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Chapter 10 - Llamas.

Llamé de nuevo a la O.R.A. y lograron conseguir un tiquete para viajar a casa de mi madre, aunque no sabía siquiera a qué iría, ya que en mis adentros la esperanza ya había desaparecido y si todo se seguía comportando como lo hacía, tan sólo llegaría a ver a mi madre muerta y con la cara completamente incinerada como pasa con todas las personas a las cuales en algún momento les guardé cariño.

Llegué a la casa y la puerta estaba abierta y en mi mente ya podía ver la imagen de mi madre muerta a manos del maldito androide, y en el camino analicé algo de lo que me había dicho, él hablaba de ser omnipotente, de poder estar en todos los aparatos electrónicos que habían en todo el mundo al mismo tiempo y que no podría hacer nada para acabar con él, pero lamentablemente no encontré nada que me ayudara a sacar una ventaja de ello, sólo puede afectarme, no logro encontrar ninguna manera de convertir eso a un arma de doble filo, así mismo dijo que era inmortal y tampoco llegué a encontrar alguna manera de contradecirlo o algo que argumentar para poder ver que no fuera cierto, no había nada, ese era un ser ilimitado y que no tenía debilidades, además de tener un pensamiento propio y muy crítico, basado en el mío que lo hace todavía más peligroso, más demencial, más temible, al menos para mí, ya que sólo yo sé de lo que hacía en aquel momento y lo que pude llegar a hacer él ahora, no existía límite en mí, era sólo una máquina de matar sin razonamiento, cosa que me hacía un ser perfecto para que una maldita computadora se basase.

En la entrada no había nada extraño a simple vista, tal y como en mi casa, pero viendo detalladamente el suelo estaba húmedo y olía bien, lo cual significaba que mi madre estuvo limpiando hace unos momentos y sabía que era ella, ya que un androide jamás se detendría a limpiar la sangre que haya derramado su víctima, aunque en el caso de Alfa, él siquiera habría derramado sangre de mi madre allí o por lo contrario dejaría todos los sesos tirados y esparcidos por toda la casa, entonces eso me dió un buen presentimiento, además de que ví un solo tipo de huellas en el suelo, lo cual me alivió mi angustia por un momento.

Decidí entrar a ver a mi madre y la pude ver allí, sentada en una silla y con su cara completamente incinerada, pero ahora llegué tan sólo unos segundos tarde, ella seguía con vida pero sus signos vitales eran débiles, así que decidí llamar una ambulancia mientras lloraba al verla así, ya que esto me estaba desgarrando el corazón, talvez si no me hubiese quedado viendo el suelo y sus huellas, talvez pude haber detenido al maldito androide, ya que sabía que no podía ser otro que no fuese Alfa, esa clase de cosas sólo él sería capaz de hacerlas, y sé que debía de dejar de ser tan llorón para poder enfrentar a un ser como él, pero no podía, me sentía completamente inútil y frágil, me sentía como una escoria, una que no fue capaz de proteger a sus seres queridos, una que creó su propio infierno, una que no sabe que debería de hacer, si tomar una pistola y disparar una bala en mi cabeza o seguir adelante, esperando más torturas, más juegos psicológicos, más golpes, más heridas, más muertes.

Decidí tranquilizarme y pensar de manera más analítica, pero como podía enfrentarme a un ser de tal calibre, que podía estar presente en toda computadora, todo celular, podía ver cada paso que daba y tenía acceso a todo lo que puede existir digitalmente, pero allí fue cuando ví un detalle que no pude ver antes, él puede ver y oír por medio de casi cualquier medio electrónico, pero no puede actuar ni hacer nada de no ser por los androides, así que la única forma de acabar con personas, la única forma de de matar, era sólo por medio de los androides, a no ser que de alguna forma queme la cabeza de las personas con una cocina o una tostadora, no, eso es gracias a los androides y nada más a ellos, son sólo instrumentos programados para matar, así que es el detalle que debo usar para poder ganar ventaja con él, aunque no lo pueda matar, se convertirá en un preso, ya que sólo podría ver y oír, pero no podría actuar, así que decidí crear un nuevo juguete con el cual podría sacar ventaja ante los androides y probablemente acabar con ellos.

Creé un cañón de repeticiones o un gatling como lo llaman en inglés, hecho de piezas de androides y balas explosivas con lo cual creo que se podía acabar sin mayor problema con grandes cantidades de androides, ya que estoy seguro de que varios pueblos en el planeta ya están repletos de androides y la gente no lo sabe, aunque en la O.R.A. no crean que es así, sin embargo yo me encargaré de acabarlos, aunque también necesito un poco de ayuda de parte de ellos para poder encontrar los androides. El problema allí es Amber, ya que sólo quiere que acabemos con los que la O.R.A. ya haya analizado, y no permitió la utilización de un detector de metales para acabar de un solo disparo con los androides en todos el mundo porque podía ser peligroso o podría fallar, pero no permitiría que esto me frene, así que decidí volver allí, confrontarla y hacer lo que fuese necesario para poder acabar con los androides lo antes posible, incluso dejaría su oficina blanca teñida de sangre si era necesario.

Mi contacto me volvió a ayudar para volver allí e ir con Amber, siendo que este avión saldría hasta el otro día, decidí no perder tiempo y salí a una cacería, donde encontré seis androides a lo largo del pueblo de mi madre, pero sabía que ninguno de ellos sería capaz de hacer a mi madre lo que Alfa le hizo, ya que ellos no tenían habilidad, eran sólo androides disfrazados como humanos que llevaban quien sabe cuanto tiempo ocultos en la ciudad.

Mi contacto me ayudo a llegar a la O.R.A y sin previo aviso entré a la oficina de Amber, mi amigo me recibió en la entrada y me preguntó sobre lo que pasaba, pero como no andaba de buenas le contesté con toda la dulzura de mi carácter "¡Mi madre murió minutos después de haberla visto, cuando su cara estaba completamente insinerada gracias a un androide que se basó en mí, en mi peor momento, y además mató a mi mujer, al chico que me ayudó en muchas misiones y quien sabe cuantas personas más! Así que quítate de mi camino, porque tengo que hacer entrar en razón o partirle la cara al segundo ser más desalmado que conozco, Amber" no entiendo el porqué de su cara de terror al ver mi mirada, pero para no ser tan desagradable le dije también "Y gracias por los favores que has hecho por mí" pero ya había salido huyendo, así que busqué al chico raro de pelo verde del ascensor y subí hasta la oficina de Amber.

Los guardias se supone que no me dejarían entrar pero no pusieron ninguna objeción y solo abrieron la puerta, Amber estaba sentada en su silla, viendo por la ventana que estaba en el fondo, un lugar y momento idóneo para empujarla y que caiga varios pisos, acabando con el único obstáculo entre ser sólo yo o tener un armagedón atrás de mí que buscarían y acabarían con los androides, pero no es mi estilo, así que le dije "Amber, necesito que me escuches y colabores" y me contestó "¿Qué necesitas ahora?" Entonces proseguí "No sé que tan al tanto estás con lo que me ha estado pasando estos días, el mismo androide que mató al niño en la ciudad repleta de robots humanoides, ha estado matando a mucha gente, a mis seres queridos, a las personas que algún día les guardé cariño, así que tranquila, no serás víctima de él..." Y se rió por un momento, lo cual fue bastante terrorífico, ya que no tiende a hacerlo "Y ese ser se basó en mí, en el yo de hace años, cuando era el asesino más peligroso que había, además de no ser sólo una máquina, aparentemente es un ente electrónico que puede estar en cualquier aparato, pero sólo con los androides puede matar gente, así que debemos acabarlos ya, con los detectores de metales que sugerí hace tiempo, sólo debes dar la orden y será cuestión de días para que los androides desaparezcan de la faz de la Tierra. Sino, existen muchos soldados que lo harán junto a mí, desligándonos de la O.R.A. así que no tienes opción" pero de nuevo, sólo se reía, sin verme a la cara, no sé que había en esa ventana que no quitó la mirada de allí en todo el tiempo que le hablé.

Ella paró de reír mientras vi que una de las cortinas junto a la ventana empezó a arder en llamas, de repente me dijo "Mason, el fuego es hermoso ¿cierto?" Claramente ya sabía quien era así que tomé la navaja de nudillos que hice con metal derretido de los androides que habia matado hace un tiempo y me avalancé hacia ella o él, ya no sé ni como debería de decirlo.

Le desprendí la cara pero ese demoniaco ser sólo se reía, mientras trataba de acabar con él dejándome llevar por la ira, pero en un momento reaccioné y vi que toda la oficina estaba ardiendo por completo y descubrí que todo era una maldita trampa de ese monstruo, ya que él podría verse incinerado simultáneamente que yo me quemaria vivo, así él perdería un androide a costo de verme incinerarme vivo frente a sus ojos o cámaras o como deba decirse.

Decidí correr ya que no tenía pensado acabar muriendo incinerado allí y viendo que el edificio estaba ardiendo en llamas, me lancé corriendo por las escaleras a toda velocidad huyendo de las llamas, y me dirigí directamente a mi auto, pero la multitud de personas que huían del edificio no me dejaban espacio y también me pareció curioso ver que muchas personas seguían estando en el edificio sin inmutarse por las llamas, y sabía que algo no andaba bien con eso, así que apresuré mi paso y llegué sólo para sacar mi nuevo juguete y lo llevé hacia el edificio, pero habían muchas personas a las afueras preocupadas por los que han entrado a tratar de rescatar a los que aún estaban allí adentro y que ninguno de ellos habia logrado salir de allí, así que entré y sabía que adentro no habían personas o talvez una o dos, pero en mayoría lo que estaban allí eran androides que el mismo Alfa tenía dentro de la O.R.A.

Cuando me decidí a entrar un hombre salió de adentro sangrando y muy agitado, tenía una expresión de trauma en su rostro y lo único que repetía era "Todos están muertos, mutilados, me trataron de matar pero no lo lograron, pero todos cayeron, ahí no hay humanos, sólo monstruos..." y repetía lo mismo una y otra vez, sin embargo con eso bastó, la información que necesitaba, ya la tenía, así que entré con mi juguete, me sentía como un niño, como uno fuertemente armado, pero como un niño.

Todo estaba en llamas sin embargo el humo no dejaba que pudiera ver casi nada, así que caminaba lentamente y con mucho cuidado, en determinado momento pisé el brazo de alguien, después casi caigo sobre una cabeza, pude armar un monstruo Frankestain con los pedazos de compañeros que encontré, pero aún así no veía los androides, ellos estaban escondidos, me querían atacar por sorpresa y eso fue lo que hicieron, en determinado momento, cuando ya estaba flaquendo por el humo y la calor los vi atrás de mí, en ese momento sólo pensé en disparar y destrozar a los androides de una vez por todas.

Disparaba mientras ellos caían, pero hubo un detalle que cambió completamente mi situación allí, ya que sí habían muchos que caían como androides que eran, pero también algunos no eran androides, lo descubrí al oír sus gritos y ver la sangre que saltaba en mi cara, en ese momento quedé completamente perplejo, quedé paralizado, ya que si el ver a alguien muerto frente a ti no era lo bastante asqueroso o peor aún, verlo morir, no recordaba que el matar personas fuera tan macabro, tan brutal; la misma sangre que un día creaba bienestar en mí, que me pedía más y más, hoy me hace sentir aún más terror sobre el yo que era en el pasado, sobre lo que hacía, sobre lo que me provocaba satisfacción, sobre lo que me era una adicción.

Mi cuerpo estaba muy débil por el humo y el calor que había ahí adentro, y caí rendido sin poder hacer más que ver como otros androides u hombres venían hacía mí y sabía que su intención no era exactamente ayudarme, pero sentí que alguien llegó y me quitó mi arma y les disparó a los androides, porque esos eran únicamente androides, los rehenes estaban en la primera línea, eran la carnada, Alfa sabía lo que pasaría y jugó conmigo de nuevo, me destruye desde adentro y siempre funciona, cada vez más que antes, cada vez soy más débil y me veo más afectado ante lo que él me tiene preparado.

Esa impotencia me hace sentirme cada vez peor, el no tener a nadie, y ver a la mayoría de personas que quería, morir o haberlas perdido, sin poder hacer nada. ¿De qué vale una persona que no puede proteger a sus seres queridos? De nada, siquiera me ha importado mi vida, siempre he estado corriendo peligro sin importar que esas personas posiblemente estaban esperándome, que estaban preocupadas por mí, pero lo comprendí muy tarde, cuando soy yo quien los extraña a ellos y la sensación de saber que todo esto ha pasado gracias a mí, cuantas personas han muerto, que yo asesiné, que los androides asesinaron, que Alfa asesinó, todos por mí.

Vi a mis espaldas y estaba Red atrás de mí con un par de chicos, con armas en sus manos, armas normales, y bastante ensangrentados, así llegaron hasta donde yo estaba, no sé si para buscarme, para buscar algún sobreviviente o no lo sé, pero Red tomó mi arma y acabó con una horda de androides, mientras los tipos me llevaban levantado, mientras yo podía verlo todo, pero no podía mover un dedo, mi cuerpo estaba frizado.

Llegamos afuera y me pusieron en una camilla y de nuevo terminé en un hospital, sólo que la enfermera que amaba ya no estaba ahí para darme la fortaleza que estaba necesitando, no había nadie que me diera una palabra de aliento, talvez uno o dos que estaban preocupados por mí, pero sabia que para ellos era su arma más valiosa, nada más eso, sin embargo tenían razón, no era más que un arma, ya había dejado mi humanidad atrás, era un monstruo, un demonio, un ser temible que mataba por instinto, y era para lo único que servía, además de que esta guerra en la que estaba sumido el mundo era sólo por mí, no sabía si tomar una sabana y acabar con todo, talvez eso resolvería todo, talvez así Alfa decida descansar y dejar a la raza humana seguir su día a día sin más muertes.

No sólo lo pensé, lo consideré y analice bastante, estuve cerca de hacerlo, las voces en mi cabeza me lo decían, me lo pedían a gritos, me proponían esto como la única solución, como la manera de ayudara la humanidad, pero talvez no, talvez él seguiría buscando víctimas, buscaría personas a las cuales atormentar, a las cuales hacerlos sufrir, a los cuales arrebatarle sus vidas y sus seres queridos, a los cuales dejar muertos en vida tal como a mí.

Al final, él quería volverme loco, quería hacerme perder la cabeza y lo logró, pero no haré lo que él quiere, aunque las voces en mi cabeza me digan que ya es hora de acabar con todo, la poca cordura que me queda me insiste en que esa no es la solución, que el hacer eso sería realmente huir y ya estoy harto de no poder hacer nada para salvar a nadie, sólo veo las consecuencias de ser tan inútil y no poder cumplir con lo único que debía hacer, que era cuidar a las personas que aún estaban conmigo.

También habia un detalle que llegué a analizar en mi estancia en el hospital, el hecho de la existencia de Amber, no sabía si ella realmente existió o en todo momento fue Alfa, así que decidí investigar, buscar información sobre ello, pero no encontré nada, normalmente pensaría que no existió nunca, pero conociendo al ser que tenía frente a mí, no podría confiarme en ello, ya que en cualquir lugar del internet que pudo haber información, él pudo haberlo borrado y así perdería completamente cualquier rastro de quien hubiese sido esa persona, además de no haber nunca escuchado nada sobre su pasado, sobre su familia, no sabía nada de quien pudo haber sido Amber.

En determinado momento llegué a razonar que las únicas personas que podrían saber algo de ella eran sus jefes o los allegados a la O.R.A. como Red, pero lamentablemente no sabía nada sobre él, ni sobre ninguna de las personas que trabajaban en la organización, así que decidí terminar mi recuperación en el hospital y tratar de buscarlos luego de ello, ya que sabía que mi estado físico era bastante débil, y así podría ser demasiado riesgoso acercarme a la calle y toparme con un androide, porque claramente no dejaría a ningún robot que pasase frente a mí con vida.