Al escuchar mi pregunta Leo contestó después de unos segundos -normalmente te diría que estás jugando conmigo, ¿pero el sueño de ayer se sintió tan real... es que realmente puedes controlar tus sueños? - cuando escuché su pregunta respondí rápidamente -sí, es completamente real, y parece que cuando te conté te di el mismo poder; ¿qué fue lo que soñaste anoche? -.
Leo abrió sus ojos y fijamente me volteó a ver esperando encontrar algún rastro de que mentía, era muy bueno identificando cuando lo hacía, pero esta vez por más que lo intentó no encontró nada, sólo había una posibilidad en su mente... estaba diciendo la verdad.
Después de unos minutos me dijo -fue un sueño muy extraño, me encontraba en la capital, ahí podía ver mucha gente, algunas vestían de manera muy rara, otros tenían tatuajes y aretes por todos lados, habían algunas chicas muy lindas también, es como si realmente hubiese ido a ahí anoche, no sentía nada extraño, normalmente cuando sueño, una parte de mi sabe que no es real y eventualmente despierto después de unas cuantas escenas y al despertar no recuerdo nada, para estas horas del día con suerte recordaría de que trató el sueño, pero... recuerdo todo, todo es tan claro como el día de ayer y el anterior-.
- ¿Cómo lograste despertar? - al escuchar mi pregunta, Leo se sorprendió mucho y me respondió rápidamente -eso fue muy curioso, mientras vagaba por la ciudad cuando llegué a un edificio blanco y enorme, rodeado por jardineras y con muchas personas entrando y saliendo me sentí muy cansado, así que decidí tomar una siesta en una de las jardineras, mientras contemplaba aquel bello edificio y el aura que lo rodeaba; cuando cerré los ojos, estaba en mi cama otra vez y era hora de levantarme-
-Ya veo, tengo que enseñarte a despertar, en la noche, cuando vayas a dormir, volverás a ir ahí y así será cada noche a partir de ahora, cuando quieres que termine solo tienes que decir las siguientes palabras "sistema, quiero despertar", cuando lo hagas estarás de nuevo donde dormiste-. Leo rápidamente perdió la seriedad que teníamos hasta ahora en la plática y dijo - ¿En serio tengo que decir algo tan ridículo? - al escuchar sus palabras no pude evitar reírme con fuerza, empezó a contarme más detalles de las cosas que había vivido el día de ayer mientras dormía.
Y así pasó el tiempo rápidamente, comencé a explicarle todos los detalles que el tecolote me había dicho, exceptuando el hecho de que si no lograba pasar 350 años en el mundo de los sueños para cuando pasaran seis meses tendría que matarlo, sólo le dije que perdería el poder. No tuve el valor para decirle a la cara que en seis meses podría morir y para empeorarlo todo, yo tendría que matarlo... matar a mi mejor y único amigo.