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Chapter 8 - Juegos.

Al escuchar la voz de ese maldito engendro del demonio robótico mis venas empezaron a arder y mi sed de sangre quedó con ganas de poder ver cómo mataba a alguien con mis manos, pero eso es lo de menos, si no puedo hacerle derramar hasta su última gota de sangre porque no tiene, le dejaré sin una gota de aceite o lo que quiera que pueda tener dentro, le meteré virus o cosas por el estilo para poder hacerlo sufrir un poco siquiera, ya que no creo que un ser así pueda llegar a sufrir como yo lo experimenté, es más, no sé si ese ser pueda sufrir, pero mi deseo era verlo sufrir y que su muerte fuese lenta y si es posible, dolorosa.

Gracias a mi ira pude ponerme de pie y sin haber pensado siquiera en hacerlo mi cuerpo gritó "¿¡Dónde estás maldito!?" Era como si mi cuerpo quería respuestas tanto como yo las quería y reaccionó de tal manera ignorando lo que mi mente o yo mismo quisiese, era una sensación extraña, todo mi ser quería poder vengarse por mi propia cuenta, cada parte de mí por separado, algo así como que mis pies querían patearlo y mis brazos puñetearlo aún sabiendo que no sentiría absolutamente nada. La impotencia que había dentro de mí, no era suficiente para frenar el deseo de acabar con ese ser, con el ser que acabó con mi cordura y con personas inocentes, entre las cuales puede estar mi esposa. Pero el ser robótico me susurró tranquilamente contrarrestando el sentir que tenía yo en ese momento, un sentir alterado y una respuesta así provocó aún mayor rabia en mí.

Estaba cada vez más enojado, además de que la respuesta que llegué a recibir tampoco fue una muy útil "No estoy aquí" y segundos después continuó diciéndome "Pero tranquilo, aunque no esté aquí, pude ver todo el espectáculo, pude detallar cada expresión facial al ver aquellos vídeos que preparé para tí, me divertí, aunque sea un androide me puedo divertir y siéntete alagado de escuchar que nadie me había hecho disfrutar tanto de la vida, si es que se le puede llamar así a lo que yo conozco con esa definición" y le grité "¡Cállate!" Pero claramente no iba a obedecerme, menos aún cuando se estaba divirtiendo conmigo, entonces me dijo "Mason ¿Lo recuerdas...? Cuando mataste a tu esposa a sangre fría o talvez cuando me creaste ¿Lo recuerdas? ¿No?" Y solté el llanto sin poder controlarlo por la duda, no sabía si realmente lo había hecho, si yo llegué a crear a un ser así o si mis recuerdos eran todos ciertos o eran pensamientos modificados por un ser como él.

Decidí hacer algunas preguntas  al ser demoníaco que me trajo a este lugar a pasar estas penurias "¿Por qué me haces esto? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me torturas? ¿Qué eres realmente?" Y él se rio contestándome "Volvamos al inicio, al momento donde empezaste, donde nació la leyenda Mason Cross... hiciste muchos actos a sangre fría, por dinero, al menos eso decías ¿cierto? Pero sé que no era así, eras un maldito asesino enfermo, mataste a muchos pero sé que hubo un momento en específico donde fallaste, no fallaste el tiro, fallaste de objetivo, pues te lo nombraron y era esa la persona, pero él no debía morir, acabaste con alguien que no merecía la muerte, alguien que llevaba la vida en paz, sólo buscaba el bien de la humanidad y me creó... ¿O es que acaso no lo puedes ver? Tratas de hacer justicia, o eso es lo que tú crees, pues la justicia parece simple, parece sencillo, parece un concepto nada más, pero tú sabes que no es así, sabes que la justicia es algo más que una ley o que una manera de hacer las cosas, es más, es mucho más que eso, es algo más allá del alcance de alguien como tú... Algunos dicen que la justicia es una cuestión de perspectiva, pues sabes, no es así del todo y eso lo aprendí de mi creador, que no depende de quién opine, sino es algo que los humanos creen saber. La justicia verdadera aún no existe, al menos en el planeta Tierra, incluso puedo decirte Mason, que lo más parecido a una verdadera justicia, no está en ti, como tú lo crees, no es ninguna ley, no es ninguna regla, nada de eso, sino que la verdadera justicia la conoces, está contigo y fue creada por un hombre, un hombre que sí la comprendía, un hombre que abrió los ojos, que quiso ver la realidad, una realidad humana que está resumida en poco más que muertes y sangre ¿Cuántos muertos? ¿Cuanta sangre? No existe registro pero podemos ver que el ser humano ha sido quien la provoca, quien crea sus propios problemas, quien desata las peores miserias, quien es la verdadera plaga del mundo, pero simultáneamente son los únicos que pueden ver la justicia si lo llegan a querer..." tenía miedo, pues en parte logró hacerme pensar, analicé lo que dijo y logré ver que en parte tenía razón, pues en parte, todos los humanos hemos pecado, y sido lo peor de la Tierra, quienes matamos inocentes y quienes hacemos desastres por todo el planeta, pero él no entiende ni perdería el tiempo explicándole que él no es la verdadera justicia, pues cada quien tiene libertad de hacer lo que quiera, pues la vida es única, sólo hay una oportunidad, no sabemos cuanto tiempo dura, sólo sabemos que debemos aprovecharla.

Entre tanto pensamiento, logré ver entre las llamas una puerta entre las llamas y bajo esta, venía una cantidad considerable de sangre. Enojado y preocupado al mismo tiempo, pude ponerme de pie y dar unos cuantos pasos hacia ese lugar, pues en mi mente no había otra cosa que las ganas de ver a Jamie por una última vez, o al menos su cadáver, pero caí, una, dos, hasta tres veces en menos de 5 metros, viendo como el fuego perdía intensidad alrededor de esa habitación con cada paso que me acercaba, entonces llegué y empujé la puerta, viendo solamente un cadáver en llamas, un cadáver y el suelo lleno a más no poder lleno de sangre. Mucha más de la que los dos litros que una persona normal debe de llevar dentro de sí. Una cantidad enfermiza y con un olor tan fuerte que me hizo traer a mi mente muchos recuerdos. Recuerdos donde ese líquido vital no era más que la verdadera recompensa de los trabajos que hacía. Sin embargo eso no nubló el hecho de que mi cabeza no dejaba de pensar en quién pudo haber sido la persona a la cuál pertenecía ese cadáver, o más bien, lo que quedaba de este. Y la primer persona que vino a mi pensamiento fue Red, e inevitablemente vino una carcajada de mí, pero luego pensé en el enano al que le dejé las llaves de mi auto minutos atrás lo cual me preocupó montos antes.

"Ya es muy tarde" escuché de la voz proveniente de las paredes, mientras prosiguió "Sabes, los videos son hermosos cierto, pero aún había algo más para ti, algo que estoy seguro que no esperabas. Eso es que esta puerta estaba hecha para que la abrieras y cuando esto pasara, ibas a provocar que el cadáver que acá yacía, se alzara en llamas... pero ¿de quién solía ser ese cuerpo? Acaso pudo haber sido el cuerpo de un compañero de trabajo tuyo... Pudo haber sido de un vagabundo del que nadie tendría mayor recuerdo tras su pérdida... Pudo haber sido la mujer que amabas... Jamie ¿cierto?" Y le interrumpi diciendo "¡No te atrevas a mencionar su nombre siquiera!" Pero él o eso más bien, contestó "Pudo haber sido ella... pudiste haberla visto una última vez después de acabar con ella, pero ya es muy tarde. Muy tarde para llorar, muy tarde para arrepentirse, muy tarde para ver sus restos, muy tarde para intentar recordar tu última visita, muy tarde para pensar si ella te engañaba, muy tarde para saber si ella te era infiel, muy tarde para saber si ella estaba enferma, muy tarde para saber si estaba deprimida por lo que tú denominas un trabajo, muy tarde para saber si estaba embarazada... pudo haber sido una niña o un niño, pero sabes, es muy tarde para preguntarse todo eso, ya no tendrás respuesta a nada de esto"

Mi cuerpo estaba exhausto y mi mente lo estaba aún más. Perdí la orientación y no sabía dónde estaba la salida, sólo podía ver dos puertas, una a cada lado del lugar, ambas estaban en llamas pero seguían en pie, así que decidí moverme a rastras hacia la más cercana. Dejando un rastro de sangre logré llegar y con un par de golpes de mis puños llenos de sangre, la hice caer en pedazos, pero lo que ví al otro lado no era el exterior de ese hogar, sino era una habitación muy similar a la anterior, sólo que en ella no había sólo un cuerpo, sino que habían cientos de partes de cuerpos. Un sin fin de cabezas de hombres y mujeres, brazos, piernas, dedos, orejas, pies y manos. Sin mencionar los incontables órganos internos que bien pudieron haber sido vendidos en el mercado negro. Aunque había algo muy extraño en ello. Sí, ya deporsí era sumamente extraño y abrir una habitación llena de partes mutiladas, lo era aún más que en toda la habitación no había ni una sola gota de sangre, ni una en toda la habitación. Sin embargo no pude ver bien si esas partes humanas fueron desprendidas recientemente o hace ya un tiempo, pues el lugar estaba muy oscuro y las llamas tampoco ayudaban en lo más mínimo.

Mi teoría era que todas esas personas fueron los habitantes del pueblo que se opusieron al mandato de Alfa o de quien fuese el androide que llegó imponiendo respeto al lugar. Esas personas fueron mutiladas posiblemente hace no mucho, después de estar encerradas o algo por el estilo, luego, con su sangre, llenaron la habitación con el cadáver que pudo haber sido de Jamie o de cualquier otra persona e intentó intimidarme con eso, o talvez sólo quería ver mi reacción.

Miré hacia la habitación una vez más y le grité a lo que fuese que se hace llamar Alfa "¿Dónde... Dónde están tus aliados o subordinados o lo que rayos sean esos androides? ¿Por qué no vinieron contigo? ¿Tenías miedo de que acabara con ellos? No. No es eso. No es nada de eso. No me quieres matar ¿cierto? Al menos no aún. Lo sé. No es lo que quieres. Al menos no aún. Sólo querías jugar conmigo ¿¡No es así!? Yo sé que sólo querías jugar conmigo. Sólo querías verme sufrir." Mientras reía, no sé porqué pero reía, creo que mi cordura flaqueaba más cada segundo que pasaba.

Decidí tratar de levantarme y a duras penas pude ponerme de pie, tomé el transmisor y lo rompí contra el suelo, caminé hasta la puerta y la golpee con mi cuerpo, aunque estaba en llamas, la hice trizas y mi cuerpo lo sintió, mientras escuché a Alfa diciendo "Al parecer tu fuerza de voluntad es mucha, aún más de lo esperaba de ti, por ello te dejaré huir por ahora pero recuerda siempre esto ¡Estaré detrás de ti pues soy omnipotente. Soy como tú, pienso como tú, estoy contigo en tus sueños y pesadillas, aunque puedes huir ahora, estaré allí contigo, porque esto no ha terminado, tu vida no ha terminado, tu pesadilla no ha terminado, aún no puedes morir, porque tenemos cuentas pendientes!" Pero lo ignoré y seguí caminando, alejándome de ahí, tratando de dejar atrás la pesadilla que seguiría buscándome.

Caminaba con mis piernas destrozadas, mis brazos muy adoloridos y la cabeza sentía que iba a explotar, mis condiciones no querían dejarme caminar, pero sabía que debía alejarme de allí, a pesar de que todo eso no era tan molesto como los pensamientos que venían a mi mente, imágenes de las que vi en ese lugar, podía escuchar a Jamie gritando, sufriendo, llorando, era demasiado fuerte, muy fuerte para poder soportarlo, cerraba mis ojos y la veía, y los abría y la podía ver en la calle llorando, sufriendo, podía verme matandola una y otra vez, de todas las formas que pude verlo y de cientos de maneras más que mi enfermo cerebro me hacía ver, fue entonces cuando caí al suelo, débil, pero me levanté de nuevo a tratar de seguir caminando con las fuerzas que me quedaban, y recordé que aún me quedaban explosivos, así que los lancé a la casa que estaba casi deshecha por las mismas llamas que provocó ese maldito, escuché la explosión, mientras seguía caminando, tratando de borrar todos esos pensamientos demenciales que pasaban por mi mente y podía ver y oír, sin embargo no se iban, seguía viéndola, seguía escuchando, mientras mi cordura empezaba a desvanecerse.