Alessa me contó que pronto tendría que tener sucesora, lo cual me costó creerle por lo que había dicho antes, pero el problema no era edad o magia sino que la aldea necesitaba alguien del mismo nivel de magia que ella, con Kath ya no podía contar porque se volvió la sacerdotisa de la tribu del Sol, cuando le pregunté por sus alumnos me dijo que se sabían defender pero hasta ahora ninguno llegaba al poder de ella, se habían quedado en magos expertos pero no en druidas o hechiceros, así que me pidió que tomará su lugar, no sabía que hacer o decir ya que jamás se me había pasado eso por la cabeza ni en mis propios sueños logré imaginarlo.
Con todo lo que había hablado con Alessa no pude pegar ojo, así que decidí salir y tomar aire fresco, mire a los alrededores y vi una montaña algo alta dentro de la aldea así que subí y me acosté en el césped mientras miraba la Luna dije en voz baja
yo: "¿Qué hago ahora?, Juna, Yue guíenme por favor, Lunita ¿Qué harías en mi lugar?".
Luego de una hora escuche un ruido así que me escondí y para mi sorpresa era Cedric quien iba algo apurado a una gran casa, así que preferí volver donde Alessa, no se si llamarlo suerte o casualidad pero al llegar vi afuera a Manuel y me dijo
Manuel: adentro esta Cedric.
Yo casi que grito un 'QUE' pero tape mi boca y sólo me escondí, es cierto que quería hablar con el pero tampoco así a la primera, además que le iba a decir 'Hola soy tu esposa Zafiro, créeme' diría que estoy loca o que era una broma de mal gusto y tendría razones para desconfiar.
No supe que hablo con Alessa pero si tardo un buen rato, yo para evitar sustos similares decidí ir a casa y ver como estaba por dentro, note que los cuadros familiares no estaban, tampoco el atrapa sueños, vi mi vestido de hada y sonreí, el huerto estaba destruido y el pequeño establo lleno de olor a viejo y sin abrir, decidí abrirlo y ventilarlo pero alejándome un poco ya que esos olores no me agradaba, mientras estaba distraída un sonido me puso en alerta y ya sin la capa larga y capucha gire como si nada pero mi asombro fue mayor al ver un Jaguar la cual me recordó a Suerte y dije dudosa