Cuando Teo escuchó las palabras del tecolote un gran deseo de poder llenó su mente y corazón pensaba - ¡¿qué podría hacer si tuviera este poder?! tal vez una casa más grande como las de los anuncios en la televisión; o una novia súper hermosa... cada idea que llegaba a su mente reforzaba una única idea dentro de él "tengo que completar el entrenamiento lo más pronto posible"
-¿Qué necesito hacer para comenzar con el entrenamiento?- preguntó Teo, mientras sus ojos brillaban con sed, una sed que nunca había sentido, cualquier persona hubiera podido ver ese fuego en sus ojos -parece que por fin nos estamos entendiendo. Si realmente quieres comenzar con el entrenamiento podríamos empezar ahora mismo, pero te advierto que es casi un hecho que morirás, de la manera más lenta, dolorosa posible; tanto tu cuerpo como tu mente sufrirán un dolor que nadie podría soportar o acostumbrarse, y mucho menos un débil y pequeño pollu... humano como tú- entonces hizo una pequeña pausa mientras disfrutaba la reacción llena de miedo en el rostro de Teo.
-Entonces, ¿comenzamos? o ¿prefieres terminar de acostumbrarte a estar aquí primero? - preguntó mientras disfrutaba cada detalle en el rostro lleno de miedo en la cara de Teo. - ¿Qué sucederá si muero aquí? - preguntó Teo a lo que el tecolote le respondió -No puedes morir aquí, es imposible, ni siquiera yo puedo matarte en este lugar-.
Entonces Teo notó como estaban dentro del bosque, justo en el lugar donde se encontró con aquel tecolote por primera vez; mientras se estaba acostumbrando su mente al cambio de escenario y empezaba a razonar lo que sucedía, algo sucedió, su vista comenzó a cambiar, es como si se estuviera desmayando. Entonces calló y rodó por el suelo, cuando al fin se detuvo no veía nada más que los árboles y arbustos que lo rodeaban, pudo sentir un dolor increíblemente fuerte en su cuello mientras que una sensación de ahogarse llenó su mente, haciendo que lentamente fuera llenándose de una desesperación por respirar, su cabeza parecía que iba a explotar y no importaba que tanto intentara mover su cuerpo, nada se movía, solo unos gemidos de ahogo salían de su boca. Entonces sintió como jalaban su pelo y lo levantaban en el aire.
La voz del tecolote se escuchó en su mente diciendo -mira, ese es tu cuerpo- haciendo un esfuerzo por concentrarse en entender lo que veían sus ojos, pudo ver su cuerpo, tirado en el suelo, sin su cabeza, ¿cuándo fue que...?, ¿voy a morir?, ¿cómo es qué...? Mil preguntas llenaban su mente, mientras su vista era cada vez más borrosa y el dolor aumentaba a cada segundo.
-Tranquilo pollu... Teo; no puedes morir, solo tienes que decir "sistema, quiero que mi cabeza regrese a mi cuerpo" escuchando lo que el tecolote acababa de decir, reunió toda su fuerza para repetir las palabras, en ese momento, todo el dolor desapareció, pudo respirar nuevamente y su cuerpo lo podía mover una vez más. Mientras regulaba su respiración y su mente, vio al tecolote mirándolo desde una rama.