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Chapter 37 - Los próximos pasos

Un rincón muy oscuro de mi pasado estaba volviendo a brillar al ofrecerme de esa forma, una sensación desagradable inundo mi cuerpo, aunque nadie iba saberlo con la cara tan tranquila que tenía.

La vida de un héroe cómo pago.

Una existencia cercana a los dioses capaz de brindar conocimientos de un mundo diferente.

El valor de un ser así no era posible de calcular en este mundo.

Y a pesar de que no tenga el título, sigo siendo una persona de un mundo diferente con sabiduría y métodos que, al aplicarse aquí, serían capaces de provocar toda una revolución en la sociedad.

Si estas personas tienen en consideración todo eso, van a negarse. Sin embargo, ya habré demostrado que estoy dispuesto a cargar con la responsabilidad de mis palabras, además de tener una exagerada voluntad de hierro y tendencias a apostar en grande.

Cualidades de un líder.

Las cuales son convenientes mostrar estando frente a las figuras más importantes de un reino.

La imagen lo es todo, y entre más confíen en mí, menos sospecharan de lo que haga en el futuro.

Puede que mis métodos sean cuestionables, pero es por un bien mayor.

El ruido dentro de la sala de reuniones se apagó, dejando mi propuesta volando en el aire sin una respuesta.

Mirando a las personas me hacía una idea de lo que pasaba por sus mentes.

Diversión, consternación, estupefacción, respeto, furia.

Era todo un circo de emociones plasmado en carne.

¡Clap! *

¡!

El sonido provenía de manos jóvenes y pequeñas, pero fue suficiente para regresar a los adultos a la realidad.

- Padre, recomiendo negar dicha compensación.

Samanta, con un aire desbordando nobleza y autoridad, miró a su padre con ojos serios al momento en que su voz sumergió su persona en un mar de intimidación.

Desde mi punto de vista, la chica se veía más hermosa que nunca. Y al tenerla tan cerca, no pude evitar querer sostener su cuerpo entre mis manos.

No… No ahora…

Infligí dolor a mis brazos con un pellizco, haciendo que mi mente se mantuviera firme sobre mi asiento.

- C-Cierto, estoy de acuerdo con la princesa, deberíamos negarnos.

- Pienso lo mismo.

- Yo también.

Uno por uno, todos salieron de su aturdimiento y expresaron sus opiniones.

Todos se negaron a mi propuesta.

- … Entonces, por voto popular, la compensación del señor Roberto es rechazada, por lo tanto, buscaremos una mejor opción.

La voz de August era más baja, se escuchaba igual a un niño recién regañado.

- Yo tomare la responsabilidad.

Una mano cubierta por ropaje negro se alzó. Un par de joyas verdes perforaban mi cráneo a la vez que su voz serena llegaba a mis oídos.

Mi rostro comenzó a sentirse caliente, el sudor frio deslizándose en mi mejilla y la prominente sonrisa naciendo en mi rostro forzaron mi mano a esconderme del mundo.

- Hehe…

Me gane su confianza…

- En ese caso, lo haremos ambas.

Samanta se ofreció… No, compartió la responsabilidad con Molly sin importarle nada más.

Una psicótica felicidad se arremolino en mi pecho mientras observaba el rostro de ambas mujeres.

Esa fue mi señal para intervenir.

Enterré mis sentimientos y puse mis manos en sus hombros.

- Está bien, les agradezco, pero dejen que me haga cargo.

Intercambiaron miradas la una con la otra antes de regresar a sus asientos, en cuanto estuve seguro de que no me interrumpirían concentre mi atención en August.

- Soy quien los está incitando a romper sus propias leyes para ejecutar mí plan, nadie más que yo tiene que hacerse responsable del resultado. Pero ya que mi vida no se puede usar, ¿Entonces qué tal mi estancia y conocimientos?

Samanta y Molly me lanzaron una mirada que decía "Di esa opción antes, idiota".

Un suspiro de alivio salió de la boca del rey al responderme "Explíquese".

- En vez de dar mi vida, seré exiliado del reino y dejare tanta información útil de mí mundo pueda dar. No importa el campo, estoy seguro que puedo dejar algo que sea de valor.

El rey miró a Algimatas y pregunto qué tan factible era esa opción.

Aquel hombre respondió con una sonrisa dorada.

- Le aseguro que los conocimientos de ese hombre son algo que vale la pena. Si pudiese me gustaría hacerlo parte de mi familia, pero sus negativas ya han destrozado mi corazón muchas veces.

- ¿Romero?

- Okokoko~, concuerdo con Algimatas, la mente del señor Roberto es algo de gran valor.

Con las respuestas de ambos Archiduques, August asintió en aprobación.

- Vayamos con eso, hablaré con los otros reinos para proporcionarle un nuevo hogar en caso de ser necesario. ¿Alguien se presenta en contra?

Nadie dijo nada.

- Asi será. General, proceda con las leyes de alta traición en caso de encontrar suficientes pruebas, cardenal Jeanne, me gustaría la ayuda de la iglesia para los interrogatorios.

El hombre en armadura roja y la mujer en blanco puro asintieron diciendo "Cómo ordene".

Quería saber la razón por la cual el rey pedía ayuda a la iglesia para los interrogatorios, supuse que un trabajo asi sería realizado mejor por Mayida o Molly.

La iglesia tenía que tener algún método secreto, solo necesitaba encontrar cual era.

Igual iba a visitar la catedral, pero ahora tenía más motivos.

Tock* Tock*

- Majestad, traemos bocadillos.

- Adelante.

Con el permiso otorgado, las sirvientas entraron a la sala de reuniones cargando bocadillos cómo galletas, pan y pasteles. Las tazas de té puestas frente a nosotros fueron rellenadas con un líquido de olor dulce y color vibrante.

Cuando la comida termino de ser repartida, la mayoría de sirvientas salieron de la habitación mientras que otras se quedaron esperando frente a las paredes con los ojos cerrados.

- Tomemos un descanso.

Todo el mundo comenzó a saborear los alimentos.

Al poner mis labios sobre la taza y sorber la bebida, mi paladar fue atacado por el dulce sabor de la vainilla acompañada de un toque de canela. Los nombres de los ingredientes eran diferentes, pero tenían el mismo sabor, figura y función que los de mi mundo.

Exhale relajado al dejar que el agua caliente recorriera mi garganta.

- Hombre… Esto es dicha…

Tap* Tap*

No sabía si el dedo tocando mi brazo quería lastimarme o llamar mi intención, al mirar el rostro de la gata supuse que era el primero.

- ¿Por qué ofreciste algo así? ¿Acaso quieres morir?

- Solo estaba haciendo lo que tenía que hacerse, supuse que apostar mí vida era lo mejor para asegurar la imagen de la corona.

Intercambiaba palabras con Molly mientras saboreaba las galletas que metía en mi boca.

- Señor Roberto, le tengo gran respeto por estar dispuesto a tanto, pero por favor absténgase de hacer tales propuestas en el futuro, su vida es más importante de lo que cree, después ofrecer su conocimiento estoy segura que es consciente de eso.

El rostro de la princesa mayor estaba tranquilo, pero su voz tenía un aura intimidante que no me gustaría experimentar por mucho tiempo.

- Ahaha… Lo tendré en cuenta, princesa.

- Eso espero… Y… Llámeme Samanta.

A pesar de no verse totalmente convencida por mi respuesta, Samanta sonrió con levedad al intercambiar miradas.

Y hablando de miradas, podía sentir los ojos de muchas personas postrándose sobre mí, los susurros y las sonrisas llovían cómo una tormenta en el mar.

Me pasé todo el mes anterior haciendo amistades y contactos, pero no estaba interesado en involucrarme de manera profunda en las familias nobles.

Espero que no me molesten mucho después de esto.

Ya podía ver las cartas de invitaciones a bailes y eventos de lujo para emparejarme con alguna hija noble.

- Hey, señor héroe.

De manera inesperada, un objeto pequeño cayó sobre mis palmas.

Quien dejó caer dicho objeto fue Krieg. La mujer que gritaba "Científica loca" con su apariencia.

- Solo Roberto está bien, ¿Qué le pareció el anillo?

- Una pieza sin igual, jamás había visto este tipo de materiales compactados en un anillo, ¿Dónde lo consiguió?

Mantenerme sentado mientras una mujer me hablaba me hacía ver mal, por lo que me levanté de mi asiento para hablar frente a frente.

- Lo compré de un vendedor ambulante, se veía algo sospechoso, pero al ver el anillo no pude evitar quererlo.

- Heee~… ¿De verdad paso eso?

No parecía creerme.

- De verdad, ¿O acaso hay algo de lo que deba preocuparme?

- Ya que lo preguntas, diría que lo mejor sería purificar el anillo.

- ¿Purificarlo? ¿Por qué?

Krieg sacó la pipa de su bata, después una bolsa de papel diminuta con hierba. Estando tan cerca pude notar un olor familiar con leves toques frutales.

- Está maldito.

¡Thump! *

Molly y Samanta se levantaron de golpe después de escuchar la palabra "maldito".

El sonido fue tan inesperado que atrajo la atención de todos dentro de la sala.

Al notar las miradas curiosas, ambas volvieron a tomar asiento diciendo "Lo siento" con un rostro sonrojado.

Para evitar problemas guarde a Álvaro dentro de mi bolsillo.

- Uhh, Ehem* ¿Qué quiere decir conque está maldito, señorita Krieg?

- Pff…E-Espera, d-dame un minuto… Heheh… Ehehe…

- … Seguro.

Ella estaba usando toda su fuerza de voluntad para evitar reírse a todo pulmón.

Los más viejos tenían una sonrisa del tipo "Qué bueno es ser joven".

Tratando de deshacerme del ardor naciendo en mi rostro trate de tomar otra galleta.

Ah*

Sin embargo, lo que encontré fue la mano de Samanta.

Su piel suave y dedos delgados fueron una sensación más agradable que el dulce.

- L-Lo siento…

- N-No, está bien, no es nada…

El rojo en nuestros rostros se intensificó con nuestras incomodas palabras.

Volví a concentrarme en Krieg para huir de la situación.

- Fiu~ Fiu~ ¿Por qué no se consiguen un cuarto?

- … Por favor para…

La mujer solo disfruto de la escena con su pipa en mano.

- … El anillo… Dices que está maldito…

- Ahhh, sí, sí, el anillo. Esa cosa tiene un espíritu maligno, ahora mismo está dormido, pero puede ser un problema después, deberías exorcizarlo y destruirlo cuanto antes.

- Ya veo, le agradezco la advertencia.

- No hay problema, mis chicos se entretienen contigo, asi que tómalo como un pago por pasar tiempo con ellos.

Lo hacía más por mí que por ellos, pero no hace falta decir eso en voz alta.

- Gracias.

Krieg regresó a su asiento disfrutando de su hierba. Mi abstinencia quería preguntarle donde puedo conseguir un poco, pero ese tipo de temas era mejor discutirlos en privado.

Ya la buscaré por mí mismo después.

En vez de regresar a mi asiento me dirigí a Jeanne, quien ya parecía lista para iniciar la conversación con estrellas imaginarias brillando alrededor de su encantadora sonrisa.

- Señorita Jeanne, ¿Escucho de lo que hablamos?

- En efecto, no quería ser chismosa, pero era bastante difícil no escuchar estando tan cerca.

- No hay nada de qué preocuparse, de hecho, me ahorra la explicación. ¿Cree que podría darme esa visita guiada que menciono antes?

- Fufu, eh de decir que le tomó bastante.

- Ahaha… Discúlpeme, nunca fui alguien que visitara mucho las iglesias.

- No se preocupe, mucha gente es así, no es una obligación asistir, pero si su espíritu busca un poco de reconforte lo veré dentro de 2 días.

- Asi será.

Me despendí con un "Gracias" y puse mi trasero devuelta a la silla.

Espero que la biblioteca tenga los planos del edificio, de no ser así seguro los tiene Jeanne.