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Chapter 6 - Capítulo 6

No supe en que momento me quedé dormida, pero para cuando desperté sentía el cuerpo como gelatina, Alex estaba a mi lado dándome caricias, estas eran totalmente diferentes en el sentido que no tenían una connotación sexual. Seguía en la misma camilla, la diferencia era que mis piernas ahora estaban libres, mire a Alex y al parecer este leyó mis interrogantes, inmediatamente me fije si es que tenía mis pensamientos seguros, no tarde en subir mis defensas.

Necesitaba este ingrediente – dijo alejándose y recociendo el cuenco que estaba bajo mis piernas. No pude evitar sonrojarme

¿Para qué lo necesitas? – pregunte

Una posición de amor – contesto – son muy raras y costosas, no es que sea fácil conseguir los jugos de una hembra, porque para que funciones, esta debe de estar dispuesta –

Si antes estaba sonrojada ahora estaba como un tomate. Me incorporé lentamente de la camilla, cerrando mis piernas y sentándome, me di cuenta que iba a necesitar una ducha estaba toda pegajosa por el sudor, pero me sentía totalmente relajada.

¿Para quién es esta posición? – pregunte mientras comenzaba a fijarme en los detalles de la habitación.

Viktor Jakov, para que la quiere no lo sé, pero va a pagar un muy buen precio, la verdad es que es un anciano, creo que me triplica la edad, me da curiosidad saber con quién va a usar esta posición – contesto Alex mientras comenzaba a mesclar una serie de ingredientes en un caldero.

Debía de admitir que el nombre me sonaba, fácil de uno de los amigos de mi padre, pero no estaba segura. Me puse de pie y sentí la suave alfombra bajo mis pies, a decir verdad, había varias alfombras con hermosos diseños de flores y aves, a mi izquierda se encontraba Alex en esa mesa que parecía un mini laboratorio, a los costados se encontraban estanterías con lo que sospechaba eran diversos ingredientes. A la derecha había algunas estanterías con diversos libros y objetos probablemente mágicos, aparte de haber algunos baúles de considerable tamaño. En frente mío se encontraba un gran escritorio con las patas talladas en forma de aboles, era un trabajo exquisito, el escritorio se encontraba ordenado, solamente con un par de lapiceros, una libreta y una lámpara. En general la oficina de Alex era acogedora con muebles mullidos pero elegantes aparte que tenía detalles como las patas de su escritorio o como el candelabro de cristal que colgaba del techo, también tenía una que otra planta de interior que le daba vida al lugar, supongo que pasaba mucho tiempo aquí.

Mi estómago sonó protestando por la falta de comida, debía de ser pasado el mediodía, Alex volteo percatándose del ruido.

Ve adelantándote si quieres en un rato te alcanzo – dijo mientras regresaba a lo suyo.

Suspiré y me dispuse a caminar hasta las escaleras para dirigirme a darme una ducha rápida y luego a comer algo.

La verdad era que no me sentía incomoda andando desnuda por el castillo, Alex me había visto sin ropa muchas veces en estas últimas dos semanas y en algún momento me dejo de importar, aunque aún prefería andar con ropa encima a pesar de solo tener una muda que era el buzo que había usado la vez que me compro y que ahora se encontraba sudado y lleno de barro por el entrenamiento de la mañana, a decir verdad toda la ropa que usaba eran polos, camisas y poleras de Alex, eran lo suficientemente largas para quedarme como un vestido corto y la verdad no me quejaba.

Después de una ducha rápida me encontraba entrando al comedor, me había puesto una de las poleras de Alex junto con mis medias de lana de siempre. Alexander ya se encontraba sentado en la cabecera y no tarde en acompañarlo, estaba mirando su celular y eso me hizo pensar en cuanto extrañaba el mío, pero al escapar no quería ser rastreada, había visto suficientes películas para saber eso así que lo tuve que dejar atrás.

¿Puedo tener uno? – pregunte refiriéndome a su móvil.

El levanto una ceja mirándome con sospecha.

¿Para qué quieres un móvil? – pregunto a la vez que chasqueaba los dedos y la comida aprecia en la mesa.

Me aburro, tu todo el día paras en la torre, y aunque leer es entretenido llega un punto en que aburre – conteste recordando los últimos días en donde había terminado tirada en algún lugar del castillo haciendo absolutamente nada.

Está bien, pero no uses redes sociales con tu nombre por favor – accedió Alex.

Comenzamos a comer el carnero asado que tenía una pinta espectacular acompañado con una ensalada de garbanzos, mientras comíamos Alex parecía hablar por mensajes con alguien, no pude evitar preguntar quién era.

Es Viktor, estamos quedando una fecha para la entrega de la posición de amor – contesto – creo que va a ser dentro de tres días en Varsovia, estoy esperando que me confirme –

¿Voy a ir contigo? – pregunte rogando por dentro que digiera que si

Desesperada por salir gatita – dijo con una sonrisa divertida.

Pues sí, ya aburre estar encerrada aparte quiero conseguir algo de ropa-

Supongo que tienes razón, está bien me acompañaras, pero iras con otro nombre –

Estaba dando saltitos de felicidad por dentro, extrañaba la ciudad, nunca había ido a Polonia, sería una buena oportunidad para conocer algo nuevo y para despejar la mente.

Después del almuerzo Alex se fue a terminar la posición y yo me fui a descansar, la verdad es que me estaba muriendo de sueño, pero una vez que estuve entre las sabanas no pude cerrar los ojos, no podía dejar de pensar en lo que había pasado hace solo unas horas, me sentía confundida, era verdad que había disfrutado, pero ¿había sido por la atracción hacia Alex o por el afrodisiaco?, no lo sabía. ¿Me gustaba Alex? Pues sí, era atractivo y a pesar de todo me había tratado bien, pero me preguntaba si el sentía lo mismo por mí. La verdad era que no había tenido experiencia en el amor, había vivido en una familia muy conservadora y sobreprotectora y cabía la posibilidad que con esta nueva libertad me estuviera enamorando del primer hombre atractivo delante de mí, suspire, mis pensamientos eran un lio.

Para cuando desperté ya era de noche, no sabía en qué momento me había dormido pero agradecida haber podido descansar, me encontraba sola en la habitación eso significaba que probablemente Alex continuara en la Torre, decidí hacerle una visita, después de todo no tenía nada mejor que hacer.

Debía de admitir que a pesar de todo no me dolía el cuerpo o al menos lo que sentía era solamente un cansancio muscular, pero no dolor. A decir verdad, el castillo era enorme y me tardaba moverme de un lugar a otro, en ese sentido envidiaba ese truco que tenía Alex de aparecerse en cualquier lugar del castillo, ¿podría hacerlo en otros lugares? Lo averiguaría más tarde. Cuando entre al estudio el olor a chocolate me invadió, era embriagante.

Espero que me invites – dije

Alex volteo percatándose de mi presencia.

No lo creo gatita, el chocolate que estoy preparando es la posición de amor, no todas las posiciones son liquidas – dijo en un tono tranquilo pero cansado, no me extrañaba, había estado todo el día aquí.

Debía de admitir que su respuesta me desanimo, el olor había despertado mi antojo a una buena barra de chocolate, cuando fuéramos a Varsovia me aseguraría de comprar algunos chocolates para llevar y tener de reserva.

Suenas agotado – acercándome a ver como terminaba de verter el chocolate del caldero a unos moldes.

Lo estoy gatita, no solo físicamente sino también que estoy drenado de magia – Eso era una novedad, siempre había pensado que Alex debía de tener un suministro mágico prácticamente infinito, pero al parecer no – Una lección gatita, nunca toques tu magia cuando estés muy agotada, corres el riesgo de perderte en la locura, lo mismo pasa si no tocas tu magia por mucho tiempo-

Eso explicaba mi comportamiento cuando me saco ese collar que impedía transformarme. Alex termino de verter todo en los moldes para luego suspirar y decir:

Bueno, el trabajo está hecho, mañana solo será empaquetarlo y hacer maletas para ir a dejar la entrega – dijo volteando a verme – solo para asegurar, no lo toques y mañana partimos en la noche –

Que poca fe me tienes … - dije refiriéndome a su comentario.

Esa noche no bajamos a cenar, Alex estaba muy cansado y solo atino a ponerse ropa cómoda y meterse a la cama y a decir verdad no me gustaba deambular de noche por el castillo, era un poco aterrador. Así que ahora me encontraba echada al lado de Alex y ese hecho me hacía recordar lo que paso en la tarde y en el tamaño de su miembro.

¿Estás bien? – pregunto Alex cogiéndome totalmente desprevenida.

Si, ¿Por qué preguntas? – dije un poco nerviosa

Es que te has sonrojado –

"Me han pillado" pensé, aunque si no fuera así… ¿Qué tan malo sería hablar con el sobre lo que había pasado?

Estaba pensando en lo que paso hoy, tu sabes… - dije tímida

Oh… supongo que en otra situación te debería una disculpa gatita, pero teníamos un trato y no he roto ninguna cláusula – dijo tranquilamente

Era cierto, a decir verdad, cuando hablamos ese día sobre el tema tenía claro que lo más probable es que quisiera algo sexual conmigo, pero debía de admitir que había bajado la guardia en estos días y hoy me tomo totalmente desprevenida.

Lo sé, pero estoy confundía, sé que sabes que no tengo experiencia en … -

Gatita, no te confundas con amor, es algo que no me he permitido sentir en un tiempo, lo puedes tomar como una forma de conocerte mejor si quieres y hasta me puedes considerar como una especie de amigo con derecho, pero nada más – dijo antes de que pueda terminar de hablar.

Debía de admitir que esa declaración me asustaba, eso significaba que, si o si iba a tomar mi virtud, tenía la esperanza que mi primera vez fuera con la persona que amara …

Eso significa que me tomaras – dije en un hilo de voz

Puedo ser muchas cosas gatita, pero no un violador – dijo mirándome a los ojos y trasmitiéndome tranquilidad con sus palabras – me gusta jugar contigo gatita, no te voy a mentir, me atraes físicamente y esa inocencia que tienes es excitante, pero no cruzare esa línea a menos que tú me lo pidas explícitamente y sin estar bajo el efecto de un afrodisiaco o magia en general – dijo con voz tranquila.

Para cuando termino de hablar Alex había cerrado sus ojos dando por terminada la conversación. Debía de admitir que sus palabras me habían tranquilizado, pero también decepcionado, sé que era pronto y también que yo no lo amaba, pero ¿Por qué no se podía permitir amar?