Tratando de disimular la creciente erección que la imagen de tocar a una mujer provocó, empezaron a bromear y a hacer toda clase de preguntas a Luis, este al ser un joven de diecinueve años, disfrutaba la sensación de ser más experimentado, así que empezó a decir algunas mentiras a los jóvenes y a presumir sus escasos avances sexuales con una pobre chica que vivía no muy lejos de su casa.
Llegaron cuando el sol descansaba completamente y una hermosa luna menguante iluminaba parcialmente el camino, estaban a las afueras de los baños termales, Luis comenzó a trepar un árbol, y fue ahí cuando notaron que ya había más gente en la parte superior. Las personas arriba del árbol los vieron llegar y rápidamente los reconocieron, también trabajaban en la fábrica y aunque no eran compañeros cercanos no tenían una mala relación con ellos.
Cuando un joven con algo de sobrepeso, y una barriga digna de una gran tomador los vio con cara de molestia le dijo a Luis -¿por qué trajiste a esos niños aquí? solo harán que nos descubran- al escuchar la pregunta de su amigo, Luis respondió sin dudar -no te preocupes gordo, nadie nos vio venir y no son tan estúpidos como para hacer ruido y nos descubran- el gordo giró su cabeza para seguir viendo a las pobres chicas y le respondió -más te vale, si me viejo recibe más quejas de mi me mandará a estudiar al ejército y eso de estar marchando de aquí para allá no es lo mío-
En silencio el grupo disfrutaba de la vista, Leo y Teo no podían dejar de ver a una chica de pelo rojo, piel blanca, con algunos tatuajes y un pecho que aún si no era muy grande parecía desafiar la gravedad, con forme la luna fue acercándose a su cenit, el baño quedó vacío por lo que todos decidieron regresar a sus casas.
En el camino de regreso a sus casas, Leo y Teo se adelantaron a Luis que venía con sus amigos hablando sobre lo que vieron, -ahora sí, ¿qué me querías decir en la mañana? - preguntó Leo -pensé que nunca ibas a preguntar, anoche tuve un sueño increíble en el que tocaba a una chica...- al escuchar esto Leo puso una cara de decepción y dijo - ¿me tienes tan intrigado todo el día para contarme tus sueños húmedos? - y se abalanzó sobre el cuello de Teo para hacerle una llave.
- ¡Para que me duele! - gritó Teo y soltó un golpe en el abdomen a su amigo, cuando lo soltó le dijo, no es un sueño húmedo, yo pude controlar todo lo que sucedía desde que me quedé dormido, ¿recuerdas ayer que seguí el camino a mi casa solo? pues unos tipos estaban talando árboles y me mataron en el proceso, entonces un tecolote me salvó y me dio el poder de controlar mis sueños-.
Cuando Leo escuchó esas palabras no pudo evitar soltar una fuerte carcajada que molestó mucho a Teo - ¡qué sueños tienes! ojalá yo también tuviera sueños así- Teo le dijo firmemente - te digo que es real, no miento- y Leo respondió -si es tan real porque no me enseñas, yo también quiero sentir el cuerpo de bellas mujeres-.