- ¡Arréstenlas!
Tras escuchar a Mayida, Molly y Fardan comenzaron a caminar a las elfas, las chicas en reacción retrocedieron, solo para entonces terminar de ser rodeadas por las sirvientas.
- ¡Esperen!
En un último intento de mantener las cosas pacíficas, levanté la mano gritando.
El flujo de maná se interrumpió y el hechizo que preparaba se desvaneció.
Siendo la primera vez que alzaba la voz durante toda la reunión, fue fácil captar su atención.
- ¿Cuál es el problema?
August ya no lo escondía ni un poco, su mirada expulsaba toda la sospecha que tenía sobre mí.
Lo mismo pasaba con los demás, la diferencia eran los sentimientos expuestos en sus rostros.
Sorpresa, curiosidad, expectativa.
A pesar de que no todo parecía malo, bajar la guardia sería mi fin.
La guadaña estaba apoyando su filo sobre mi cuello, un error me lo costará todo.
Ya estaba acostumbrado a esa sensación agobiante, por lo que mantuve un frente confiado, pero tranquilo.
Con una voz que fluía como un rio, comencé a hablar, mi rostro dirigido a August.
- Creo que nos estamos precipitando, el que conozcan a la persona no quiere decir que estén relacionadas con lo que hace, usted mismo lo confirmo anteriormente… No puedo mirar esto y dejar que sean condenadas por tener una mínima conexión con alguien que seguro no es nada de ellas.
En esta situación apelar solo a la lógica no sería lo correcto, si hago eso parecerá que de alguna forma esperaba que esto pasara, y la verdad así era, sin embargo, no podía hacerles saber eso, por lo que mostrar algo de sentimentalismo era necesario.
- Lo siento mucho si estoy siendo irrespetuoso o si me estoy metiendo donde no me llaman, pero no considero que las cosas se deban hacer de esta manera…. No con ellas.
No del tipo heroico, como seguro usaría el pelirrojo, tampoco uno compasivo como el miedoso, ni uno relajado como la chica optimista o lleno de un fuerte sentimiento justiciero como lo haría la chica alta.
No.
Necesitaba mostrar algo propio de mí, una cara honesta que no me hiciera parecer desesperado por credibilidad y a la vez evitar la lastima.
Necesitaba exponer mis principios, mis creencias.
Lo suficiente para verme creíble, pero no tanto como parecer al borde de una ruptura mental.
Miré al suelo mientras seguía hablando con August.
- Entiendo que tengan sospechas, entiendo que quieran respuestas, y estoy de acuerdo con ello… No obstante, tratar como criminales a los inocentes es algo mucho peor que castigar a un asesino… Y hasta que se demuestre lo contrario, yo considero que ellas son inocentes… No se merecen esto…
Con mi mano cubrí la mitad de mi rostro, el cual mostraba dolor y tristeza.
La falsedad de mis sentimientos no era fácil de percibir ya que de verdad los estaba experimentando, no tanto como los mostraba, pero estaban ahí.
Después me levanté de mi asiento, me arrodillé en el suelo con mi brazo descansando sobre mi rodilla y bajé la cabeza.
- Déjeme continuar el interrogatorio, puedo conseguirles la información que quieren, puedo descubrir la conexión entre estas personas y el enmascarado, solo necesito una oportunidad… Se lo pido, majestad, déjeme ayudarlas, y a mí mismo.
...…
Un largo silencio reinó sobre la sala, solo el sonido de mi respiración me era perceptible.
Por un momento miré en dirección de las elfas, el rostro de Molly parecía haber visto un fantasma, Fardan se mantenía serio, ápices de un sentimiento melancólico se escapaban de su rostro aquí y allá. Violet seguía enojada, una pequeña luz de esperanza brillaba en sus ojos, lo mismo pasaba con Iris, la diferencia radicaba en que su cuerpo temblaba con el miedo deslizándose por sus mejillas.
Después miré en frente, Samanta, Romero y Ana se veía conmovidos, Mayida me estaba enterrando en su decepción al mismo tiempo que Algimatas lo hacía con su diversión.
August se mantuvo firme, sin embargo, su expresión era más suave, entonces miró a las elfas.
Con un movimiento de su mano, las sirvientas retrocedieron, las personas que se habían levantado enfundaron sus armas y volvieron a sentarse.
- Señor Roberto, por respeto a sus principios y las contribuciones que ha hecho para el reino, permitiré que usted continúe haciendo la interrogación, tendrá una sola oportunidad, y por más de acuerdo que éste con usted, debe recordar que este es mi reino, y el enemigo con el que estamos lidiando no es alguien remotamente común o fácil de capturar, por ello debe entender que este caso no sucederá con frecuencia en el futuro.
- … Entiendo, rey August, tiene mi más sincero agradecimiento.
- Bien.
Me levanté del suelo, después regresé a mi asiento y miré a las elfas.
- Pedirles que se olviden de esto es imposible, asi que lo mejor será continuar para acabar rápidamente, ¿Puede ayudarme a ayudarla, señorita Violet?
La chica elfo se llenó de una extraña determinación, Iris se separó del cuerpo de su hermana y trato de hacer lo mismo con un cuerpo temblante.
- Responderé todo lo que preguntes.
La palabra "Perfecto" salió de mi boca mientras les sonreía con amabilidad.
- El nombre Kitzin, ¿Se lo acaba de inventar?
- No.
Esta vez las respuestas llegaban sin retraso.
Negro.
- ¿El hombre enmascarado se lo dijo?
- Sí.
Negro.
- ¿Conoce otro nombre que se refiera a la misma persona?
- Sí.
Negro.
Sudor frio se deslizaba por mi espalda al articular la siguiente pregunta.
Si las cosas salían mal desde aquí, no iba a tener otra opción más que invadir la capital con Fei Xue y escapar entre los escombros.
- ¿Cuál es?
Con saliva pasando por su garganta Violet respondió "Antonio".
El orbe se mantuvo oscuro.
El sonido del papel siendo deslizado y las plumas escribiendo llegó justo después de recibir la respuesta.
Siguiendo la fuente del sonido con mis ojos, vi a Samanta mirando algunos archivos que contenían a varios Antonio con diferentes apellidos.
Cuando volví a mirar a Violet le di una sonrisa tranquilizante, esto suavizo un poco su expresión, pero todavía estaba en guardia.
Creo que lo entiendo ahora.
Con las pocas preguntas que lancé, más o menos ya tenía una idea de la forma en la que el orbe funcionaba.
El orbe detecta cuando una persona sabe que están mintiendo, más no detecta la mentira en sí.
Violet piensa que no está mintiendo al decir el nombre Antonio, por eso el orbe no reacciona. Si Fei Xue estuviese en su lugar y hubiese dicho la misma respuesta, es bastante probable que el orbe hubiese brillado, ya que ella consideraría el nombre de Antonio como una mentira.
A partir de aquí, dependeré mucho del amor que me tiene la fortuna.
- ¿Vio el rostro del hombre?
- Sí.
Negro.
- ¿Notó algún rasgo distintivo? Color de ojos, piel, cabello, marcas faciales, ¿Algo parecido?
- No, nada.
Negro.
Estaba algo asustado de preguntar eso, el atuendo que usé durante la masacre escondía el tatuaje en mi cuello, pero al traje que usaba ahora mismo no.
Tuve suerte de que Violet no relacionara las apariencias inconscientemente.
- ¿Podría hacernos una descripción de su rostro?
- … Él se parecía mucho a usted, incluso diría que igual en apariencia.
Negro.
Finalmente dejé de esconder mi mejilla, dejando ver la cicatriz.
- Uwah, eso lastima mi corazón.
- …No sé cómo responder a eso…
Negro.
La respuesta de Violet levantó algunas cejas, para no delatarme me mantuve tranquilo mientras bromeaba.
- Un pequeño comentario, solo continúe respondiendo, acabaremos pronto.
- Como digas…
Después de sacarle suficiente información a Violet como para hacer sentir satisfecho al rey, terminamos el interrogatorio, me aseguré de convencer a los presentes que ellas solo conocían la identidad de Kitzin por mera casualidad en el proceso, también usé el estado emocional de Iris cómo excusa para evitar que la interrogaran a ella, fue gracias al apoyo de Ana, Molly y Samanta que eso funcionó.
- Le agradezco mucho su cooperación, señorita Violet, si hemos terminado me gustaría acompañarlas de regreso con los demás supervivientes, ¿Puedo, majestad?
- … Son libre de sospecha, puede acompañarlas, señor Roberto…
- Muchas gracias.
Otra vez me levanté de mi asiento y caminé a Iris y Violet.
- Señorita Violet, no pediré perdón por lo que acaba de ocurrir, la amenaza que representa el hombre llamado Antonio podría ser una de las más grandes que Lafonía haya visto, ser cuidadosos con las menores pistas es parte de proteger la capital.
Seguro no dirías eso si ellas hubiesen sido diplomáticos, anciano de mierda.
Mi pensamiento era lo más cercano a lo que estaba pensando Violet, estuve seguro de ello al ver su rostro peleando por mantener la serenidad.
- … Lo entiendo, majestad, espero que tengan éxito en su investigación.
- Te lo agradezco, pueden marcharse.
Con todo dicho y hecho, salimos del cuarto.
Estando en los pasillos les dije que por el momento se mantuvieran en silencio y me siguieran.
Ambas elfas asintieron con rostros demacrados y colores pálidos.
Después de caminar un rato, llegamos a la puerta de mi habitación y las invité a entrar.
Una vez me aseguré que no había nadie viéndonos o escuchándonos con magia o en las sombras, cerré la puerta y fui a mi cama.
Con mi trasero puesto sobre el colchón les dije "Ya pueden hablar".
Iris y Violet se miraron por un momento.
Thump*
Las rodillas de los elfos perdieron contra la gravedad.
- Ghk… Hic* Ahg*
Iris comenzó a llorar en el pecho de su hermana, la chica mordía un pedazo de su uniforme para evitar que los llantos se salieran de su garganta.
Violet envolvió a la chica entre sus brazos batallando por mantener sus lágrimas dentro de sus ojos.
Se mantuvieron en esa posición por un rato.
Carajo… Eso estuvo muy cerca…
Todos necesitaban un respiro.