Al abrir mis ojos no puedo reconocer el lugar donde estoy, un ligero mareo me invade al ponerme de pie. Puedo sentir la pesadez en mi cuerpo, como si hubiera dormido durante mucho tiempo. Los árboles a mi alrededor son altos y casi no dejan pasar la luz del sol, lo cual hace que las sombras crezcan poco a poco con el pasar de los minutos.
¿Cuánto tiempo pase sentado contemplando el infinito?
No lo sé.
¿Quién soy?
Jack.
Ese nombre es lo único que tengo, incluso antes de despertar aquí.
Ni siquiera sé que soy en realidad. Tal vez un monstruo. Tal vez una aberración de la vida.
El hambre se hace presente con el rugir de mi estomago vacío, eso es lógico, el tiempo pasó muy rápido sin que me diera cuenta. Puedo notar en los pocos rayos de sol que traspasan el follaje, que empieza anochecer.
Si hago el recuento de lo que ha sucedido, solo puedo empezar desde que desperté en este bosque que nunca conocí antes, no recuerdo haber visto arboles como estos, el aroma del suelo, los rastros animales incluso el leve sonido de las aves, todo es nuevo. Una situación inusual si considero que he viajado a cada rincón del planeta.
No solo eso; la sensación en mi boca es rara, esa sensación de humedad es casi palpable, puedo saborearla en mi boca, aunque no veo agua cerca, sin embargo debe existir, como hombre bestia, poseo algunas habilidades particulares, detectar una fuente de agua es pan comido.
Pero ahora no veo nada más que árboles, inmensos y frondosos. El tronco de cada uno de ellos rivaliza con los arboles de Tule o una Secuoya, incluso me puedo atrever a decir que los más pequeños alcanzan los cincuenta metros de alto. Aunque hay algo extraño en ellos, su madera se siente diferente al tacto. Con solo pasar mis uñas sobre la madera me doy cuenta que es incluso mas fina que el Nogal o el Roble.
Esa sensación de humedad es inusual, por lo regular es una habilidad pasiva, es fácil ignorarla y nunca había representado problema alguno. Es más ni siquiera es como si considerara eso una habilidad particular. Al concentrarme en mi olfato, una ráfaga de olores impacta de lleno sin darme tregua alguna.
¿Mi olfato mejoró?
Bueno eso no importa, tal vez porque en el bosque no hay tanta contaminación, es que puedo usar mejor mis habilidades. En fin esto suena a una nueva aventura de Jack el solitario.
No recuerdo bien que estaba haciendo antes de aparecer aquí, pero estoy seguro que no era nada malo. Es más, ni siquiera recuerdo haber planeado un viaje o estar cerca de un lugar como este.
Estaba en la ciudad, eso sí puedo asegurarlo. Como olvidarlo, ese lugar apesta a humanos sin bañar y azufre, también un poco de heces y comida procesada. Estaba de paso durmiendo en la azotea de un edificio abandonado, las constantes luces nocturnas nunca dejaban dormir, el sonido de los autos y las sirenas de las patrullas me daban dolor de cabeza. Gente gritando, música a todo volumen, pleitos innecesarios, etc.
No sé porque les encantan esos lugares.
Siempre fui más de gustos en la provincia, bueno no tenía muchas opciones tampoco, pero al fin de cuentas, incluso si fuera un humano normal, lo pensaría dos veces antes de estar por voluntad propia en esos sitios.
Este bosque es bonito, insisto, no recuerdo como llegue aquí, pero creo que es mejor que ese basurero que disfrazan de progreso.
Después de caminar cerca de una hora, encontré un pequeño lago alimentado por varios riachuelos. Es curioso, puedo detectarlo a una gran distancia. Ya decía yo que esa sensación de humedad era rara.
No nada más eso, mi olfato encontró el aroma de varias presas pequeñas. Aunque no reconozco ninguno de los animales que encontré; bueno no los vi, pero normalmente se que es un conejo por que huele a conejo, o una rata o una ardilla, recuerdo muy bien el aroma de las presas que he cazado en algún momento.
Siempre me he valido tanto de mi olfato como de mi oído para sobrevivir. Puedo saber de qué tamaño es una presa potencial por el rastro de su aroma. También de los pasos que da y los roces de su cuerpo con el entorno que lo rodea.
En casos excepcionales he podido diferenciar entre los latidos del corazón y el palpitar de sus pulmones al respirar; solo por el sonido del roce con el viento contra el movimiento muscular.
Pero bueno, estaba en completo silencio y extremadamente concentrado, básicamente meditando.
Al acercarme al lago puedo ver que el agua es cristalina, casi virgen. Diablos no recuerdo cuando fue la última vez que vi un lugar así, es tan pura que dudo que incluso los animales de este bosque, vengan frecuentemente. Es demasiado raro.
Es fresca y tiene ese rico sabor mineral. Al seguir con la vista el riachuelo, se ve que viene en pendiente, entonces debo estar dentro de un bosque montañoso, además está fría, aunque no sé si es porque está anocheciendo o porque debo estar cerca de la cima. Bueno eso me da una idea más clara sobre donde estoy.
Perdido en un bosque en las montañas.
Bueno debe ser una montaña muy alta o una cordillera, cuando andaba caminando no recuerdo ir mucho de subida, pero puedo sentir la presión en el aire, esa que solo sientes a gran altura.
En fin, creo que dormiré cerca del lago, el hecho de que no sepa donde estoy no me quitara mis valiosas horas de sueño.
Mientras doy una vuelta encuentro el aroma de un animal desconocido así que lo sigo con la mirada. No es tonto, al notar mi mirada, se ocultó entre las ramas de un inmenso árbol y me observa con detenimiento.
Es como una ardilla con un pelaje entre azul y dorado pero mucho más grande, y por lo que alcanzo a ver tiene… dos colas. Ambas se mueven en direcciones diferentes y tienen franjas con patrones extraños…
Ok.
En mi vida he tenido que viajar a muchos lugares y esta es la primera vez que veo una criatura como esta. Tengo algo de miedo de saber si cazarla implica acabar con una especie en extinción o única en su tipo.
Ya sé, si detecto otra igualita, me la puedo comer, si no, le daré oportunidad a otra cosa más normal de ser mi cena, tampoco puedo ser muy naturalista, tengo hambre, si en veinte minutos no hay algo más grande y conocido, tendré que arrasar con esa ardilla mutante.
En efecto, no hubo nada, por lo visto solo está esa rara ardilla en el árbol. Las presas que detecte antes ya están muy lejos.
Por más que me concentre no encontré otra en las cercanías, es más, no encontré otro ser vivo en la redonda. Es cierto que estuve sentado todo este tiempo, pero como dije, mi olfato vale mucho, incluso ahora que parece que puedo alcanzar mayores distancias y clasificar mejor los aromas.
Cuando era niño era la única forma de conseguir comida en los arrabales. Mi olfato me permitía saber cuándo arrojaban la basura a los contenedores de los restaurantes.
Una carrera rápida y los otros niños que vivían conmigo aun costado de la carretera también podrían saciar sus estómagos. Así que depender de mi olfato es esencial.
Bueno en marcha que veo que los últimos rayos del sol están por asomarse.
Los tonos rollizos del cielo empiezan a darle un aspecto tétrico a este bosque. Entre las sombras, se proyectan algunas notas rojas que dan la impresión de soledad mezclada con la melancolía del bosque en silencio.
El lugar me da algo de nostalgia.
No sé porque motivo, pero me siento en casa.
De un gran salto acorto la distancia desde el piso hasta la copa del árbol donde se oculta la ardilla en un hueco en el tronco.
Al principio se intenta resistir, pero apretando fuerte su cuello entre mi pulgar y el dedo índice, deja de moverse en cuestión de segundos, ahora que la veo más de cerca, su pelaje se ve curioso, es más fino de lo que pensé, se siente muy suave.
Bajo del árbol con mi cena en mano y la analizo detalladamente; sus dos colas tienen patrones en forma de zigzag, que se contraponen una con otra, nunca había escuchado de un animal de este tipo, es más si fuera una mutación no creo que tenga ese patrón tan definido, o bueno yo no soy científico así que por ahora solo me importa saber que la cena esta lista.
Tal vez es una nueva especie, si es así te llamare ardilla de dos colas… Si, sé que es un pésimo nombre. En fin, el hambre no perdona.
Sé qué para los humanos, comer carne cruda de un animal recién muerto, no es algo que harían normalmente, pero yo no soy como ellos.
Mis caninos suelen crecer a voluntad y me permiten desgarrar la carne cruda sin problemas; no quiere decir que soy un salvaje. Es cierto que mi apariencia desaliñada puede dar esa impresión, pero no es la realidad, también me gusta la comida cocinada, de hecho, soy bueno en la cocina.
Si algo he aprendido cuando cocino en la naturaleza es que las especias le quitan ese sabor silvestre a la carne. Por ejemplo, la ardilla sabe muy chiclosa, algo dura y sin drenar la sangre el sabor metálico perdura en la boca.
Pero el chiste es llenar el estómago y no tengo tiempo para cocinar; perdido, cansado y sin comer, mi cerebro funciona a menor capacidad de lo usual, como ya tengo la cena, solo debo encontrar donde pasar la noche así solo estaré perdido. Dos de tres no está mal, no siempre tengo tanta suerte.
Los árboles son muy grandes, no me son difíciles de escalar, pero con un salto es más que suficiente para alcanzar una rama alta y lo suficientemente gruesa para dormir a mis anchas.
La luz del día por fin se agotó y la penumbra llena el lugar; mientras estoy acostado puedo ver el lago que comienza a reflejar las estrellas y el brillo verde turquesa de la luna.
No sé cómo llegue aquí, en este bosque tan extraño y espeso, pero la vista es asombrosa…
Un segundo…
… ¿Luna verde?