Jiro y Kuro seguían caminando rumbo al castillo del reino Valtr.
El dragón de tierra los seguía desde atrás, así se alejarán de él, fácilmente podría encontrarlos por su olor y de esa forma no los perdería.
Ambos se detuvieron frente a la puerta principal del castillo, para Kuro este castillo era enorme como algo que nunca antes había visto.
En respuesta al gran tamaño del castillo, Kuro sonrió despreocupadamente.
Kuro: ¡¡Pero mira que grande!!
Jiro: Parece que este será el momento de nuestra despedida... Pero podría acompañarte hasta la prisión Adrame
Tratando de evitar ingresar al castillo, Jiro le afirmó a Kuro que podía acompañarlo hasta la prisión.
Kuro: Ni hablar. Lo que pasa es que tienes miedo de entrar — Hablo sin siquiera dudarlo y tener una pizca de delicadeza en sus palabras.
Jiro: Se dio cuenta muy rápido...
El dragón los alcanzó, poniéndose al lado de Jiro. Como el dragón fiel que es, no dejaría a su amo aunque eso le costara la vida.
Jiro: Bueno, de todas formas fue bastante divertido viajar juntos
Estaba empezando a aceptar que tenía que entrar, y despedirse de Kuro.
Kuro: ¡A que sí! - *Risa* - ...Ahora mismo entrarás a este castillo y serás uno de los caballeros
Jiro: No creo que sea tan fácil como eso, pero si. Gracias por todo
Kuro: ¡Bien!
Él rápidamente se acercó a la gran puerta y la golpeó, haciendo un gran ruido para que lo escucharan y abrieran lo más rápido posible.
Jiro se puso totalmente nervioso y casi salta del miedo que sentía al ver a Kuro hacer eso.
Con la acción hecha, Kuro comenzó a correr hacia el lado izquierdo, dejando a Jiro frente a la puerta.
Kuro: ¡¡Bien, ahora solo debes entrar!! — Gritó mientras se alejaba.
Pensó que Jiro posiblemente no se atrevería a tocar la puerta así que en un acto de querer ayudarlo hizo todo, solo para que él entrara y no tuviera tiempo de arrepentirse.
Pero Jiro en ese momento solo se preocupó por lo que estaba haciendo Kuro.
Jiro: ¡¡¡Señor Kuro!!! ¡¡¡La cárcel está hacia la derecha!!! ¡¡¡Estás yendo por el camino equivocado!!! — Rápidamente Jiro le gritó para advertirle de su error.
Al escuchar las palabras de Jiro, él frenó de golpe levantando un poco de polvo.
Kuro: ¡¡Y recién me lo dices!!
Dirigió su mirada y giró su cuerpo hacia la parte derecha, empezando a correr, aumentando su velocidad con cada paso.
Jiro que seguía esperando a que abran la puerta, estaba a punto de ser derribado por Kuro, pero antes de que esto pasara, Kuro saltó por encima del dragón y de Jiro.
Él al ver a Kuro saltar por su encima se cubrió por si llegase a caer sobre él, pero esto nunca pasó... Se quedó así hasta escuchar que los zapatos de Kuro hicieran ruido al chocar con el suelo.
Aterrizando, Kuro continúo corriendo sin mirar atrás.
Kuro: ¡¡¡No te olvides de entrar!!! — Gritó por última vez.
Al escuchar esto, Jiro solo se levantó y estiró su mano para despedirse.
Kuro dio la vuelta a la calle dejando de ver a Jiro y abandonando la entrada del castillo.
– Otra vez empezó a correr sin saber por dónde ir –
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Dio vueltas y corrió en línea recta mientras recorría las calles, pero se detuvo al darse cuenta de que no sabía por dónde debería seguir.
Con su velocidad se había alejado mucho de donde estaba Jiro y además no sabía cómo regresar a donde él estaba.
Ahora mismo se encontraba en medio de un camino con muchas direcciones.
Observando todos los caminos, él no sabía por dónde ir, las personas transitaban tranquilamente haciendo sus actividades diarias, pero Kuro no entendía los caminos que cada persona seguía.
Era un lugar bastante iluminado por la luz del sol y se veía en extraordinarias condiciones, haciendo que sea un lugar bastante agradable.
Kuro: Le debí preguntar a Jiro a donde debía ir... — Dijo para sí mismo.
Tranquilamente Kuro empezó a caminar viendo todo lo que había en las calles, tenía las esperanzas de poder ver la prisión, pero seguía sin poder hacerlo.
Comerciantes le hablaban, dueños de tiendas lo invitaban a ver sus productos. Sin embargo, Kuro solo estaba concentrado en encontrar la prisión.
Una prisión no era tan pequeña como para verla así nada más como una casa, pero al parecer Kuro pensaba que así era y continuaba buscándola cerca de las casas de la ciudad del reino.
Él se detuvo en medio de la calle mientras intentaba encontrar la cárcel, pero seguía sin tener éxito.
Empezó a concentrarse en los techos de las casas para ver cuál era el de la prisión.
Kuro: ¿Dónde estará esa prisi-... — El leve golpe de un choque interrumpió sus palabras.
Al estar en medio de la calle alguien chocó contra él cuando estaba hablando.
Era una señora anciana, que cargaba con una bolsa de tela bastante grande para ella.
La bolsa estaba llena y esta era tan grande que cubría su cara, impidiendo que la anciana pudiera ver el camino.
Ella era pequeña y su ropa era normal para su edad.
Anciana: Oh, perdón... ¿Quién está ahí?
Kuro viendo en dirección al origen de la voz, con una mano levantó la bolsa juntó con la anciana. No pensó en nada más que levantar la bolsa y ver de dónde venía la voz que se dirigía a él.
Los pies de la anciana estaban flotando gracias a que estaba aferrada a la bolsa que traía.
Kuro: Yo me llamo Kuro, ¿Y usted?
Él empezó a ver detrás de la bolsa y se encontró con la anciana aferrada a esta para no caerse.
Anciana: ¡Te importaría bajarme! — Era lo único que se le ocurría decir, además de no tener confianza de si aguantaría más aferrada a la bolsa.
Kuro: Claro
Inmediatamente bajó la bolsa junto con la anciana, él trató de hacerlo delicadamente para no dañarla. Al estar en el suelo nuevamente, la anciana suspiró y acarició sus brazos por el cansancio que sentía ahora.
Anciana: Veo que tienes bastante fuerza, dime ¿Qué estás haciendo por aquí?
Kuro: Me dirigía hacia la cárcel Adrame, pero me perdí — Puso su mano detrás de su cabeza, mientras sonreía, después colocó la bolsa en el suelo y observó a la anciana.
Anciana: Eso quiere decir que eres nuevo por aquí, ¿Qué tal si hacemos un trato?
Kuro: ¿Uh? — No entendía bien las palabras de la anciana, así que se quedó esperando que dijera algo más.
Anciana: Como verás no puedo cargar la bolsa con tanta facilidad como tú, así que... ¿Qué tal si me ayudas a llevar la bolsa y yo te dirijo a donde está la cárcel?
Kuro: ¡¿Enserio?! ¡¡Está bien!!
Con mucho ánimo, él levantó la bolsa nuevamente, listo para empezar a caminar.
Anciana: Bien. Sígueme...
Ambos empezaron a caminar, pasaron recogiendo algunas cosas más por el camino.
Dieron vueltas por algunas calles, saludaron a algunos conocidos de la anciana y continuaron caminando por más calles.
Hasta que llegaron a una pequeña tienda.
Este acto era demasiado confiado por parte de Kuro, pues había aceptado acompañar a esta señora anciana sin más y sin siquiera cuestionárselo un poco.
La inocencia que Kuro tenía era indescriptible en estos momentos.
Al final terminaron llegando a una tienda. Por el aspecto que tenía era una tienda de vegetales. La anciana dio una señal para que Kuro bajará la bolsa, él obedeció y la anciana se quedó parada a un lado.
Kuro: Entonces, ¿Aquí es a donde venía?
Anciana: Así es... Bien, cómo te dije, ahora me toca a mi cumplir con mi parte...
La anciana señaló a la derecha y Kuro siguió con su mirada hacia donde ella apuntaba.
Anciana: Si sigues todo derecho hasta la primera esquina y después doblas a la izquierda, encontrarás la cárcel
Kuro: ¡Vale, gracias!
Con mucho ánimo empezó a correr, seguía las indicaciones que le dijo la anciana así que ahora no habría problema.
Probablemente ella le pudo haber mentido, pero esto no pasaba ahora por la mente de Kuro.
Siguió derecho hasta la primera esquina, dobló a la izquierda y continuó.
Mientras corría empezó a ver un gran edificio con forma de torre, este estaba rodeado por unos muros de ladrillos y concreto.
Kuro se detuvo al momento de estar frente a esta gran construcción, tenía algunos rasgos parecidos a los del castillo como los colores de los que estaban pintados los muros. Pudo ver que había dos caballeros en la entrada de los muros y dos más en la entrada principal de la cárcel. Con esto confirmó que había llegado.
Kuro: ¡Por fin llegue!
Al momento en el que habló una chica de cabello rubio pasó a su lado, observándolo por el ruido de sus palabras, era una caballero y se podía ver claramente por la armadura que llevaba puesta.
Era una chica de gran belleza y costaba creer que era una mujer que estuviera preparada para el combate.
Ambos pasaron al costado del otro sin percatarse de ello.
– Pero el destino siempre hace que los desconocidos se junten para hacer grandes acciones –
Kuro empezó a caminar a la entrada y la caballero fue en dirección contraria, alejándose de esta.
Los dos caballeros se mantuvieron en su puesto y en cuanto vieron que Kuro se acercaba, hicieron una señal con su mano para que se detuviera.
Obedeciendo, él se detuvo.
Caballeros: ¿A dónde te diriges?
Kuro: Voy a ver a uno de los prisioneros
Los caballeros se miraron entre sí y después miraron a Kuro.
Ellos no habían recibido algún reporte de que alguien vendría a ver a un prisionero, por lo cual se sentían extrañados al escuchar a Kuro, así que solo les quedaba más que cumplir con su labor.
Caballeros: ¡Eso es imposible! ¡Tenemos órdenes de no dejar pasar a nadie que no esté autorizado!
Kuro: Pero...
Caballeros: ¡Ya te dijimos que no puedes pasar! — Ellos reafirmaron su postura y con unas lanzas que tenían apoyadas en el muro, ellos bloquearon la entrada.
Sabían que les esperaría un castigo severo si dejaban cruzar la entrada a alguien que no tuviera una autorización.
Él se rascó la cabeza y después se retiró de la entrada... Al ver que no podía ingresar a la prisión por la entrada principal fue a una de las casas que se encontraba cerca, esta era bastante grande como de unos tres pisos.
Sentándose, él estaba esperando a que se le ocurriera algo o... a que los caballeros se movieran de sus puestos. Kuro se mantuvo observando la entrada por unos minutos. Una o dos horas pasaron y Kuro seguía en la misma situación.
Luego de un rato miró hacia arriba y se le vino a la mente una idea.
Kuro: ¿Y si salto hasta adentro? — Dijo para sí mismo.
Pensó en muchas formas en las que podía saltar para entrar, pero en todas terminaban atrapándolo.
Se cruzó de brazos y se puso a pensar en cómo podría entrar sin que lo notaran, tal vez sus ideas no eran las mejores, pero por lo menos no se quedaría sentado sin hacer nada.
En su mente ya había entrado a la cárcel unas 28 veces y en todas había sido atrapado. Hasta que... Observó el techo de la casa en la que estaba, era lo suficientemente alto como para lanzarlo a una distancia en la que los caballeros no lo notarían.
Kuro: Si subo hasta arriba y salto hasta una parte alta de la prisión… ¿Llegaré? … creo que puedo intentarlo... — Se puso de pie, estirando sus brazos. — ¡Bien! ¡Allá voy! —
Con mucha energía, él empezó a subir, trepó por toda la construcción hasta llegar a la parte final.
Por suerte nadie lo detuvo, no tuvo complicaciones al subir y el techo era lo suficientemente fuerte como para resistirlo, y sin que Kuro se diera cuenta algunas personas se detuvieron a verlo, y otras solo pasaron de largo.
Cuando se estabilizó en el techo de la casa, él miró con dirección a la prisión para ver hasta dónde podía llegar.
Se imaginó donde caería si saltaba de una u otras formas — esta era su extraña forma de calcular — pero en todas las escenas en su cabeza siempre por unos metros no llegaba al techo de la prisión.
Pero aun así tenía que intentarlo o no sabría si estaba en lo correcto.
Kuro: Bien...
Flexiono un poco sus piernas poniendo gran fuerza en ellas y al exhalar, él saltó.
La velocidad a la que salió "disparado" era muy poco común, pues se necesitaba de una gran fuerza para saltar tan largo y a esa velocidad.
Al estar en el aire por unos instantes tenía el control de donde caería, pero...
Kuro: Me pasé!!! — Gritó en el aire.
Había aplicado demasiada fuerza al momento de saltar, lo que hizo que pasara por encima de la prisión y no lograra llegar a ella.
Dando vueltas en el aire, Kuro gritaba por no saber en dónde caería. Pero tampoco era que pudiera hacer mucho en su situación actual.
Las personas lo observaban, algunos se asustaron por verlo y otros se preocuparon por cómo sería su caída.
Sin embargo, nadie hacía nada y solo esperaban a que cayera.
— Ese chico se va a matar.... — Era lo que más se escuchaba entre los espectadores.
Empezando a caer, su aterrizaje o mejor dicho "estrellamiento" sería en una casa que tenía dos pisos, y en el primer piso había una tienda.
Kuro se estrelló contra el segundo piso de la casa, destruyéndolo por completo, y terminó cayendo en la entrada de la tienda, mientras algunos escombros caían al suelo por la destrucción que dejó.
Aunque haya literalmente destruido todo un piso con su cuerpo, Kuro solo estaba empolvado y no mostraba ni un solo rasguño.
¿Acaso este chico no media el peligro o el daño? No era posible saberlo...
Kuro: Aahhuch... Me dolió... — Dijo mientras sacudía su cabeza para librarse del polvo.
Muchas personas se reunieron a ver qué pasaba.
La curiosidad hizo que en poco tiempo estuvieran rodeando la tienda, esperando que el causante salga, pero también para especular sobre lo que había pasado.
Querían algo interesante, algo nuevo para este momento.
Personas:
— ¿Qué fue lo que sucedió? —
— Parece que vino de la prisión —
— ¿Será un intento de fuga? —
— ¡Debemos avisar a los guardias! —
Realmente no estaban seguros de lo que había pasado, pero como siempre los rumores son los primeros en formarse en cualquier situación.
Kuro se levantó y tranquilo caminó con dirección a la prisión mientras sobaba su cabeza. Nadie notó que él había sido el causante de todo esto.
Los hombres fueron a avisarle a los caballeros de la prisión, los más cercanos eran los que se encontraban en la entrada de los muros, así que les avisaron a ellos.
Inmediatamente al escuchar lo que estos hombres decían, tomaron la decisión de salir e investigar lo que sucedió, uno de sus principales trabajos era cuidar el bienestar de los habitantes de este reino, por lo que ignorar cualquier amenaza sería una imprudencia.
Los caballeros pasaron corriendo junto con los hombres que les dieron la noticia, sin fijarse en nada más.
Kuro pasó por el costado de los caballeros y los hombres; detuvo a uno de ellos para ver por qué corrían. Aunque haya sido su culpa parecía que no se había percatado de eso.
Kuro: ¿Qué es lo que pasa? — Inocentemente preguntó.
Hombre: Hubo un intento de fuga... Ten cuidado por donde vas — Levemente asustado le respondió.
Kuro: Ha, vale
Dejó que el hombre continuara su camino, y él también continuó el suyo.
"Un intento de fuga... Me pregunto quién se querrá salir..." - [Pensamientos/Kuro].
Sin saber que todo había comenzado por su caída en la casa, él siguió caminando, mientras pensaba en quien protagonizaba la fuga.
— Literalmente todo fue su culpa y no lo sabía —
Llegó de nuevo a la entrada de los muros y se dio cuenta de que estaba sin resguardo. Todos se habían ido a ver lo que sucedía y eso representaba una ventaja para él ahora.
Kuro: - *Risa* - ¡Está vacía! ¡Qué buena suerte!
Entró corriendo y fue directamente a la puerta de la prisión, dándose cuenta de que estaba cerrada.
Su suerte no había sido mucha, pero esto no haría que se detenga.
Intentó abrirla, pero no pudo, así que en un momento intentó derribarla dándole golpes, en los que ponía la fuerza suficiente como para derribar un árbol.
Sin embargo... Se dio cuenta del error que estaba cometiendo ahora.
Kuro: Si hago demasiado ruido esos tipos vendrán y me sacarán de aquí otra vez...
Él pensaba que los guardias habían salido a comer o a tomar algo, ni siquiera pensaba que todos se fueron a ver lo que había pasado en la casa en la que cayó.
Así que supuso que no eran los únicos guardias, empezó a ver a los lados, pero no encontró a nadie. De esa forma volvió a pensar en una forma para entrar, sin que terminen echándolo como antes.
"Debe haber una ventana por la que pueda entrar" - [Pensamientos/Kuro].
Se le ocurrió que si encontraba un lugar por el cual entrar sin que se dieran cuenta, podría hacerlo sin problemas... Lo primero en lo que pensó fue en una ventana.
Se puso a revisar las paredes hasta que encontró un lugar por el cual entrar, un tragaluz, que estaba cubierto por un material completamente transparente, pero Kuro no sabía lo que era.
Él solo tenía conocimiento básico, ya que no pudo aprender mucho en un bosque lleno de animales.
Kuro: Entraré por ahí
Acercándose empezó a subir, sujetándose de algunos ladrillos que sobresalían de las paredes.
Su gabardina se ondeaba con el viento mientras subía, claramente alguien normal moriría si se llegara a caer de esa altura, pero a Kuro eso no le importaba. En lo único en lo que pensaba ahora era en entrar a la prisión.
Más pronto de lo que pensó, ya estaba por llegar al tragaluz que tenía por objetivo. Sin embargo, antes de que pudiera acercarse más fue detenido por una voz femenina.
Bastante firme y segura, pero aun así no cambiaba el hecho de que la dueña de esa voz era una chica.
Chica: Oye tú!! ¡¡¿Qué es lo que estás haciendo ahí?!! — Dijo la chica que miraba a Kuro con una expresión seria.
Kuro volteó a ver quién era, topándose con una mujer de cabello gris y armadura de color rojizo.
Ella no llevaba puesto el casco de su armadura así que se podía ver claramente su rostro fino y de gran belleza. Aunque parecía levemente irritada, ella aún se veía bastante femenina.
Portaba una especie de lanza potenciada por un cristal puro que brillaba en el interior de la cuchilla, la fabricación de la lanza permitía hacerle cambios con giros de algunas partes de esta misma.
El nombre de esta caballero imperial era... "Dayha".
Al tener conocimiento de quien le había hablado, Kuro no tenía dudas en responder. Posiblemente no era lo ideal en este momento, pero a él no le importaba.
Kuro: ¡Pues voy a entrar por aquí!
Dayha: ¡Será mejor que bajes de ahí en este instante! ¡De lo contrario tendré que usar la fuerza! — Su enojo era demasiado claro... Evidentemente había algo externo a la situación actual que le causó un gran disgusto.
Kuro: No voy a bajar... Tengo que ver a alguien que está aquí adentro, tengo que hablar con él
Ella desconfiaba de la actitud de este chico, literalmente estaba relajado a pesar de haber sido descubierto en su intento de entrar a la prisión, aparentemente sin ninguna autorización.
Dayha: ¿Estás diciendo que planeas liberar a un prisionero?
Kuro: Así es - *Risa* -
Soltó una leve risa como era de costumbre para él.
Dayha: Creo que no eres consciente de lo que acabas de decir... — Reafirmó su postura y volvió a hablar. — Esta será tu primera lección para aprender a cuidar tus acciones —
Ella tomó el arma que tenía en su espalda, y la apuntó hacia Kuro.
Aunque él no se inmutaba ante la amenaza de esta caballero, y solo la veía preguntándose cómo atacaría a esa distancia.
Kuro: ¿Cómo me atacarás desde ahí? — Tranquilamente dirigió sus palabras a ella.
Dayha: Ahora te lo demostraré...
Se colocó en una postura de ataque, tomó firmemente la lanza por el medio y giró una pieza cilíndrica ubicada en el centro del guardamanos, en el instante que la pieza fue movida una gran cantidad de símbolos rúnicos se desataron por toda la lanza y el ambiente cercano a esta.
Sorprendido al ver tal espectáculo, Kuro se mantenía atento a cada movimiento de Dayha.
En pocos segundos, los símbolos rúnicos se alinearon siguiendo sus propias leyes, lo que provocó que el cristal de la lanza rebosará de energía mágica. Esta energía era pura, de un brillo celeste cegador y muy hermoso.
Apuntando a Kuro y con una sonrisa, Dayha giro nuevamente la pieza del guardamanos y en ese momento la cuchilla de la lanza se rompió, o eso parecía. Esta se dividió en varias cuchillas mientras dejaba ver el cristal que guardaba en su interior, cuando el cristal empezó a girar enloquecido una esfera de energía pura se formó y fue disparada contra Kuro.
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<<< La cristalurgia, es una rama científica que permite la fusión de dos fuerzas desconocidas: "La magia" y "El ingenio tecnológico".
En los reinos humanos más grandes y avanzados, se ha progresado mucho en esta rama científica, dando origen al término "Éter" que se utiliza para hacer referencia a la fusión de la magia con la tecnología, dando como resultado objetos de gran poder.
Las armas y objetos Éter son productos de la cristalurgia, dado que todos los artefactos contienen un cristal abundante en maná, que compensa la falta de maná en los cuerpos humanos de nueva generación.
De esta forma los humanos usan su ingenio y recursos para compensar su debilidad en un mundo tan peligroso como lo es "Umbraterr">>>
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Kuro saltó al ver el primer ataque, este disparó dañó la parte de la que se sostenía, y los demás que se acercaban impactaban con tal fuerza que dañaban por completo la estructura. En poco tiempo el lugar donde estaba parado ya no existía.
Continuó saltando mientras gritaba, no sabía qué más hacer en ese momento... Esquivaba todos los ataques, pero se quedaba sin lugares para poder sostenerse lo cual era un problema bastante grande.
Kuro: ¡Espera! ¡¡Terminarás destrozándolo todo!! — Se desesperó por unos segundos, ya que no le estaba dando descanso y solo tiraba ataque tras ataque.
Pero ella parecía no escucharlo, y solo seguía atacando sin cesar.
Los disparos de energía abrían la pared de la prisión, derrumbaban algunas partes en el interior y destruían cualquier cosa que estuviera tanto fuera como dentro de la estructura.
Kuro: Espera!!!!! — Esta vez su grito fue mucho más fuerte.
Con esto hizo que la mujer dejara de atacarlo, esta bella chica seguía con intención de asesinarlo, pero aun así se detuvo.
Era más que obvio que se estaba excediendo por alguna razón exterior al problema con Kuro.
Dayha: ¿Qué es lo que sucede? ¿Acaso tienes miedo? — Dijo con su actual actitud malhumorada.
Él dejó de saltar y se posicionó en una parte muy peligrosa, ya que estaba por derrumbarse a causa de los ataques.
Kuro: Para nada, solo queria hacerte una pregunta
La mujer lo pensó por unos instantes, pero terminó por acceder.
Dayha: Está bien, antes de que mueras despejare una de tus dudas. Y si te lo preguntas. Si, mi cabello es natural — Burlandose de Kuro, ella ondeó con su mano su cabello.
Kuro: Ahhh… Bueno... Gracias, por la información, eso creo. Ahora mi pregunta, esa arma que tienes, no existía hace unos años ¿Dónde la conseguiste?
Dayha: Ya veo. Te interesa el arma, pues para que lo sepas estas armas apenas y se están fabricando. Tuve la suerte de ser una de las caballeros que recibieron un arma como esta
Kuro: Oh, lo entiendo. ¿De dónde vienen?
Dayha: Del reino central, para que me entiendas se fabrican en la ciudad de Oruk. El creador se llama Zhayce... O algo así
Kuro: Increíble, si estas cosas hubieran existido en ese entonces... Tal ve- OUH! — Antes de que pudiera terminar sus palabras la zona en la que estaba parado casi se desploma, obligándolo a sostenerse de uno de los ladrillos que estaban sobresaliendo de la pared.
Sin embargo, la parte de la que se sostenía también estaba bastante débil, literalmente estaba parado en un gran orificio hecho en esta pared, sostenido de un ladrillo que en segundos se saldría de su lugar.
Pero esto no le importaba a Dayha...
Dayha: Lo único que quieres es ganar tiempo... — Hizo una pequeña pausa para volver a hablar. — Pero no dejaré que sigas aquí, así que o sales por tu propia voluntad o sales en ¡Pedazos! —
Ella se preparó para soltar otro ataque, ahora mismo Kuro no se podía mover porque si lo hacía caería junto con restos de la pared. Así que trato de no tomarle importancia y responder... — ¡Espera! — Pero todo fue en vano... Ella lanzó otro ataque sin prestar atención a que Kuro tenía planeado hablar…
Destruyendo todo de lo que se sostenía Kuro, el ataque cumplió su cometido... Hacer caer al chico y evitar que siguiera hablando.
— ¿Pero... acaso...? ¿Estaba bien esto? —
— La realidad es que esto fue conveniente para él. Después de todo logró entrar a la cárcel y si preguntaban por el escándalo todo fue hecho por la caballero, a la que se le pasó la mano por su enojo. —
Mucho polvo salía de la parte alta de las paredes exteriores de la prisión, mientras la caballero solo observaba.
Él continuaba cayendo junto con una gran cantidad de escombros, hasta que se topó con el suelo de uno de los pisos superiores e impactó con él, destruyéndolo, así continuando hasta llegar a uno de los pisos subterráneos.
Todos los escombros que lo seguían cayeron al mismo tiempo, Kuro había llegado al anteúltimo piso subterráneo siendo aplastado por grandes cantidades de concreto y ladrillos.
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Mientras tanto la caballero observaba el polvo causado por la destrucción de esta pared, pero no se inmuto.
Dayha: Bien, supongo que ahora iré por el cuerpo de ese chico. Estoy segura que debió haber muerto con esa caída y además los escombros debieron caer sobre él... La verdad esto es muy aburrido
Ella se quejaba de lo aburrido que era su trabajo. Su horario era vigilar en la mañana, vigilar en la tarde y vigilar por la noche, ella no hacía nada más que eso y lo más interesante que le había pasado hasta ahora, se había terminado.
Ahora mismo parecía una niña quejándose.
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En el interior de la cárcel~
Todos los restos de la pared habían caído encima del chico. Ahora mismo estaba en la entrada de una escalera, fácilmente rocas pequeñas caían por los escalones mientras que él seguía debajo de todo. Y se mantuvo así unos minutos.
Hasta que... Kuro levantó un gran trozo de la pared que estaba encima suyo, tirándolo a un costado... Se había levantado como si nada hubiera pasado y el único cambio que había en él era que ahora estaba cubierto por completo de polvo.
Su resistente cuerpo le ayudó a sobrevivir a la caída y al aplastamiento que sufrió gracias a los escombros.
Levantándose y sacudiéndose como si fuera un animal se deshizo de todo el polvo, lo cual dio un resultado muy efectivo.
Kuro: Bien, ahora que he entrado debo buscar a ese tipo, perooo... ¿Cómo lo haré?
Se puso a pensar, pero no duró mucho ya que se olvidó en qué pensaba en cuestión de instantes
Con esto lo único que tenía en mente era encontrar al tipo que buscaba, aunque no sabía cómo hacerlo.
Kuro: Será mejor que empiece
Sonriendo él estaba listo para continuar caminando. No obstante, al dar su primer paso se dio cuenta que no había suelo donde pisar, tanteo con su pie, pero no encontró nada.
Ahora mismo ya era muy tarde para reaccionar, así que terminó cayendo.
Kuro no se dio cuenta de la escalera que estaban ahí, literalmente empezó a rodar por la escalera como si fuera un pedazo de roca verde.
— HaaHahaaah — Kuro gritaba mientras daba vueltas por las largas escaleras, a pesar de estar cayendo él seguía recto y giraba al chocar sus manos y pies con las gradas. Parecía una estrella que fue lanzada de una forma que podía chocar sus puntas con todo lo que se le aparecía enfrente.
Desde su punto de vista las escaleras daban la impresión de no tener fin.
Seguía rodando por las escaleras sin detenerse, sus gritos fueron escuchados por dos caballeros que estaban en el final de las escaleras.
Normalmente deberían estar en su puesto, el cual era cuidar la única celda que había en el último piso subterráneo, pero impulsados por su curiosidad decidieron acercarse a las escaleras por el ruido que se escuchaba en ellas.
Los caballeros se preguntaban a quién pertenecían esos gritos, pero lo único que sabían es que cada vez se oían más cerca.
Al darse cuenta de esto, ellos decidieron subir las escaleras; pero cuando pisaron el primer escalón... Se toparon con algo inesperado.
Podían ver algo bajar a mucha velocidad por las escaleras, no podían distinguir que era, solo que de esa cosa era de donde salían los gritos.
Caballero (Derecha): Parece una pelota verde... — Dijo uno de ellos.
Caballero (Izquierda): Pero mira también tiene algo de rojo — Fue la respuesta que recibió.
Estúpida y nerviosamente se quedaron observando... Pasaron unos instantes hasta que notaron que ese algo que bajaba por las escaleras no se detenía. Estaba por embestirlos y su reacción fue muy tardía.
La "cosa" llegó a ellos, al notar esto ambos por instinto se apartaron.
Uno de ellos logró evitar el impacto, pero el otro lo recibió de lleno quedando inconsciente.
Algunas partes de su armadura salieron fuera de su lugar, dejando en claro la fuerza con la que fue golpeado.
La "cosa" llamada Kuro Namari que gracias al impacto terminó encima del caballero, sentía como todo daba vueltas. Como si intencionalmente estuvieran moviendo su cabeza para que no distinguiera nada.
Se desorientó gracias al fuerte golpe y tantas vueltas que dio.
Caballero: ¿Qué... acaba de pasar...?
Kuro y el caballero estaban en el suelo sin moverse.
El caballero que los observaba, notó lo que golpeó a su compañero, era un chico por lo que también quería saber sobre su estado después de caer de esas escaleras.
Caballero: ¡¡¿Oigan se encuentran bien?!!
No recibió respuesta, pero se mantuvo a la espera de una.
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En el exterior de la prisión~
Dayha estaba a punto de entrar a la prisión esperando recoger el cadáver del chico al que atacó, pero el sonido de unas botas de metal la detuvieron.
Eran los caballeros que habían abandonado sus puestos para ir a ver lo que sucedía en la tienda. Después de haber conversado con las personas cercanas al área regresaron a reportar lo que sabían.
Pero la caballero no los recibiría de la mejor forma después de que abandonaran sus puestos.
Dayha: ¡Oigan ustedes! Puedo saber... ¡¿Por qué abandonaron sus puestos?!
Ellos se pusieron completamente nerviosos, esto era porque estaban frente a su superior.
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<<< La jerarquía de los caballeros en este mundo es la siguiente:
Los de rango superior son: Los caballeros santos (Para ellos la armadura es opcional)
Los de rango alto son: Los paladines (Llevan armaduras con preferencia blancas o doradas por la iglesia)
Los de rango medio son: Los caballeros imperiales (Sus armaduras solo pueden cambiar de color al gusto de su portador)
Y por último los de rango bajo son: Los caballeros (Guardianes) y los valets (Llevan solo armaduras de bronce) >>>
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Su reacción era por encontrarse frente a la superior que les ordenó que la sustituyeran por unas cuantas horas, sabían que con la clara falta cometida podrían ser regañados sin tener oportunidad de hablar.
Caballero: Su...Superior... Dayha... Nosotros.... Estábamos... — El caballero que estaba más cerca de ella habló.
Dayha: Espero una buena respuesta — Con su mirada enojada miró a los caballeros, y ellos sentían como la mirada de esta chica penetraba el metal de los cascos de la armadura.
Caballero: Lo... Lo que pasa es que los ciudadanos nos reportaron un posible intento de fuga, así que fuimos a revisar lo que sucedía
Dayha: ¿Una fuga? Eso es imposible... nadie ha salido de aquí. Al contrario, por su ausencia un tipo se intentó meter a la prisión...
Ella estaba irritada por la respuesta de los caballeros, sabía que una fuga no era lo que realmente sucedió y pensó que solo eran chismes de la gente.
Caballero: Un tipo...? — El mismo caballero habló al escuchar las palabras de su superior. Tenía en su mente al chico pelirrojo, que llegó queriendo entrar como si nada a la prisión.
Dayha: Si, un chico de cabello rojo
Caballero: Oh?! ¿De casualidad llevaba una gabardina de color verde?
Dayha: Hnp? Si, así es.... ¿Por qué?
Caballero: Es el mismo chico que intentó entrar cuando nosotros estábamos aquí
Al escuchar eso una leve sorpresa se mostró en su rostro, pues se enteró que intentó entrar más de una vez, pero aun así debía asegurarse.
Dayha: ¿Quieres decir que ya había intentado entrar? — Preguntó para confirmar lo que pensaba.
Caballero: Si, además las personas dicen que vieron a un chico con las mismas características en la casa que fue destruida
Dayha: Entonces.... — Desvió su mirada hacia la izquierda, observando el espacio entre los muros y la prisión.
Ella se puso a pensar, en su mente estaba uniendo cada punto que se le ocurría con la información que tenía.
"Este tipo intentó ingresar a la prisión, luego este mismo tipo está en la destrucción de una casa, las personas vienen asustadas diciendo que hay una posible fuga y los caballeros abandonan sus puestos... Por último, este tipo entra a la... prisión..." — [Pensamientos/Dayha]. De esta manera Dayha unió los acontecimientos en su mente para entender la situación.
Su rostro empezó a cambiar, se había dado cuenta de algo bastante importante.
Toda una realidad se formó en su mente....
"Este tipo lo planeo todo, primero se acercó a ver cuántos caballeros había en las entradas, después hizo un escándalo para poder deshacerse de los caballeros y luego ingresó a la prisión... Pero se topó conmigo y evite que entra-..." — [Pensamientos/Dayha].
Se había dado cuenta de que no evitó que Kuro ingresara a la prisión y por la inteligencia que mostraba aún existía la posibilidad de que haya sobrevivido a la caída, de alguna forma, por lo que ahora mismo él ya estaba dentro mientras nadie lo vigilaba.
Ella se había dado cuenta de que acababa de ser engañada, el plan en su cabeza empezaba a tomar sentido ahora mismo.
Pensaba que tal vez Kuro se dejó atacar para que ingresara sin que lo tomaran como algo más que un cadáver, y esa era la razón por la cual nunca atacó.
Caballero: Su~Superior... Dayha...? — Nervioso por las palabras que diría su superior, él intentó ser lo más delicado posible al llamarla y sacarla de sus pensamientos.
Pero ella estaba preocupada, ahora mismo ese tipo debía estar haciendo de las suyas dentro de la prisión sin ninguna vigilancia y todo por no haberse dado cuenta antes.
Dayha: ¡Todo fue planeado! ¡Maldita sea! — Gritó al salir de sus pensamientos.
Caballero: ¿Qué quiere decir con eso? — Él saltó por susto del leve grito de Dayha.
Dayha: ¡Ese tipo ahora mismo está dentro de la prisión, él planeó todo para poder entrar sin que nos diéramos cuenta!
Dijo al ver directamente a los caballeros, que la observaban.
– Aunque todo este supuesto plan no era cierto, pero esa fue la conclusión a la que llegó Dayha... Literalmente Kuro no había planeado nada –
Caballeros: ¡¡¿Qué?!! — Estaban desconcertados por las palabras que escucharon.
Dayha: Rápido vayan por más caballeros y llamen a Ikners, parece que ahora hay un tipo bastante peligroso dentro — Les ordenó a los caballeros.
Caballeros: ¡Si!
Ellos se fueron a cumplir con lo mandado y Dayha corrió en dirección a la prisión.
Ahora mismo tenían que cumplir con su trabajo.
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En el interior de la prisión~
Recuperando el conocimiento, Kuro se levantó, preguntándose dónde estaba.
Había caído encima de un caballero que posiblemente solo estaba haciendo su guardia, pero claramente él no lo sabía.
Tomó una de las partes de la armadura del caballero que estaba cerca, y vio que el dueño estaba inconsciente.
Kuro: ¿Y a este que le pasó?
Caballero: ¡¡Y todavía lo preguntas!!
El caballero que todavía estaba consciente gritó cuando escuchó a Kuro hacer tal pregunta.
Kuro: ¿Tú quién eres? — Preguntó al darse cuenta de la existencia del caballero que lo observaba.
Caballero: ¡Yo debería preguntar eso! ¡Tú llegaste aquí de la nada!
Kuro: Yo vengo a ver a un prisionero
Caballero: ¿Qué dices? A nosotros nadie nos avisó de eso — Dijo él mientras hacía memoria de las tareas que tenía.
Kuro: Bueno es que no estaba planeado. Dime ¿Quién es el prisionero más fuerte? — Dijo sin darle importancia a lo demás.
Caballero: El más fuerte diría que es el que está en esta celda detrás de mí
Kuro: Vale, gracias
Caballero: No hay problema
Kuro empezó a caminar con dirección a la única celda que había en este pasillo, como si de ir a su habitación se tratase.
Pero el caballero se dio cuenta de lo que había hecho, literalmente fue una tontería.
Caballero: ¡¡Oye no te pases!! ¡¡No puedes entrar!!
Inmediatamente intentó detenerlo.
Kuro: ¿Por qué?
Caballero: Porque no estás autorizado. Tienes idea de lo que me harían si se enteran que dejé pasar a alguien
Kuro: ¿Te castigarán?
Caballero: Así es. No tienes ni la menor idea de los castigos que dan — El miedo estaba presente en el caballero mientras hablaba.
Kuro: ¿Y qué pasa si ven que peleaste lo más que pudiste para defender este lugar?
Caballero:Hnp?! … No lo sé... Tal vez me salve del regaño o sea más leve...
Kuro: Bien, entonces...
Empezó a acercarse al caballero tranquilamente, sin siquiera mostrar una emoción negativa, al contrario, estaba mostrando su sonrisa despreocupada.
Caballero: ¿Qué haces? — Él no entendía para nada estas acciones de Kuro...
Sin embargo, Kuro rápidamente se movió para darle un golpe al caballero que tenía enfrente. Su puño impactó en el abdomen del caballero cubierto por la armadura de bronce.
En cuanto su puño golpeó la armadura esta se rompió dejando al descubierto una parte del cuerpo de este hombre, el caballero se estrelló contra la pared del pasillo y quedó inconsciente.
Al ser víctima de tal golpe su conocimiento no duró mucho, por lo que no tuvo ninguna reacción.
Kuro: Espero que con esto ya no te castiguen
Tal vez no fue la mejor forma, pero en realidad solo quería que la carga del castigo sea menor para este caballero que no tenía nada que ver en lo que Kuro hacía.
Al ver que ya no estaba consciente se dio la vuelta y continuó su camino hacia la celda.
En cuanto llegó a la celda intentó abrirla, pero esta estaba cerrada con llave. Después de forcejear la puerta un rato, a Kuro no le importó más abrir la puerta por las buenas y con dos golpes la derribó.
La puerta hizo un gran ruido al caer al suelo, levantando una cantidad mínima de polvo.
Kuro: ¡Por fin ya estoy aquí! — Estaba alegre por haber llegado hasta aquí.
El interior de la celda estaba completamente oscuro, no se podía ver absolutamente nada.
???: Cuánta hostilidad... ¿Hoy toca tortura? Les informo que no me moveré de aquí, así que háganle como quieran...
Una voz masculina se escuchó...
Kuro se acercó a la voz, no podía ver, pero su olfato era muy desarrollado por lo que podía acercarse siguiendo el olor. Aunque no era para nada agradable.
La voz pertenecía al prisionero, estaba en malas condiciones y su apariencia era completamente un desastre, por suerte para él, dentro de la celda nadie notaba su estado por lo oscuro que estaba.
Este prisionero respondía al nombre de Khiba Dharak y tenía la apariencia de un joven de 19 años.
Kuro: Oye tú...
El prisionero levantó la cabeza al escuchar una voz que no conocía. Literalmente ninguno de los dos podía ver las acciones del otro, pero en sus mentes interpretaban como eran.
Khiba: Un niño... ¿Qué haces aquí? ¿Acaso no sabes quién soy? — Al escuchar la voz de Kuro, pudo notar que era más joven que él y por eso pensó que era un niño.
Kuro: Pues sé que eres el prisionero más fuerte, pero no sé cómo te llamas...
Khiba: Eres un temerario o algo así... Mira solo vete y déjame solo
Khiba no pretendía atender a Kuro, es más ya de por si le molestaba cuando los caballeros le hablaban y ahora viene un chico que no conoce y le habla. Para él no era más que un fastidio.
Kuro: Ay pero qué carácter — Dijo con una actitud alegre.
Khiba: Mira solo vete y ya, ¡¿Entiendes?! — Fue su respuesta.
Kuro: Vine aquí para pedirte que te unas a mí equipo, ¿Qué dices?
Como era de esperarse, Kuro no dudó ni un solo segundo en pedirle a Khiba que se una a su equipo que recién estaba empezando a armarse.
Khiba: ¿Qué que digo? — Hizo una pausa para volver a hablar. — ¡¡Digo que no!! —
Sinceramente pensaba que se estaba burlando de él, era un chico que de la nada viene y le pide que se una a él, como si se tratara de un juego.
En su mente no podía aceptar esto, es más se negaba a siquiera salir de esta celda, para él, el exterior perdió todo sentido.
Kuro: ¿Pero por qué? — Refunfuño.
Khiba: No tengo intenciones de salir de aquí... así que no me molestes...
Por un momento Kuro se mantuvo en silencio.
Kuro: ¡Ya está decidido te unirás a mí! — Gritó deshaciéndose de su silencio.
Khiba: ¡¡No decidas por mí!!
Kuro caminó hasta llegar al lado del hombre, tanteando con sus pies y manos logró llegar al lado izquierdo de Khiba para sentarse.
Trataba de darle tiempo para que lo piense bien y se vaya con él, así que en ese tiempo intentaría conocerlo para que juntos se fueran de la prisión.
Kuro: Vamos, únete a mi
Khiba: No lo haré, y no insistas...
Kuro: Porque no... ¿No quieres salir de aquí?
Khiba: No, no quiero salir... Ya no hay nada afuera para mi... Ahora cállate
Kuro podía darse cuenta de los cambios de humor en Khiba, debido a que con cada emoción su olor corporal cambiaba, es gracias a eso que pudo notar que se sentía decaído.
Arrastraba con él un arrepentimiento que no permitía que piense en nada más que en castigarse.
Sabiendo esto, Kuro no cedería hasta convencerlo de salir.
Kuro: Afuera hay muchas cosas, esta es la primera vez que veo todo lo que hay... Hasta fui capaz de entrar a una prisión
Sonriendo como siempre, él hablaba. Es cierto que Kuro veía todo esto por primera vez, él había pasado la mayoría de su vida en el bosque.
Nunca vio el mar, nunca vio un dragón de tierra, nunca había visto tantas personas, absolutamente todo era nuevo para él. ¿No?
Y ahora escuchaba que alguien ya no quería estar afuera, como era posible....
Khiba: Mira no sé si lo comprendas o no, pero yo ya perdí todo lo que tenía allí afuera... Sí no... ¿Por qué crees que estoy aquí?
Inconscientemente, Khiba tenía ganas de desahogarse... Esta era la primera vez en mucho tiempo que alguien le dirigía la palabra sin que sufriera una tortura o un trato violento. Las penas que daban vueltas por su cabeza tenían que salir, debía hablar o de lo contrario solo se sentiría peor.
Pero dándose cuenta de las palabras que estaba soltando, volvió a cerrar su mente, dispuesto a no decir nada más. Sin embargo...
Kuro: ¿Entonces ya no hay algo que quieras hacer? ¿Una promesa? ¿Un sueño?
Él abrió los ojos al escuchar esas palabras. Entonces en ese momento Khiba se preguntó...
¿Tenía un sueño? ¿Una promesa?
Por unos instantes no tenía respuesta a esa pregunta, estaba pensando que era lo que debía responder, pero su mente quería bloquear todo recuerdo de su pasado.
Kuro: Yo tengo muchas promesas que debo cumplir... Es por eso que salí del bosque....
Khiba: Hmp...?
Olvidándose de todo lo que estaba en su mente por unos minutos ambos se vieron cara a cara, o bueno a donde suponían que estaba la cara de cada uno... Pero... ¿Por qué era esto?
La verdad, para Khiba había algo bastante curioso que dijo Kuro.
Khiba: ¡¡¡¿Me estás diciendo que has salido de un bosque?!!! — Dijo sorprendido
Kuro: Ha, si... Ahí he vivido la mayoría de tiempo
Khiba: ¿Hablas enserio?!!!!
Kuro: Si - *Risa* -
Al escuchar la afirmación de Kuro, un recuerdo se coló por su mente. No era nada desagradable, por el contrario era algo que en su momento representó gran importancia en su vida.
Tenía una pregunta... Tal vez algo fuera de tema en este momento, pero a él no le importaba, simplemente quería hacerla.
Khiba: Oye, puedo hacerte una pregunta...? — Como si estuviera pidiendo permiso, Khiba se dirigió a Kuro.
Kuro: Claro
Khiba: ¿Es cierto que existe una flor que parece estar hecha de cristal? — Lentamente hizo su pregunta.
Kuro: Una flor hecha de cristal...
Por un momento Kuro se quedó pensando, buscaba en sus recuerdos algo que le diera una respuesta.
Kuro: Ahora que lo dices si he visto flores así, pero tienen un sabor fatal
Khiba: ¡¡¡Intentaste comerte una!!! — Se sorprendió ante tal afirmación de Kuro. —Bueno eso no importa, el punto es que si existen... —
Con una sonrisa en sus labios, el chico estaba revolviendo sus recuerdos.
Kuro lo observaba sin interrumpir el recuerdo que de seguro estaba pasando ahora mismo por su mente.
Y tal como pensaba, la mente de Khiba solo tenía un recuerdo pasando por ella...
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Una mujer hermosa de cabello gris, con un vestido largo y un collar bastante elegante iba corriendo con dirección a Khiba. Él se encontraba en la entrada de un pequeño lago cerca de una casa.
Ella venía con unos papeles en la mano, tenían el aspecto de ser una especie de periódico.
Con una gran emoción se acercó a él, para mostrarle lo que había encontrado.
Mujer: ¡Mira, mira, Khiba! — Dijo con emoción.
Khiba: Mmm…? ¿Qué sucede?
Tenían una relación muy cercana, se conocían desde hace mucho y era por eso que estaban juntos en este momento.
Mujer: Mira esto... ¡Dicen que existe una flor que parece estar hecha de cristal!
Khiba: Eso no puede ser posible... — Respondió mientras observaba el periódico.
Mujer: Pero aquí lo dice, mira... — Haciendo un puchero, la mujer acercó más el periódico para que lo vea.
Con esto ambos revisaron el periódico y pudieron observar la noticia de que un nuevo tipo de flor había aparecido... Esta era la flor "Little-Light", una flor conocida por tener el aspecto de estar hecha de cristal. Dándole así una belleza que supera la de cualquier otra flor.
Sin embargo, Khiba no quería creer eso, era fuera de lo normal pensar que encontraron algo así.
Khiba: Puede que sea mentira — Dijo ante la noticia.
Mujer: Es cierto...
Ella estaba decaída al escuchar eso, pues tenía la ilusión de encontrar una flor así y poder disfrutar de su belleza y tacto al tocarla.
Khiba se dio cuenta de esto y trató de arreglar lo que provocaron sus palabras.
Khiba: Bueno, puede que tal vez no lo sea... Mira yo pronto saldré de viaje y como te prometí volveré aquí a tu lado, es posible que me encuentre con una flor así — Desvió la mirada para decir el resto de palabras que tenía pensadas. — Así que… Te la traeré ¿De acuerdo...? —
Se avergonzó por decir esa clase de cosas que a su parecer no eran de su estilo.
Pero por el contrario la cara de la mujer se iluminó por completo, estaba feliz por lo que escuchó.
Ellos parecían ser una pareja sin problemas en este momento, tenían una conexión de bastante tiempo por lo que les era fácil reconocer las emociones del otro.
Mujer: Estaré esperando...
La mujer mostró una sonrisa, pero Khiba ya no la podía ver, por el contrario pudo escuchar el sonido de un cristal quebrándose.
El momento de paz en su mente había acabado.
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El silencio en la celda se hizo presente mientras Khiba se mantenía callado con un rostro algo nostálgico.
A Kuro no le gustaba el silencio, así que quería saber lo que le pasaba a Khiba.
Kuro: Oye, ¿Estás bien?
Khiba: Ha?! Si, ¿Por qué lo preguntas? — Reaccionó rápido al escuchar a Kuro.
Kuro: ¿Por qué te quedaste callado?
Khiba: Solo estaba pensando
Kuro: ¿Sobre unirte a mí equipo?
Khiba: Claro que no
Volvió a dar su negativa sobre la propuesta de Kuro.
Con esto dicho, comprendió que al parecer no podía hacer nada para llevar a Khiba consigo, su estilo no involucraba obligar a alguien a seguirlo, así que no insistiría más.
Kuro: Bueno, debo irme — Sonriendo, él se levantó, estiró un poco su cuerpo y con eso ya estaba listo para salir del lugar.
Khiba: ¿Ya te vas?
Kuro: Si.... No puedo obligarte a venir conmigo así que tendré que buscar a alguien más para que se una a mi equipo
Sin importar que haya sido rechazado, él seguía sonriendo.
Khiba notó esto, aunque literalmente no podía ver su rostro, él podía sentir como sonreía, era una extraña sensación que le permitía imaginar la sonrisa del chico.
Esto le trajo una pregunta a la mente...
Khiba: Oye... ¿Dime qué planeas hacer cuando tengas a tu equipo?
Kuro: ¡Voy a convertirme en el rey del mundo!
Khiba: Ja! Dices cosas muy graciosas
Era la primera risa sincera que soltó en todo este tiempo, las palabras de Kuro le causaron gracia.
Khiba: Así que quieres ser el rey del mundo, he... ¿Por qué? ¿Por fama? ¿Poder? Tal vez… ¿Riquezas?
Kuro: Claro que no... Yo hice una promesa y voy a cumplirla, no importa cuánto me tarde. Sin importar la muerte yo seguiré adelante para cumplir lo acordado
Khiba se quedó con la mirada fija en el lugar donde sentía la presencia de Kuro, no entendía a este chico, estaba muy decidido y muy confiado en lo que iba a hacer o eso era lo que representaban sus palabras.
Aun así tenía sus dudas, no era fácil de creer, y aunque fuera un niño no sería tan normal que dijera eso con tal confianza.
Ahora mismo, Khiba quería comprobar qué tan valiosas eran esas palabras y si la boca que las soltaba era confiable.
Khiba: ¿Y qué vas a hacer si la persona con la que hiciste esa promesa muere...? Con esa persona muerta la promesa se disuelve — Dijo seriamente.
Kuro se quedó callado por unos segundos, pero él no estaba pensando en su respuesta, Kuro estaba pensando en sus promesas. Todo lo que tenía que hacer y todo lo que había pensado.
No tenía planes, ni ideas de como empezar, lo único que tenía claro era el objetivo de todo lo que haría. Así que con eso en su mente estaba listo para responder.
Kuro: Claro que no. Siempre y cuando recuerdes lo que prometiste, y sin importar si esa persona está o no... Debes cumplir tu promesa
Khiba: Pensaras muy distinto el día en el que esa persona se vaya
Kuro: No lo haré... Por qué las personas con las que hice la mayoría de mis promesas... Ya murieron...
En ese momento Khiba reaccionó, era porque las palabras de Kuro habían traído a todo su ser, sentimientos y recuerdos que creía olvidados.
Por un momento su respiración se agitó, tragaba saliva y de la nada su cuerpo empezó a sudar.
¿Nervios? ¿Temor? ¿Impresión? ...Ni siquiera él mismo sabía que le estaba pasando.
Kuro: Hice muchas promesas y de las personas con las que hice la mayoría ya están muertas...... Pero eso no quiere decir que ya no las vaya a cumplir, yo pienso que la mejor forma de recordar a esas personas es cumpliendo las promesas que hicimos juntos
Entre más hablaba Kuro, el cuerpo de Khiba más se agitaba y su mente empezaba a alborotarse.
Cada palabra parecía afectar más a Khiba, y esto no paraba... Había encontrado algo muy distinto a él.
Ahora se daba cuenta... Lo que sentía Khiba era miedo... Miedo de la persona frente a él.
Miedo de lo único que él no pudo ser, en lo que no se pudo convertir... De golpe en su mente recordó que había hecho promesas con seres muy queridos y también recordó que abandonó esas promesas el día en el que perdió a esas personas.
Todo abordaba su mente ahora, era como sufrir de golpes que impactaban directamente a su cabeza en repetidas veces sin descansar.
Ahora mismo se sentía aturdido y más miedoso por no haberse dado cuenta de lo que debía hacer, de en quién debía convertirse...
Todo este tiempo pensó solo en su tristeza, en que ya no podía seguir, es por eso que se entregó y dejó que lo encerraran.
Gritos se escuchaban en su cabeza, sentía como se desgarraba por dentro, se sentía tan mal que empezó a apretar los dientes tan fuerte que estaba a punto de sangrar.
Hasta ahora nunca pensó en continuar, cuando fue encerrado solo pensó en que ya no tenía nada por lo que estar en el exterior, que todo para él había acabado.
Entendió que ahora era el más idiota por no haberse dado cuenta por sí mismo.
Se equivocó y se echó al abandono en esta prisión. Pero ahora mismo delante de él estaba la oportunidad que tal vez necesitaba...
Ya no recordaba cuántos años estaba en este lugar, ni siquiera recordaba cómo era él exterior en ese tiempo.
Pero ahora en el momento menos esperado estaba recibiendo la oportunidad de poder conocer a un amigo que lo ayudaría a seguir, poder conocer nuevas personas con las cuales contar para su nuevo recorrido.
Tal vez no se lo esperaba, tal vez no tenía idea de si era forzado a tomar una decisión, era un riesgo que siempre se toma en la vida...
Era seguir ahora o quedarse en la nada por la eternidad.
Los gritos en su mente cesaron, como si todo el sufrimiento que cargaba se desvaneciera solo para dejar que tomara una decisión en este momento. Los fantasmas de su pasado lo dejaron en paz , para que tomara la decisión de irse o quedarse.
Kuro: Bueno... Espero nos veamos después — Aunque Khiba no lo escuchó, Kuro había terminado de hablar y estaba listo para salir de la celda.
Él caminó hasta la salida y estaba por pasar encima de la puerta derribada. Hasta que...
Khiba: ¡Espera!
Levantando la cabeza y abandonando todo sentimiento innecesario, Khiba había tomado su decisión. Posiblemente todo era muy rápido, pero prefería algo precipitado a algo que tomará más tiempo en llegar.
Ninguno de los dos se conocía, no sabían su pasado, o lo que pensaban, pero de algo estaban seguros, el camino que querían recorrer no lo podían hacer solos.
Kuro: ¿Hum?
Deteniéndose Kuro se quedó en la entrada de la celda. Se estaba preguntando que sucedía y por qué lo detenía ahora.
Khiba: Acabo de recordar que yo también tengo promesas que debo cumplir. Y desde aquí no puedo hacerlo... Así que... si no te molesta, ¿Me aceptarías en tu equipo... Capitán? — Soltó una risa confiada al acabar.
La emoción que recorría su cuerpo no desaparecía, y por el contrario parecía aumentar más con cada segundo que pasaba. Ahora el miedo de antes fue reemplazado por la adrenalina y la emoción, Khiba estaba listo para salir de este lugar.
Por toda la oscuridad de la celda no se podía ver el rostro de Khiba, pero Kuro tenía una idea de cómo era y se lo imaginó en ese momento.
Él sonrió desde la puerta, la confianza desbordaba de él. Ambos podían sentir como el primer paso para lograr sus objetivos ya estaba dado.
Kuro: ¡¡Claro que sí!! ¡¡Que bien ya tengo un compañero!!
Con mucha energía, él aceptó a Khiba y estaba celebrando tener a su primer compañero.
Khiba: Oye, Oye. Luego celebramos ahora ayúdame a salir de aquí — Dijo al ver la celebración de Kuro.
Kuro: Ha, Vale!
Corrió hacia Khiba, él estaba encadenado a la pared, sus piernas, manos y cuello estaban encadenados, era un encarcelamiento bastante inhumano, pero ninguno pensó en eso ahora.
Kuro cogió las cadenas una por una y las apretó tanto que logró romperlas, hasta que él cuerpo de Khiba quedó completamente libre.
Khiba: Vaya que tienes fuerza. Yo soy más hábil con la espada
En cuanto ya no había cadenas se levantó y empezó a mover su cuerpo, era como una nueva sensación, como recordar algo que no habías hecho en mucho tiempo.
Kuro: ¿Y dónde está tu espada?
Khiba: Está por allá
Señaló a una de las esquinas oscuras de la celda, Kuro vio en esa dirección, pero no observó nada.
Kuro: ¿Enserio?
Khiba: Claro que no, es un chiste. Me las quitaron cuando me encerraron
Se rascó la cabeza al recordar cómo se las quitaron.
Kuro: ¡Pues vayamos por ellas! — Con mucho ánimo, Kuro ya quería empezar su viaje y salir de este lugar.
Khiba: Estoy de acuerdo contigo
Ambos estaban de buen ánimo y de esa forma salieron de la celda.
Este sería el momento en el que se verían las caras...
Al momento de estar afuera Khiba se cubrió los ojos, era demasiada luz para él y más porque había pasado mucho tiempo en una celda completamente oscura.
Khiba: No recuerdo la última vez que vi tanta luz
El aspecto de Khiba era el de un chico de unos 19 años, tenía el torso desnudo y mostraba un buen físico. Su cabello era plateado y estaba extremadamente largo, además de que tenía una barba que con los años había crecido bastante.
Solo estaba vestido con unos pantalones negros ya muy desgastados, y estaba descalzo.
Kuro: ¡¡Pero qué viejo te ves!!
Cuando lo vio, Kuro solo pensó en que era bastante viejo o por lo menos así lo veía él.
Khiba: ¡¡Oye eso es muy grosero!! ... Pero tienes razón me veo muy viejo, creo que me cortare el cabello y la barba
Kuro sonrió en respuesta.
En ese momento Khiba se dio cuenta del aspecto de Kuro. Era joven, de unos 17 años aparentemente, además era más pequeño que él.
Khiba: Oye tú te ves bastante joven y mira tienes el cabello rojo, eso es una buena señal
Kuro: ¿Enserio? ¿Por qué? — Se preguntaba por lo que dijo Khiba sobre su cabello.
Khiba: Te lo contaré después, por ahora busquemos mis espadas y larguémonos de aquí
Kuro: ¡¡Venga vamos!!
Khiba: - *Risa* - ¡Si! -
Ellos dos empezaron a caminar rumbo a encontrar las espadas de Khiba.
De esta forma ellos empezaron su camino juntos.