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Chapter 46 - CAPITULO 45: LEÓN DE FUEGO Y TRUENO AZUL

"Bestia de rango 3, león de fuego y trueno azul."

Al conocer la identidad de la bestia a la que se enfrentaba, la desesperación llenó a Abel, pero calmó sus emociones rápidamente, centrándose en la bestia frente a él, la cual aún no había hecho ningún movimiento, observándolo en silencio.

"No es momento de perder la calma, después de todo, ya esperaba este tipo de situaciones cuando comprendí como era este mundo, pero, aun así, hay una gran diferencia entre leer cómo los protagonistas enfrentan sus adversidades y hacerlo tú mismo."

Solo la mera presencia de la bestia, el aura de dignidad y majestad que la llenaba hacía temblar el cuerpo de Abel, soportar esto ya era una tarea difícil para Abel, ni que hablar de enfrentarla.

El león no hizo ningún movimiento, solo miraba Abel con una pizca de interés, quizá a sus ojos, Abel no era más que una hormiga que, para desgracia suya, llamó su atención.

Esto le dio tiempo a Abel para prepararse mentalmente, el león ante él era sin lugar a dudas una bestia de rango tres, aunque si algo era para celebrar, era que, al parecer, su avance fue reciente, por lo que su poder debería estar en los primeros niveles de soldado marcial.

Aun así, sin dos espadas, a Abel le resultaría muy difícil enfrentar a un oponente en la etapa de soldado marcial, sino imposible, y menos una bestia que por naturaleza, eran más poderosas físicamente que los humanos.

Notando esto, Abel empezó a buscar en sus recuerdos toda información sobre el león frente a él.

"León de fuego y trueno azul, como su nombre sugiere, es una bestia que se especializa en ataques con fuego y trueno, usando el trueno como velocidad y el fuego para atacar, es una de las bestias más peligrosas en la etapa de soldado marcial, además su pelaje azul noche la hace muy difícil de…, espera, ¿pelaje azul noche?"

Al pensar en este detalle, Abel inmediatamente observó detenidamente al león, solo para notar un hecho que lo aterró de sobremanera.

"Ese león no tiene pelaje azul noche, es color azur, además ahora que me fijo, sus ojos tienen diferente color, no me digas que…"

Las palabras se trabaron en su boca, la calma que había logrado conseguir se esfumó de inmediato cuando 2 palabras aparecieron en su mente repitiéndose como disco rayado.

"Bestia mutada, una bestia mutada de rango tres, león de trueno y fuego azul."

Llegando a esa conclusión, cualquier pensamiento de victoria y supervivencia se esfumó de Abel, de ser posible, incluso el mismo entraría directo a la boca de aquel animal y le pediría una muerte indolora, después de todo, una bestia mutada de ese nivel estaba completamente fuera de su liga.

"Y yo aquí que soñaba con un gran futuro, jajajaja, que risible, ¿tan muerto me quieren los cielos para que mi perseguidor sea una tan rara bestia mutada de rango tres?"

Su pensamiento no estaba equivocado, la bestia que tenía frente a él era por lo que el guardia en aquel entonces le deseó suerte, en ese entonces, el león aún era rango dos pico, pero los cazadores lo confundieron con una bestia de rango tres, por lo que decía mucho de su fuerza en ese momento, ni que mencionar ahora que ya se encontraba oficialmente en el rango tres.

"Una bestia mutada puede trascender niveles de cultivo, si acaba de llegar al rango tres, fácilmente puede matar a un cultivador en la etapa de soldado marcial temprano, solo un soldado marcial intermedio puede darle pelea."

Así es, solo darle pelea, no derrotarla, así de poderosas eran las bestias mutadas, además de ser extremadamente raras, su poder superaba por mucho las de sus contrapartes normales, se podría decir que, si Abel tenía un 30% de esperanza de sobrevivir a un león de fuego y trueno azul normal, frente a esta bestia y sin sus 2 espadas, su esperanza era muy cercana al cero.

Al león al parecer le parecía divertido el cambio de expresiones en el rostro de Abel, ya que, incluso después de un tiempo, aún no atacó, mientras su mirada era la de un cazador viendo a una hormiga interesante hacer el ridículo.

Pero al león ya se le estaba acabando la paciencia, por lo que, incluso con la visión dinámica de Abel, el ataque que el león le lanzó casi lo toma desprevenido.

De repente, ante Abel, una enorme bola de fuego estaba a punto de estrellarse en él, por lo que rápidamente evadió, pero, aun así, parte de su ropa terminó quemándose.

"Maldición, ese solo fue un ataque de prueba, ¿y casi me hace instakill?, parece que esta hermosa cascada será mi tumba."

Al león no parecía importarle que Abel hubiera esquivado su ataque, así que rápidamente, empezó a lanzar más bolas de fuego desde su hocico.

Abel esquivó desesperadamente, apenas si tenía margen para observar cada trayectoria y esquivar por los pelos, además su cabeza estaba hecha un revoltijo, sin voluntad para pelear realmente con la bestia.

El león parecía divertirse al ver a Abel esquivando sin defenderse, así que lanzó más bolas de fuego cada vez más rápido, desgraciadamente para Abel, no pudo esquivar correctamente una, enviándolo a volar estrellándose contra la cascada.

Por un momento, Abel se desmayó, pero el dolor lo abrumó despertándolo rápidamente, a lo que Abel observó su estado, solo para desesperarse aún más.

Aunque logro frenar parte del golpe ya que en el último momento atacó con su daga, aun así, recibió mucho daño, gran parte de su cuerpo se encontraba quemado, su cabello prácticamente había desaparecido, y algunos de sus huesos por el impacto se fracturaron, situación era crítica.

"Maldición, aunque apenas respondí a tiempo, aun así, solo una bola de fuego fue suficiente para casi matarme, y esa cosa las lanza a quemarropa, sin mencionar que ni siquiera se está poniendo serio."

Estos pensamientos solo hicieron que Abel se desesperara cada vez más, parecía que este lugar realmente se convertiría en su tumba.

Así, levantándose temblorosamente, Abel logró ponerse de pie, el agua de la cascada que se había evaporado hace un momento por el ataque del león ya volvía a correr, su frialdad hizo que Abel se calmara un poco mientras intentaba encontrar alguna oportunidad de supervivencia.

"El león solo está usando ataques débiles de fuego, aún no ha usado su elemento rayo, de lo contrario, ya habría dejado este mundo hace minutos, por lo que su única debilidad es que me subestima."

"Además de lo que leí, las especies de leones tienen su debilidad justo debajo del mentón, cerca del cuello, si atino un golpe a toda potencia mío, quizá sea capaz de derrotarlo."

Con este pensamiento, Abel tomó rápidamente su decisión y miró en dirección hacia el león, dispuesto por fin a arriesgar todo por una oportunidad de supervivencia.

Mientras tanto el león, al ver la mirada en los ojos de Abel, se enfureció, sentía que su prestigio como una bestia superior fue desafiado, después de todo, a sus ojos, era como si una hormiga lo viera como una presa, intentando desafiarlo.

Ante esto, el león rugió con furia, de repente, sus extremidades se llenaron con la vista de relámpagos, desapareciendo de su lugar y apareciendo justo detrás de Abel.

Aunque Abel ya no podía seguir su velocidad, sus instintos le dijeron que lo más probable es que la bestia atacara por la espalda, así que, al ver que el león desapareció, rápidamente esquivó hacia un lado, evitando por poco sus garras.

Esto solo hizo que el león se enfureciera aún más, atacando cada vez más rápido, incluso lanzando una que otra bola de fuego adicional.

Abel solo podía esquivar pasivamente, sin encontrar ninguna oportunidad para devolver el golpe, por lo que, para evitar ser un blanco fácil, Abel no tuvo otra opción que alejarse del claro y cubrirse con los árboles del bosque.

"Es demasiado rápido para seguirle el paso, si quiero retrasarlo por lo menos 1 segundo, no tengo otra opción más que usar los árboles del bosque como cubierta para sus bolas de fuego, además dudo que sea tan ágil en un entorno con tantos árboles."

Fue más o menos como supuso Abel, si bien las bolas de fuego quemaron algunos árboles a la redonda, esto también impidió que la velocidad del león explotara con todo su potencial, parecía que no era tan ágil como para esquivar mientras intentaba matar a Abel.

De esta manera, ambos se fueron internando cada vez más en el bosque, pero Abel aún no pudo encontrar una oportunidad para golpearlo, sin mencionar que, a pesar de que su cuerpo se recuperaba poco a poco, su resistencia se estaba acabando, no duraría mucho si seguía esquivando y no atacando.

"Esto no puede seguir así, a este paso seré yo el que se canse y termine en el estómago de esa bestia."

Este pensamiento surgía en la mente de Abel cada segundo, solo para ser sofocado por él, mientras intentaba mantener su mente serena y tranquila aun a pesar del peligro en el que se encontraba.

Poco a poco, y sin que él se diera cuenta, se habían internado mucho en el bosque, las bestias de la zona hacía tiempo que habían huido, dejando solos a este par de bestia y humano, que estaban destruyendo todo el bosque por donde pasaban.

Así, Abel llegó a otro claro en el bosque, mucho más adentro, además parecía que se encontraba río arriba desde la cascada, ya que podía oír el agua del río correr no muy lejos de él.

Mientras tanto el león estaba completamente furioso, la hormiga a la que podía aplastar en cualquier momento no solo resultó más escurridiza que un pez, sino que cada vez que esquivaba sus ataques parecía que se burlara de él, atentando a su orgullo.

Así, el león rugió con más fuerza, de repente, rayos púrpuras cubrieron completamente su cuerpo, mientras levantaba su hocico creando una enorme bola de fuego y relámpagos.

Ante esta vista, Abel supo que su oportunidad había llegado, su concentración se llevó al límite, permitiéndole captar en detalle cada movimiento del león, que parecía estar preparando un ataque devastador.

"¡Es ahora o nunca!"

Encontrando el momento exacto justo antes que el león lanzara su ataque, Abel se lanzó directo hacia él, mientras reunía su qi celestial en su daga, pronto, este qi comenzó a crecer y alargarse, haciendo que la daga se asemejara más a una espada.

Así, reuniendo todo de él en ese ataque desesperado, corrió y cortó con esa espada la garganta del león.

Por un momento, el tiempo pareció detenerse en ese instante.