Estaba tan asustado que deseé con todas mis fuerzas poder volar como en mis sueños y llegar a ver si Leo había despertado, rápidamente llegué a su casa y toqué la puerta a toda prisa. Su papá abrió la puerta, pude notar en su cara que estaba muy molesto por la visita a una hora tan temprana, pero fue amable hasta donde su enojo le permitió -Teo, ¿qué haces aquí tan temprano? ¿no has visto la hora que es? apenas están saliendo los primeros rayos del sol- entonces recordé que este era el mundo real, no podía actuar como cuando estaba en mi mundo.
Ante tal pregunta, solo pude idear la primera mentira que se me vino a la mente-perdóneme, es que hoy quedé con Leo de que iríamos a hacer ejercicio antes de ir a trabajar, seguramente se quedó dormido- parecía que funcionó, porque la cara del señor Román se aligeró bastante, entonces me invitó a pasar y fue a "despertar" a Leo.
-Leo, Teo está aquí, apúrate a despertar, que se les va a hacer tarde- gritó eso mientras tocaba su puerta, entonces su hermano mayor Luis salió de la habitación y dijo, -papá parece que Leo no quiere despertar, ya lo intenté y nada, ¿será que está enfermo? se ve algo pálido- escuché todo lo que dijo Luis, entonces me puse pálido y me asusté demasiado, tuve que usar toda mi fuerza de voluntad evitar ir a ver a Leo, estando en casa ajena no está bien que me pasé como si fuera mi casa.
El señor Román fue a ver a Leo en su cama, y pudo notar como estaba ardiendo en fiebre, por lo que se espantó y dijo -tienes razón, no se ve nada bien, debió enfermarse, será mejor ir por el doctor Guzmán- se giró y regresó a donde estaba y me dijo - lo siento Teo parece que no se siente bien, así que tendrán que esperar sus planes.
Le pregunté con un tono mucho más fuerte del que había pensado - ¿qué tiene? ¿puedo ...? - entonces corté mis palabras, noté como estaba casi gritando y estaba por ser aún más grosero al pedir pasar a su habitación cuando él ya me había dicho que me fuera; por suerte logré contener mis últimas palabras, si mi padre se enterara de que le grité y todavía fui grosero, no tendría que esperar a que pasaran seis meses ya que seguro me mataría.
Traté de calmarme y le pregunté - ¿cree que necesite ver al doctor Guzmán? - a lo que el asintió con una notoria preocupación en su rostro - ¿cree que pueda ir a traerlo yo? - entonces después de pensarlo un poco dijo -me parece una buena idea, hoy tenemos Luis y yo que entregar un pedido grande y no podremos ir por él y mi esposa como administradora de los baños no puede faltar tampoco, creo que tendré que molestarte Teo-.
Rápidamente me despedí y a toda la velocidad crucé todo el pueblo hasta llegar a la casa del doctor Guzmán, teníamos mucha suerte al tener un doctor tan cerca, no todos los pueblos tenían un doctor, algunos de ellos tendrían que viajar aun en carro por varias horas para llegar al más cercano. En cuanto le expliqué la situación tomó unas cuantas cosas y las arrojó al pequeño coche que tenía haciendo que rápidamente llegáramos a la casa de Leo.