Chapter 23 - Resumen del pasado

Mavis tenía diez años acababa de salir de vacaciones de invierno, sus padres habían ido a una cena de trabajo, por lo que esa noche solo estaban en casa ella junto con su hermano menor, siempre había sido una persona madura y obediente, por lo que sus padres no se preocuparon por dejarlos unas horas solos mientras iban al banquete por unas horas.

Y como supusieron todo iba en orden, sin embargo, cerca de las una de la madrugada, Mavis escuchó golpes en la puerta de entrada, desde pequeña le habían dicho que no debía abrir la puerta a desconocidos y menos si estuviera sola en casa sin ningún adulto, por lo que ignoró la puerta sonando y continúo acostada en la cama sin prender la luz ni hacer ningún ruido que pudiera alertar a la persona de afuera.

Luego de cinco minutos la puerta dejó de sonar, por lo que Mavis que había estado nerviosa se tranquilizó y finalmente se volvió a dormir, sin embargo, más tarde cuando despertó ya no estaba en su habitación y sino más bien en una enorme habitación que era más grande que su casa entera, estaba en buenas condiciones, incluso amueblado con una mesa de comedor, sillones y una cocina.

Mavis miró a su alrededor nerviosa y vio que había más niños como ella, algunos estaban durmiendo, mientras otros ya habían despertado, todos se veían ansiosos y no sabían cómo habían llegado al lugar, al mismo tiempo, no había ningún adulto a la vista, todas las personas presentes tenían entre 8 y 12 años.

Pasaron cerca de dos horas hasta que finalmente apareció un grupo de adultos, todos vestían de negro y tenían los rostros escondidos tras una máscara blanca.

Los niños los miraron asustados, algunos gritaron, lloraron, se orinaron o incluso se desmayaron, sin embargo, sin importar lo que sucediera con cada uno, fueron arrastrados y divididos hasta un lugar subterráneo.

Mas tarde Mavis se enteraría que este lugar era parte de la organización mundial de asesinos Bellow, era un lugar enorme, con distintos pisos subterráneos, era tal como ver una película de espías, o al menos eso pensó en ese momento.

En este lugar eran arrojados todos los niños secuestrados y durante años serían hipnotizados, dañados mental y físicamente, y entrenados hasta el cansancio para transformarse en los asesinos perfectos que trabajaran para la organización.

Usaban niños en las etapas de su crecimiento que eran más manejables mentalmente, inculcándoles sus principios y metas, llegando al punto de que luego de tan solo un año, esos niños podrían matar a su propia familia sin ningún remordimiento y creyendo de que estaban haciendo lo correcto, por supuesto siempre hay excepciones.

Siempre intentarían elegir personas que fueran desde el principio mentalmente débiles para poder manejarlos y corromperlos, sin embargo, no era imposible que se les escaparan algunas personas con una mentalidad fortalecida, normalmente acabarían con ellos al darse cuenta de que no estaba funcionando, sin embargo, este no fue el caso de Mavis.

Desde un principio a pesar de su corta edad se dio cuenta de que no podría escapar, aunque lo intentara, tampoco debía llamar la atención de forma negativa para poder sobrevivir, por lo que se mantuvo siguiendo la corriente, no cuestionó y aceptó obedientemente cada cosa que le decían.

El entrenamiento al que eran sometidos fue infernal, muchos murieron en el intento, incluso a veces los hacían atacarse entre ellos y solo el más fuerte sobrevivía, todos los meses llegaban nuevos niños, por lo que a los altos mandos no les importaba, su meta era seguir creando asesinos perfectos para la organización, los que eran más capaces subían en la cadena alimenticia, era un ejemplo claro de una división donde el más fuerte era el que reinaba sobre el resto, de esta forma los asesinos eran divididos en distintos niveles, las personas con máscaras blancas representaban el nivel más bajo, ubicados solo sobre los aprendices, es decir, los niños traídos, luego venían el color rojo, amarillo, verde, azul, morado y negro.

En algún momento de su segundo año en reclusión, Mavis tomó la decisión de que si quería sobrevivir debía ser lo más fuerte posible, desde ese momento entrenó sin descanso día y noche para transformarse en la mejor e hizo lo mismo a lo largo de los años, llegó al punto de que luego de tres años y con tan solo trece años de edad ya no podía ser considerada dentro de los aprendices y pasó a entrar en la cadena alimenticia, inicialmente la pusieron en el grupo blanco, sin embargo, sus capacidades eran tan sobresalientes, que a finales del cuarto año ya estaba en el grupo verde, sin importar lo que tuviera que hacer, siempre lo hacía mejor que el resto, sus habilidades con cuchillos, pistolas, agilidad, sigilo, en todo era asombrosa, los altos mandos estaban encantados, habían encontrado una joya tan asombrosa y leal, o al menos eso era lo que pensaban, después de todo Mavis jamás se había rebelado, seguía las ordenes sin vacilación y sus ojos jamás mostraban compasión ni negación, sin embargo, Mavis lo único que quería era llegar hasta el lugar más alto y de mayor confianza y hacer caer esa enorme pirámide de una vez por todas, vivía, comía y respiraba cada día con la única meta de asesinar toda la organización.

Un día, cuando estaba cerca de cumplir los quince años y llegar al grupo morado, conoció a Lit, era un hombre cercano a sus sesenta años, pertenecía al grupo negro, el encuentro no fue nada especial, se habían visto mientras ambos caminaban por un amplio jardín, el hombre la había mirado y había notado de inmediato sus verdaderos sentimientos y planes, Mavis había recordado por primera vez luego de años lo que era el miedo y la ansiedad, que había arrojado a lo profundo de su corazón. Sin embargo, el hombre no la delató y en cambio le entregó todo su conocimiento, le enseño su táctica personal, el baile de las Camelias rojas, no te dejes engañar por su bello nombre, era una baile extremadamente sangriento, era la técnica que lo había hecho famoso, mucha gente había querido aprenderla, sin embargo, jamás se la había enseñado a otra persona, a pesar de esto no la ocultaba de otras personas, por lo que cualquiera que estuviera en misiones con él podría verla, esto llevó a que muchas personas frustrados por no poder ser su alumno, intentaran llevarla a cabo solos, después de todo solo deben seguir los pasos que le ven hacer ¿Qué tan difícil puede ser esto? Solo es un baile, o al menos eso pensaban, finalmente luego de treinta años, ninguna persona lo había logrado y él tampoco había tomado a ninguna persona para enseñárselo.

El baile de las Camelias rojas, era como su nombre decía un baile en esencia al menos, la persona que lo hiciera parecería que estuviera bailando para los ojos externos, sin embargo es sus manos habrían metros de hilo hechos con vidrio que serían movidos junto con su cuerpo a través de sus manos, bloqueando los ataques del resto y atacando al mismo tiempo, requería gran agilidad, equilibrio y capacidad de sentir el entorno, cuando se hacía correctamente se vería a una persona bailando suave y hermosamente mientras saltaban miembros y sangre por todos lados de las personas que se acercaran, Lit había llegado al punto que podía hacerlo con los ojos cerrados y sin importar el o los oponentes saldría sin un solo rasguño.

Cuando Mavis se encontró con el hombre solo había escuchado el nombre, pero nunca la había visto en persona.

Inicialmente se había generado un juego de tira y afloja por días, donde uno se negaba a confiar en el otro y la otra persona seguía estirando la mano en señal de buena voluntad, luego de casi dos meses, Mavis finalmente había aceptado.

Hay que decir que el trabajo que requería aprenderlo y manejar la técnica correctamente le tomó años, muchas veces se había sentido frustrada y molesta, todas las cosas que había aprendido le habían salido tarde o temprano, podría ser considerara un verdadero genio, era así como se había elevado a tan temprana edad a los puestos de alto rango, sin embargo, el baile de las Camelias rojas había sido su mayor reto.

Finalmente, luego de tres años, a la edad de diecisiete, la logró manejar por completo, incluso su maestro estaba asombrado, diciendo que su baile era incluso más hermoso que el de él, luego de todo este tiempo, ambos se habían hecho cercanos y se tenían un profundo afecto, viéndose como nieta y abuelo.

A esa edad Mavis ya había logrado estar en el grupo negro, transformándose en toda una leyenda, ella misma ya no podía ser considerada una persona que fuera parte de la organización, sino más bien que era parte del grupo que la controlaba, sin embargo, antes de llegar a este nivel había comenzado a trabajar con la policía luego de mucho esfuerzo de persuasión y pruebas que había entregado.

Trabajo día y noche sin levantar las sospechas de nadie, buscando los puntos débiles de cada persona y sacando toda la información posible, sin dejar a ningún integrante fuera del saco.

Finalmente, cuando había cumplido diecinueve años comenzó con su masacre, asesino a cada persona desde el grupo blanco hasta el grupo negro, y los que lograron librarse de un cuchillo, terminaron en la cárcel por el resto de sus vidas.

Los niños fueron a hospitales psiquiátricos y rehabilitación, sin embargo, pocos pudieron salvarse y volver a tener una vida normal, varios estaban más allá del razonamiento, sin embargo, eran inteligentes, después de todo la organización no creaba asesinos locos sino asesinos llenos de talento y astucia, por lo que fingieron ser niños buenos, volvieron a la sociedad, pero más tarde fueron atrapados como asesinos seriales o incluso nunca encontrados.

Mavis quien, a pesar de haber trabajado con la policía, era un claro peligro para la sociedad, fue puesta bajo vigilancia, hasta el día que había transmigrado hasta este nuevo mundo, aún seguía siendo seguida 24/7.

Sin embargo, Mavis no había estado interesada y tampoco tenía la necesidad de seguir manchando sus manos con sangre, a pesar de que no se sentía culpable por haber matado a todas esas personas, no era lo mismo atacar a personas inocentes. Continuó con su vida ocultando su naturaleza sangrienta, y estudio, trabajo y vivió una vida tranquila.