Yo me encontraba sentada junto a la mesa, observando como los chicos jugaban a un videojuego. Apoyé mi cabeza sobre la palma de mi mano y dejé salir un suspiro. Alguien se sentó a mi lado, y yo me giré para ver a Chester.
- ¿todo en orden?- preguntó.
- Si.- respondí yo, con desánimo.
- Tu expresión y tu tono indican lo contrario.- dijo él.- ¿qué sucede, Hannah?- insistió. Yo volví a suspirar y lo miré.
- Algo le pasa a Mike. Creo que está molesto conmigo, pero no entiendo por qué. No le hice nada, que yo sepa.- dije yo. Chester miró al suelo, pensativo, y luego volvió a verme.
- Pues, no sé qué le estará pasando exactamente, pero si lo he notado extraño últimamente.- acordó.- pero no creo que esté molesto contigo. Mike ha cambiado mucho los últimos años. Ya no es un niño con ilusiones, y creo que esas mismas ilusiones lo han llevado a volverse más frío.- explicó.
- Entonces, ¿por qué siento que está molesto conmigo?- pregunté.
- No lo sé. Tal vez le ha pasado algo y se está desquitando contigo.- respondió él, levantando los hombros.
- Tal vez.- dije yo simplemente. Miré a Chester y le sonreí.- gracias, Chaz.- agradecí. Él me devolvió la sonrisa.
- Para eso están los amigos.-
***
Chester se encontraba preparando la cena, y yo observaba desde dentro de la casa a Mike, quien aún permanecía de pie afuera. Yo me debatía entre insistir en saber qué le pasaba o simplemente dejar las cosas como estaban. Finalmente, lo primero me venció, y yo me levanté y caminé de vuelta afuera. Me planté a su lado y miré la piscina a oscuras. Me tomé unos segundos para finalmente hablar.
- Mira, no sé qué te sucede conmigo, si es que en realidad es conmigo, pero yo solo quiero ayudarte.- hablé. Mike tardó en hablar, pero finalmente lo hizo.
- No es contigo, Hannah.- dijo.- es solo que...- se interrumpió, y yo lo observé, esperando que continuara hablando.- ¿alguna vez has tenido una emoción tan grande al pensar en algo, y luego todo sale diferente a como lo esperabas?- preguntó. Yo fruncí el ceño, algo desconcertada por su pregunta.
- Pues, si, creo que a todos nos ha pasado eso alguna vez.- respondí yo luego de pensármelo.
- ¿y qué haces entonces?- me miró. Yo también lo miré.
- Pues, luchas por lo que quieres.- respondí.- o al menos eso es lo que yo haría. Yo no suelo darme por vencida.- dije, riéndo para quitar un poco de tensión al ambiente. Mike apartó la vista. Ambos oímos a Chester gritar que la cena ya estaba lista. Yo me acerqué a Mike.
- Nunca renuncies a tus sueños.- le dije para alentarlo a seguir lo que sea que estuviese pensando, y me estiré para depositar un beso en su mejilla, antes de entrar en la casa.