Mientras tanto, en una habitación dentro de la mansión del jefe de la aldea, se encontraba sentado un chico de unos 7 años, aparentemente sumido en sus pensamientos.
Si Abel estuviera aquí, reconocería inmediatamente que era el chico despiadado que lo atacó unos momentos antes, pero quizá se sorprendería ya que, a diferencia de su apariencia tranquila y dominante, su expresión en este momento era bastante aterradora, al parecer, había recordado algo desagradable.
"Maldición, ese maldito farmacéutico se rehusó a venderme la flor de agua pura, sin ella, no podré ganar puntos con el anciano de la secta nube azur."
El chico esta mañana había escuchado a escondidas una discusión que tuvo su padre con uno de los ancianos que había llegado visitando a la aldea, aunque desconocía el motivo por el que llegó de manera improvista (para cuando llegó, ya habían dejado de discutir ese tema), sí escuchó una petición que el anciano le hizo a su padre.
Por un momento, la conversación que escuchó el chico se reprodujo en su mente.
"Entonces espero que te prepares, solo te estoy informando de ello con anticipación ya que veo con buenos ojos el talento demostrado por tu hijo menor, además de la recomendación de tu padre."
Esas fueron las palabras que el anciano le dijo a su padre, quien inmediatamente se inclinó en señal de respeto antes de responder:
"No se preocupe, mi hijo a demostrado un gran talento en el cultivo, es solo que me resulta algo extraño que su secta que se destaca por sus técnicas de atributo agua busque a mi hijo que tiene afinidad al fuego."
Al escuchar esto, el anciano frunció el ceño por un momento antes de responder:
"Yo tampoco estoy muy seguro, el maestro de secta ordenó buscar talentos con afinidad al fuego recientemente, y entre ellos, su hijo es uno de los talentos más destacados que encontramos."
Aunque aún algo dudoso, el jefe de la aldea solo pudo suspirar antes de darle su palabra al anciano.
Así, el anciano estaba a punto de salir, cuando al parecer recordó algo y se dirigió nuevamente hacia el jefe.
"A si, una cosa más, la secta está buscado cierta hierba espiritual, por lo que se estableció una misión para ella, pensé que como el bosque Dhaur esta cerca de ustedes, su probabilidad de encontrarla es bastante alta."
Ante esto, el jefe de la aldea se sorprendió un poco, antes de decir:
"Si bien es cierto que durante este tiempo hemos encontrado bastantes hierbas espirituales, si es una que incluso ustedes necesitan dudo que podamos encontrarla."
Al escuchar esto, el anciano solo sonrió un poco y respondió:
"O no te preocupes por eso, solo pregunté casualmente, después de todo, uno nunca sabe qué es lo que pueda pasar, así que incluso si no encuentras nada, no importa."
Escuchando esto, el jefe de la aldea soltó un suspiro de alivio antes de decir:
"Si ese es el caso, entonces me quita un peso de encima, haremos todo lo posible para encontrar esa hierba espiritual."
Diciéndose eso con gran confianza, el jefe de la aldea sonrió satisfactoriamente.
Ante esto, el anciano asintió y dijo:
"No dudo de ello, la hierba es una flor de agua pura, generalmente crecen en la orilla de los ríos con gran concentración de qi espiritual, si la consigues, te daré unos cuantos puntos para que puedas intercambiar directamente con la secta algo que necesites."
Diciendo esto, el anciano pensó por un momento antes de agregar:
"Además prepárate, no queda mucho tiempo hasta la selección, así que ten todo en orden, volveré unos días antes, si encuentras la hierba, ya sabes cómo contactarme."
Y diciendo esto, el anciano salió de la mansión, dejado atrás al jefe de la aldea, cuya sonrisa desapareció rápidamente mientras fruncía el ceño.
"Lo único que escuché eran problemas por parte de él, no solo por la selección adelantada o la hierba espiritual, lo que me preocupa es el repentino interés de una secta dedicada al atributo agua ahora se interese por cultivadores con atributo fuego."
Con esta duda en mente, el jefe dejó la sala y se fue en dirección a su habitación.
Habiendo terminado de recordar este pequeño episodio, el chico reflexionó por un momento.
"Con "selecciones", creo que se refiere a la competencia que organizan las sectas para reclutar discípulos, pero hasta donde sabía, faltan 2 años para eso."
"Bueno, si para ese llegó el anciano esta mañana, entonces con más razón para obtener esa flor de agua pura, con ella, mi ingreso a la secta y mi permanencia en ella será mucho más fluida, necesito esos puntos de contribución."
Muchas de las sectas organizaron la distribución de recursos de esta manera, debido a que cada secta tenía una gran cantidad de discípulos, aunque entregaban cierta cantidad de recursos cada mes a sus discípulos, si éstos no destacaban, entonces serían expulsados.
Pero aquí estaba el problema, con más recursos, más progresaban los discípulos en su cultivación, es por esto que la pelea por ellos era bastante reñida, y es ahí donde entraban los puntos de contribución.
Con suficientes puntos de contribución, podías cambiarlos por recursos, ya sean píldoras, técnicas marciales y manuales de cultivo, es por ello que cada discípulo de una secta valoraba mucho cada punto de contribución.
Pero obtener puntos de contribución no era fácil, cuando un discípulo entraba a una secta recibía cierta cantidad para solventar sus necesidades básicas, si quería obtener más, entonces tenía que realizar las tareas que la secta encomendaba, mientras más difícil y peligrosa sea, mayor la cantidad de puntos que te otorgan.
Recordando este hecho, el chico se enfureció más al recordar el rechazo del farmacéutico, después de todo, para él era como si el farmacéutico le negara sus puntos de contribución.
"Solo fui un poco más lento, de lo contrario, esa flor de agua pura ya sería mía y solo tendría que buscar mi oportunidad para entregársela a la secta nube azur."
En sí, se podría decir que el chico tuve muy mala suerte.
Después de enterarse de la flor, recordó que, uno de sus compañeros que fueron a cazar, mencionó que la última vez encontraron un buen lugar para el cultivo en el bosque cerca de un río, el problema era que, al parecer, una bestia se había hecho su guarida en ese lugar y como tenían poca gente, decidieron dejarla en paz por el momento y regresar en la siguiente salida.
Pensando en esto, el chico hizo una hipótesis audaz, ¿Y si lo que protegía la bestia podría ser una flor de agua pura?, aunque él no conocía los detalles exactos, solo por cómo describió el lugar, encajaba mucho con lo que mencionó el anciano sobre el lugar donde crecían éstas.
Con este pensamiento en mente, calculó que ese grupo debería estar ya por regresar, y si encontraran algo, lo más probable es que inmediatamente lo intercambien o lo venden a la farmacia de la aldea.
Así, el chico fue rápidamente en dirección al bosque, esperando al menos interceptar al grupo para comprobar su hipótesis.
Algún tiempo después, el chico logró encontrar al grupo, y cuando éste le comentó si encontraron una hierba especial en ese lugar, éstos reconocieron que sí, y que la bestia además les costó mucho esfuerzo derrotarla, siendo su primer encuentro una derrota total.
Esto último poco le importó al chico, quien al escuchar que encontraron una hierba particular en ese lugar, se entusiasmó antes de exigir que se la entregaran y que él luego los compensaría por ella.
Lastimosamente para él, el grupo le comentó que, como no tenían ni idea de cómo tratar con la flor, además de no tener un lugar especial para almacenarla, decidieron hacer lo más rudimental y bárbaro posible, tomaron la flor y eligieron a alguien lo suficientemente rápido para llegar rápidamente a la aldea y que el farmacéutico se hiciera cargo de ella.
Al escuchar esto, el chico casi los insulta y reprende, pero se contuvo y preguntó cuánto tiempo había pasado desde entonces, a lo que el grupo le dijo que ya habían sido unas horas, por lo que debería estar llegando ya a la aldea.
Así, sin despedirse del grupo, el chico salió disparado en dirección a la aldea nuevamente, lamentando no haber pasado por la farmacia antes de salir en dirección al bosque.
Fue un tiempo después que, cerca de la farmacia, se topó con Yun quien también iba hacia ella para comprar una medicina, al final, los 2 llegaron a ella, solo para darse cuenta que el cazador ya había vendido la hierba al farmacéutico.
Aunque esto decepcionó un poco al chico, aún se calmó, antes de preguntarle al farmacéutico sobre el origen de la hierba.
Lo cual, para regocijo y felicidad del chico, era realmente una flor de agua pura, y que, a pesar del rudo tratamiento de los cazadores, aún se encontraba en buenas condiciones.
El resto es sencillo de deducir, el chico exigió esa hierba al farmacéutico, cosa que el rechazó, aparentemente tenía otros planes con la hierba, lo que terminó enfureciendo al chico culminando con el encuentro con Abel.
En este momento, el chico podía jurar que fue su día más desafortunado hasta ahora, primero llenándolo de esperanza por su vida en la secta hasta llevarlo a la desesperación por su incapacidad para obtener la hierba espiritual.
"Hmph, aunque no quería recurrir a ello, no me queda más opción que contarle a mi padre sobre la hierba para que se la arrebate a ese maldito farmacéutico, es solo que mi recompensa será mucho menor de la que sería si yo la presentara formalmente a la secta."
El chico tardó un tiempo en recomponerse, sus emociones aún estaban bastante agitadas, se podría decir que éste fue su primer revés hasta ahora, por lo que no fue hasta el anochecer que logró calmarse un poco y pensó en otro tema interesante.
"Dejando de lado ello, no esperaba que hubiera otro cultivador con atributo fuego en la aldea, además, mi padre no le comentó esto al anciano de la secta."
"Jejeje, y no solo eso, parece que su talento es incluso mayor al de mi estúpido hermano, me pregunto, si le comento esto a la secta, ¿recibiré algún beneficio extra?"
Esta idea pasó por la mente del chico antes de suspirar y negar con la cabeza.
"Olvídalo, si mi padre no dijo nada, debe ser por algo, además ese golpe mío debió haberlo dejado mal herido, dudo que pueda hacer algo con las selecciones tan cerca, jajajaja, pobre desgraciado, su futuro se arruinó de esa manera."
Riéndose de la desgracia del niño que conoció esta mañana, el chico se levantó y se dirigió a la habitación de su padre.
Mientras tanto, en la biblioteca de la aldea, Abel estornudó mientras leía un libro bastante interesante.
"Extraño, esta es la primera vez que me pasa algo así desde que llegué a este mundo, dudo que sea un resfrío… ¿Alguien estará hablando mal de mí?"
Con esta duda, Abel siguió leyendo su libro tranquilamente.