Chester estaba llevando la comida a la mesa cuando nos vió tomados de la mano. Él dejó la bandeja sobre la mesa y frunció el ceño.
- ¿nos perdimos de algo?- preguntó confundido, observando nuestras manos entrelazadas.
- Pues, resultó que tenías razón.- hablé con una sonrisa. Él nos observó, para luego sonreír satisfecho.
- Yo siempre tengo razón.- respondió, dándose aires en broma. Yo reí, y los chicos se acercaron a felicitarnos. Yo les agradecí a todos, cuando noté que Mike nos observaba desde cierta distancia. Yo lo miré durante unos segundos, para luego devolver mi atención a los chicos. Todos nos sentamos en la mesa y nos servimos una porción de comida. Los chicos hablaban de su música y de las nuevas ideas que tenían para futuras canciones, y yo simplemente los observaba con una sonrisa mientras comía. Cuando finalmente terminé mi cena, me levanté de la mesa y me acerqué al sofá para tomar mi bolso.
- Ahora sí que debería irme.- dije, caminando hacia la puerta.
- Yo te llevo.- ofreció Rob, y yo sonreí para luego asentir con la cabeza, en señal de aceptación. Yo me despedí de los chicos con un gesto de mano, y ambos caminamos al coche de Rob. Yo me subí del lado del acompañante, y él condujo hasta la dirección que le indiqué, donde mi apartamento se encontraba. Una vez que llegamos, yo bajé del coche y caminé hacia la entrada, seguida de él.
- Gracias por traerme.- agradecí.
- No es nada.- respondió él.- ¿te veo pronto?- preguntó, a lo que yo asentí. Él puso ambas manos en mi cintura y me atrajo hacia él, y yo lo besé, sin poder evitar sonreír un poco. Cuando la intensidad del beso fue aumentando, yo puse ambas manos en los hombros de Rob y empujé de estos, separándonos.
- Ya debo irme.- dije yo. Él se acercó una vez más a mi y depositó un corto e intenso beso en mis labios, para luego despedirse de mi y subirse a su coche. Yo subí al sexto piso y entré en el departamento. Me puse mi pijama y luego de quitarme el maquillaje y lavarme los dientes, me dirigí a la cama. Me tumbé sobre esta y a los pocos minutos me quedé dormida.
***
Al terminar de ponerme una camisa blanca con un lazo negro, una falda negra, y medias y botas igualmente negras, me dirigí a hacer mi maquillaje de todos los días, que consistía en nada más que delineador, mascara y brillo labial. Tomé mi bolso con mis pertenencias y salí del edificio, dirigiéndome al trabajo. Una vez que llegué a Adkins Inc. subí al piso 26, dónde mi oficina se encontraba. Como era de costumbre, la gente corría de un lado a otro. Yo dejé mis cosas en mi oficina y me dirigí a la cafetería del edificio a por un café. Una vez que este estuvo listo, yo volví a mi piso y me dirigí a la oficina de John, mi jefe y dueño de la empresa. Llamé a la puerta con dos golpes, y entré cuando él me lo indicó. Dejé el café sobre su escritorio, junto con dos libros que debía revisar él.
- Aquí tiene su café, Sr. Adkins, y estos son los libros de las ventas de los últimos dos meses.- le informé.
- Gracias, Hannah.- habló él, mirándo los libros y tomándo un sorbo del café.
- ¿necesita algo más, Sr. Adkins?- pregunté en un tono suave. Él negó con la cabeza, sin mirarme.
- No, eso es todo por ahora. Gracias.- negó. Yo asentí, aunque no me estuviese viendo, y salí de la oficina, dirigiéndome a la mía.