-Es nuestro- su voz temblaba, todos giraron sus cabezas a mirarlo, entonces se escuchó la risa burlona de algunas personas y un hombre gritó -no es cierto, es mío- pero no fue el único cada vez se sumaba más gente proclamando que era su dinero, nadie escucho a mi amigo Leo, quien se acercó a aquella pila de dinero y poniendo una mano sobre esta dijo -eso es mentira, todos ustedes mienten es mío y de mi amigo Teo-.
Entonces el viento sopló una vez más y más dinero salía volando, la gente tímidamente empezó a tomarlo, entonces se dieron cuenta de que nada sucedía, todos comenzaron a tomar con más confianza el dinero, cuando nos dimos cuenta la gente estaba acercándose más y más a aquella pila de billetes.
Entonces fue que comenzó, todos empezaron a tomar todo el dinero que podían llevar, incluso unos comenzaban a discutir por tomar el dinero, no tardó mucho en que la gente comenzaba a golpearse por tomar más dinero, entre el viento que soplaba y la gente discutiendo, se hizo mucho ruido que solo atrajo la atención de más gente, incluso el señor que nos había ofrecido entrar se había unido a la revuelta.
Tomó una pistola de su cinturón y disparó al cielo, todos asustados comenzaron a correr con el dinero que ya nos habían robado, Leo y yo estábamos tratando de defender el dinero y quitarlo de las manos de todas las personas que podíamos, pero solo nos ganábamos el ser golpeado y que nos insultaran una y otra vez.
Cuando la gente se había dispersado a causa del disparo el señor gritó -todos dejen el dinero que se están llevando aquí, lo entregaremos a su legítimo dueño- la gente no escuchó y comenzó a huir del lugar, él trató de atrapar a los primeros en correr, pero cuando vieron que se había ido persiguiendo a aquellas personas, todos los que estaban lejos corrieron para tomar más dinero y huir a toda prisa.
Aquel hombre al ver lo que sucedía regresó, pero no podía hacer nada, eran muchas personas, así que pidió refuerzos, unos hombres vestidos con el mismo chaleco que este, ya estaban llegando, alertados por el disparo anterior, al ver la escena todos se quedaron sorprendidos, incluso cuando ya habían robado bastante aún quedaba mucho dinero volando por el lugar y una gran pila frente a la puerta principal. Rápidamente Leo y yo tomamos un poco del dinero de la pila, lo metimos en nuestros bolsillos y corrimos, lo que menos queríamos eran problemas.
Corrimos con nuestro dinero, como si lo hubiésemos robado. Cuando habíamos cruzado una gran calle en la que todos los autos estaban detenidos, algunos veían el dinero volar y otros más astutos ya habían bajado de sus autos a intentar tomar una parte, sólo pudimos ver como cada vez más gente se acercaba con las manos vacías y luego huía a toda prisa del lugar. Todo esto continuó hasta que se escucharon unos sonidos muy fuertes que se acercaban.