—¿Tú qué opinas Boby?
—…
—Cierto, muy cierto, pero secuestrar es una palabra muy fea, digamos que la situación me obligo a protegerla contra su voluntad mientras estaba inconsciente.
—…
—¡No me justifico...! Solo quiero ver otros puntos de vista sobre esta situación.
—…
—Bueno, tal vez si estuvo mal todo lo que hice, pero en mi defensa necesitaba conocer el idioma y no esperaba que ella fuera tan necia como para pelear hasta desfallecer.
—…
—A veces tus palabras duelen mi estimado amigo… Sin embargo, creo que tienes muchísima razón, debo disculparme.
—…
—Podría usar comida, ¿Crees que estará bien? Digo, la comida siempre ayuda a mejorar el estado de ánimo y siempre sirve para calmar la ira de una mujer.
—…
—En la tierra si funcionaba, déjame al menos intentarlo, no pasa de que intente apuñalarme de nuevo.
—…
—Opps perdón por ser tan optimista señor "soy perfecto y no me equivoco"
—…
—Tienes un buen punto, de igual forma ya no tengo trozos grandes del cerdo-toro como hacer un asado; por fortuna traje conmigo algunos de los lagartos que ella normalmente caza, aunque estos están mucho más grandes, supongo que tenemos comida para los dos durante unos días.
—…
—¿Por qué la devolvería a su casa? Ella puede ser feliz aquí, la cabaña ya está amueblada, hay un baño muy espacioso con tina y un sauna al aire libre, tengo un pequeño huerto, el horno de piedra es maravilloso, el sistema de drenaje funciona y no contamina el lago, bro, básicamente este es un paraíso comparado a su aldea toda primitiva y marginal.
—…
—¡No me vengas con tu pseudo moral humana, eres un tronco te puedo hacer leña si quiero!
—…
—…Perdón bro, no quería decir eso, solo que no me siento bien y estoy algo confundido. Es cierto que ella me gusta y al mismo tiempo nunca había actuado así de estúpido con una mujer. Tal vez es el cambio de mundo y que las cosas estén pasando tan rápido. No lo entiendo completamente, no importa cuán fuerte sea, siempre termino arruinando todo. No tengo la inteligencia ni el control emocional sobre mí como debería.
—…
—¿Estás seguro? Sigo sin convencerme de que disculparme arregle todo…
—…
—Ya veo, puede funcionar. Ahora solo queda saber que haré de comer… Gracias Boby, siempre es bueno hablar con alguien de confianza
Cuando me di la vuelta, un par de orejas de rojas puntiagudas temblaban de miedo. Por lo visto la joven elfa ya había despertado, se encontraba en la puerta de la cabaña envuelta con una manta de piel que la abriga del frio nocturno. Por la manera en que me observa, probablemente habrá escuchado todo lo que platique con el silencioso Boby.
Si yo fuera alguien ordinario me avergonzaría de ser descubierto al estar hablando con un tronco al que le dibuje una cara, sin embargo, no es algo que me preocupe. Mi nivel de locura está en una escala nueva cada día y estoy bien así.
—¿H-hablas… con la naturaleza? —una pizca de miedo y curiosidad se deslizo entre sus palabras— Escuche que los grandes brujos de era antigua podían hacer esas cosas… ¿Eres uno de esos?
Lo entendió a su modo, supongo que es lo mejor. Le seguiré el juego.
—Él es Boby, es un gran oyente y últimamente consulto con él cuando no estoy completamente seguro de algo.
—Estabas usando un lenguaje distinto… ¿Él puede entenderlo?, sonaban a muchos acentos distintos.
No lo había pensado, pero normalmente hablo el idioma que predomine en la región, ahora que he estado solo supongo que he mezclado un poco de todos los idiomas que manejo. Me recuerda a una vez cuando me preguntaron, ¿En qué idioma pensará un sordo?
De igual forma no tengo una lengua madre a la que me puedo aferrar, como vagabundo eso nunca fue importante. Por otro lado, ahora tengo la sensación de que cada vez caigo en el abismo de la locura hasta un punto de no retorno.
—Como dije, es buen oyente. No tienes que preocuparte por él; en todo caso, es mejor ver las cosas frente a ti, se hizo de noche mientras te recuperabas y te traje a mi humilde hogar para que puedas descansar, ¿Quieres algo de cenar? —intenté mantener una sonrisa tranquila mientras decía eso.
Sus orejas se tiñeron de rojo y un leve rubor en sus mejillas apareció al mismo tiempo que su panza gruño. Demonios es demasiado adorable. Debo controlarme, no sería bueno si empiezo a ser un enfermo degenerado de nuevo. Soy un hombre sereno, una bestia tranquila y domesticada.
—Aun no respondes mi pregunta, ¿Eres uno de los brujos de la era antigua? Pareces un trasgo, pero tu piel no es de los colores habituales, además esa fuerza y magia que posees es muy superior a lo que conozco.
—No conozco a ningún… trasgo o lo que sea eso. Soy Jack de la raza bestia, básicamente no soy de este mundo, esta tampoco es mi forma real, es solo una transformación que me ayuda mucho. Tampoco soy brujo; uso magia, pero se supone tiene un trasfondo científico que nunca intente entender del todo.
En su mirada pude ver un atisbo de incredulidad, que de inmediato fue apañado por el miedo. Sus manos temblaron y sus bellos ojos bailaban entre cada una de las esquinas de la cabaña. Empezó a notar que el lugar donde se encontraba era muy distinto al tipo de vivienda primitiva de aldea. Vagó de un lado a otro, y otras observando los muebles.
Al asomarse por la ventana, el horno de piedra y el sauna al aire libre llaman aún más su atención. Con la luna en su punto y ese cálido brillo, que logra iluminar de forma tenue la cabaña y sus alrededores, sumado a un grupo de luciérnagas que danzan sobre el lago, que, mezclado entre sí, genera una atmosfera perfecta para el romance.
—T-tu… ¿Qué harás conmigo?
Cuando dijo eso, su mirada ruborizada se volvió sombría, casi como si aceptará una pena de muerte. Sentí que mi corazón se hizo añicos, ella es demasiado hermosa, hacerla sentir así me pone mal.
—Por ahora vamos a cenar, no tienes mucho de qué preocuparte, mañana te llevaré a casa a primera hora.—nunca fui bueno con las palabras para calmar a otros, así que hago mi esfuerzo sin mucho éxito.
Al principio, se encuentra renuente aceptar la cena, pero su hambre no la perdonó y se tragó el orgullo, poco a poco el color regreso a sus mejillas y una dulce sonrisa se esbozó en sus lindos labios. No me habló en lo que resto de la cena; de echo estuvo a la defensiva hasta que el sueño le ganó.
Me dio un poco de vergüenza dejarla dormir en la silla, así que acomode mi cama y la cargue en mis brazos. Es muy ligera y su respiración calmada, sin embargo, cualquier movimiento la puede despertar, así que la traslado con delicadeza.
Por un momento, sentí una inmensa calidez en mi pecho. No recuerdo cuando fue la última vez que compartí mi espacio personal con otro ser vivo. No precisamente de sexo o por trabajo. Si no esa sensación de compañía que complementa el alma.
Tal vez hablo muy pronto, somos prácticamente extraños. Técnicamente la secuestre. Un arrebato inmaduro de mi parte me orillo a esta situación. Pude haber usado mi velocidad para desaparecer de su vista desde el principio. Pude mantener una distancia mayor desde que la investigaba.
"Pude hacer"
Son palabras vacías, que no ayudan a pensar sobre lo que realmente se debe hacer. Lo hecho, hecho está.
—…no me dejen sola… mamá…papá…también quiero pelear…
Antes de salir de la habitación, alcance a escuchar sus murmullos. Una pesadilla la atormenta, puedo ver como se retuerce bajo las mantas de piel. Ella sufre, su rostro acomplejado me duele.
Tal vez no la conozco. Es cierto que me metí en su vida de golpe. Lo menos que puedo hacer es intentar ayudar a que duerma tranquila.
Mi magia es extraña, puedo crear y manipular, mientras más conocimiento adquiero mayores posibilidades hay, eso también me da miedo, así que limito lo que aprendo.
La mente de los seres vivos se puede alterar hasta cierto grado, es posible qué si investigo más, ya no tenga límites; por ahora entiendo qué si estimulo ciertas partes del cerebro, es posible acceder a los recuerdos y verlos como si yo los hubiera vivido. También puedo cambiar parte de ellos. En este caso no quiero hacerlo.
Acerco mis manos a sus mejillas y una luz blanca la ilumina; en instantes se calma y una sonrisa aparece en sus labios.
—Mamá, Papá… Cacé un lagarto sola…
Incluso con una voz dormilona, puedo sentir la felicidad en sus palabras. Parece ser un recuerdo hermoso, su respiración calmada y con ritmo ligero indica que por fin está profundamente dormida
Así está mejor, un anciano solitario como yo, debería proteger a una linda chica en lugar de acosarla. No importa que esta apariencia no refleje mi edad o mí raza, soy un monstruo entre monstruos. ¿Quién quisiera realmente estar con alguien tan anormal como yo?