Una gota de sudor se deslizo por mi sien hasta mi mentón, mis pulmones ardían por el esfuerzo y mis músculos gritaban por un descanso, pero no me iba a dar por vencida, no cuando veía a Alex en las mismas condiciones que yo, hoy el que iba a morder el polvo iba a ser él. Esquive su puño y contrataque con un golpe certero en su estómago, el retrocedió unos pasos atrás y sonrió.
Parece que la gatita a decidido sacar las garras –
¿Qué pasa Alex? ¿Temes que te de una paliza? – dije
Alex aprovecho esa pequeña distracción para lanzarme al suelo, no tarde en enganchar mis pies por detrás de su espalda, era una poción ventajosa por más que no lo pareciera, tome su brazo y saque cadera para hacer una palanca al brazo, pero la contrarresto. Gruñí, era hora de sacar las garras.
Mis uñas pasaron de un delicado color rosa a ser negras y puntiagudas, tan filosas como pequeños cuchillos, le dedique una sonrisa a Alex.
Alex no se quedó atrás, los rayos comenzaron a danzar por sus manos de una forma intimidante, era hora de usar mi entorno e ingenio.
Esquive por las justas unos de sus rayos e inmediatamente pate la tierra, ocasionando que Alex se quedara temporalmente sin visión, aproveche esos momentos para cortar distancia y propiciarle un buen arañazo, el ambiente se llenó de un dulce olor a sangre.
Lo que no me esperaba era que Alex se usara como carnada, no pude hacer nada cuando sentí el shock eléctrico que recorrió todo mi cuerpo y me dejo temblando en el suelo. Maldije por dentro una y mil veces.
Alex se sentó a mi lado presionando su herida, yo aún seguía temblando en el suelo tratando de recuperarme para incorporarme.
Buena pelea gatita, creo que es la primera vez que logras darme un buen golpe –
Gruñí en respuesta, quería ganar no acertarle un buen golpe.
A veces en verdad te comportas como un animal salvaje gatita – bufe ante su respuesta, que quería ¿qué le sonriera por electrocutarme? - solo escucho gruñidos y bufidos, solo falta que me digas miau –
No soy un maldito gato, Alex – dije molesta
Alex solo rio suavemente – Para mí siempre serás una linda gatita, la verdad es que prefiero escuchar cuando ronroneas, pero debo de admitir que también es divertido verte gruñir –
Rodé los ojos, a veces Alex era irritante.
Alex nos teletrasporto al baño de nuestra habitación, como ya era costumbre una tina con hielo me esperaba, aunque esta vez Alex también se metió. Poco a poco el agua se fue entibiando, en cierto modo era raro estar ambos desnudos en una tina sin nada sexual por el medio, ambos estábamos frente a frente y eso me hizo pensar en que no habíamos tocado el tema del BDSM desde que regresamos al castillo. La verdad era que solo había pasado un par de días, pero eso no evito que abriera mi bocata, ni tampoco el hecho de que estábamos desnudos.
Si te digiera que quiero ser tu sumisa ¿Cuál sería tu respuesta? – pregunte con cautela y también maldiciéndome por dentro por no tocar esta conversación con ropa de por medio.
Diría que si gatita – contesto Alex
La verdad era que su respuesta me sorprendió de cierto modo, sabía que físicamente era bonita, pero por otro lado estaba el hecho de que no tenía nada de experiencia en el tema, ¡Ni siquiera había tenido mi primera vez!
¿Por qué? – pregunte
¿Por qué no gatita? Eres joven y bonita … pero también está el hecho que no conoces el mundo, de cierto modo eres inocente en ese sentido, y lamentablemente hay muchos dominantes que pretenden aprovecharse de esas sumisas, así que también es para enseñarte y protegerte gatita –
Su respuesta tenía mucho sentido, en especial en un mundo donde aún existían personas machistas.
Entonces… ¿puedo ser tu sumisa? –
Alex me dio una sonrisa y asistió – Si gatita –
No puede evitar hacer una mueca cuando Alex puso dos libros sobre mis brazos, no era que no me gustara leer, al contrario, me gustaba, pero leer novelas, poemas, literatura en general, no libros técnicos como los que tenía en mi brazo.
Tu tarea del día gatita, este primer libro es para que entiendas mejor cómo funciona la energía dentro de tu cuerpo, quiero que lo leas y comprendas, y luego practiques congelar algo, y lo sé, te dije que no lo forzaras, pero creo que deje de lado que tu magia se manifiesta naturalmente en tu transformación, así que vamos a tratar de forzarlo un poco. Y el segundo libro quiero que lo leas cuando tengas tiempo, explica el BDSM y sus prácticas, quiero que me vayas diciendo que te gustaría probar y que no y así iremos poniendo limites, recuerda que eres nueva en esto y nada es blanco y negro, así que ten en cuenta que hay cosas que tú no sabes si te van a gustar o no, solo te pido que tengas la mente abierta –
Está bien, pero no esperes que termine de leerlos para hoy – dije dejando los libro en una de las mesas de estudio de la biblioteca.
Tomate tu tiempo Cath – dijo Alex para luego desaparecer de mi vista, probablemente se fue a la Torre.
Suspiré mientras tomaba asiento y miraba los dos libros en frente mí, decidí comenzar con el mágico.
Tire el agua al piso y deje la jarra a un lado, el libro decía que era recomendable recrear el ambiente y pensar en lo que sentías en el momento en donde se manifestó mi magia, así que ahí estaba de cuclillas en el patio del castillo con una de mis manos haciendo contacto con el agua.
¿Qué sentía ese día en Varsovia? Miedo, pero ¿miedo a que? ¿a qué me atraparan? Puede ser, ¿a qué me hicieran daño? No necesariamente. En ese momento estaba desesperada ¿Por qué? Porque me iban a quitar algo que acaba de conseguir y que solo había probado una pequeña porción. Libertad, esa era la palabra clave, tenía miedo porque no quería perder esa libertad que había conseguido y estaba desesperada porque no sabía cómo protegerla, es ahí donde se manifestó mi magia, magia que de ahora en adelante iba a usar para proteger esa libertad. Mis manos sintieron ese cosquilleo, el mismo que sentí en Varsovia.
Abrí los ojos por los aplausos provenientes de Alex, este se encontraba sentado en una de las ventanas del primer piso, mirándome con una ligera sonrisa en el rostro.
Felicitaciones gatita –
No le entendí hasta que miré el suelo, todo estaba congelado y no solamente en donde había tirado el agua sino casi medio patio estaba cubierto por una fina capa de hielo. Mi mano dejo de hacer contacto con el suelo y aunque no se viera pude sentir como el hielo dejaba de alimentarse de mi magia y comenzaba a derretirse naturalmente, me levante haciendo que mis rodillas tronasen ¿Cuánto tiempo había pasado?, mire al cielo, y este se mostraba en tonos rojizos característicos del atardecer, ¿había pasado toda la tarde aquí?
¿Cómo te sientes? – pregunto con preocupación Alex.
No lo sé, ¿he pasado toda la tarde aquí? –
Alex volteo la mirada al cielo, y suspiro – No, has pasado toda la noche aquí Cath –
Lo mire sorprendida ¿toda la noche?, eso significaba que no estaba atardeciendo sino amaneciendo. Poco a poco mi cuerpo comenzó a sentirse débil y cansado, era una sensación rara, una mescla de cansancio físico y mental, pero al mismo tiempo como si me hubieran drenado, ¿eso era lo que sentía Alex cuando agotaba su magia?
Vamos gatita, tienes que descansar – dijo Alex mientras se acercaba a mí.
No me di cuenta del frio que tenía hasta que sentí los cálidos brazos de Alex alrededor mío, miré mis manos y me di cuenta que estaban ligeramente moradas. Para cuando levante la vista ya no nos encontrábamos en el patio, sino en el baño, en frente mío había una tentadora tina de agua caliente y no tarde en desvestirme y sumergirme hasta al cuello.
¿Por qué me siento tan agotada? – le pregunte a Alex que se encontraba sentado contra el lavado mirándome.
Deberías de saberlo si has leído el libro –
Digamos que me salte un par de capítulos - dije volteando la mirada. Pude escuchar a Alex suspirar.
Eso explica algunas cosas, bueno ese agotamiento sucede porque has agotado tu magia, para que esto no suceda debes de aprender a hacer reservas de energía, uno para concentrar más poder y dos para no sentir que te han drenado – explico Alex.
La verdad es que se veía cansado, y ahora que lo pensaba él debía de a verme vigilado toda la noche, eso explicaba las ojeras bajo sus ojos. Terminé de bañarme lo más rápido que pude y salí de la bañera, en este punto ya me había dejado de sentir incomoda estar desnuda frente a él, pero de igual manera me vestí rápido y no tarde en refugiarme bajo las frazadas de la cama, Alex no tardo en seguirme.
Ven – dijo suavemente, pero sin dejar a dudas que era una orden directa.
Me acerque a él y deje que me acogiera entre sus brazos, no voy a mentir diciéndome que se sintió normal, más bien se sintió raro, pero no incomodo, supongo que fue porque era mi primera vez durmiendo en los brazos de alguien. Limón y menta, era el suave olor que desprendía Alex y para ser honesta esa fragancia me relajaba.