidad de mana o realizaba alguna modificación sustancial en su cuerpo.

Toda esa energía incompresible que lo envolvía se concentraba eficientemente en inscribir una pequeña y casi invisible marca en el alma de Varasloth.

La manipulación del alma de cualquier persona siempre sería materia de cuidado. En el normal de los supuestos Varasloth no habría permitido jamás que se le realizase marca alguna por los peligros potenciales que ello conllevaba, los cuáles entendía perfectamente mejor que muchas otras personas. Inclusive él mismo conocía varias formas de esclavitud mágica y muchas de ellas implicaban marcas en el alma.

Más de la explicación a regañadientes por parte de Kolacris lo hizo cambiar de opinión. La bendición en cuestión cumplía una función principal muy sencilla y una secundaria con efectos menores pero variados.

La función principal consistía en la manifestación del poder del ser divino que realizaba la bendición. Un claro ejemplo a gran escala sería la misma competencia en la que se encontraba. El título de Heraldo de La Noche Eterna no era otra cosa que una batalla por la bendición de La Noche Eterna. Sin embargo, la bendición por parte de Kolacris y la bendición ofrecida por La Noche Eterna mantenían una abismal diferencia, como la de un infante con un adulto.

Kolacris no era ni siquiera formalmente un ser divino, por lo que su bendición no podía compararse al premio de la presente selección, más cumplía con la finalidad principal y lo más importante, no presentaba limitaciones para con Varasloth. Pues era ingenuo pensar que La Noche Eterna daría su bendición sin límites ni responsabilidades. El título de Heraldo también incluía la representación de la voluntad de La Noche Eterna, pero en el caso de Kolacris, no existían obligación alguna asignada. Varasloth era libre.

El proceso no duró mucho y finalmente Varasloth en su mundo interior pudo observar con detalle la marca realizada. Esta tenía la forma de una estrella o destello, era dorada y brillaba constantemente.

Con ella, de acuerdo con lo explicado por Kolacris, Varasloth recibiría principalmente una mayor afinidad con el elemento representativo de la dragona, es decir la luz. Y, asimismo, podría invocar parcialmente la fuerza de esta en determinadas circunstancias y con el debido abastecimiento de mana equivalente.

Los beneficios secundarios consistirían en el reconocimiento por parte de su raza al sentir la bendición y la progresiva purificación de su sangre draconiana.

De todos los beneficios presentados, Varasloth consideraba relativamente inútiles todos menos uno. La potenciación de su afinidad con la luz, pues si bien Varasloth en razón a las incontables líneas sanguíneas que residían en su milagroso cuerpo no poseía limitación alguna con las afinidades elementales, ello no significaba que algunas fueran más fuertes que otras. Un claro ejemplo era su afinidad con el elemento luz, dada la curiosa creación de Varasloth, su definición como ser y su desarrollo emocional, mental y psicológico, la afinidad con la oscuridad era su principal fuerte.

Esto era algo que incluso La Tercera Sombra había reconocido y corroborado como requisito para el ingreso a la selección. En ese sentido, el problema radicaba en la constante dualidad y oposición de elementos. Mientras más avanzada la comprensión de un elemento se diera, era común que la naturaleza del elemento terminara afectando la personalidad y carácter del usuario. Los dragones dorados eran un perfecto ejemplo de la posibilidad de maestría alcanzable de concurrir una naturaleza pura con un elemento afín. De igual manera, los seres con afinidad oscura usualmente poseían mentes retorcidas y peligrosas, o en el mejor de los casos, simplemente frías y sin emociones.

La simultaneidad de dos o más afinidades era posible, a lo largo de la historia diferentes existencias habían gozado de dicha habilidad, no obstante, usualmente las afinidades se encontraban relacionadas o vinculadas, pero no opuestas.

La luz y oscuridad, era dualidades afines legendarias. La posibilidad de convivencia era real pero rara y casi siempre aparecía solo en niveles inferiores al divino, no obstante, si el usuario en cuestión deseaba iniciar el camino a lo divino, usualmente optaría por elegir una sola afinidad y profundizar en ella.

¿Qué pasaría sí un poderoso y noble dragón dorado intentase entender la caótica y desesperante naturaleza de la profunda oscuridad?

En el mejor de los supuestos, ocurriría un milagro y un dragón dual nacería. Pero en el común de las situaciones, el dragón se vería corrompido para alguna de las afinidades entrando en un colapso de entendimiento dudando de los conceptos antes aprendidos, dado que eran contradictorios.

¿Era la justicia algo bueno? Un dragón dorado te respondería afirmativamente sin titubear un segundo.

¿Era la venganza algo bueno? Un dragón oscuro te respondería afirmativamente sin dudarlo por un solo momento.

Pero ¿Qué ocurría cuando la frágil línea entre lo claro y confuso se cruzaba?

Matar para obtener poder. ¿Era algo bueno o malo? ¿Debía considerarse un crimen el hecho de acabar con una vida ajena o simplemente era el orden natural del mundo manifestando la ley de la supervivencia del más fuerte?

Todas estas preguntas y muchas más tenían respuestas claras y correctas de acuerdo con las leyes del mundo. Más no eran algo que pudiese predicarse o enseñarse con facilidad. El entendimiento y la iluminación eran cosas que solo podía experimentar uno personalmente.

Para alcanzar la cúspide en la dualidad de afinidades de luz y oscuridad, el completo entendimiento y balance era necesario. Un corazón de luz obtenido cortando los lazos mundanos y siendo indiferente ante las emociones, agravios y preocupaciones del mundo terrenal o por el camino del santo, despojándose del concepto del propio yo para velar por la salvación del mundo.

Un corazón de oscuridad, obtenido a través de un terrible proceso de dolor y agonía. Envuelto en sed de venganza y corrupción, caótico y racional, eterno y obsesivo.

Más la adicción al conocimiento que Varasloth tenía innatamente lo obligaba a conseguir absolutamente todo. No intentar, no desear o anhelar, sino obtener.

Por su antigua mente la opción del fracaso nunca fue considerada, la ausencia de entendimiento sobre la dualidad de afinidades de luz y oscuridad era una etapa temporal que progresivamente iría a ser superada.

Para ello, el fortalecimiento de su afinidad y conexión con una de las razas más puras afines a la luz era una opción eficientemente viable.

Varasloth tomó asiento para empezar a meditar sobre el nuevo conocimiento adquirido en cuanto a su relación con la afinidad de la luz, mientras Merua gestionaba la inmersión de Kolacris en El Plano Púrpura.

Los días pasaron y solo Merua y Ruth esperaban silenciosamente en el salón sin interrumpir a Varasloth que parecía haber entrado en un trance. Kolacris había ingresado al artefacto dimensional y empezaba con sus propios preparativos para acelerar su liberación.

De repente, una profunda luz emergió de Varasloth como si el astro rey descendiera sobre la tierra mortal, iluminando todo a su alrededor.

Merua pareció muy sorprendida ante la imponente manifestación de luz proveniente de un ser como Varasloth, más su cuerpo tembló al notar una insignificante mancha negra en la profunda luz.

El punto negro empezó poco a poco a crecer devorando la luz, más el brillo constante empezó a su vez a consumir la oscuridad doblegándola a su paso.

Los ojos de Varasloth se abrieron altivamente y tanto la oscuridad como la luz se separaron en dos facciones reposando en los dos ojos del demonio.

En el izquierdo se podía apreciar tres pupilas doradas mientras en el derecho tres pupilas oscuras se presentaban.

—La luz es la lámpara que guía la vida misma dentro de la profunda oscuridad. Más cuando la luz cubre y anida en el corazón y alma de alguien, ¿No es aquel ser sino un títere carente de albedrío, esclavo de un ideal y concepto moral? Entonces, ¿Cuál es la diferencia con vivir esclavizado en la sombra eterna? La única diferencia es el método utilizado. La oscuridad utiliza el terror y desesperación, la luz la esperanza y justicia efímera. Ningún camino es correcto, ambos simplemente son polaridades opuestas, parte de algo mayor. Por lo que la contradicción es una ilusión. Debemos seguir buscando. —

Dicho esto, el Cielo y la Tierra retumbaron, más nada ocurrió. Sí estas palabras hubieran sido recitadas en el exterior de las entrañas de La Primera Sombra, una tribulación habría descendido para acabar con Varasloth. El Cielo y la Tierra eran celosos con sus secretos y no permitían que cualquiera los conociese o divulgara. Más para suerte de Varasloth, el interior de La Primera Sombra era capaz de esconder la procedencia del evento en cuestión.

Merua abrió los ojos confusa ante las profundas palabras que Varasloth había exclamado, más algo en su interior comprendía que se le había ofrecido un regalo muy especial y complicado. Sin mayor demora tomó también asiento en el suelo y empezó a procesar y meditar las palabras escuchadas.

Ruth por otra parte, había permanecido en silencio todo el rato pues entendía que no debía interferir en el desenlace de los eventos predestinados según las órdenes de su maestro.

A pesar de ello, las palabras de Varasloth parecieron también tocar una parte de su ser, más su escasa experiencia y corta edad no le permitieron asimilar mayor entendimiento que el de la posibilidad de simultaneidad de conceptos.

Sin embargo, para Kolacris la situación era totalmente diferente, una expresión amarga y compleja se formaba en su draconiano rostro. Como dragona de la luz poseedora de uno de los linajes más puros existentes, su meta era alcanzar el pináculo de la luz y volverse una manifestación de ella en el mundo mortal y divino.

Desde pequeña, la moralidad y camino señalado por sus padres y ancestros eran claros. Pero las palabras de Varasloth y su conexión debido a su bendición le permitían comprender de manera más clara que Merua el significado de las palabras de Varasloth.

Y para su horror, ahora una duda se había anidado en su corazón.

El suceso en sí era catastrófico. Una duda en sus creencias y camino podía convertirse en un demonio interior en su ascenso al camino divino, obstaculizando e impidiéndole alcanzar su meta original.

Pero, por otro lado, Kolacris entendía que una oportunidad se le había presentado. Una extremadamente complicada y peligrosa oportunidad. Más si su conexión con Varasloth continuaba, sabía que sí él podía alcanzar el completo entendimiento de las afinidades y el balance, ella se beneficiaría tremendamente de ello.

No obstante, era una apuesta muy arriesgada, por su mente recorrió la posibilidad de destruir cruelmente y sin reparos de las consecuencias el recuerdo de dichas palabras y la comprensión adquirida, solo para resguardar su camino original. Más las palabras de La Décima Sombra resonaron en su cabeza, seguir a Varasloth le aseguraba un camino sin muerte segura.

—"¿Valía la pena arriesgarse?"—, se preguntó asimisma mientras meditaba en El Plano Púrpura.

Muy aparte, Varasloth sonreía felizmente. El perfeccionamiento de su afinidad con la luz siempre había sido una espina en sus planes, más ahora se encontraba solucionada.

Merua realizó una pausa en su meditación para ingresar junto a Ruth al interior de El Plano Púrpura, dirigiendo el artefacto hacía el mundo interior de Varasloth donde permanecería escondido y seguro. La joven mensajera de La Décima Sombra había cumplido su misión y no parecía tener interés alguno en el título de Heraldo De La Noche Eterna y mucho menos en el festival de sangre que se avecinaría. Por lo que optó por seguir los consejos de su maestro y esconderse con Varasloth hasta el final de la prueba en donde su maestro podría rescatarla y protegerla, no sin antes entregarle un colgante con el dije de un gato negro.

Finalmente, Varasloth se volvía a encontrar solo y pudo relajar su cuerpo y tención acumulada por la constante guardia que debía mantener para todos los presentes.

Para él, era indiferente sí confiaba en La Décima Sombra, Ruth, Merua o Kolacris, o sí la palabra de La Sombra, el pacto de sangre y la bendición le garantizaba realmente seguridad ante cualquier intento de traición. Varasloth siempre mantenía la guardia y sus instintos en constante alerta sí alguien se encontraba cerca, era un mecanismo automático de defensa. La única excepción era cuando se encontraba completamente solo, como había sido en antaño en el tubo de experimentos en donde había pasado la mayor parte de su vida.

Tarareando rítmicamente una canción, abandonó la bóveda y fue a buscar a Kai. El joven dragón permanecía aún acurrucado en el fondo del pozo temblando constantemente y con la mirada totalmente pérdida.

Varasloth sonrió complacido y procedió a ocultar la fosa de la vista de cualquier mirada curiosa.

Luego partió de la cueva y regresó al pequeño mundo en donde la prueba se encontraba actualmente en progreso. Más al poner un pie en el verde gras de la pradera fuera del dominio de la cueva y de la bóveda, pudo levemente sentir como una infinidad de ojos que se posaban en él.

Varasloth permaneció indiferente, era algo que había previsto. Era obvio que su desaparición junto con la de Kai y Ruth había sido percibida con certeza tanto por La Quinta Sombra y La Tercera Sombra. Sobre el resto de Las Sombras, era probable que el evento tampoco haya pasado inadvertido a su visión. Ahora los ojos de todas ellas se encontraban en su persona y cada uno de sus movimientos era vigilado con gran atención.

Más todo esto continuaba siendo indiferente para Varasloth, Las Sombras no podían interferir en la prueba. El caos producto de sus misteriosas acciones y habilidades era inevitable, entonces ¿Cuál era la razón para preocuparse por ello?

Varasloth sonrió y empezó a recorrer el bosque a gran velocidad buscando nuevas presas.