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Chapter 12 - Cambios y Asesinos.

Con la duda azotando mi mente, decidí dirigirme al hospital en busca del chico, ya que era él principal sospechoso. Entré y pregunté sobre él, pero no estaba allí, no se presentó a trabajar ese día, lo cual era bastante extraño en él según me dijeron, también aproveché para preguntar si el bastardo de cabello rubio había preguntado por mí, pero seguía sin aparecer, así que corrí hacia la casa del enfermero con el repeledor de señal. Ahora que lo pienso, debería buscar un mejor nombre para esa cosa, bueno, además, me puse una gorra, gafas y el gorro del abrigo para prevenir ser identificado lo más posible ¿Talvez sea por ello que toda persona que me veía, se asustaba? ¿Acaso parecía un delincuente? No importa eso la verdad, corrí a su casa y la puerta estaba cerrada, me tomé la libertad de abrirla a la fuerza, lo cual me hizo parecer aún más un ladrón, lo busqué por toda la casa hasta encontrarlo en una pequeña habitación, parecía una biblioteca o algo por el estilo, incinerado. Sabía que lo habían quemado vivo por la posición que tenía y por los gestos faciales que seguían impregnados en su rostro, también vi que amarrado a su cadáver, había una pequeña cuerda que haría que si movía el cuerpo, el armario lleno de libros caería sobre mí, así que no le moví, dejé una nota en la puerta que decía "Llamen al 911 antes de que el cadáver se pudra dentro" y salí por atrás, me movilice hasta mi hogar, pero dejé mi abrigo y gafa en un basurero para que la policía, que desde luego estarían en la entrada del apartamento, no me preguntaran nada, pero de todos modos no los pude evadir, apesar de que yo no estuve allí para su muerte ni sabían que el paquete era para mí, así que entré con cuidado, sabía que era bastante probable que adentro estuviera quien me trató de matar, ya que sabía donde vivía y hacia adonde iría, pero al abrir, vi que en el suelo estaba una pequeña cuerda transparente tensa, así que la corté, y entré, al hacerlo, un balde con gasolina cayó de arriba de la puerta, además de ver que esa cuerda estaba sujetada a un explosivo, lo que quería decir que quien me quiso matar, me quería ver completamente quemado y esperaba que no estuviera tan atento o esperaba que mi mirada estuviera en alto, ya que pudo haber hecho que la trampa de la explosión estuviera arriba, pero puso una distracción allí, lo que no esperaba era que cambiara mi forma de ser, ya que antes, era analítico pero confiado y siempre tenía la mirada en alto, lo cual me llevó a la conclusión de que quien me quería muerto, conocía mi yo del pasado, mi yo joven, lo cual era un tanto raro, ya que no solía tener muchos amigos en el tiempo en que mataba por dinero.

Y estaba seguro que alguno de los asesinos de esa época era quien me estaba tratando de matar, lo extraño era que hace años que no los veo, ni tengo relación alguna con ninguno de ellos.

El ser humano está en peligro, sólo yo puedo acabar con el cyber-demonio que me quiere acabar y luego probablemente tratará de imponerse ante el mundo, me pregunto ¿Por qué no trata de invertir el orden? Así no seré yo la única victima, primero se enfrentará a la humanidad y luego me acribilla cuando ya tenga el mundo a sus pies, pero no, primero quiere acabarme, aunque por ahora tengo suficiente tiempo para recabar información, en tres días iría al pueblo en busca de lo que hubiesen encontrado en el viejo edificio, y probablemente me iría a vivir allí también, así estaría más seguro, no tendría que preocuparme por las cámaras, tendría algo así como subordinados, en cierta forma, tendría protección, además ellos me tenían respeto, con eso era más que suficiente, sólo necesitaba llevar lo que tenía en mi hogar y eso era suficiente, sin embargo pregunté a la policía si habían visto a alguien entrar y me dijeron que no, la única persona que entró en ese lapso de tiempo, sólo yo, aunque no esperaba otra respuesta de parte de ellos, un asesino no se hubiese dejado ver siquiera.

Así fue como me dirigí allá, verifique que nadie me estuviera siguiendo. Sabía que lo harían, sólo que no se dejaría ver, así que llegué allá y uno de los hombres me reconoció diciendo "Eee... Eres tú  ¿cierto? Pe... Pero aún..." y le interrumpi diciéndole "Tranquilo, no es eso por lo que venía, necesito saber si hay alguna casa o departamento libre en este lugar" a lo que contestó "Pues, el jefe tiene una propiedad, cerca de aquí, pero tendría que darte su número de teléfono porque a él no le gusta recibir visitas" y dije "Y a mí no me gusta llamar, sólo dime en donde está ese hombre y con eso basta" me indicó el sitio, al parecer el hombre al que se refería como jefe, era un abogado bastante poderoso para ser de allí, aunque en la cuidad, probablemente sea una persona normal con un salario como cualquier otro pobre diablo. Asi que me llevó hasta allá y salió corriendo luego de hacerlo, lo cual me pareció bastante curioso la verdad.

Entré, era una pequeña puerta que daba a una habitación en un segundo piso, subí las gradas y frente a la puerta habían dos guardas de seguridad armados, lo que me recordó a la oficina de Amber un poco, gracias a ello mi carácter se tornó un poco más tenso de lo que estaba antes de entrar, sólo los ignoré y traté de abrir la puerta, uno de ellos era un poco viejo, el otro era joven, se veía inseguro y poco experimentado, el otro en cambio parecía tener experiencia en el trabajo, y tal como esperaba, fue éste último quién me detuvo y me dijo "¿Qué crees que haces?" Le dije "Normalmente me preguntan primero ¿quién soy?" Se rió levemente y contestó "Como si me importara quien eres, sólo sé que no estás autorizado a entrar aquí" pero poco me importó eso, así que proseguí "¿Sabías que los estúpidos responden a una pregunta con otra?" Y cayó en la trampa diciendo "¿Qué?" Un segundo después, entendió lo que traté de hacer y trató de sacar su arma, pero dispare al lado de su pistola; su mano quedó inmovilizada y les dije "Tienes experiencia y caracter, pero nunca has enfrentado algún peligro real, mientras tanto, tú, el joven, pudiste reaccionar, pero eres muy lento, además, te asustaste en cuanto disparé, no estás hecho para esto niño, lo lamento y tranquilos, sólo quiero entrar a hablar con el señor Flair (Así dijo el hombre que se llamaba el tipo) no le haré daño, sólo vengo a negociar" pero el sujeto sacó la pistola y me trató de apuntar, aunque le sirvió de poco, sólo le di un puñetazo en la cara y con eso bastó, abrí la puerta y le dije al hombre "¿Eres Steve Flair cierto?" Y asustado tras escuchar lo que había sucedido me hizo la seña con su cabeza, así que le comenté sobre lo que me dijeron, llegamos a un acuerdo, por alguna manera, me dejó la renta a la mitad de lo que cobraba, ¿quién sabe por qué?

Fui hasta la casa, dejé lo poco que tenía allí y salí a comprar comida, al llegar vi que la puerta estaba abierta, estaba seguro de que ya se habían robado las porquerías que había dejado hacía un rato, pero no, todo estaba en su lugar, al menos en la sala, donde lo había tirado todo, aunque me pareció extraño, decidí entrar a mi habitación y vi que había alguien allí, no pude ver su cara porque en esa habitación las cortinas estaban cerradas y la luz no entraba, así que saqué el arma y le apunté diciéndole "¿Quién rayos eres? y tienes cinco segundos para largarme antes de que averigüe cuántas balas van a soportar tus órganos vitales"

Reía y me dijo "No me reconoces ¿cierto?" Camino hacia el frente diciendo "Siempre cargas tu juguete, pero ya no eres tan implacable como antes, te ves patético" tras ver su cara, sabía quién me había tratado de matar, pero nunca me pasó por la mente él, hasta ahora que veo su cara y escucho su voz, de hecho, mis instintos habían perdido eficacia, pues los explosivos y el quemar vivo a alguien, sólo un maldito pirómano pudo haber hecho eso.

Recuerdo cuando lo conocí, estaba en Holanda, buscaba a una mujer y su esposo, que controlaban una especie de grupo criminal, me contactaron para matar a la pareja, resultó que ese tipo estaba en búsqueda de las mismas personas, pero no podía compartir ni dejar que él las matara, porque no nos pagan para ver a esas personas muertas, sino nos pagan para matarlas, hubo una riña y logré acabarlos a ambos, bastó con un par de balas en la frente para acabar con el trabajo.

"Así que sigues enojado por haberte vencido aquella vez Austin, así te llamas ¿cierto?" Y me dijo "Me siento alagado porque lo recuerdas, sin embargo estoy decepcionado de que no hubieses reconocido mis trampas" lo cuál era cierto, sabía que quería enojarme y hacer que pierda el control, pero no caería tan fácil, le contesté "¿Estás listo para morir o para qué viniste?" Y respondió "¿Aún crees que eres mejor que yo? Talvez me ganaste en Holanda, pero mírate ahora, tras casi una década de ser el mejor, te retiraste, entraste en depresión, si hubiese sido venganza lo que quería, estuviste mucho tiempo en tu casa, sin salir, lamentandote, ahora estás débil, perdiste la magia y por si aún no lo sabes, sí, lo estoy haciendo por dinero, pero no te puedo decir quién lo hizo, así que ¿Estás listo para arder en llamas?" Y le dije "Sí y ya no estoy en mi condición de antes, pero aún sé como manejar a un niño iluso que aún no supera una humillante derrota, donde no tuviste oportunidad alguna"

Mi sangre ardía de nuevo, sabía que necesitaba acabar con esta peste lo antes posible, sino, se convertiría en una piedra en el zapato en mi busqueda de información, ya que cada vez estaba más cerca de Alfa y no dejaría todo inconcluso por culpa de un bastardo que no podía acercarse a mis talones, aunque tenía más agilidad, más velocidad y más energía, esto no sería más difícil que acabar con los androides que me querían muerto poco después de entrar a la O.R.A.

Supe que ese último comentario le disgustó y le enojó, porque fue él quien lanzó el primer golpe, un puñetazo en mi cara, pero cuando una persona está enojada, pierde gran parte de su movilidad, aumenta la fuerza del golpe pero baja en gran medida la velocidad, los músculos se tensan y no deja que los ligamentos trabajen en su máximo esplendor, así que no lo esquivé, ya estaba harto de siempre evadir lo que la vida me traía y sabía que por ello estaba aquí, así. Sólo usé mi palma para mover su brazo izquierdo hacía afuera, o a su izquierda y le tiré un golpe con mi mano libre en su rostro y aproveché el descuido para abalanzarme a él, empujándole hacía atrás con la intención de golpearlo contra la pared de mi habitación pero inteligentemente tomó la parte trasera de mi cuello y se dejó caer golpeando mi cabeza contra el suelo y se levantó riéndose como si nada, parecía un maldito degenerado, pero le traté de lanzar una patada a sus pies para que cayera, sólo que el maldito, ya confiado, logró leer mi movimiento y saltó, cayendo con sus pies sobre mi pierna, lo cual llegó a ser muy doloroso, y me dejó débil en el suelo, con pocas posibilidades de ofensiva y un gran dolor en mi cabeza y pierna, fue ahí donde empezó a carcajear frente a mí. Alardeaba y se reía, lo que logró enojarme bastante, pero resistí unos segundos, luego el maldito bastardo puso su pie en mi cara creyendo que no podría defenderme, empezó a presionarlo cada vez más fuerte, pero en un momento lo soltó y tiré de su pierna hacía atrás, llevandose una hermosa caída de cara contra el suelo, seguido por una patada en su cabeza y cuando trató de levantarse le di un pisotón en su cabeza también, dejando el juego a mi favor una vez más, como debía de ser. Sin embargo tras caer del pisotón, la pierna adolorida empezó a molestarme cada vez más, hasta que di un paso y caí al suelo, el canalla, aún en el suelo seguía burlándose siendo su condición igual o peor que la mía, pero no pude quedarme así. Me traté de levantar fallidamente y el bastardo me dijo "Mason, ¿sabes que si te hubiese querido matar, lo hubiese hecho desde hace tiempo? pero tras ver que no caiste en las trampas que te puse, me provocaste un poco de expectativa, esperaba que la pelea fuese más larga y divertida, pero me decepciona que no pudieses resistir por tanto tiempo, ya la edad te está afectando vejestorio" y le respondí "Maldito, sólo mírate, yo no puedo levantarme por una pierna, tu no puedes porque tu cuerpo está deshecho" pero el desquiciado se levantó a duros costos y riéndose me lanzó la única silla que había en la casa sobre mí, era de madera vieja y ya estaba un poco podrida así que no fue tan doloroso, sin embargo mi condición seguía estando un poco degradada para poder combatir con este tipo.

El asesino, rival en algún momento me dijo "Ya no eres el Mason Cross de antes ¿Dónde está tu pistola? Pues al parecer era ella la que te daba confianza, la que te hacía intimidante, la que te hacía un hombre de verdad, porque ahora sólo veo un costal de huesos inservible, sólo das pena" sabía que era cierto, la parte de que ya no era el de antes, aunque fuera eso lo que siempre trataba de conseguir, de volver a mis viejas glorias, ya no era capaz de hacerlo, aunque todo lo de más que dijo era completamente falso, sin embargo provocó que mi sangre ardiera y sobreponiendome al dolor, me levanté, lo tomé de cuello y lo golpee una y otra vez, su cara estaba ensangrentada y muy maltrecha, lo mismo con su cuerpo.

Lo seguí golpeando hasta asegurarme que no se levantaría y me tomé la libertad de amarrarlo de pies, manos y del cuello, y le dejé bastantes trampas a su alrededor, además de que busqué en sus bolsillos y encontré cuatro pequeños explosivos, pero bastante potentes, así que corrí y busqué a los hombres que me ayudarían en el pueblo y me llevaron en un auto viejo, ya bastante desecho. Le pagué al hombre y nos llevó hasta un lote baldío, pagué al hombre el auto y unas cosas más que tomé de su tienda, así que me ayudó a con un último trabajo antes de irse.

Él se fue caminando mientras esperaba que el asesino despertara, porque sabía que estaba inconciente nada más, necesitaba algo de información pero sabía que no sería fácil conseguirla así que le até de pies y manos con cadenas gruesas y le puse una última en el cuello, sujetada a un aciento del auto, además de otra pequeña sorpresa que se podría denominar, una cucharada de su propia medicina ¿O debería decir "de su propio supositorio"? No sé, lo que sí sabía es que el canaya durmió por varias horas, hasta que empezó a reaccionar, aún no muy despierto le dije "¿Qué tal la siesta amigo?" Y me contestó "No muy bien, estoy acostumbrado a dormir con cobijas, no con cadenas" y le respondí sarcasticamente "No sabes como lo ciento"

Proseguí con la colecta de información "Mira amigo, sabes que no estás en tu mejor estado, así que ¿Por qué no me dices quién te envío? Y ¿Dónde puedo encontrarlo?" Pero sólo se reía, de nuevo "¿No recuerdas los principios de los asesinos? Esa información no se revela" cosa que sabía, pero también le tenía una sorpresa "¿Recuerdas las pequeñas bombas de bolsillo que traías? Son pequeñas pero muy potentes ¿cierto?" Y dijo "Sé que las tomaste, sin embargo ¿Crees que hacerme volar la cara me hará confesar?" Y continué "¿Sabes como funciona un supositorio? Pues este no te sanará, este te volará desde adentro y si no mueres por la explosión, lo harás por la pérdida de sangre al perder medio cuerpo ¿Aún así no me lo dirás?" Sin embargo no hubo respuesta alguna, sabía lo que estaba intentando, sé trataba de tragar la lengua, creo que sería más lógico morir asfixiado a morir por una explosión en su trasero, pero le di un golpe en el estómago y luego le puse un pañuelo en la boca para que no pudiese hacer, sin embargo antes de hacerlo me dijo esto "¿Por qué te lo diría? ¿Acaso no moriré de todas formas?" La bomba estaba lista para explotar en tres minutos y aún faltaban dos, en cierto momento empezó a llorar y supuse que me diría lo que necesitaba saber, así que le dije que faltaba sólo un minuto y quité esa cosa de su boca, entonces me pidió que me acercara, lo hice, y estando frente a su cara me lanzó un escupitajo.

Su intención era que la explosión no sólo le matara a él, sino que también me llegase a alcanzar a mí, lo cual me pareció bastante enfermo, una fidelidad a su trabajo espelusnante, así que sólo me fui, dejé que hiciera lo que quisiera, no sé si se confió que la bomba no explotaría por lo que le dije del tiempo en que supone lo haría o se suicidó antes de explotar aunque tampoco debería de preocuparme, pues su muerte era segura, y necesitaba ir a pagar al dueño del lugar por los daños que cometí allí.