Capítulo 16
Los días siguientes se sintió la preocupación en el aire, Alex había tratado de contactar con el Alfa de la manada colmillo de plata, pero no había tenido éxito, por otro lado, la loba aun no despertaba a pesar de estar recibiendo los cuidados necesarios y ese hecho me preocupaba, no conocía a la loba de nada, pero yo había estado en una situación parecida y supongo que sentía empatía por ella.
Alex se encontraba en la torre, con su semblante serio y preocupado, escribiendo la tercera carta para el Alfa, probando si esta vez tenia suerte en obtener una respuesta.
Creo que deberíamos ir en persona, dijiste que la manada no quedaba muy lejos, así que sería bueno ir a investigar – sugerí
También estoy pensando lo mismo, pero debemos de esperar a que la loba despierte-
Lo que decía Alex tenía sentido, no podíamos dejar a la loba y no sabía cómo viajaríamos los dos con una loba en mal estado, y aunque se despertara ella no estaría en condiciones para el viaje.
Ve tú, yo me quedare cuidando de la loba – dije
Alex pareció meditar en mi propuesta y al parecer considero que era la mejor opción.
Está bien, pero te debo de enseñar algunas cosas antes de partir –
Alex fue conciso y metódico a la hora de indicarme como cambiar las vendas de la loba y como aplicarle la medicina, también me enseño cual era la seguridad del castillo y que al irse yo quedaría a cargo, así que tanto las armaduras como el castillo en si estaría bajo mi comando, y por ultimo me enseño la forma mágica y segura de contactarlo si ocurría cualquier incidente, me indico que escribiera una carta y que al final del papel ponga el nombre del destinatario y la quemara, la carta llegaría a él, por dentro me pregunte ¿Por qué no un mensaje de texto" pero después recordé que la batería de su celular no duraría todo el trayecto.
Esa misma tarde Alex partió dejándome en el castillo con unos cuantos libros para leer, una loba para cuidar y un castillo para proteger. La soledad no tardó en hacerse presente mientras veía como Alex desaparecía en la espesura del bosque, suspire y me dirigí a la habitación en donde descansaba la loba, tenía la esperanza de que despertara pronto para tener con alguien con quien hablar, pero no tenía tanta suerte.
Suspire y me resigne a que iban a ser unos largos y solitarios días, me dispuse a buscar los libros que Alex me había dejado, uno era el mismo de la vez pasada sobre BDSM y el otro era de magia. Agarré el primero y me senté en la habitación de invitados con un plato de uvas.
El libro en general hablaba de prácticas y terminologías dentro del BDSM, al inicio y como parte más destacada estaba el consenso entre ambas partes y luego comenzaba hablando del bondage, el shibari, los azotes, cosas que ya había aceptado practicar con Alex, o al menos probarlas antes de descartarlas. Algunas de las practicas que mencionaba el libro ya las había probado con Alex y la verdad era que me habían gustado, como lo eran la masturbación o las practicas con electricidad, suponía que en esta última había niveles y confiaba que Alex no pasara los míos, de igual manera con un lápiz lo señale al costado. Después estaban algunas prácticas como el cunnilingus o el fisting, que no sabían lo que eran y tuve que hacer un poco de investigación por internet, espera que nadie viera mi historial de búsqueda. Al primero le puse un check y al segundo una rotunda X, tanto para el fisting anal como vaginal, definitivamente no quería que me metieran una mano ahí abajo ni atrás.
Penetración vaginal, cuando llegué a ese punto me detuve rotundamente, ¿quería perder mi virginidad? ¿quería que mi primera vez sea con Alex?, la verdad era que no tenía una negativa, Alex me atraía físicamente y creo que también emocionalmente, aparte que me había ayudado a pesar de nuestro mal inicio. No pude evitar pensar en mi familia, probablemente se hubieran horrorizado, ellos eran demasiado conservadores y querían que llegara virgen al matrimonio, pero ya no me importaba su opinión, ellos, en especial mi padre, había dejado claro que tampoco les importaba mi opinión, comprometerme sin ni siquiera consultarme, como si fuera una simple moneda de cambio.
Marque un check, y dentro de mi sabía que no me iba a arrepentir.
Para cuando termine de leer el libro entero, que para ser sincera no era muy largo, ya había anochecido, el reloj de mi celular marcaba la media noche y la curiosidad me invadió por saber cómo estaba Alex. Me terminé de comer las ultimas uvas del racimo y salí a buscar un papel donde escribir.
"¿Sabes? acabo de terminar de leer ese libro" escribí para luego tirar el papel al fuego de la chimenea que estaba en la biblioteca.
Luego de unos minutos, un papel apareció frente mío, parecía que se estaba quemando, pero a la inversa, en vez de consumirse en cenizas el papel se agrandaba hasta tomar su forma original. Lo atrapé entre mis manos y leí la respuesta de Alex que estaba debajo de la m��a.
"Interesante gatita, ya tengo curiosidad. ¿Todo bien por allá?"
Yo también tenía curiosidad, aunque más bien eran nervios por saber que iba a tener mi primera vez con Alex.
"Si todo bien, nuestra huésped aun no despierta y siento que estar aquí sola se va a volver muy aburrido, ¿Cómo estás tú?" conteste.
"Qué bueno saber que aún no me destruyes nada, y no te preocupes tratare de regresar lo más pronto posible. Estoy bien, me he tomado un pequeño descanso para descansar y comer" respondió.
Estuvimos hablando de cosas triviales por un rato hasta que literalmente me envió a dormir, recordándome que, aunque él no estuviera tenía que entrenar, atender a nuestra invitada y practicar con mi magia.
Resople por lo mando que a veces me parecía Alex y me dirigí a mi cama, pero cuando estaba saliendo de la biblioteca escuche un estruendo como si alguien hubiere roto algo. Corrí escaleras arriba con dirección a la habitación de invitados, cuando abrí la puerta ya no se encontraba una loba sino una joven de pelo castaño y ojos color miel, evidentemente estaba desnuda y con cara de asustada sin saber dónde rayos estaba y con las justas se podía poner de pie, al parecer había roto la lámpara de la mesa de noche.
¿Quién eres y dónde estoy? – pregunto mirándome desconfiadamente.
Tranquila, estas a salvo de esos chupasangres, soy Cath, estas en el castillo del Hechicero Ajax, ¿Cómo te llamas tú? – conteste en un tono tranquilo tratando de trasmitir esa sensación. Al parecer logre mi cometido porque la loba al escuchar la palabra Ajax relajo su cuerpo.
Crystal – contesto diciendo su nombre - ¿dónde está el hechicero? necesito su ayuda urgentemente – dijo preocupada.
Hey con calma, primero vuélvete a recostarte aun estas débil y Alex no está, salió en dirección a tu manada – conteste
El hecho de escuchar que Alex estaba de camino a su manada pareció relajar a Crystal. Se dejó ayudar a volver a la cama, mientras mentalmente le pedía al castillo que limpiara la lámpara rota que de inmediato esta comenzó a reconstruirse como si nadie nunca la hubiera tocado.
Crystal pareció un poco sorprendida por el hecho, pero de inmediato sacudió su cabeza para volver a centrarse en mí.
Así que el Hechicero ya está en camino ¿no? - me pregunto.
Si, salió hoy en la tarde, ¿puedo preguntar qué está pasando en la manada colmillo de plata?, Alex trato de comunicarse con tu Alfa, pero no tuvo suerte –
Vampiros, eso es lo que paso, esos malditos chupasangre invadieron nuestro territorio, acusándonos que nosotros escondíamos a una tal princesa de las nieves o algo por el estilo, eran demasiados no pudimos defendernos. Ragnar, mi mate y alfa me mando a buscar ayuda a un tal hechicero Ajar –
Me quede muda, ¿Por qué una banda de vampiros me buscaba?, tal vez no fue buena idea darle mi nombre a Crystal, a pesar de no saber quién era yo.
Lamento lo de tu manada, ¿hay algo que le quieras comunicar a Alex? – pregunte.
Si, que tenga cuidado, hay como mínimo como 50 de esos chupasangres y que vaya al refugio ahí están todos los de mi manada. El refugio es subterráneo, se entra por una cueva que está detrás de la cascada como a medio kilómetro de la manda al lado este –
No tarde en escribir el mensaje dándole todos los detalles incluyendo que a quien buscaban era a mí.