La dolorosa vida de Ángel.
CAPÍTULO 16
(Pov- ¿?)
Este mundo está podrido. Tanta maldad, discriminación, dolor. Puedo sentir tantas cosas horribles incluso desde este lugar oscuro y húmedo.
Alguien debe arreglarlo... Y eso haré. Arreglaré este mundo, aunque tenga que usar métodos crueles.
Este mundo se volverá el lugar perfecto para vivir. De eso me encargaré yo.
Y nadie evitará que lo logre. No cometeré el mismo error dos veces.
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(Pov- Ángel.)
Entro a mi habitación y me doy cuenta de que aún no llega Crismei... Las mujeres se tardan más en bañarse, ¿eh?
—Aún no llega Crismei... Supongo que vendrá más tarde.
Me pongo la ropa y me acuesto en la cama.
Me he estado sintiendo muy raro... No sé por qué, pero tengo miedo.
—Pude vencer a un Golem... Yo vencí a un Golem... Tengo magia... Debería estar feliz, pero me siento raro. Es como si sintiera que algo malo me pasará si sigo aquí.
Todo mi cuerpo tiene miedo... No sé por qué.
Ah... Mejor no pienso tanto en eso.
Saco mi teléfono.
—Pondré una alarma para despertarme temprano.
Pongo la alarma y me duermo.
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(Al día siguiente.)
Suena la alarma y me despierto con dificultad. Odio despertar temprano.
Apago la alarma y bostezo.
—Qué flojera.
Siento que alguien me abraza y volteo a ver. Es Crismei... Qué adorable. Se ve muy tierna cuando duerme.
—Oye, levántate, debemos irnos.
Intento despertarla.
—Se nos hará tarde.
Crismei se despierta y me sonríe dulcemente... Oh, creo que me dio diabetes... ¡¡Qué adorable!! Su sonrisa es una clásica sonrisa que, al verla, te hace pensar: "Quiero proteger esa sonrisa".
—Buenos días.
Bosteza y se levanta. Hasta bostezando se ve adorable... ¡¡Qué linda!!
—Buenos días.- Digo sonriendo.
Me levanto y me estiro.
—Pásame el uniforme.
—Sí.
Crismei me pasa el uniforme.
—Cierra los ojos.
—Sí, lo haré.
Crismei cierra los ojos y me empiezo a quitar la ropa. Cuando estoy a punto de quitarme los pantalones, me doy cuenta de que Crismei no cerró los ojos por completo.
—¡Crismei, date la vuelta!- Digo nervioso.
Crismei se ríe y se da la vuelta.
—¡Era una broma!
S-solo espero que no sea una verdadera pervertida y que solo le guste burlarse de mí.
Me pongo el uniforme y suspiro.
—Vámonos.
—¡Sí!
Un nuevo día de clases comenzó. ¡Qué flojera! Al menos espero que hoy tengamos entrenamiento físico o alguna prueba al aire libre. ¡Quiero participar en una competencia mágica!
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Ya pasaron varios minutos, pero sigo sin ver a nadie.
Toda la escuela está vacía. No hay nadie por los pasillos... Qué raro.
—¿En dónde están todos?- Digo confundido.
Entro al salón de clases y no hay nadie.
—¿No hay clases...? ¿También descansan los fines de semana? ¡Soy un idiota!
—¿Qué haremos?- Dijo Crismei.
—Bueno...
Bostezo y me rasco el cuello. Nunca me ha gustado despertarme temprano, así que me dormiré un poco más.
—Creo que iré a dormir un poco.
—¿Qué haces aquí, Ángel?- Dijo el director.
Volteo a mi derecha y veo al director, que se acerca a mí caminando.
—Hola, pensé que hoy había clases.
—Los fines de semana no hay clases.
—Igual que en mi mundo... No hay nadie por aquí, ¿todos están dormidos?
—Los estudiantes aprovechan el fin de semana para dormir, así que ahora mismo todos están dormidos.
Creo que las clases mágicas son realmente difíciles, ¿eh? Deben memorizar fórmulas mágicas y todo eso. Me ahorro bastante trabajo, ¿eh?
Considerando que todos están dormidos y que nadie se despertó temprano, estudiar todas esas fórmulas los dejan exhaustos. Debo admitir que siento algo de admiración por eso.
—Ya veo... ¿Y usted por qué está despierto?
—Justamente iba a ir a buscarte. Me llegó un mensaje de la familia Veninfe, quieren conocerte.
Bah... Qué fastidio. Suena como una familia con dinero que cree que podrá tener control sobre mí.
—¿Quiénes son ellos?
—Son los descendientes del familiar que fue invocado por medio del muro celestial hace miles de años.
Crismei toma de la camisa al director y lo jala hacia ella. Está muy enojada, por alguna razón.
—¡Son unos impostores! ¡Mi antiguo amo nunca tuvo hijos!- Dijo enojada.
—¡¿Antiguo amo?!- Dijo el director sorprendido.
Alejo a Crismei del director.
—No molestes al director. Lo siento, olvidé decirlo, pero Crismei fue compañera del familiar que fue invocado hace miles de años por medio del muro celestial.
—¡I-increíble! ¡Debes contarme más sobre eso!
—No, no hablaremos de eso, no por ahora. A Crismei no le gusta hablar sobre eso, y no la obligaré a hablar de algo que no quiere.
Miré fijamente al director a los ojos.
—No insista, por favor.
—... Sí... Está bien.
Él sabe perfectamente que debe mantenerme contento si quiere que mi relación con él sea buena.
—Y si Crismei dice que su amo nunca tuvo hijos, significa que esa familia miente... ¿Qué ganan diciendo que son descendientes del familiar?
—Bueno... El Rey les da una serie de beneficios, pues se cree que ellos tienen la posibilidad de lograr invocar a un familiar usando el muro celestial, pues se suponía que eran descendientes de un gran hechicero.
—¿Una serie de beneficios? ¿Cómo cuáles?
—Los mantienen, básicamente ellos no trabajan, el Rey les da dinero. Les da voz en el consejo Real y no se les obliga a pelear en batallas. También... Es algo duro de decir, pero también se aprovechan de los plebeyos sin consecuencias.
... ¿Eh? Esa familia es... asquerosa.
—¿A qué se refiere?
El director levanta la mirada y suspira.
—Es algo que no puedo describir por lo cruel que es, lo siento.- Dijo temblando y una lágrima sale de su ojo derecho.
Lo observo con seriedad, parece que tiene un trauma.
Tiene miedo.
Bajo la mirada y suspiro. Mejor no pregunto más al respecto.
—Ya veo... Bueno, supongo que debo arreglar eso.
—¡Sí! ¡Gracias, Ángel! ¡Debemos arreglarlo!- Dijo Crismei emocionada.
Crismei se transforma en hada y vuela sobre mi cabeza.
—¡No deben aprovecharse de eso!
Crismei vuelve a su forma humana y cae sobre mis hombros.
—¡Vamos, Ángel!
—¿Quieres ir así?
Pone su cabeza en mi cabello.
—¡Es cómodo!
Vaya, vaya... Ah... Qué adorable.
—Se siente como si fueras mi hija... Es un sentimiento muy lindo... ¿En dónde viven?
—Viven en la ciudad norte.- Dijo el director.
... Raro nombre.
—¿Ciudad? Pensé que aquí habría puros pueblos... Supongo que solo debemos ir al norte.
—La ciudad es muy famosa, puedes preguntarle el camino a cualquiera.
—Muchas gracias, director.
Crismei empieza a mover las piernas.
—¡Vamos!
—Creo que le preguntaré a Sonia si quiere acompañarnos... ¿En dónde dormirá?
—La habitación de Sonia ya fue arreglada, supongo que está en su habitación.- Dijo el director.
—Muchas gracias, director.
Me alejo del director y empiezo a caminar.
Me gustaría irme sin decirle nada a Sonia, pero me iría peor cuando regrese.
—Tienes mucha energía hoy, Crismei. Supongo que oír que una familia se hace pasar por descendientes de tu antiguo amo es algo que te causa mucho enojo.
—¡Claro que sí! ¡Hmmmh!- Dijo enojada.
—No te preocupes, lo arreglaremos, iremos a la ciudad norte y... Espera, ¿no sería más fácil ir con el Rey y decirle lo que pasa?
Nos ahorraríamos otro viaje innecesario.
—¡No, quiero hacerlos pagar por mentirosos en persona!
—¿Hacerlos pagar? ¿Qué harás? No los mataremos.
—¡No haremos eso! ¡Solo les pediré que devuelvan todo el dinero que les dio el Rey y que se pongan a trabajar!
—A mí me interesa saber qué les hacen a los plebeyos. El director dijo que se aprovechan de ellos. Qué les hacen algo tan cruel que él no puede describirlo.
—¡Vamos a rescatar a los plebeyos!- Dijo emocionada.
Una nueva aventura nos espera, ¿eh?
—Lo haremos.
Siento que algo sube a mi espalda y empieza a moverse en mi espalda.
¡Uwaaaah! ¡¿Un animal?!
—¡¿Eh?!- Digo asustado.
Intento quitarme esa cosa y siento que agarro algo peludo.
—¡¿Qué es esto?!
Reviso lo que agarré y me doy cuenta de que simplemente se trata de Rei.
—Me asustaste, Rei.
—¡Hola, Ángel!
Extiendo mi brazo derecho para que Rei se siente sobre mi brazo.
—¿Por qué estás despierta a esta hora?
—¡Iré con mi ama a la ciudad sur!
Ciudad norte, ciudad sur. Jaja. Son tan creativos para ponerles nombre a las ciudades, ¿eh?
—Ya veo... ¿Y en dónde está Cristal?
—¡Atrás de ti!
Volteo y no veo a nadie, el pasillo está vacío.
—No está.
—¡Se esconde detrás de esa pared!- Dijo apuntando con su dedo una pared.
Me acerco silenciosamente hacia esa pared... Wow... Qué adorable.
Cristal está sentada en el suelo con la cara completamente roja.
—Espero que no me haya visto. Pensará que lo estoy acosando.- Dijo con la voz más baja posible.
Lo hubieras pensado, porque pude escucharte.
Le acaricio la cabeza y le sonrío.
—¡Te encontré!
Cristal voltea a verme aún con la cara más roja.
—¡¿Eh?!- Dijo asustada y más nerviosa.
—¿Por qué te escondes? No me debes dinero.- Digo bromeando.
—B-bueno... N-no me estaba e-escondiendo. E-estaba... E-estaba...
—No te preocupes. Fue un placer volver a verte, pero me tengo que ir.
Rei se acerca demasiado a mi rostro.
—¡¿A dónde vas?!
—Tengo que ir a la ciudad norte, debo solucionar cierto problema.
—¡¿A la ciudad norte?!
Rei voltea a ver a Cristal y sonríe. Voltea a verme mientras sonríe.
—¡¿Podemos ir contigo?!
—¿Ir conmigo? No creo que puedan, tu ama y tú van a la ciudad sur.
—¡Lo cancelaremos!
—No creo que tú seas la que tome esa decisión.
Rei se aleja de mí y salta al pecho de Cristal.
—¡¿Podemos ir?!
Cristal voltea a verme.
—¿Q-qué dice?
—Ella pregunta que si pueden ir conmigo. Pero supongo que no puedes ir.
—B-bueno... S-si no es una m-molestia, m-me gustaría ir con u-ustedes.
Cristal voltea a ver a otro lado.
—E-espero que n-no sea una m-molestia.
...
...
...
¡Las chicas tímidas son adorables...! Aunque es la primera chica tímida que conozco.
—¿No tienes algo importante que hacer en la ciudad sur?
—No... Simplemente íbamos a ir para visitar un museo.
—Ya veo... Supongo que está bien, pueden acompañarnos.
Rei salta a mi cara.
—¡Vamos!- Dijo Rei emocionada.
Cristal aleja a Rei de mí.
—¡L-lo siento!
—No te preocupes, creo que ya me acostumbré.
Empezamos a caminar juntos.
—Crismei, ¿conoces la ciudad norte?
—Supongo que no... Hace mucho tiempo que no he estado aquí.
Volteo a ver a Cristal.
—¿Conoces la ciudad norte?
—H-he ido un par de veces.
—¿Hay algo que lo distinga? ¿Qué hay ahí?
—E-es una ciudad como cualquier otra... Solo que esa ciudad es muy peligrosa. Un gran grupo criminal se ubica ahí. Se dedican a la venta de drogas y prostituyen mujeres.
Ah... Una organización criminal... Mierda. Bueno, considerando que derroté al caballero más poderoso en segundos, creo que podría derrotar a los miembros de ese grupo criminal.
—Eso también pasa en mi mundo... Creo que la familia Veninfe tiene algo que ver, lo presiento.
—¡¿La familia Veninfe?! ¡¿Por qué crees eso?!
—¿La conoces?
—¡Ellos son descendientes del familiar que fue invocado hace miles de años por medio del muro celestial! ¡Ellos no harían eso!
Crismei me empieza a dar golpes en la cabeza fuertemente. ¡S-sé que estás enojada, pero no me golpees!
—¡Ellos no son descendientes! ¡Son unos farsantes!- Dijo enojada.
—¡Deja de golpearme, Crismei!
—¡¿F-farsantes?!- Dijo Cristal nerviosa.
—Escucha...
•
•
Le conté la situación a Cristal. Ella me creyó por completo, ni siquiera dudó de lo que decía. Ella parece que confía mucho en mí.
¿Cómo se confía en alguien que apenas conoces? No lo sé. ¿Parezco confiable? Ah, no lo sé. Mejor no pienso mucho en eso.
—¿Aún quieres acompañarnos? Si lo que creo es verdad, entonces este viaje puede ser peligroso.
—S-sí, no te preocupes, aún queremos acompañarte.
—Está bien.
Ser acompañado por una chica adorable no suena nada mal.
Aparte, soy fuerte. Si estoy en lo correcto, el jefe final aparecerá en algunos años. Los villanos genéricos no serán un problema para mí... Espera... ¿No me estoy confiando demasiado?
Ah... No lo sé.
Pero...
—Por cierto, Cristal, ¿quieres que te cuente sobre mi mundo?
—¡S-sí, por favor! ¡¿Cómo es?! ¡¿Qué tipo de monstruos hay?!
Cristal es adorable... Y linda. Ese lado tímido es adorable... Me gustaría ser su amigo. Ella no parece una chica molesta como Sonia.
Hablar con ella me hace... feliz... No sé por qué.