Amada mía:
Como empezar esta carta. Para cuando llegue a destino no sabré si fue a tiempo o demasiado tarde como para evitar una tragedia, como aquellas que llegan a nosotros a través de los libros, desde antes del Romanticismos, pero en mayor parte desde el mismo...
Siento tener que partir lejos sin previo aviso, sin despedirme cara a cara. Lamento irme en la plenitud de la oscura noche, como un fugitivo, sin ver por última vez tus bellos ojos color café, sin poder besar tus labios color rojo como la frutilla. Te extrañaré, y mucho, te extrañaré mucho más de lo que puedas imaginar, extrañaré nuestras tardes bajo la sombra de un árbol, abrazados y riéndonos, extrañaré tu perfume, tu risa, tu mirada, tu voz, extrañaré todo de ti, cada una de tus partes y de tu asombrosa personalidad. Debo irme a cumplir mi deber con mi país, pero prometo regresar lo más pronto posible y hacerte la mujer mas feliz de mundo si me lo permites. Mientras tanto mantendré las esperanzas y la ilusión de nuestro bello amor, de todo lo vivido y de todo lo que podríamos llegar a vivir junto. esperanzas de que al regresar podamos estar tú y yo juntos por siempre, amándonos como hasta ahora y más... Superando los retos y las dificultades de la vida, dejando el orgullo de lado y dándolo todo por el amor que nos tenemos.
No sufras por mi partida amada mía, sé feliz, vive tu vida, te amo y quiero que seas feliz y estes muy bien, de ser necesario sigue con tu vida, aunque no sea a mi lado y se feliz...
Con amor, tu amado