Capítulo 1
Para Federico su vida era una bazofia, pues estaba contenida de tristeza, sufrimiento y baja autoestima. Se sentía inseguro debido a su aspecto físico, causa de muchas burlas, pues la obesidad (a pesar de no ser tanta) era mal mirada en la escuela, sumándole a esto una baja estatura acompañada de una espesa cabellera negra. La soledad era su única compañía. Para evadirla tenía pasatiempos como la pintura y la escritura que eran interrumpidos constantemente por todo tipo de situaciones. Sin embargo, su vida estaba a punto de dar un giro inesperado.
Todo comenzó un día mientras regresaba de la escuela, como siempre miraba hacia el suelo mientras caminaba, es así que por accidente tropieza con lo que parecía un libro revestido de piel, al abrirlo notó que era una libreta. Como le gustaba dibujar decidió guardarla en su mochila.
Al llegar a su casa se dispone a jugar en la computadora, pero para su mala suerte no había electricidad. Como era de esperarse se molesta, entra a su habitación y comienza a lanzar al suelo los libros de la escuela hasta que se percata que tenía en sus manos eso que había encontrado.
Se sienta en su escritorio con la intención de dibujar, pero no encuentra inspiración. Con un suspiro de decepción expresa:
—¿Qué hago contigo? No me gusta dejarte vacía –le vienen ideas a la cabeza como si la libreta las colocara en su mente– ¡Ya sé, escribiré una historia!
De esta forma comienza a escribir. Después de la segunda página las letras se despegan, vuelan y envuelven su cuerpo. Seguían saliendo más y más, tantas que no veía nada. No se explicaba cómo podía suceder esto.
Estas se dispersaron dándole vista a un lugar desconocido. Al verlo solo le cupo una pregunta en su cabeza:
—¡¿Dónde estoy?!
Había viajado de su cuarto a un lugar totalmente diferente, se encontraba en una llanura donde a lo lejos podía observar… ¿Un árbol azul? Pues sí, lo era. Caminó lentamente hacia tan llamativa especie.
Al llegar lo observó detenidamente, tenía frutas de color morado y del tamaño de una sandía. No era muy bueno trepando y no había piedras para lanzar por lo que comienza a golpear el fino tronco para sacudirlo. Efectivamente tras eso cae el primer fruto, se sintió como si un boliche se desplomara en el suelo. Seguido de eso todo comenzó a temblar, a hacerse un círculo alrededor del árbol, ¡la tierra se estaba separando!