Si habláramos de experiencia en combate real, el análisis de catalogar las habilidades del espécimen entraría en una encrucijada. Técnicamente con excepción de su primer y tercer intento de escape, el espécimen carecía de experiencia en combate práctico, no obstante, era necesario mencionar que sus fallidos intentos en su mundo original, para el común de la gente, no eran otra cosa que sucesos épicos dignos de odas y canciones. Enfrentarse solo contra ejércitos enteros y poderosos archimagos, no era algo que pudiese hacer cualquier persona.
Pero ¿Cómo entonces se explicaba el rumbo de su actuar del espécimen en dichas oportunidades?, ¿De dónde había obtenido la destreza necesaria para afrontar tales adversarios con la tenacidad y habilidad de un maestro de cientos de años de experiencia?
La respuesta era sencilla y encontraba yacía en la complejidad de sus genes, su instinto. Un absoluto y aterrador instinto casi divino. Análisis del oponente, el contexto físico, variables fisiológicas y mentales. El espécimen analizaba absolutamente todo a una velocidad impresionante antes de siquiera pestañear.
La unión y mezcla de incontables líneas sanguíneas de diferentes especies y especímenes desembocaba en él. El instinto de innumerables generaciones y experiencias ancestrales se encontraba marcado en sus genes, sumado a su inconcebible capacidad física y mental, lo volvían la maquina perfecto combate, su adaptabilidad a los entornos y firmeza en la decisión de acciones sin el menor titubeo, lo hacían letal ante el menor descuido.
Sin la menor duda, el espécimen se agachó velozmente lanzando una feroz patada hacía las pantorrillas de la mujer que había osado atacarlo, para su sorpresa la joven rápidamente saltó esquivando la patada, pero contrario a lo que ella esperaba, sintió una potente fuerza que golpeaba su pecho y la lanzaba hacía atrás. La joven utilizó sus brazos para contener el golpe de una poderosísima cola filuda mientras salía volando para dar dos vueltas en el aire y caer firmemente.
El espécimen miró a la joven con curiosidad, sí bien no había intentado matarla ni había apuntado a sus órganos vitales o usada magia, su reacción había sido aceptable. En su mundo no había muchas personas que pudiesen competir físicamente con él, una persona normal habría presentado el pecho totalmente destrozado y estaría clavada en la pared de al fondo.
—Rina, no seas impertinente, no es un demonio. Su olor no es el de azufre y mi Filo Dorado no ha reaccionado, parece más una quimera draconiana, si las Sombras lo trajeron, es igual de digno que todos nosotros para tomar la prueba. —, dijo uno de los jóvenes.
La joven llamada Rina, miró con desprecio al dueño de la voz y luego al espécimen. Enfundó su espada sin quitar la mirada del espécimen y dio unos pasos atrás, parecía creer firmemente que podía matar al espécimen y que su retroceso solo había sido causado por el ataque sorpresa de su cola. No obstante, tras advertir que ninguno de los otros presentes tenía intención de apoyarla e intervenir, se retiró a una esquina de la habitación silenciosamente.
—No te lo tomes tan a pecho amigo, algunos de los candidatos son egocéntricos humanos elitistas, mientras no pertenezcas a su misma raza eres peor que un insecto para ellos, me llamo Ben, soy el descendiente de un Dios Bestia de mi plano ¿Y tú? —dijo el joven que había intercedido por él.
El espécimen lo observó, Ben era más pequeño en comparación con él, pero alto para el promedio humano. Su figura era similar a la de un humano con la ligera diferencia de que, de su cabeza, brotaban dos orejas similares a las de un gato, de igual manera poseía una esponjosa cola y sus manos portaban unas filosas uñas largas. Su vestimenta era sencilla, de algún tipo de cuero y dos cuchillos yacían en su cintura, un arco y flechas a su espalda.
El espécimen tras no detectar intención hostil proveniente de Ben abrió su boca para responder más no pudo evitar quedarse anonadado, —"¿Un nombre? ¿Cuál era su nombre? ¿Cuál podría ser su nombre"— ¿Era evidente que esta no era una pregunta nueva, el debate de su denominación había surgido hace varios siglos, más la ausencia de necesidad para presentarse con otros seres había ocasionado un descarte de la idea y la conformidad con el denominativo "D-25 V.01" en su momento, no obstante, ¿la idea de conservar dicho elemento tan poco agraciado fonéticamente no le atraía ahora para nada? —"¿Demonio? Es así como desde que mi conciencia tuvo albedrío que me han llamado, incluso aquí, en un mundo diferente, rodeado de seres que no me conocen ni comprende, ya alguien me ha llamado así. Sí la existencia desea creer fervientemente que soy un demonio, no veo porque no deba serlo."—, sonrío diabólicamente.
—Mi nombre será-es, Varasloth—, que en el alto drathar significaba demonio codicioso.
El lenguaje drathar era un idioma muy raro y olvidado, procedente de una civilización anterior a la raza humana en el plano menor donde el espécimen fue creado, de las muchas lenguas y formas de comunicación que el espécimen había estudiado, el drathar era la más curiosa que había tenido el placer de conocer. Era un idioma cuyas palabras no solo mantenían un significado textual como cualquier otro, sino que, a su vez, contenían un sentimiento perteneciente al alma manifestable físicamente que podía ir evolucionando y cambiando con el desarrollo del nombrado. Muchos dratharianos, recibían su nombre a corta edad y durante el progreso de su vida, iban cambiando, formando y potenciando el contenido de su nombre y su manifestación. En cúspide de su poder , por ejemplo, un drathariano de alma noble y con afinidad a la luz podía con solo mencionar su nombre, curar las heridas de todos los presentes en un determinado rango de acción, o por ejemplo, uno lleno de locura y sed de sangre, podía con solo mencionar su nombre afectar a un determinado grupo de personas influyendo en sus sentimientos y sentido de la cordura. Los nombres para los dratharianos significaban algo más que una palabra para identificarlos, servían como un vínculo para manifestar el contenido de su alma y sentimientos con respecto a su identidad en el plano físico.
El espécimen nunca había considerado la necesidad de obtener un nombre drathariano, pero los sucesos seguidos a su escape y la presentación de una nueva oportunidad de explorar el mundo fuera de su prisión pintaban la situación con un tinte poético y fantasioso que el espécimen parecía disfrutar. Un nuevo nombre significaba un nuevo comienzo y cada vez que lo mencionase, podría recordar esta nueva etapa en su vida, la preciada libertad que el destino le había concedido, Varasloth asintió para sí mismo satisfecho con su decisión y orgullosamente contempló con ansias la reacción que mundo tendría al apreciar su increíble nombre.
—¿Varasloth? Es un nombre muy laaaaargooo, te llamaré Var, desde ahora seremos compas. Es importante tener aliados en este tipo de pruebas, sino los ridículos humanos se aliarían desde un inicio y nos exterminaran a todos. —dijo Ben entusiasmado.
Los ojos de Varasloth miraron a Ben como si fueran un pedazo de carne putrefacta. Sin embargo, cuando empezaba a caminar para alejarse rápidamente en la medida que le fuese posible de aquel ser involucionado para continuar disfrutando su nuevo nombre y lo que su contendido llegaría a expresar, voltio repentinamente y preguntó, —¿Has estado en este tipo de pruebas antes? —
Ben pareció feliz de lograr mantener una conversación decente con alguno de los presentes, al parecer este no era su primer intentó de entablar una alianza con los candidatos, —En efecto camarada Var, como te dije soy el descendiente del Dios Bestia de mi plano, quien es subordinado de La Novena Sombra, poseo sangre divina, — tosió terriblemente en un fallido intento de desviar la atención de dichas palabras— cof cof —aunque está aún no ha despertado..., y fui seleccionado por mi legendario talento y hazañas heroicas para la selección del Heraldo del Cazador Oscuro, lamentablemente fallé, pero no por falta de poder o inteligencia—,dijo mientras se tocaba la nariz orgullosamente. —Se me brindó la oportunidad de participar en esta selección y estoy decidido a ganar, ¿Qué te parece esta propuesta? Sí me apoyas en las etapas te asignaré como mi mano derecha y compartiré contigo los premios mitad y mitad. —
Varasloth analizó la información recopilada, al parecer La Noche Eterna era algún ser superior con manifestaciones que escapaban de su comprensión, por ahora. Desconocía el poder de un Dios Bestia, pero entendía que solo su descendiente, es decir Ben, no directo o primogénito, simplemente un descendiente, mantenía un nivel de poder relativamente similar a la de él y el resto de los presentes en la habitación. Por lo que el Dios Bestia debía ser muchísimo más poderoso, no obstante, lo preocupante era que aun así, este Dios no era sino un subordinado de La Novena Sombra, es decir que La Noche Eterna contaba con por lo menos nueve sirvientes con un poder tal para tener dioses como subordinados.
Esta revelación sacaría de contexto a cualquier persona, pero para Varasloth solo produjo una escalofriante sensación de hambre que se extendió por su cuerpo. Sed de conocimiento en pleno deseo.
Sonriendo Varasloth se volteó ignorando a Ben quien continuaba narrando exageradamente sus hazañas con la clara intención de hacer conocer a todos los presentes su valor y habilidades con la finalidad de obtener más aliados, y procedió a observar a los demás candidatos.
En total eran doce candidatos, sí él había sido traído por La Tercera Sombra y Ben por La Novena Sombra, eso significaba que existían doce sombras que servían a La Noche Eterna y doce candidatos propuestos para el título de Heraldo.
La mayoría de los candidatos eran poseían aspecto humanoide, aunque cada uno de ellos presentaba diferentes particulares que los hacían resaltar, algunos poseían armas curiosas y desconocidas para Varasloth, otros tenían ojos de diferentes colores o marcas o tatuajes en diferentes partes de su cuerpo. Sin embargo, todos poseían algo en común, una mirada determinada y feroz por el objetivo que evidentemente ya se habían planteado, incluso Ben con su apariencia alegre y risueña, no podía evitar ocultar por segundos unas letales miradas que de sus ojos brotaban al ver a ciertos candidatos, como si midiera el nivel de peligro de cada uno y evaluara sus opciones, ciertamente no era tan tonto como aparentaba a simple vista.
Al cabo de algunos minutos, la luz de la habitación se hizo tenue y doce sombras aparecieron simultáneamente, cada una de ellas llevaba un velo que cubría su rostro, pero por la forma de sus cuerpos y estructuras óseas era evidente que no pertenecían a la misma raza, algunos eran más grandes y con rasgos bestiales, mientras otros mantenían cierta forma humanoide. Varasloth logró ubicar en el tercer lugar a La Tercera Sombra quien le devolvía la mirada, lo que confirmaba que se encontraban posicionados por el orden de sus respectivos números.
Entonces, La Primera Sombra, quien poseía un aspecto errático y distorsionado, el cual daba la impresión de fusionarse y separarse constantemente con su entorno y espacio, con una presencia que intentaba succionar todo a su paso, tomó un paso hacia adelante y con voz profunda comenzó, —La guerra por nuestro Reino se acerca, los tambores de destino resuenan. Nuestro maestro necesita una voz, un heraldo es necesario. Todos ustedes han sido seleccionados por diferentes cualidades y características que los hacen candidatos dignos de portar su manto allá en la tierra de la estrella olvidada. Pero las reglas de los Eternus son claras, solo un heraldo por facción puede ser enviado, que la mejor opción avance en el camino divino.— Dicho eso La Primera Sombra, abrió su boca, la cual sin el velo poseía similitudes con la de una rana o sapo, encontrando en ella un inmenso vacío, profundo y oscuro, entonces de su barbilla y diafragma lo que parecía ser un saco vocal se infló y aspiró fuertemente, una imponente fuerza atrajo a todos los candidatos que fueron succionados sin poder resistirse.
—¿En serio moriré devorado por un sapo? ¿Qué clase de prueba es esta? ¿El último en ser digerido ganará? —, se dijo sarcásticamente así mismo Varasloth muy frustrado.
Pero para su sorpresa y la del resto de candidatos, el interior del sapo era muy diferente a lo que uno esperaría de las entrañas de un anfibio. Una claro y despejado cielo azul se alzaba sobre sus narices, una verde pradera se extendía bajo sus pies y a lo lejos, un interminable bosque oscuro se advertía.
—La primera prueba es, supervivencia. Aquellos que logren sobrevivir en mis dominios en el plazo de un año, podrán continuar con la segunda fase, aquellos que no, duerman en paz por siempre, porque vuestra muerte contribuyo al maestro y su gloria eterna estará con ustedes. —, una potente voz retumbo por el inmenso bosque, Varasloth la reconoció, pertenecía a La Primera Sombra.