Tomando todas las espadas y tirándolas al suelo, Khiba tras su reciente victoria sobre el baúl, se disponía a buscar sus espadas entre las muchas que había.
Khiba: Parece que estas espadas están mejor conservadas que las que están en los estantes —Dijo mirando una espada de hoja delgada y brillante.
Arrojando a un lado las espadas que no le servían, por fin logro encontrar las que estaba buscando. Dos katanas, la primera llevaba una empuñadura blanca con marcas doradas, un guardamano circular de metal dorado, y una funda completamente blanca; la segunda tenía una empuñadura negra con trenzado, un guardamano triangular de metal oscuro, y una funda que permitía camuflar la katana como un palo de madera negra.
Al tenerlas nuevamente en sus manos, Khiba mostró una sonrisa con confianza. Dejando todo lo demás a un lado él desenfundo la kanata blanca y se aseguró de que su filo se haya mantenido; para su suerte la hoja de esta espada estaba brillante como si hubiera sido recién pulida y su filo estaba en perfectas condiciones.
Khiba: No sabes cuanto te extrañe... Amith... —Reflejándose en la hoja de la espada, él se mostraba nostálgico. — Bueno... Ayúdame una vez más —Dejando de lado sus emociones, estaba a punto de guardar a la espada nuevamente en su funda, hasta que volvió a ver su reflejo.
Claramente veía su cabello largo y su gran barba, que con los años había crecido.
Tocando el vello de su rostro, Khiba estaba pensando en rasurarse en este momento.
Khiba: Pues... Creo que no sería mala idea... Parezco mi abuelito
Desenfundo completamente la espada y con esta misma empezó a cortar su barba y cabello, sabía que si se cortaba la piel esta se curaría al instante por lo que no se preocupó en nada más que en su aspecto.
Cortando algunos pedazos de piel en el camino, Khiba con una sonrisa se volvió a ver en el filo de la espada. No sin antes limpiarle la sangre que quedo tras los cortes que se hizo. Para luego salir de la habitación y encontrarse con Ikners.
Al momento de estar frente a él, Khiba lo miró directamente mientras sobaba los lugares donde antes había barba.
Khiba: Oye. ¿Qué opinas? ¿Me veo mejor así? —Dijo burlándose de Ikners un poco.
Ahora su cabello largo había sido reducido, dejándolo de un tamaño suficiente como para atarlo con una liga de cabello o un broche, mientras que su rostro estaba libre de barba.
Ikners: ¿Acaso te estas burlando?! ¡No te responderé nada! —Gritó mientras se balanceaba de un lado a otro.
Khiba: Bueno, no es que importe mucho lo que tu digas... —Dejo de ver a Ikners y se dirigió al interior de la habitación nuevamente.
Tomo el saco negro que había llenado él mismo, y con una cuerda que encontró en los estantes ató sus espadas a su cintura; terminando con su labor salió tranquilamente.
Khiba: ¡Bueno, nos vemos! ¡No te tardes en bajar! — *Risa burlona* —
Ikners: ¡¡Serás desgraciado!! ¡¡No puedes dejarme aquí!! —Movió sus brazos para intentar agarrar a Khiba, pero era inútil para él intentarlo. — Bájame ya!! —
Agitando su mano para despedirse, Khiba salió de la sala de mando mientras le mostraba a Ikners una sonrisa burlona en respuesta de todo lo que le decía.
Escaleras camino a la planta media~
Arrastrándose por los escalones, Kuro estaba por llegar a la cima con la mujer a la que había liberado cargada en su espalda.
Kuro: Odio... Las escaleras... —Interponiendo un suspiro en todas sus palabras, él estaba literalmente sacando la legua como un animal sediento.
Llegando al final de las escaleras, él se levantó y vio a la mujer en su espalda, dándose cuenta de que esta se había quedado dormida. Soltó una pequeña risa y vio a sus alrededores, ahora trataría de moverse lo más suave y ligero posible para no despertar a la mujer.
Caminando en dirección contraria a la sala de mando, Kuro se mantenía alerta por si veía a Khiba en algún lado.
Kuro: Debí haberle preguntado su nombre antes de todo... No tengo ni idea de donde puede estar y si no sé su nombre no lo puedo llamar —Continúo caminando hasta que se topó con una pared cerca a la puerta de la prisión. — Para empezar que se supone que debería gritar? Tal vez si le grito ¡¡Nuevo compañero!! aparezca de la nada... —Decía mientras hablaba consigo mismo.
Observando la bandera que colgaba de la pared, él veía el símbolo que tenía estampado; un dragón que entre sus garras tenía un escudo, esta era la figura que representaba a los caballeros de este reino.
Acomodando a la mujer en su espalda, Kuro decidió dejar de agarrarla para tirar de la bandera. Una vez arranco la bandera uso esta misma para atar a la mujer a su espalda, de esta forma ya no se preocuparía más de sostenerla.
Kuro: Así es más fácil moverse...
Fue lo único que dijo mientras ajustaba la atadura de la bandera.
Antes de que empezara a caminar nuevamente, escuchó unos pasos no muy lejos de él.
"¿Será él?" - [Pensamientos/Kuro].
Sintiendo como las pisadas se alejaban, Kuro empezó a acercarse.
Usando su nariz, intentaba reconocer el olor de Khiba, pero había algo que interfería con su olfato... El hedor de varios cadáveres en descomposición inundaba esta planta por completo, de esta forma le fue imposible reconocer el olor del dueño de las pisadas.
Así que, acelerando su paso, Kuro se acercó, esperando que sea Khiba a quien encuentre.
Kuro: ¡¡Oye, espera!! —Gritó para que la persona frente a él no se fuera, pero para su sorpresa no era quien buscaba.
Observando a la caballero con la que tuvo un encuentro antes, Kuro veía a Dayha con decepción.
Kuro: Perdón te confundí —Dijo al momento de dar vuelta para retirarse, pero como era de suponer no podría hacerlo.
Dayha: ¡¡¡Así que tu estabas aquí!!! —Corrió para ponerse delante de Kuro. — Detente! ¡¡Estas bajo arresto!! —Al termino de sus palabras, ella coloco la punta de su lanza al ras del cuello de Kuro.
Parpadeando un par de veces, Kuro suspiro y miró a la caballero.
Kuro: ¿Porque mejor no te preocupas por tus compañeros? Están abajo. Puedes alcanzarlos para ayudarlos a levantarse —Fue su respuesta, mientras apuntaba hacía donde creía que estaban las escaleras.
Dayha: ¿Compañeros?
Kuro: Si, unos caballeros con armaduras de colores... La verdad solo sé que uno se llamaba Isao y es porque lo escuche de una caballero de armadura roja
Con la duda en su rostro, Dayha no sabía que responder a las palabras de Kuro. En ningún momento llamaron a ese equipo de caballeros para que vengan a ayudar en la situación, pero entonces... "¿Qué hacían ellos aquí? ¿Porque Ikners no le comunico que venían?" - [Pensamientos/Dayha].
Dayha: ¿Qué pasó con ellos? —Preguntó sin retirar el arma del cuello del chico.
Kuro: No están muertos... O bueno, dos de ellos no lo están —Pensando en Carnert y Grim, Kuro no sabía cuál era el estado de esos dos. — La verdad es que no me fijé —Dijo con una sonrisa despreocupada.
Dayha: ¡Todavía tienes el descaro de decir eso! —Poniendo más fuerza en su arma, está la hundió levemente en la piel de Kuro.
Con pequeñas gotas de sangre saliendo de los leves cortes en su cuello, Kuro seguía manteniendo su sonrisa como si no le importara.
Al ver a Kuro con esa sonrisa, Dayha solo se enfurecía más y aumentaban sus ganas de decapitarlo, pero se controló al notar la tela amarrada en su pecho.
El color, el diseño y la clara textura que tenía le parecían muy familiares; retiró su lanza del cuello de Kuro sin dejar de apuntarle con ella, solo para observar bien la tela que tenía.
Dayha: Date vuelta —Dijo con la voz firme y sería.
Sin entender que sucedía, Kuro obedeció y se dio la vuelta sin problema.
Observando el emblema de los caballeros del reino arrugado, usado como una simple tela, y al rededor del cuerpo de una mujer que claramente era una prisionera, la caballero tomó esto como una ofensa clara hacia todos los caballeros.
Dayha: ¡¡Usas nuestra bandera para llevar a una prisionera como si fuera un simple trapo barato!!
Dándose la vuelta Kuro se mantenía neutro sin entender bien a la caballero.
Kuro: Pues necesitaba esto para llevar a esta mujer... Además, qué más da, es solo una tela — *Risa despreocupada* —
Colocando su mano derecha detrás de su cabeza, Kuro no se preocupaba por la situación en la que estaba.
Moviendo el mecanismo de su lanza nuevamente, Dayha estaba harta de la sonrisa de Kuro, parecía que todo lo que pasaba le daba igual, no media consecuencias y no sabía de límites. Eso termino por agotar su paciencia...
Escuchando la pieza giratoria de la lanza moverse, Kuro miró a la caballero a punto de lanzar un ataque hacia él.
Dayha: ¡¡¡Ya me tienes harta!!!
Lanzando una esfera de energía a la cabeza del chico, él se agacho de manera rápida dejando que la esfera se impacte con el techo.
Cubriendo su cabeza y sintiendo el cuerpo de la mujer moverse, Kuro escuchaba partes del techo caer al suelo.
Al notar que el gran estruendo dejo de sacudir la prisión, se volvió a levantar para ver a Dayha.
Kuro: ¿Alguna vez te han dicho que tienes un carácter de perro? —Dijo viendo el rostro enojado de la chica.
Haciendo rechinar sus dientes la caballero estaba a punto de atacar de nuevo, ante esto Kuro retrocedió y salió corriendo.
Kuro: ¡¡Me gustaría seguir con la conversación, pero tengo otras cosas que hacer!! —Escapando de la mujer, él no miraba atrás.
Mostrando una sonrisa forzada mientras apretaba más sus dientes, ella fue directo a perseguir a Kuro.
Lanzaba ataques una y otra vez mientras que Kuro se mantenía esquivando todo el tiempo. La prisión se empezaba a destruir de poco, con las acciones de estos dos.
Kuro: ¡¡¡¿Porque es que nadie aquí quiere conversar?!!!
Dayha: ¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡Tú tienes la culpa!!! ¡¡¡¡No deberías estar aquí!!!!
Cada disparo del arma causaba una destrucción notoria; las celdas, las paredes y todo lo que estaba alrededor pagaba el precio de esta persecución. La seguridad de los prisioneros no importaba para ninguno de esos dos que seguían en sus asuntos.
De tanto correr, Kuro logró ver la entrada a las escaleras de la siguiente planta de la prisión. Sin dudarlo, empezó a subir a toda prisa.
Al ver como Kuro subía a la siguiente planta, Dayha se paró en la entrada de las escaleras y apunto su lanza hacia él mientras subía, esta vez no iba a lanzar un disparo de energía, ella estaba lista para hacer que su lanza atravesara los cuerpos de la prisionera y de Kuro.
Lanzando su arma con gran precisión, la caballero no se detuvo y subió con intensidad las escaleras.
Sintiendo un hormigueo en su espalda, Kuro pudo sentir como algo se acercaba desde atrás hacia ellos, por lo que en un acto desesperado dio un salto y clavo sus dedos en el techo haciendo que estos terminen lastimados. Viendo como el filo de la lanza que fue dirigida a ellos ahora choco con la parte alta de la salida de las escaleras, Kuro se dejó caer y continúo subiendo sin fijarse en la caballero.
Saliendo de las escaleras, él notó como la caballero estaba muy cerca de alcanzarlo.
Kuro: Estas segura de que no quieres hablar?! —Le gritó al verla llegar al final de las escaleras.
Sin responder y de manera muy tranquila, Dayha subió los últimos escalones y tomo su lanza. Desincrustándola a la fuerza, ella provocó que la entrada a las escaleras se convirtiera en escombros, bloqueando así la salida hacía la planta media.
Mostrando una sonrisa con sus labios, ella miro a Kuro en ese momento.
Dayha: ¿Ahora como planeas escapar? Ya estamos oficialmente en la planta alta y si sigues subiendo dudo que encuentres más que la salida hacia el techo —Con una sonrisa que demostraba confianza y algo de burla hacía el chico, ella no le despegaba la mirada.
Kuro: Estas disfrutando esto ¿Cierto? —Con una sonrisa contrastaba la actitud de la caballero.
Dayha: Tal vez solo disfrute de capturar a un criminal... Oye, por cierto, ahora que lo pienso. Ikners dijo que eras un demonio —Hizo una pausa mientras revisaba el cuerpo del chico con la mirada, encontrando las heridas de sus dedos que dejaban salir gotas de sangre. — Es eso cierto? —
Abriendo los ojos, mostró una sonrisa y levantó los brazos.
Kuro: ¡Si! ¡Así es! —Como si estuviera contento de que la caballero supiera eso, Kuro bajo los brazos. — Soy un demonio y también... ¡Soy el que se será el rey de todo el mundo! —
Con confianza en sus palabras, Kuro no apartaba la vista de Dayha.
Planta media (Minutos antes) ~
Estando completamente fuera de la sala de mando, Khiba se empezó a dirigir a la entrada de las escaleras hacia planta baja.
Sin embargo, en medio de su camino escuchó un gritó pequeño.
— ¡¡Nuevo compañero!! —Fueron las palabras que escuchó. Con eso inmediatamente reconoció la voz y se empezó a acercar a donde la había oído.
Khiba: Así que ya estás aquí, capitán... Parece que tarde más de lo que esperaba —Fueron sus palabras al llegar a la pared cerca a la puerta de salida. — ¿A dónde se fue? ... Estoy seguro que lo escuche por aquí —Mirando a los lados, Khiba solo encontró restos de tela colgando de unos clavos en la pared.
Sin tomarle mucha importancia, decidió seguir caminando, sabía que Kuro debía estar cerca.
Khiba: ¿Dónde se habrá metido? —Deteniéndose en medió de las celdas, él pensó en gritarle a Kuro. Aunque no supiera su nombre, si lo llamaba capitán él le haría caso. — Bien... ¡¡¡Capi-!!! —Deteniendo de manera abrupta su grito, Khiba sintió un estruendo que estremeció toda la planta media.
Tambaleándose un poco por el peso del saco que llevaba, pronto recupero el equilibrio y a lo lejos vio un gran agujero en el techo que dejaba caer escombros aún.
Khiba: ¡Eso tiene que ser obra del capitán! —Corrió directamente al lugar del ataque, pero no encontró a nadie. — y ahora a dónde fue? —Antes de que pudiera decir algo más, más ataques generaban que toda la cárcel se sacudiera.
Empezando a correr detrás de la destrucción, Khiba logro escuchar a Kuro gritar y a una mujer respondiéndole. No obstante, antes de que pudiera llegar con ellos, ambos se encerraron en la planta alta de la prisión.
Khiba: Maldición, no llegue a tiempo... —Decía mientras veía la salida de las escaleras sellada por los escombros de la misma entrada destruida.
Dejando en el suelo el saco negro, Khiba intentaba ver por los orificios de los escombros, pero el polvo le impedía hacerlo.
Resignándose salió de ahí para buscar otro lugar por donde entrar, sabía que si intentaba derribar los escombros más caerían encima de él, lo cual crearía un problema más grande ya que lo dejaría inmóvil por un tiempo.
Corriendo hacia la entrada de la prisión, fue detenido por el sonido de esta misma siendo azotada contra las paredes.
Al escuchar las puertas desprenderse de su lugar y caer al suelo, Khiba se escondió detrás de una de las celdas y evito hacer ruido para poder mirar a la persona que había causado toda esa destrucción. Inmediatamente un caballero ingreso a la prisión...
Este venía seguido de muchos caballeros de rango menor, su armadura no cubría su cuerpo en su totalidad y solo estaba en las zonas más vulnerables, esta era de color dorado y tenía raspones que delataban el color acero debajo de la pintura.
Su nombre era Damio. [Caballero Imperial].
Al momento en el que este nuevo caballero dio solo cinco pasos, un ruido fuerte salió de la sala de mando; un golpe y varios cristales rompiéndose fue lo que se escuchó.
Luego de los ruidos, de la sala de mando salió Ikners que rompió el candelabro de la sala para poder liberarse de donde Khiba lo había dejado. Él al notar la presencia del caballero se acercó directamente hasta estar frente a frente.
Ikners: ¿Qué es lo que haces aquí, Damio...? —Con su voz normalmente sería, le hablo al caballero de armadura dorada.
Damio: Las personas cercanas a la cárcel les informaron a mis ayudantes que los caballeros encargados de cuidar la entrada de la prisión estaban inconscientes y muy mal heridos... —Se hizo a un lado para que pueda ver a los dos caballeros que dejo a cargo de la entrada inconscientes en el suelo y con humo saliendo de sus cuerpos. — Así que... Como veras no vengo en una visita amistosa, quiero saber, ¿Qué es lo que sucede aquí? —
Negándole la vista nuevamente, se colocó frente a él para escuchar una respuesta. Nadie sabía que la causante de la situación de los caballeros de la entrada era Grim.
Ikners: ¡Tengo todo bajo control, no es necesario que intervengaa...As! —El sonido de una explosión en la planta superior hicieron que sus palabras quedaran inconclusas y como una mentira ante Damio.
Sintiendo pequeñas cantidades de arena caer encima de sus armaduras, ambos caballeros se vieron a la cara una vez más.
Damio: ¿Estás seguro que tienes todo bajo control? —Con explosiones consecutivas de fondo, Damio se dirigió a Ikners una vez más.
Ikners: Tal vez... Necesite algo de apoyo...
Soltando una risa, Damio aún se mantenía firme ante Ikners. Sacando una espada mejorada con "Cristalurgia", él la arrojo hacia uno de los caballeros que estaban detrás de él.
Damio: Esas cosas nunca fueron lo mío... Somos de la vieja escuela, ¿No? —Mostrando una sonrisa en el interior de su casco, esperaba una respuesta de Ikners.
Mientras que Ikners al ver esta acción de Damio se empezó a reír por unos minutos.
Ikners: Tienes razón. ¡Dejemos eso para los jóvenes! —Extendió su puño para chocarlo con él de Damio.
Volviendo a reír, Damio correspondió a Ikners y choco su puño, de esta forma ambos vieron hacia arriba mientras escuchaban pisadas alejarse.
Damio: Que quede claro que no le avise al rey solo porque eres mi amigo... Pero no abuses demasiado —Dijo más relajado sin desviar su mirada.
Ikners: Lo tendré en cuenta
Ambos dejaron de mirar hacia arriba y empezaron a avanzar a la entrada a la siguiente planta.
Viendo como estos caballeros empezaban a caminar, Khiba empezó a darle la vuelta a la celda para evitar que lo vieran.
Khiba (Susurro): En mi estado actual no puedo con tantos de ellos... Tengo hambre y estoy cansado, será mejor que encuentre una forma de reunirme con el capitán... —Dijo para sí mismo mientras estaba pegado a la pared de la celda.
Se iba a mantener ahí hasta que lo escuchó...
El sonido de varias cosas de metal siendo golpeadas, entonces recordó que no había traído el saco con las cosas que tomo de la sala de mando.
"Es un mal momento para olvidarme las cosas!!" - [Pensamientos/Khiba].
Manteniéndose escondido, pudo escuchar como ambos caballeros bajaron el saco y lo dejaron caer al suelo, su intención era hacerlo sonar hasta que el dueño diera indicios de estar cerca.
Ikners: Yo sé bien quien tenía esto.... —Fue lo que le dijo a Damio. — Y también sé que no has podido salir de esta planta!!! —Grito al aire esperando una respuesta de Khiba.
Respirando de manera rápida, Khiba cada vez aumentaba la velocidad de su respiración hasta que termino convirtiéndola en una carcajada que resonó por todo el lugar.
Escuchando la risa, todos los caballeros vieron en dirección su origen... Donde el dueño de la risa salía muy tranquilamente de su escondite.
Khiba: ¡Siempre fui pésimo para jugar al corre, corre que te encuentro! — *Risa* —
Parado frente a ellos, Khiba les mostraba una sonrisa mientras mantenía su mano derecha en la empuñadura de sus espadas.
Ikners: ¿Que sucedió? ¿Tu capitán te abandono? —Dijo de manera burlona hacia Khiba.
Khiba: ¡Ya quisieras! ¡Lo que sucede es que tus caballeros son muy molestos! —Con alegría y fuerza en sus palabras, él no se inmutaba ante la provocación de Ikners. — Ahora, si me disculpas me llevare ese saco —
Empezando a caminar hacia ambos caballeros, Khiba se aseguraba de no soltar la empuñadura de sus espadas.
Una vez frente a los caballeros, soltó una sonrisa y con su mano izquierda estaba dispuesto a tomar el saco negro, pero antes de que pudiera hacerlo su cintura fue destrozada dejando su cuerpo partido por la mitad.
La sangre salpico todo el lugar y mojaba el piso hasta hacer un charco cada vez más grande, mientras que la mano de Damio se encontraba en el aire goteando sangre que no le pertenecía. En un solo instante este caballero despedazo el cuerpo de Khiba...
Aun consciente en el suelo, sus ojos se mantenían abiertos viendo como su sangre cada vez más rápido avanzaba por el suelo; el caballero sacudió su mano en un intento de quitarse la sangre mientras todos observaban el cuerpo del prisionero partido en dos en el suelo.
Ikners: ¿No te apresuraste demasiado? —Dijo mientras mantenía su mirada en Khiba.
Damio: Mejor es no perder el tiempo, parece que aún tenemos cosas que solucionar en la planta alta
Ikners: Esto lo detendrá mientras tanto —Fue la respuesta que le dio a Damio, aunque este no la entendió. — Ahora... Ustedes! ¡¡Desbloqueen la entrada a la planta alta!! —Con voz firme le dio órdenes a los caballeros que vinieron con Damio.
Obedeciendo a la orden que les dieron, todos los caballeros fueron a la entrada de la planta alta para quitar los escombros.
Ikners y Damio se acercaron a los caballeros, viendo cada movimiento que hacían para que de esta forma no perjudicaran más la situación. Si hacían un mal movimiento todos los escombros los cubrirían y lo único que conseguirían con eso es aumentar las bajas entre ellos.
Con los dos caballeros de espaldas y sin que le presten atención, el cuerpo de Khiba dejo salir nuevamente vapor blanco y espeso que de manera rápida empezaba a regenerar su cuerpo, con esto en unos cuantos segundos las piernas de Khiba estaban de nuevo en su lugar mientras dejaba un par en el suelo.
Levantándose, Khiba no dijo ni una sola palabra, viendo como ahora su cuerpo estaba completo y dejaba un par de piernas en el suelo, solo se acercó a estas para tomar sus espadas atadas a su anterior cintura la cual fue desprendida de su cuerpo hace solo unos instantes.
"Malditos caballeros y sus métodos de tratar a la gente!!! ¡¡¡Este si me la pagan!!!" - [Pensamientos/Khiba].
Gritando en su mente para sí mismo, él se dio la vuelta al tener sus espadas en sus manos nuevamente.
Quitándoles las fundas, Khiba se acercó al saco negro y las arrojo dentro de este.
Ikners: ¡¡Tengan cuidado!! ¡¡Debemos avanzar con precaución aquí!! —Les gritaba a los caballeros mientras arrojaban piedras y trozos de pared a los lados.
Khiba quedándose detrás de ellos se mantenía en silencio para que no notaran su presencia, tenía planeado dejar que los caballeros abrieran el camino para que después él pueda subir y encontrar a Kuro.
Pasando unos cuantos minutos, uno de los caballeros pudo hacer la primera abertura en los escombros, con esto Khiba ya estaba listo para presentarse.
Khiba: ¡Vaya! ¡Debería darles las gracias por abrir el camino!
Una vez Ikners se dio cuenta de la voz, dio vuelta frenéticamente, donde fue recibido por un golpe de la empuñadura de una de las espadas de Khiba; haciendo un agujero en el casco, logró golpear la cabeza de Ikners haciendo que este caiga al suelo goteando sangre de su casco.
Inmediatamente al ver esto todos los caballeros salieron de la entrada de las escaleras con la intención de atacar a Khiba que retrocedió mientras se mantenía con la guardia alta.
Damio: ¡¡¡¿Como es que sigues con vida después de eso?!!! —Detrás de los caballeros le gritó a Khiba que se mantenía sonriendo ante la situación.
Khiba: Bueno... Eso tiene una explicación. Eres demasiado estúpido para matarme — *Risa* —Burlándose del caballero, él se mantenía confiado ante la situación.
Con furia hirviendo dentro de él, Damio se quitó el casco que tenía y lo arrojo a un lado de las escaleras, sus dientes rechinaban y su vista demostraba el claro enojo que le provocó Khiba.
Damio: ¡¡¡¡Quiero que capturen a ese tipo ahora!!!! —Señalando a Khiba, esta fue la orden que le dio a los caballeros que estaban bajo su mando.
Los caballeros obedeciendo la orden que les dieron, desenfundaron sus armas y se lanzaron a atacar a Khiba quien los recibió con sus espadas; deteniendo al primer grupo de cuatro caballeros, Khiba antes de todo quería hacer una pregunta.
Khiba: ¿Están dispuestos a morir por una orden...? —Fue lo que les dijo a los caballeros que ahora lo atacaban. — No quiero matar a tipos que simplemente no tienen nada que ver con este problema, ¡¡Así que respondan!! —Gritó antes de mover sus espadas para hacer que los caballeros retrocedieran.
Caballero: ¡¡Este es cumplimiento de nuestro deber!! —Seguros de si, respondieron en consonante todos los caballeros.
Khiba: Esta bien. Pero no me culpen por nada de esto
Con una espada al frente y una atrás, Khiba adopto una posición de combate.
Acercándose a Ikners en el suelo, Damio noto que este aún estaba consciente pero el dolor le impedía recuperarse tan rápido.
Chocando espadas con los caballeros Khiba respondía a cada ataque que le lanzaban, en un inicio solo dejaba fuera de combate a los caballeros, pero estos cada vez eran más agresivos por lo que empezó a luchar enserio.
Los caballeros lograron acercarse lo suficiente para hacerle un corte en el pecho a Khiba, pero recuperándose este respondió atravesando a uno de los caballeros con su espada; de esta forma empezó nuevamente a atacar... Bloqueaba y recibía ataques y de igual manera los caballeros respondían.
Los cuerpos de los caballeros eran atravesados y desmembrados por los movimientos de las espadas de Khiba, aunque apenas había sido liberado él demostraba no haberse olvidado de usar una espada en todo este tiempo.
Su respiración era cada vez más rápida y por todo su cuerpo lleno de heridas el vapor salía... Bloqueando el ataque de dos caballeros, el hizo que retrocedieran, pero todo esto era un plan para que uno de sus compañeros apuñalara por la espalda a Khiba, lo cual surtió efecto, pero termino con el brazo del caballero cortado mientras aun sujetaba la espada incrustada en el cuerpo de Khiba.
Jadeando él se quitó la espada, pero inmediatamente otro caballero lo ataco haciéndole un corte en la pierna, queriendo reaccionar Khiba no pudo hacerlo pues otros dos caballeros lo atacaban de frente. Acorralado por la superioridad numérica de los caballeros, él empezaba a sentir más débil su cuerpo por el hambre que paso durante su encierro.
No tenía tanta energía cuando salió y aunque no pudiera morir su cuerpo si sentía cansancio o debilidad.
Khiba: ¡¡¡¡¡Maldita sea!!!!! —Al momento de gritar en su cuello un látigo negro se enredó.
Dejando caer sus espadas Khiba tomo el látigo atado a su cuello con la intención de quitárselo, pero con los caballeros aun atacándolo y el látigo en su cuello, le era imposible concentrarse en una sola acción.
Ikners de nuevo de pie tiraba con más fuerza del látigo, ahorcando a Khiba cada vez más.
Su vista se empezaba a nublar por la falta de aire y la pérdida de sangre a causa de los ataques, poco a poco sentía que perdía la consciencia.
Khiba: Mier.…da... No puedo... —Dejando sus palabras sin concluir, Khiba había aceptado rendirse...
Pero... ¿Su subconsciente quería lo mismo...?
Unos segundos antes de que estuviera por caer, su mente... Tal vez por la falta de oxígeno o por alguna otra razón, creo una alucinación auditiva...
- Vas a volver... ¿Verdad? -
En un intento de recomponer el cuerpo, estas palabras resonaron en la mente de Khiba, pero él mismo podía sentir como alguien se la susurraba al oído. Una voz femenina, delicada, familiar y acogedora, provoco que Khiba recuperara las ganas de seguir en pie.
Sintiendo su cuello crujir, él se empezaba a enderezar con la única intención de acercarse a los caballeros que lo atacaban por enfrente.
Poniendo una gran fuerza en su cuerpo para resistir tanto del agarre del látigo como de los ataques de los caballeros, Khiba dejo de agarrar el látigo de su cuello y tiro sus manos hacia adelante con mucha fuerza, haciendo que la cabeza de los dos caballeros chocasen entre si destrozando los cascos de sus armaduras y quedando inconscientes.
Al ver esto el tercer caballero que aún quedaba en pie, apuñalo a Khiba en el corazón, pero este derramando sangre de su boca, nariz y ojos atravesó los ojos del caballero con la punta de sus dedos, logrando que este caiga al suelo quejándose del dolor.
Volvió a tomar el látigo en su cuello, pero esta vez no trataba de desatarlo ahora se aseguró de que no se saliera al momento de hacer todo su cuerpo hacia adelante; al momento en el que arrojo su cuerpo logró que Ikners perdiera el equilibrio y se acercara a él al momento de enderezarse.
Con el agarre del látigo flojo por el deceso de las fuerzas de Ikners, Khiba aprovecho la corta distancia para tomarlo del cuello y tenerlo frente a frente.
Khiba: Si... Voy a volver... —Respondiendo a la pregunta que solo él escucho y de la voz que solo él conocía, Khiba no le quitaba la mirada a Ikners que se encontraba confundido por sus palabras.
Intentando librarse del agarre de Khiba, Ikners lo golpeo en el rostro, pero aprovechándose de esto Khiba lo abrazo al momento de sentir un hormigueo en su espalda.
Apretando con todas sus fuerzas a Ikners, se dio la vuelta donde lo recibiría la palma de Damio...
Khiba noto que desde que tomo a Ikners del cuello, Damio cambio su posición poniéndose detrás de él con la intención de atacarlo por sorpresa. Sin embargo, la sorpresa se la llevo Damio al notar que atravesó el cuerpo de Ikners junto al de Khiba.
Con sus ojos abiertos y su respiración cortada, Damio retiro su mano del cuerpo de ambos...
Botando sangre de su boca y manchando la cara de Khiba, Ikners perdía fuerza para hablar en cada segundo... Un chillido casi inaudible salía de él. Mientras que de Khiba solo salía vapor al momento de curar sus heridas.
Damio: ¡¡¡¡¿Por qué?!!!! ¡¡¡¡¿Por qué mierda hiciste eso?!!!! —Grito mientras veía como Khiba suavizaba su agarre.
Khiba: De que hablas... Fuiste tú el que atravesó a su compañero... —Aun con la respiración agitada, fue capaz de responder.
Damio quería responder, quería soltar más palabras, quería insultar a Khiba, pero no podía. La presión que sentía ahora mismo se lo impedía, de su boca solo salían indicios de querer hablar, pero por alguna razón sus palabras no salían.
Mientras el agujero en el cuerpo de Khiba ya había cerrado, el de Ikners seguía abierto y derramando grandes cantidades de sangre.
Justo en ese momento de las escaleras de la planta baja salió, el equipo de caballeros que antes se había encontrado con Kuro.
Los caballeros que estaban en perfectas condiciones eran Azami e Isao, mientras que Grim y Carnert estaban algo heridos, pero aun en pie.
Khiba estaba listo para soltar a Ikners por lo que dejo de abrazarlo y caer al suelo, pero en ese mismo momento Carnert lo estaba viendo.
Observaba el cuerpo de Ikners caer al suelo gravemente herido y al borde de la muerte, en ese momento "Algo" en su interior le causaba una incomodidad en el pecho... Aun estando herido quería ir a donde estaba y atacar a Khiba que con lo poco que vio asumía que era el responsable de todo.
Carnert: Ik...ners... —No aguantando más esa sensación en su interior, Carnert con la pierna herida avanzó lo más rápido que pudo hacia la espalda de Khiba.
Sus compañeros lo observaron, y cuando intentaron detenerlo, él ya había tomado una de las espadas del suelo... Corriendo como pudo a la espalda de Khiba, Carnert clavo la espada en la parte trasera del cuello de Khiba y desesperadamente corto hacia abajo, dañando su columna y haciendo que caiga al suelo.
Reaccionando rápido a lo que había hecho, Carnert se apresuró a llegar a donde Ikners tirándose de golpe donde él estaba, poniéndose de rodillas él saco de su bolsillo varios cristales de distintos colores.
Tomando solo los de color blanco, Carnert los rompió en sus manos haciendo que estas tomen un leve brillo...
Tocando directamente la gran herida de Ikners, esta se empezaba a curar muy lentamente, mientras consumía el brillo de las manos de Carnert.
Carnert: Vamos... No te mueras... —Decía débilmente.
Disipándose el vapor de su herida, Khiba hacia tronar su cuello al moverlo de izquierda a derecha una vez.
Khiba: Eso si me tomo por sorpresa... —Estando frente a los dos caballeros en el suelo, Khiba tocaba su cuello ahora completamente sano.
En su cuerpo ya no había ni un solo corte, lesión o herida, lo que sorprendió mucho a Carnert que veía a Khiba por primera vez.
Carnert: C.…Cómo...? —Temblando y con miedo en su expresión, él hacía todo lo posible para hacer que sus palabras salgan. — Estoy seguro que te atravesé el cuello.... ¡¡¿Cómo es que aun estas vivo?!! —
Khiba: ¡¿No grites niño, que nunca has visto a un inmortal o qué?!
Damio aún se mantenía inmóvil recordando lo que hizo, pero no podía permitir que Khiba se acerque más a Ikners y menos a Carnert que era muy joven como para morir en este lugar.
Dio unos pasos, pero la mirada de Khiba inmediatamente se cruzó con él.
Agachándose frente a Carnert e Ikners, Khiba dejo de mirar a Damio solo para hablar con Carnert.
Khiba: Preocuparse por los demás está bien... Pero en una pelea puede ser mortal niño, debes tener más cuidado —Fue lo que le dijo a Carnert al momento de morder uno de sus dedos.
Con su dedo índice derramando sangre, Khiba dejo que esta bañara el casi inexistente abdomen de Ikners.
¿Qué buscaba lograr con esto? ... Ninguno de los caballeros lo sabía...
Sin embargo, pronto se dieron cuenta...
La herida de Ikners empezó a cerrar mientras dejaba salir el mismo vapor que soltaban las heridas de Khiba al cerrarse, de esta forma el caballero quedo fuera de peligro, pero inconsciente.
Al ver que la herida de su dedo también cerro, Khiba se puso de pie sin mirar a nadie más que Damio.
Khiba: Bien —Caminando hacia él, Khiba recogió del suelo sus espadas y se detuvo. — ¿Quieres continuar esto, caballero Damio? —
Aunque pensaba en solo enfrentar a Damio, rápidamente se deshizo de ese pensamiento al notar a Isao acercarse a la escena.
Lanzándose él primero al ataque, Khiba fue tras de Damio ignorando a Isao.............
Mientras que, a sus espaldas, Grim se escabullía por el área hasta llegar a la entrada a la planta alta; siguiendo su instinto ella subió y uso la abertura que lograron abrir los caballeros. Estaba dispuesta a vengarse del tipo que la ataco y dejo inconsciente antes...
Quedándose en un solo lugar Azami, no se movía... Esto era porque ahora estaba sin ropa debajo de su armadura y esto le causaba gran incomodidad para moverse.
Por el momento solo observaría la batalla e intentaría ayudar a los heridos...
En la planta alta~
Una explosión destruía las paredes de las escaleras que llevaban al último piso de la prisión, mientras Kuro corría dejando atrás a la caballero que solo buscaba acertarle un ataque.
Deteniéndose, Kuro miró a la caballero que ahora se notaba muy cansada por la cantidad absurda de escaleras que habían subido; en este momento si seguían subiendo terminaría el camino para ambos ya que solo queda la salida hacia el techo de la prisión.
Kuro: ¿Verdad que es muy cansado subir escalera tras escalera? —Con una sonrisa amigable le hablaba a la caballero.
Dayha: Cállate ... No tendría que haber subido todo esto de nuevo si no fuera por ti —Con su respiración agitada ella aún se mantenía con la misma actitud hacía Kuro.
Kuro: ¡Tu empezaste! ¡No que quejes! ¡La culpa es tuya por perseguirme!
Dayha: Nunca te quedas callado ¿Verdad?!!!!
Con una risa respondió a las palabras de Dayha.
Dayha: Pero ahora... YA NO PUEDES SEGUIR CORRIENDO —Apuntando nuevamente su lanza hacia el chico, ella se reusaba a dejar en paz a Kuro.
Kuro: Creo que en eso te doy la razón, la verdad no pensé en subir tanto... Pero bueno ¿Qué no es esto lo que querías? ¿Acorralarme?
Mostrando molestia ante las palabras del chico, Dayha se inclinó levemente hacia adelante, tomando su lanza por encima del guardamano y dando una última respiración profunda.
Dayha: ¿Acaso te estas burlando...? —Al termino de sus palabras ella se lanzó al ataque, pero esta vez su movimiento era diferente...
No disparaba, no lanzaba su arma, esta vez de una manera muy elegante se movió con la intención de usar el filo de su lanza contra Kuro. Pero termino siendo evadida por él, que de manera muy tranquila y sonriente la seguía viendo.
Mucho antes de que el ataque de la caballero fuera lo suficientemente cercano como para dañarlo, Kuro ya sabía la trayectoria que este tomaría... Desde la primera vez que vio a Dayha, él pudo crear una imagen de ella en su mente.
Su forma de respirar, la forma en la que camina, la manera de la que toma su lanza, los movimientos de su boca, incluso las vibraciones que su cuerpo emite al hacer un movimiento. Todo había sido copiado y guardado en la mente de Kuro, de esta forma podía calcular infinidad de movimientos que ella podría hacer, sean o no de combate.
"Acaba de anticipar mi movimiento? ... Incluso si mi ataque fuera obvio, pudo esquivarlo desde mucho antes y estaba seguro de que no combinaría mi ataque con otro" - [Pensamientos/Dayha].
Dándose la vuelta, volvía a ver al demonio que le sonreía sin malicia alguna.
"Creo que... Estoy subestimándolo demasiado..." - [Pensamientos/Dayha].
Retrocediendo el agarre de su mano hasta estar en el guardamano de la lanza, ella la soltó haciendo que esta gire en el aire moviendo de manera rápida su mano para golpear la base y que esta salga disparada hacia su blanco. Gracias a los guantes de metal de la armadura pudo golpear con mucha fuerza sin hacerse daño.
Viendo la lanza acercarse nuevamente, fácilmente la esquivo, pero eso no era lo único que se le veía venir. Inmediatamente cuando la lanza ya había pasado de él, Dayha de forma muy veloz y precisa se acercó su suficiente como para golpearlo en el rostro, pero, aunque fuera de forma repentina Kuro logró esquivar el golpe recibiendo solo una cortada superficial en su mejilla.
Con el puño de la caballero a un lado de su rostro, él se inclinó hacia atrás de manera espontánea para luego volver con más fuerza y darle un cabezazo a Dayha, provocando que esta pierda el equilibrio y empiece a sangran en la frente y nariz.
Aturdida por el golpe ella retrocedió sin equilibrio en sus pisadas.
Deshaciéndose del dolor y de algo de sangre que había logrado llegar a sus ojos, levantó la mirada.
Dayha: Desgraciado... —Apretando sus dientes, ella trataba de evitar pensar en el dolor que ahora tenía por toda la cabeza.
Kuro: Ay... Perdón... Creo que me pase un poco... Sigo sin poder controlar mi fuerza, no es lo mismo tratar con humanos que tratar con animales salvajes
Empezando a correr hacia Kuro, ella aun mantenía un buen ritmo a pesar de estar herida. — No quiero tu perdón!!! —Gritó mientras se acercaba más a él.
Lanzando de nuevo un golpe, ella ahora tenía un plan... Este era algo desesperado, pero debía intentarlo.
Con un primer golpe que Kuro esquivo como ella esperaba, lanzó una patada obligando al chico a dar una vuelta y terminar en el aire. Sin embargo, antes de que él callera Dayha volvió a lanzar otro golpe, esta vez con más fuerza...
Pero este golpe no iba dirigido a Kuro, iba directo a la mujer que cargaba él en su espalda...
Al darse cuenta de esto, inmediatamente cambio su posición en el aire y recibió el golpe de lleno en el rostro, haciendo que su caída sea más rápida y haga que retrocediera de su lugar.
En cuanto estuvo firme en el suelo nuevamente, Kuro sacudió su cabeza y escupió sangre de su boca manchando el suelo.
Dayha: Te descuidaste... Puede que veas cuando te ataque a ti, pero nunca calculaste a la mujer en tu espalda ¿Verdad? —Apuntando hacia la mujer que ahora ya no se veía rastro de ella fuera de la bandera, Dayha mostraba algo de orgullo ante su primer golpe.
Mientras que Kuro volviéndola a ver mostraba la misma sonrisa que antes.
Kuro: ¡Tienes razón, fue mi error! —Como si de un cumplido se tratase, él recibía la noticia con ánimo.
Dayha: No sé qué te hace sonreír tanto, pero... ME AGRADA EN CIERTO MODO
Nuevamente corrió hacia Kuro, pero este paso por encima de ella con un salto, dejando que llegue hasta la pared donde había acabado su lanza.
Tomándola, nuevamente estaba lista para atacar.
Dayha: Por favor... Déjame ser yo quien te capture —Apuntando su lanza hacia él con una sonrisa llena de confianza, ella parecía estar emocionada por haberle podido dar un golpe.
Tal vez porque era un demonio y esto subiría mucho sus puntos frente a sus superiores, o tal vez porque ahora tenía la certeza de que podía golpearlo.
Con gran velocidad, se volvió a lanzar al ataque...
Estocada tras estocada eran esquivadas por el chico, pero había ataques que si acertaban causándole daño leve.
Lanzando ataques sin cesar, su lanza cada vez estaba más cerca de causar un gran daño en el cuerpo del demonio, gracias a que desviaba algunos ataques hacia la mujer en la espalda de Kuro una que otra vez podía hacerle daño. Hasta que...
Una de las estocadas de su lanza fue recibida por la mano de Kuro, y aunque ella pensaba que lograría cortarla, su lanza se detuvo y fue desviada.
Con mucha fuerza y aprovechando el gran agarre de la caballero provoco que Dayha sea lanzada hacia una de las paredes más cercanas.
La pared de una de las celdas fue destruida por el impacto del cuerpo de la caballero, inmediatamente de la celda salió un prisionero en pésimas condiciones que con mucho esfuerzo se levantó para escapar.
Miró a Dayha unos segundos y como si fuera una tarea muy difícil escupió encima de ella, saliendo corriendo de ahí. Era como ver el cadáver de un hombre salir corriendo de su tumba, pues el prisionero estaba tan delgado que no podía definirse como nada más que "Un cadáver andante".
Utilizando las únicas fuerzas que le quedaban, el hombre logro llegar a la entrada de las escaleras; Kuro lo observaba sin decir nada ya que sentía que este no era un problema que le involucrara, de por si el hombre ya parecía tener muy poco tiempo de vida.
Al momento de querer bajar, el cuerpo de hombre fue invadido por un rayo de electricidad. Sus gritos resonaron. El relámpago que golpeó el cuerpo del hombre, emitiendo una cegadora luz blanca, que, en un giro del destino, se veía realmente bella comenzó a desvanecerse y como un muñeco roto, el prisionero cayó al suelo.
Su cuerpo se encontraba carbonizado, emitiendo un desagradable olor.
???: Qué es eso de escupir a tus superiores? —Una voz femenina salió de entre la oscuridad de los escalones. — He... ¡Maldita basura! —
Saliendo de las escaleras, Grim había llegado a la escena mucho antes de lo esperado, gracias a eso pudo ver algunos ataques de Kuro y Dayha, terminando por ver como la arrojo hacia la celda.
Grim: ¡Hola! ¿Por qué no me invitaron a jugar?! —Hablando como una niña alegre, sus palabras no tenían que ver con su actitud.
Acercándose a Kuro que se mantenía frente a Dayha, Grim se quitó el casco frente a él y lo arrojo a un lado; mostrando su rostro de gran belleza encantadora.
Grim: Me recuerdas ¿Verdad?
Parpadeando un par de veces, Kuro miro a Dayha y después a Grim.
Kuro: Eres la tipa del olor horrible, la de abajo ¿No?
Grim: — *Risa* — Que gracioso eres! ¡Me gustan los tipos divertidos!
Kuro: ¡No creo que sea para tanto! —Abrazándose a él mismo, se balanceaba de un lado al otro con alegría por los halagos.
Grim: ¡Ahora... Diviérteme!
Dejando de hablar, ella con los ojos cerrados por la emoción saco un pequeño cuchillo que guardaba en su cintura; este había estado camuflado mucho tiempo en su armadura ya que tanto el filo como la empuñadura del cuchillo eran del mismo color.
Con la intención de apuñalar el rostro del chico, el cuchillo se hundió por completo, pero no salía sangre... No se sentía el titubear de Kuro por el ataque...
Levantándose del suelo, Dayha vomito mucha sangre lo que provocó que se ahogue por un momento, pero después de unos segundos recuperándose estaba dispuesta a levantarse.
En cuanto lo hizo, frente a ella vio a Grim y Kuro parados el uno frente al otro. Sin embargo, la misma sangre que ahora inundaba su rostro le impedía ver claramente. Por lo que se limpió lo mejor que pudo mientras las heridas de su cuerpo aun derramaban más sangre.
Con la vista despejada, volvió su mirada a ambos encontrándose con Kuro casi literalmente comiéndose el cuchillo de Grim.
La caballero de armadura morada, había clavado su cuchillo sin ver antes donde, la emoción del momento le había ganado... Lo que provocó que Kuro tuviera la oportunidad de eludir el ataque.
Dayha: ¡¡¡¿Pero que carajo?!!!
Al escuchar esas palabras, Grim abrió los ojos viendo a Kuro con todo el filo de su cuchillo en la boca.
Grim se quedó con los ojos abiertos al ver esto, pero sin que le dé tiempo de reaccionar, Kuro mordió con fuerza el cuchillo rompiéndolo en el interior de su boca.
Dayha y Grim veían con asombro tal hazaña temeraria del chico, nunca antes fueron capaces de presenciar tal acto de irresponsabilidad y descuido.
Escupiendo los fragmentos del cuchillo, Kuro mostraba una sonrisa ante ellas.
Dayha: Estas completamente loco... ¿Lo sabes? —Dijo sin apartar su mirada de él.
Kuro: Veo que ya despertaste. ¿Qué te parece si ahora conversamos de lo que paso? —Dijo con una sonrisa.
Tomando distancia, Grim mostraba una sonrisa con sus labios mientras parecía analizar el cuerpo de su oponente.
Dayha: Como si fuera capaz de hacer eso... —Dijo al alejarse y tomar su lanza nuevamente. — ¡Oye, Grim! ¿Puedo saber a qué has venido? —Fue lo que dijo al ver a la caballero a escasos centímetros de ella.
Grim: Viendo tu estado deberías estar agradecida de que haya llegado —Burlándose un poco, ella no cambiaba su actitud.
Dayha: ¿Tu? ¿Ayudando? ¿Por favor, no nací ayer... Dime que haces aquí?
Grim: ¿Tengo un asunto pendiente con ese hombre... Acaso no ves como esta mi armadura?
Desviando su mirada, Dayha notaba daños en la armadura de Grim los cuales fueron causados por el golpe que Kuro le dio hace unos momentos cuando libero a la mujer con la que cargaba.
Dayha: ¿Eso lo hizo él?
Grim: No veo quien más pudo hacerlo...
Dayha: Bien... Pero antes de que te metas en esto. Dime, ¿Como están las cosas abajo?
Abriendo los ojos de par en par, ella ahora mostraba sus dientes en una sonrisa. Grim se quedó callada por un momento antes de responder a Dayha.
Grim: Bueno todos están jodidos —Dijo con alegría en sus palabras.
Dayha: Q.…Qué dices...?
Grim: Lo que oíste, todo está mal allí abajo... Carnert está en mal estado debido a ese tipo —Señalo a Kuro, sin mirarlo. — Azami me contó que la humillo a ella y a Isao en el combate... —Mantenía su dedo en dirección a Kuro.
Kuro: ¡¡¡Eso no fue así!!! —Grito antes de que la mujer bajara su dedo y dejara de señalarlo.
Grim: Además, libero a un prisionero. El cual acaba de derrotar y matar a algunos caballeros, también dejo a Ikners al borde de la muerte y ahora esta enfrentándose a Damio por lo que supongo el prisionero debe ir ganando...
Sin palabras ante las noticias, ella ignoro el inoportuno y vulgar vocabulario de Grim para ver la situación actual.
"Abajo parecen estar en más aprietos que nosotras, si logramos capturar a este demonio podríamos hacer que el prisionero deje de causar problemas y encerrarlos a los dos, pero para eso primero tendríamos que lograr capturar a este tipo... No es tarea fácil, él parece en mejores condiciones que las dos..." - [Pensamientos/Dayha].
Observando nuevamente a Kuro, Dayha trataba de ver las posibilidades que le quedaban ante él, por más pocas que fueran escapar ahora para ella no era una opción. Prefería morir antes de que se enteraran de su escape ante el enemigo.
Dayha: Grim... Se que no nos conocemos mucho, pero... ¿Peleas a mi lado esta vez? —Viéndola a los ojos con gran determinación ella esperaba una respuesta rápida.
Observándola mientras parpadeaba un par de veces, Grim seguía sonriendo de manera extraña e incómoda.
Grim: Esta bien, pero que quede claro que yo lo que busco es matar a este tipo o llevarlo para el cuarto de tortura. Si me prometes una de esas cosas acepto completamente
Pensando un momento en como complacer alguna de las peticiones de Grim, logró encontrar una que sería normal y no repercutiría en su reputación.
Dayha: Una vez este capturado, podrás tener su celda libre todos los días que quieras... Podrás hacer lo que quieras con él, si me ayudas a capturarlo
Grim: ¡Es un trato!
Viendo ambas a Kuro, él se mantenía muy tranquilo esperándolas.
Kuro: ¿Ya se están llevando mejor? No entiendo bien lo que pasa, pero debo irme pronto
Sin previo aviso, Grim se lanzó primero al ataque. La velocidad de su cuerpo era sobrenatural, y esta vez no ataco con ningún arma... Sus uñas y manos eran sus armas en este momento.
Con su primer movimiento logro hacer tres cortes en la mejilla izquierda de Kuro, resaltándose con su sangre brotando y cayendo en su gabardina.
Ante tal hecho Kuro puso un rostro sorprendido mientras parpadeaba comprendiendo la situación.
Tomando de nuevo una postura erguida, Grim giro su cabeza para ver a Kuro de espaldas y luego ver sus uñas y dedos manchados de sangre.
Kuro: ¡Eso sí que me sorprendió! No imaginaba que podrías hacer eso —Dijo desviando su mirada a la mujer detrás de él.
Respondiendo con una sonrisa picarona, Grim le dio una lamida a su dedo índice probando así la sangre de este demonio. Actuando inmediatamente, esta sangre causo un leve escalofrió por todo el cuerpo de la mujer haciendo que esta suelte un pequeño gemido, estimulándola demasiado a tal punto que sus niveles de adrenalina se dispararon haciendo que empiece a temblar....
Su respiración se aceleraba cada vez más y sus pupilas se dilataban como nunca antes, de esta forma Grim provo por primera vez la sangre de demonio.
Grim: ¡¡Eres capaz de hacer esto estando dentro de mí!! ¡¡Es increíble!! —Mirando a Kuro envuelta en la excitación del momento, ella había olvidado su razón. — Es incluso más fuerte que el veneno de los "Garions"!! ¡¡Dame más!! ¡¡Compláceme más!! —Lanzándose nuevamente contra Kuro, ella mantenía sus ojos abiertos y su sonrisa de par en par.
Viendo claramente que su ataque ahora iba dirigido a su abdomen, Kuro de manera anticipada lo esquipo para luego dar un golpe directo en la espalda de la mujer, estrellándola contra el suelo y destruyendo este mismo de manera leve. Sin embargo, antes de que pudiera tomar distancia de Grim, el filo de una lanza hizo un corte limpio en su ojo derecho.
Por el dolor retrocedió bruscamente dejando un rastro de sangre.
Dayha aprovecho la situación para atacar mientras no le prestaban atención, de esta forma se puso frente a la caída Grim mientras sosteniendo su lanza ahora teñida con la sangre de Kuro.
Con la vista de Kuro reducida a la mitad, él veía a la caballero directo a los ojos, sabiendo que esta vez la pelea tomaría otro rumbo...