La suave briza salada que golpeaba sus rostros revitalizaba su cuerpo, sentían un impulso de reírse extremadamente extraño. Habían logrado escapar de la prisión con un completo éxito para ellos, por lo que estar felices no era de extrañarse, pero el estar en el barco sacudiéndose con las olas y sintiendo un aire diferente les provocaba una risa inexplicable.
Khiba: ¡Lo logramos capitán! — *Risa* — Sentado sobre todos los objetos que robo de la prisión, él se había recuperado por completo del mareo que sentía hace solo minutos.
Kuro: ¡A que sí! ¡Mi plan funciono! — Con alegría respondía a Khiba.
Khiba: Si tu plan era lanzarnos hasta un barco, sin saber exactamente si caeríamos en el lugar indicado. Entonces, si, tu plan funciono — Tranquilizándose un poco, vio a los lados examinando el barco donde estaban.
No era muy grande, pero les serviría para moverse por él mar.
Moviéndose, tratando se liberarse de la bandera en la que estaba envuelta, la mujer que salvo Kuro estaba lista para dejar de ser ignorada por estos dos chicos.
Kuro: Cierto, nos olvidamos de ella — Mirando a la mujer moviéndose como una mariposa desesperada por salir de su capullo, él la sentó a su lado aun cubierta por la bandera.
Khiba: Habla por ti, yo ya sabía que quería salir. La hemos tenido así mucho tiempo
Kuro: ¡No seas mentiroso! ¡Tú también te olvidaste de ella!
Khiba: ¿Tienes pruebas de ello? — Desviando su mirada con una sonrisa burlándose de Kuro, Khiba lo molestaba por el puro placer de saber que ahora era nuevamente libre.
Mientras ellos seguían en su conversación con grandes posibilidades de convertirse en una pelea, la mujer por fin logro liberarse de las incontables vueltas que dio la bandera en su cuerpo. Sin embargo, la prisionera a la que liberaron ya no era la misma.
Al momento de quitarse la bandera de encima el manto de oscuridad también se disipo, dejando ver a una mujer hermosa y con un cuerpo voluptuoso. Su cabello negro se veía renovado, sus ojos habían recuperado la vida que antes tenían y su piel mejoro notablemente, aunque la suciedad de su cuerpo no se quitó por completo, y la ropa que traía puesta ahora le quedaba apretada.
Si se comparaba el volumen del cuerpo de Azami con el de esta mujer, ella era por mucho más robusta que Azami, lo cual para su edad era excelente...
Viendo directamente a los dos chicos que habían cargado con ella, esta mujer se dio cuenta que era un par de años mayor a ellos o eso creía al juzgarlos por su aspecto.
Mujer: O.…Oigan... — Siendo ignorada por Kuro y Khiba que se mantenían concentrados en su discusión, la mujer no sabía que decir.
Había recuperado todas sus fuerzas, pero en su interior aún se sentía débil, su garganta seguía impidiéndole hablar como si tuviera algo atravesado en ella.
Kuro estaba mordiendo el brazo de Khiba levemente, mientras este lo tomaba del cuello y de su cabello. Ambos parecían dos niños que se peleaban por saber quién tenía la razón. Clavando sus dientes de manera leve, él trataba de no desgarrar la piel de Khiba, pues por el filo de sus dientes esta acción sería demasiado fácil para él; empezó a sacudir su cabeza a los lados como si fuera un cachorro jugando con un hueso y en ese momento se dio cuenta de la mirada de la mujer.
Preguntándose quien los estaba viendo, Kuro soltó el brazo de Khiba y su mirada fue directo a la mujer. Él ya la había visto al liberarla de la prisión, pero ahora había cambiado, no quedaba absolutamente nada de la mujer desnutrida y con heridas en todo el cuerpo, es más su atractivo se dejaba ver claramente.
Kuro: Oye, Khiba... Se subió alguien al barco... — Sin quitarle la mirada a la mujer, Kuro le hablo a Khiba que seguía concentrado en no soltarlo.
Khiba: ¿De qué hablas? — Sabía que era imposible que alguien este en el mar esperando un barco al que subirse, eso sería ilógico.
Así que mirando en la misma dirección que Kuro, ambos terminaron contemplando a la mujer que los acompañaba.
Khiba: ¡¡¿Cómo subiste a nuestro barco?!! — Tomando sus espadas, el filo de estas apuntaban hacia la mujer que con un chillido empezó a temblar.
Moviendo su nariz como un animal al olfatear, Kuro inmediatamente reconoció el olor de la mujer. Se trataba del mismo olor que el de la prisionera que trajo, si esto era así, Khiba se estaba precipitando y asustando a la mujer sin ninguna razón.
Kuro: ¡¡¡Espera!!! — Saltando hasta la espalda de Khiba para detenerlo, Kuro se sujetaba como una mochila.
Khiba: ¡Oye! ¡¡¿Que te sucede?!!
Kuro: ¡Ella es la mujer a la que sacamos de la prisión!
Quedándose callado mientras procesaba lo que dijo Kuro, él en su mente tenía la imagen de la mujer a la que sacaron de la prisión y la comparo con la mujer que tenía enfrente ahora.
Tal vez las dos estaban igual de sucias, pero no se parecían para nada.
Khiba: ¡¡¡¡¡¡ESTAS DE BROMA!!!!!! — Dejando caer sus espadas, se quedó con la boca abierta ante tal cambio de la mujer.
Kuro: Claro que no... — Bajo de la espalda de Khiba, — Obviamente mi manto de oscuridad funciono y.… pues... la curo o algo así... — Sin saber que paso exactamente, Kuro señalo a la mujer que seguía inmóvil ante ellos.
Khiba: Ni siquiera tú sabes que paso!!
Kuro: ¡¡Claro que sé!!
Khiba: ¡¡Claro que no!!
Kuro: Te digo que sí!!!
Iniciando otra pelea, ellos volvieron a ignorar a la mujer.
Ella viéndolos nuevamente, sabía que no avanzarían nada si seguían peleando como niños. Por un momento verlos así le trajo un recuerdo borroso en su mente.
La silueta de dos niños peleando por cada cosa, no sabía quiénes eran ellos, no lo recordaba, pero se sentía muy familiar para ella. Fue por eso que su cuerpo recordó una acción que hacía comúnmente antes... "Gritar".
Mujer: Ya cállense los dos!!!! — Con una gran autoridad, ella se puso de pie y miro a Kuro y Khiba que se quedaron congelados al escuchar a la mujer.
Ambos la miraban mientras seguían agarrándose el uno al otro como si se estuvieran peleando aún.
Con la mirada de ambos chicos, la mujer se volvió a cohibir, volviendo a su actitud de antes.
Mujer: O tal vez no... No sé... Perdón... Fui irrespetuosa? — Aunque tuviera miedo aun, esta vez estaba dispuesta a hablar más, no importaba si debía forzar a su propia garganta a hacerlo.
Dejando de lado su pelea, ambos se pararon rectos viendo a la mujer a los ojos.
Khiba: Y pensar que hace unos minutos no eras capaz de hablar — Recogiendo sus espadas, él las sostuvo en su mano de manera tranquila.
Kuro sin decir nada solo revisaba a la mujer con la mirada, para él parecía que la ropa que traía la mujer iba a explotar en cualquier momento. Era tanta la presión, que la piel de la mujer se estaba poniendo roja.
Kuro: Bien, dejando todo lo demás de lado. Empecemos por presentarnos y después consigamos algo de ropa para ti — Dijo con una sonrisa al final.
Dando un suspiro, Khiba acepto lo que dijo Kuro y puso sus espadas a un lado.
Khiba: Mi nombre es Khiba Darak
Kuro: El mío es Kuro Namari, ¿Y el tuyo?
Quedándose en silencio mientras pensaba, la mujer no sabía que decir, ya que no recordaba su propio nombre.
De hecho, en su mente solo estaban los recuerdos de todo lo que le habían hecho en la prisión, no recordaba si tenía familia o alguien que la estuviera esperando. Estaba sola y eso era lo único que sabia.
Ladeando ambos la cabeza, ellos esperaban una respuesta de la mujer.
Mujer: Yo... No tengo nombre... No lo recuerdo... — Agachando la mirada, ella estaba avergonzada y triste de no tener un nombre y no poder presentarse ante las personas que la ayudaron.
Kuro: ¡Pues vale! ¡No hay problema! — *Risa* — Solo tenemos que ponerte uno!
Tanto Khiba como la mujer abrieron los ojos en sorpresa por las palabras de Kuro.
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¿La razón?
En este mundo ponerle un nombre a algún ser vivo significa que es de tu entera pertenencia, como un esclavo o una mascota. Sin importar de que raza sea o el género.
Si el ser al que le has puesto un nombre no es tu hijo, el significado de ponerle un nombre es el de un amo a su siervo.
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Al escuchar las palabras de Kuro, Khiba y la mujer pensaron que esto era lo que quería desde el inicio, sino porque otra razón se tomó tantas molestias para sacarla de la prisión. Había hecho alarde de su fuerza, y ahora de su inteligencia al haber planeado todo esto.
En la mente de ambos se formaban cosas que en ningún momento se pasaron por la mente de Kuro. Aunque la mujer no sabía mucho, dio por hecho que Kuro ideo un plan para entrar a la prisión y sacar a Khiba, luego al verla decidió quedársela como un recuerdo de la prisión que destruiría, fue así que modifico su plan y atrajo mucho la atención. De esa forma el reino se daría cuenta de su fuerza y de su inteligencia, lo que haria que se prepararan bien antes de salir a buscarlo, lo cual le daría tiempo de sobra para poder escapar junto a Khiba y ella.
Incluso para Khiba era como estar en el tablero de ajedrez de Kuro, pues también llego a la conclusión de que todo lo que había pasado fue calculado por Kuro y por esa razón no se le vio preocupado en ningún momento. La única vez que su actitud cambio fue cuando destrozaron su cuerpo, pero eso pudo haber sido porque Kuro no tenía información de su inmortalidad y su muerte significaría una derrota.
Ambos se estaban quemando la cabeza tratando de entender los pensamientos complejos y acelerados de este chico pelirrojo que los tenía en la palma de su mano en este momento.
Khiba: ¡¡Capitán!! Por qué no me dijiste que planeaste esto desde el inicio?!! — No!! Mejor dicho, no me di cuenta de lo que en realidad estabas haciendo... —Dijo mientras tomaba a Kuro de su gabardina.
Kuro: Oye... ¿Que te pasa?
La mujer viendo esto empezó a aceptar la realidad, si trataba de poner resistencia podría ser fácilmente eliminada del mundo. No tenía opción.
Mujer: Si... Si es lo que tú quieres... Está bien... — Con la cabeza baja, ella aceptaba su destino.
Khiba: Si este es el camino que vas a tomar esta bien, ya decidí que te seguiría y no me voy a retractar —Soltando a Kuro y cruzando sus brazos, él miraba en dirección a la mujer que esperaba las palabras de Kuro.
Sin entender nada, Kuro solo los miraba con extrañeza, no sabía si este era un comportamiento normal o si el hizo algo.
Todo el plan que se inventó Khiba y la mujer, ni siquiera fue considerado en una mínima parte por Kuro, nunca se le cruzo por la mente un plan que no sea tan simple como entrar a la prisión buscar a Khiba y salir. Como si fuera lo más sencillo.
Nunca calculo a los caballeros, es más no sabía ni como era una prisión, si no fuera por las personas que lo ayudaron a llegar ahí, nada de esto hubiera pasado.
Kuro: ¿Que les pasa? ... Están actuando muy raro
Ambos se quedaron esperando las siguientes palabras de Kuro, era su forma de mostrar respeto ante alguien al que consideraban superior a ellos.
Kuro: Pues... Tu nombre será: Renata
Seguido de un profundo silencio, tanto Khiba como la mujer se preguntaban "¿Por qué ese nombre?".
Dándose cuenta de que el silencio ya había durado unos minutos, la mujer frente a Kuro acepto el nombre que se le había dado.
Mujer: Esta bien, si esa es su decisión. Desde el día de hoy mi nombre será Renata — Sintiendo algo de felicidad al ya tener un nombre propio, ella miraba a Kuro a los ojos. Era como sentir que la confianza volvía a ella.
Estar dentro de todo el ambiente de la prisión le causaba miedo, olvido como era sentirse tranquila y como era la felicidad. No recordaba nada de lo que le paso antes de entrar a la prisión, era como si su mente simplemente hubiera borrado los recuerdos con la intención de no volverlos a ver.
Bloqueada y con muchas emociones inundando su ser, la primera emoción que pudo disfrutar ahora era el alivio y la felicidad.
Khiba: ¿Estás seguro? aun puedes cambiar el nombre capitán — Dudando de si ese era el mejor nombre que le podía dar Kuro a la mujer, Khiba se rascaba la cabeza.
Kuro: ¡No, ese nombre está bien! — *Risa* — Recobrando su actitud despreocupada, se sentó al lado a la orilla del barco.
Ambos lo observaban, pues estaban esperando que les dijera que hacer.
Ya habían salido de la prisión y ese era un gran logro, pero ¿Qué más harían? ¿Vagar por el mar sin dirección alguna? ... No tenían idea.
"Ahora solo deberíamos pasar lo que queda del día tranquilos y conseguir un lugar para que la mujer se quede. Aunque la haya sacado de la prisión, no podemos llevarla con nosotros..." — *Suspiro* — "Bueno, el Kuro de mañana solucionara todo" — [Pensamientos/Kuro].
Pensando bien en que hacer ahora, Kuro decidió no preocuparse y dejarlo todo para su yo del mañana.
Kuro: Bien, por ahora límpiate lo más que puedas, hay mucha agua a nuestro alrededor con la que lo puedes hacer. Tendrás que quedarte con esa ropa hasta mañana que podamos conseguir algo mejor — Dijo mientras permanecía sentado.
Renata: Si, señor
Kuro: NO — Levantando un poco la voz, Kuro asusto a la mujer sin querer — ... No me llames señor, ya te lo dije... Mi nombre es Kuro, no hay necesidad de esas cosas — Sonriente le respondió después de haberla asustado.
Renata: Como usted... — Viendo a Kuro, ella se dio cuenta que Kuro no quería ningún tipo de formalidad al dirigirse a él. — Esta bien, Kuro —
Esta acción le causo algo de alivio, pues parecía que no quería sentirse superior a ella.
Lista para limpiarse, ella miro a ambos chicos que seguían viéndola. Quedándose parada viéndolos, ella se sentía incomoda, estaba viajando con dos hombres y ahora uno la declaro como su pertenencia.
Todo estaba pasando muy rápido, incluso la noche estaba llegando acelerada como nunca antes.
Renata: Podrían... Dejar de mirarme...?
Khiba: Ha, si perdón. — Volteándose, él vio a Kuro que seguía con su vista en Renata. — Voltéate capitán. —
Kuro: ¿Por qué?
Khiba: ¡Tu solo voltéate, idiota! — Dándole un golpe en la cabeza forzó a Kuro a darle la espalda a la mujer.
Kuro: Eso me dolió...
Khiba: Te lo ganaste
Con una sonrisa, Renata empezó a lavarse con el agua del mar. El sol se escondía y ya no quedaba nada para que la noche llegara.
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Sobre los escombros, Vikram, aun tirado en el suelo, observaba el cielo oscurecer.
Escuchando unos pasos, él se mantuvo acostado ya que tenía el presentimiento de saber quién era.
Ahora mismo estaba sobre los escombros de una casa que fue abandonada durante el tormentoso ataque de Khiba, por esa razón, él pudo quedarse sin tener la presión de que alguien lo observara y dijera algo.
Elm: ¿Planeas estar ahí todo toda la noche?
Vikram: Recién está anocheciendo... No seas exagerado... —Respondía sin mirarlo a la cara.
Soltando un suspiro, Elm camino hasta la altura de la cabeza de Vikram y lo miro a la cara.
Elm: Dime. ¿Cuáles son tus impresiones después de recibir el ataque de ese tipo?
Mirándolo como un inoportuno, Vikram entrecerraba los ojos. Pero resignándose a no quitárselo de encima, se levantó quedándose sentado en el suelo.
Ellos llevaban mucho tiempo de conocerse, por lo que ambos sabían sus actitudes y la forma de ser de cada uno; misión tras misión, ellos fueron aprendiendo el uno del otro, hasta llegar al punto de ser el dúo de caballeros que más se conoce en todo el reino. Mientras los demás prefieren ser reservados con sus cosas, estos dos decidieron que compartir sus actitudes mejoraría su trabajo y desempeño.
Por eso, para casos de peligro extremo, ellos dos eran los mejores en solucionarlos. No importaba si se enfrentaban a la misma naturaleza, el conocerse demasiado les permitía cubrir sus debilidades y salir victoriosos, pero ahora... Esa racha de victorias fue destruida.
Vikram: Pues cinco costillas rotas y un dolor equiparable a que te caiga un castillo encima... Eso sin mencionar tu espada favorita hecha añicos — Viendo a Elm, empezó a sacar sus conclusiones. — El motivo de que estes aquí ahora mismo me dice que tú tampoco la pasaste bien y no lograste capturar a ese tipo, ¿Qué te hizo a ti? —
Elm: Prefiero no hablar de eso...
Vikram: ¿Fue así de humillante?
Sonrojándose de vergüenza, Elm evitaba mirar a la cara a Vikram.
Vikram: Así que es eso. ¿Qué paso? ¿Te golpeo muy fuerte? ¿Casi te orinas o qué? — Molestando a Elm, él sabía que probablemente después lo regañaría, pero ahora solo trataba de relajarlo.
Apretando los dientes, Elm escuchaba todas las palabras de Vikram, hasta que ya no pudo más.
Elm: Que es lo que estás diciendo?!! Claro que no, eso nunca pasaría!! Más bien tú eres el que debió orinarse!! ¡¡¡O es que acaso el golpe que te dio te daño el cerebro, maldito idiota!!!
Dando una gran sorpresa, Elm abandono su seria forma de actuar para empezar a quejarse como un niño. Agitaba sus manos, flexionaba sus piernas y apretaba los dientes en forma de coraje ante las cosas que le decía Vikram.
Vikram se reía de la forma de actuar de Elm, a pesar de parecer serio todo el tiempo, él sabía que en el fondo Elm era un tipo como cualquiera que solo buscaba ocultar sus emociones, pero al conocerse ya de mucho tiempo Vikram era la única persona con la que se podía comportar así sin temor a que se lo diga a los demás.
Vikram: Esta bien, está bien... — Agito su mano suavemente para que Elm dejara de quejarse. — Deja de hablar y ven y ayúdame. Aun me duele la espalda después de destruir tantas casas con mi cuerpo — Acercándose, Elm lo tomo de la mano y lo ayudo a levantarse.
Elm: Eres un desastre — Dijo al ver a Vikram empolvado y sucio por el ataque.
Vikram: ¡Y cómo quieres que este! ¡Mira cuantas casas destruí!
Elm: Aun así, debiste limpiarte ni bien pudiste — Al terminar de hablar sacudió el cabello de Vikram como si de desempolvar un mueble se tratara.
Después de eso, ambos se quedaron viendo como si se estuvieran analizando el uno al otro.
Elm: Aun así, sigues igual de feo
Vikram: ¡¡¡Oye!!!
Burlándose de Vikram, Elm dejo de mirarlo y le dio la espalda para que empezaran a caminar rumbo al castillo, pero antes de que pudieran siquiera dar un paso, el sonido de pisadas desesperadas se acercaba a ellos.
Se escuchaban cuatro pisadas, unas caminaban relativamente normal pero las otras estaban disparejas y apresuradas.
Al ver en dirección al sonido de las pisadas, encontraron a Ikners cansado y levemente lastimado por los últimos golpes del ataque de Khiba. Junto a él venia un caballero que solo se aseguraba de que su superior no se lastimara más.
Ikners: Superiores... Es un alivio verlos en buen estado...
Viéndolo de manera seria, ambos se preguntaban qué fue lo que le hizo tomar la decisión de venir hasta ellos en ese estado.
Elm: ¿Qué sucede Ikners? ¿Por qué no estas descansando?
Vikram: Después de haberte enfrentado a ese tipo, deberías estar descansando. Si te murieras sería un desperdicio de fuerza
Agitado, Ikners no entendía como es que podían estar tan calmados después de haber sido derrotados por un demonio.
Pero en ese momento también se dio cuenta que nadie más que él y Dayha sabían que Kuro era un demonio, esto por la información que reunió de las personas y compartió con Dayha. Si esto era así tendría sentido, sus superiores no sabrían a lo que se enfrentaron y estarían cometiendo el mismo error que él cometió... Ikners antes de que toda la pelea empezara pensaba que su poder era suficiente para acabar tanto con Kuro como con Khiba, de esa forma planeaba mantener toda la situación bajo control y no llamar la atención del rey, pero todo eso solo hizo que el problema se hiciera más grande.
Involucro a más caballeros, puso en peligro a los civiles y puso en peligro su propia vida y trabajo en el castillo. Todo por pensar que podía resolver esto él solo.
Ikners: Tal vez no lo sepan... Pero... E - El... el tipo al que se enfrentaron...
No quería hablar, sentía que en cuanto dijera algo estos dos caballeros lo enviarían ante el rey para recibir su castigo, pero aun así debía hacerlo...
Vikram: Si vas a decir algo que sea rápido. Además, no es que hayamos tenido un enfrentamiento con ese tipo... En realidad, solo nos quitó del camino para escapar...
Elm: Resulto ser más listo de lo que imaginamos al verlo
Ambos se mantenían serios, solo Vikram mostraba algo de molestia al estar parado esperando a que Ikners hablara.
"Listo...? Ese tipo... Ese demonio..." — [Pensamientos/Ikners].
Ikners: Ya lo sabía todo desde el principio...
Hablando en voz baja, Ikners empezaba a creer que todo lo que había pasado fue calculado en la mente de Kuro.
Según la opinión de Dayha esto también era así, todo había sucedido tal y como lo esperaba Kuro y es por eso que armo un gran escándalo para informárselo a todos.
Era como una presentación pública. ¡Un "Oigan! ¡¡Soy un nuevo peligro para ustedes!! Mírenme!!"
Vikram: ¿Qué? Habla más alto si quieres que te escuchemos — Levantando su voz a modo de molestar a Ikners, él coloco sus manos detrás de sus orejas para simular que estas habían crecido.
Elm: Deja de molestarlo. Esta muy agotado después de lo que paso
Recuperándose de todo lo que pensaba en ese momento, él tosió un par de veces y miro a los ojos a los caballeros santos que tenía enfrente.
Ikners: No, disculpe que los esté reteniendo aquí
Vikram: Te disculpo, pero habla rápido por favor — Desesperado por irse, ya no consideraba sus palabras ni a quien se dirigía. Viendo esto, Elm mostro un poco de molestia ante su comportamiento.
Ikners: Si, como usted diga. El tipo al que se enfrentaron, es capitán o una especie de superior para Khiba Darak
Elm: Khibaa... ¿Oh, te refieres al prisionero inmortal verdad? Tengo vagos recuerdos de su captura, pero si dices que ese tipo es como su superior, quiere decir que vino a liberarlo con un propósito... — Pensó rápidamente en el asunto, pero no llego a nada con la escasa información que tenía. — Bien. Y el punto de decirnos eso ¿Cuál es? —
Ikners: Al ser el capitán de alguien como Khiba Darak, significa que debe tener otros tipos igual o más fuertes que Khiba a su servicio. Pero ese no es el problema... El problema es que ese tipo, pertenece a la raza de los demonios
Todos se quedaron callados, el viento soplaba anunciando el completo anochecer y las estrellas adornaban el cielo como el bello inicio de un gran desastre.
Elm: Ikners... ¿Puedes repetir, lo que dijiste?
Ikners: El tipo al que se enfrentaron... Es un demonio
El caballero que acompaño a Ikners estaba completamente anonadado ante la noticia, todo este tiempo se estuvieron jugando la vida al enfrentarse a tal ser y recién lo sabían.
Vikram: ¡¡¿Pero cómo puede ser eso posible?!! Los demonios que se han avistado en los últimos años no se parecen en nada a ese tipo!!!
Elm: Eso es cierto... Lo que quiere decir, que ese demonio es muy diferente a los que hemos enfrentado
Ikners: Tengo el presentimiento de que la teocracia Sky no tiene conocimiento de la aparición de este demonio
Elm: Tienes razón. Si tuvieran conocimiento de este demonio hubieran mandado de inmediato a los paladines, nunca permitirían que un objeto de estudio se les escapara
Por un momento todos se quedaron callados, en realidad todos estaban esperando las palabras de Elm.
Al ser el más inteligente de este pequeño grupo, todos depositaban sus esperanzas en él. Esperaban una gran idea para saber que hacer desde ahora.
"Si es cierto que ese tipo es un demonio, la orden de "Se busca" debe aumentar su importancia. El verdadero problema será comunicarle esto al rey... Ya está bajo mucha presión por que los demás reinos nos consideran el más incompetente. Si se enteran que este demonio hizo un gran alboroto aquí, nos traerá más mala reputación" — Pensando más allá de la situación, no llegaba a ninguna solución que no involucrará contar lo sucedido a los reinos vecinos. — "Lo mejor será que yo me ocupe de hablar con él rey" — [Pensamientos/Elm].
Saliendo sus pensamientos, Elm miro a Ikners y el caballero que lo acompañaba.
Elm: Por el momento quiero que todos los caballeros que participaron en el combate sean revisados por el médico del reino, eso te incluye Ikners. Vikram y yo iremos a hablar con el rey, le explicare toda la situación y no involucrare a nadie más que a mí en este incidente
Vikram: ¿Qué dices?
Escuchando lo que dijo Elm, todos sabían que si hacia eso probablemente sea relevado permanentemente de su puesto y sería por un error que en realidad no había cometido.
El ser relevado de su puesto sería el castigo más leve que se le puede dar, si el rey lo decidía Elm podría acabar en trabajos forzados o en ser víctima de algún castigo físico. Al pensar esto, Ikners no estaba de acuerdo. Todo había sido su culpa, él debió haber avisado al castillo la situación y actuar dependiendo a lo que se le ordenara, pero fue por proteger a Dayha que no hizo esto... Sabía que ella tenía muchas ganas de pertenecer a los caballeros del reino, fue por eso que se esforzó tanto en avanzar y conseguir un buen puesto, y experiencia, pero si se enteraban de que parte de este error fue su culpa, todo lo que hizo se iría a la basura.
La única solución que había era que alguno se llevara la culpa, no importaba quien sea, el que cargara con la culpa de esta situación debía estar listo para soportar cualquier castigo que le sea impuesto.
Ikners lo pensó un poco, si él se llevaba el castigo podía salvar a Dayha y Elm, pero a cambio el castigo que se llevaría podría conducirlo a dejar a su familia de lado. Si su castigo fuera ejercer trabajos forzados, no tendría tiempo para su familia y con mucha posibilidad ya no volvería con ellos; si su castigo fuera desertar de su puesto, no podría aguantar la vergüenza que sentiría su familia al salir a la calle; si su castigo fuera físico, era seguro que acabaría muerto pues ya conocía los métodos que se usan para infringir estos castigos; y por último... Si su castigo fuera ser sujeto de pruebas para los nuevos avances que se están haciendo, también acabaría en la muerte...
No importaba por donde lo viera, todo resultaba mal...
Pero, aun así, su propio honor no le permitiría dejar que otra persona se llevara el castigo que le correspondía a él.
Ikners: La culpa fue mía... Debí buscar la forma de avisar al castillo y esperar órdenes del rey, pero—
Elm: No te preocupes. Déjame resolverlo a mi — Interrumpiendo las palabras de Ikners, Elm ya tenía planeadas las cosas y si salían como él quería todos se librarían del castigo.
Ikners: ¿Estás seguro?
Elm: Soy tu superior, deberías confiar más en mi
Quedándose sin palabras, Ikners solo observaba a Elm... Ahora lo recordaba... La razón por la cual él también quería proteger a Dayha era porque por este momento él era su superior...
Así como Ikners está cuidando de Dayha, hubo un tiempo en el que Elm tuvo que cuidar de Ikners... Fue así que aprendió a cuidar de sus subordinados, es la actitud que adquirió de su superior.
Ikners: Muchas gracias...
Elm: Ahora ve y asegúrate de estar en buen estado lo antes posible
Ikners: Si... — Con ayuda del caballero que lo acompaño, Ikners se retiró.
Con unos segundos de silencio, Vikram espero a que Ikners estuviera lejos para que no los escuche.
Vikram: ¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
Elm: Tengo una idea... Obviamente hay un porcentaje de que no funcione, pero vale la pena intentarlo
Vikram: Eres un idiota, ¿Lo sabias?
Elm: Pero me acompañaras, ¿No?
Vikram: ¡Pues ya que! Creo que no tengo nada mejor que hacer... Además, si te ejecutan, quiero estar ahí para verlo — Decía con sarcasmo.
Elm: JaJa — Bien... Por esta noche no hablaremos con el rey. Inventare algo para que no piense que lo estamos evitando, mañana temprano tendremos una audiencia para comunicarle lo sucedido
Vikram: ¿No puede ser después de almuerzo?
Elm: ¡No seas idiota!
Riéndose de entre ellos, ambos se tranquilizaban el uno al otro.
Sabían que ambos estaban nerviosos, pero eso no los haria abandonar lo que ya empezaron.
No tenía sentido preocuparse por lo que pasaría mañana...
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Yendo a la deriva, ellos se preparaban para pasar la noche en un barco que ninguno sabía dirigir.
Retana se había aseado por completo, Khiba y Kuro alistaron la pequeña cabina de mando para que ella pudiera dormir dentro y no pasar frio por esa noche, ellos dos estarían bien durmiendo fuera.
Kuro: Pues no es muy grande, pero ella puede dormir bien aquí
Khiba: Cierto. Además, será solo hasta mañana que busquemos una forma de llegar a tierra firme — Decían mientras veían su trabajo terminado.
Ambos salieron y observaron a la mujer mirando la luz de la luna reflejada en el mar. Para unos pudo ser una escena tenebrosa, pero se veía más hermosa que cualquier otra.
Kuro: Todo está listo para que puedas dormir, por hoy no comeremos nada ya que no tenemos nada — *Risa* — Sobando su cabeza, él también se resignaba a no comer nada esta noche.
Khiba: Mañana haremos los posible para conseguir comida y llegar a tierra, pero por ahora aguanta
Con una sonrisa dulce y comprensible, ella los miraba a ambos. Estos dos chicos ya habían hecho mucho por ella, pedirles algo sería muy mal visto de su parte, eso era lo que pensaba. Además, estaba segura que si ellos decían que mañana conseguirían comida, eso sería así.
Renata: No se preocupen, esperare paciente
Kuro: ¡Pues vale! — Dijo mientras ella se dirigía a la cabina de mando — Si necesitas algo, no dudes en avisarnos —
Por unos segundos se detuvo a considerar tales palabras...
Había pasado de estar en una celda oscura, sucia y aterradora, para estar ahora con quienes ella consideraba las mejores personas del mundo. Y ahora Kuro le estaba diciendo que podía pedir más de esa amabilidad que ahora estaba sanando su corazón, eso dibujo una sonrisa aún más notoria en su rostro.
Renata: Muchas gracias... Por todo... Gracias
Sin observarlos, pero escuchando una pequeña risa de ambos, ella continuo su breve camino a la cabina de mando.
Ellos se tiraron al suelo una vez ella atravesó la puerta de la cabina, aunque intentaron no demostrarlo estaban exhaustos y solo querían dormir, pero aun con todo eso no permitirían que quien ellos rescataron se preocupara por algo que no tenía relevancia ahora.
Khiba: Capitán... ¿Qué haremos mañana?
Kuro: Para empezar, si queremos llegar al mañana debemos dormir...
Khiba: Esa es una excelente idea — *Bostezo* —
Kuro: Si... — Decía mientras cerraba sus ojos que miraban las estrellas del cielo.
Khiba: Mañana te diré la explicación de la suerte que nos traerá tu cabello rojo, ¿Está bien? — Sin tener una respuesta de Kuro, giro su cabeza para verlo, encontrándolo ya dormido. — Hablemos mañana — Dándose la vuelta, Khiba se disponía a dormir también.
El día más largo de sus vidas había acabado por fin...
Cual noche del pecado, todo parecía perfecto... Demasiado perfecto...