En todas partes del mundo las bestias empezaron a atacar las ciudades, la mayoría de los ataques fueron dirigidos por extraños seres humanoides. Solo aquellas que tenían una gran defensa o aún no habían sido atacadas por las bestias más fuertes no evacuaron y resistieron los ataques.
El grupo, al saber que su viaje era muy largo, decidieron manejar en turnos de 4 horas cada uno, siendo primero Jin, seguido por Lana y por último Aria, no querían quedarse agotados a la mitad del viaje.
Cuando fue el turno de Lana, Jin se puso a conversar con Aria sobre las cosas que habían pasado hasta el momento, ella le contaba que solo le quedaban 2 meses para terminar su pasantía si no hubiese pasado esta enfermedad.
Ellos conversaban amenamente hasta que Lana detuvo su conversación.
—Hay alguien en la mitad del camino— Jin y Aria pusieron atención a la carretera viendo a un hombre con las ropas desgarradas y con muestras de golpes por el cuerpo.
Lo primero que se les vino a la mente era ayudarlo, pero también tenían la duda si era una trampa, sabían que él podía estar fingiendo estar herido para permitir que un grupo ladrones los rodearan.
Sin bajarse del jeep se pasaron por su costado. Al aproximarse al hombre tendido en la carretera se dieron cuenta que tenía uno de los brazos sangrando, había huellas de que se lo habían desgarrado de un mordisco.
Jin pensó que ya no era posible que fuera una trampa y se preguntaba como seguía moviéndose con toda esa sangre perdida.
De repente el hombre se dio vuelta y de su vientre salieron bichos con unas mandíbulas ensangrentadas, recién se dieron cuenta que el cadáver se movía solamente porque aún se lo comían desde el interior.
—Parece que ningún área es segura, será mejor que nos movamos— dijo Jin sin dejar de pensar en que fue lo que ataco al hombre.
Retomando el camino, vieron que varios árboles habían sido arrancados desde la raíz y algunas casas abandonadas tenían sus murallas destruidas.
Las siguientes dos horas el jeep estuvo en profundo silencio hasta que Aria tomo el volante, ya era de madrugada cuando fue su turno y hacia bastante frio.
—Gracias Jin—
Buscando entre sus cosas Jin saco una manta con la que cubrió a Aria, ella le agradeció y se calmó un poco, muchas cosas están pasando tan rápido que a cualquiera le resultaría fácil aceptarlas.
En la mañana fue el turno de Jin al volante, durante ese tiempo hicieron una parada para prepararse el desayuno, era difícil mantener la calma en este tipo de situaciones, pero lograron preparar un buen desayuno para no quedarse sin energías.
Después del desayuno querían seguir manejando por la carretera principal, pero después de 5 kilómetros encontraron que todo el suelo estaba destruido.
Aunque aún se podía manejar por él, las huellas enterradas en la carretera hacia a uno tener los pelos de punta.
Las huellas tenían la forma de pisadas de aves y median 1 metro cada una aproximadamente, ellas pasaban por la carretera por al menos 2 kilómetros hasta que cambiaron de dirección hacia el bosque.
No querían encontrarse con lo que sea haya dejado esas huellas y avanzaron sin perder tiempo hacia la casa de la madre de Lana. En el camino debían pasar por el borde de otra ciudad antes de llegar, Felice.
La ciudad de Felice era conocida por se un buen lugar para los negocios, varios empresas se establecieron en la ciudad y los rascacielos se veían en todos lados, pero un gran problema fue que no tenían una base militar bien establecida. La mas cercana estaba al exterior de la ciudad y la mayor parte aún estaba bajo construcción.
Cuando el grupo de Jin llego, lo primero que notaron al pasar por Felice, era que no había presencia de personas por ningún lugar.
—Donde estará toda la gente?— pregunto Aria mientras buscaba señales de vida entre los edificios
—Quizás todos fueron evacuados, aunque esta ciudad no tenia una base militar debe tener un refugio— dijo Lana mientras se aferraba al bate metálico.
Las huellas de sangre por la carretera y los cadáveres de diferentes bestias en el suelo, les decía que hace poco las personas pelearon contra las bestias por aquí.
En la cima de un edificio de la ciudad, un grupo de personas observaba al vehículo que rodeaba Felice, varias personas se veían asustadas, pensando que nunca les gustaría volver a salir del edificio, no querían tener el mismo destino que todos los que caminaban por las calles.
—Hermano mayor, qué opinas de esas personas afuera, ¿cuánto crees que duren vivos?— un hombre con la ropa descuidada y un cuchillo en la mano pregunto.
El hermano mayor era un hombre de unos 40 años, su cuerpo era musculoso tenía varias cicatrices que lo hacían parecer aterrador, el lideraba una mafia local en la ciudad y cuando comenzó el desastre tomo el control de un edificio y atrapo a las personas en el lugar. Aunque varios de estos sobrevivientes podrían vencer al líder, no querían hacer ruido y atraer el peligro del exterior.
—No duraran más de una hora, con suerte alejaran a esas bestias de nosotros— dijo con una sonrisa el líder mafioso.
—Pero logre ver que había un par de bellezas en el vehículo, quizás podamos atraparlas— la lujuria del mafioso se reflejo en sus ojos, no se dio cuenta que su líder lo miraba pensando que era un idiota.
—¡Y que! la belleza ya no importa en estos momentos, o no recuerdas como esa modelo prefirió lanzarse por la ventana en vez de hacernos compañía—
—Cierto, aún quedan algunas bellezas entre estas personas, cuando me dará permiso el hermano mayor para liberarme con una de ellas? —
—No seas impaciente, o quieres que sus gritos atraigan a las bestias— dijo el líder sin dejar de mirar el vehículo en la carretera.
El mafioso cambio su rostro a uno de miedo total, aun recordaba como perdió a la mitad de sus compañeros en tan solo unos minutos, prefería arrojar las bellezas a las bestias que ser su comida.
Cuando el grupo de Jin estaban por dejar la ciudad, empezaron a escuchar un sonido retumbante en el cielo. Aria le dijo a Jin que detuviera el vehículo al costado de la carretera y lo escondiera.
El sonido se hacía más fuerte con el pasar de los minutos, al no encontrar la fuente del sonido en los alrededores se concentraron en revisar el cielo, un tiempo después el sonido se hizo insoportable, así que decidieron taparse los oídos con lo que encontraron a la mano, hasta que vieron la fuente del ruido.
Un grupo de insectos con el cuerpo alargado como una mantis religiosa, pero con alas lo suficientemente grandes como para levantar un cuerpo de 2 metros volaban por el cielo en dirección a la ciudad.
No sorprendería si fuesen uno o diez, hasta cien insectos serian aceptables, pero la cantidad era tal que cubrían el cielo tapando la luz del sol, cuando los insectos llegaron a la ciudad dejaron de hacer ese ruido. El grupo se sorprendió al ver como los insectos empezaron a revisar el área hasta que uno de ellos destruyo una ventana.
Los insectos estaban atacando los edificios más altos y cada tanto sacaban personas de ellos, el "Líder" fue una de esas personas desafortunadas.
Cualquiera de ellas tendría suerte si murieran apenas eran agarradas, pero las más desafortunadas eran arrastradas cientos de metros hasta que se repartían entre los insectos más pequeños que las rodeaban.
El mafioso, que aún seguía vivo, agarro a una niña pequeña y la uso como escudo, todos los sobrevivientes estaban enojados con él pero no podían gritar muy fuerte, si no seguirían atrayendo la atención de las mantis.
El padre de la niña no pudo aguantar ver como su hija estaba siendo usada como escudo y se lanzó contra el mafioso, no le importo si eso atraería a las mantis, quería salvar a su hija.
Cuando empezó a correr en dirección, varias mantis lo notaron. El mafioso amenazo con el cuchillo, pero el padre logro evitar el golpe de él y embistió con fuerza al mafioso luego de golpear su rostro con sus nudillos.
El mafioso estaba enfurecido, levantando su brazo corto la pierna del padre y trato de crear una herida más grande. Pero él se quedó congelado ante lo que tenia de frente, una gran mantis lo observaba mientras movía sus antenas, el mafioso no alcanzo a respirar cuando ya estaba muy alto en el cielo, su suerte no era buena, en un momento cientos de pequeñas mantis lo rodearon y empezaron a comerse su piel hasta quedar irreconocible.
Lo peor de estas pequeñas mantis era que excretaban en su saliva una sustancia parecida a la anestesia, el mafioso solo podía ver cómo era devorado sin poder hacer, ni sentir nada.
Esto se repitió en varios edificios, hasta que dejaron la visión de Jin y sus compañeras, sin darse cuenta del tiempo la primera en reaccionar fue Lana, que decidió partir con el jeep para que no los alcanzaran esos bichos, lo peor era que la velocidad de los bichos era muy superior a la velocidad máxima del vehículo que manejaban.
Cuando nuevamente era el turno de Jin al volante, decidieron no seguir conduciendo de noche y buscaron un refugio temporal, lo más importante para ellos era evitar traer la atención de los animales extraños que habían aparecido, pero aun temían, porque en el camino aún no se habían encontrado con esas plantas carnívoras que habían anunciado en las noticias.
A la media hora encontraron una casa abandonada como refugio, necesitaban un descanso para olvidar las cosas que vieron durante el día, a Jin le toco preparar la cena, agradecía el pequeño tiempo que paso aprendiendo a cocinar, sino en este momento, hacer una comida con mal sabor bajaría el ánimo de todos.
En la casa abandonada no había registro de peleas o que haya sido atacada por algo, lo que el grupo agradeció al encontrar un lugar tranquilo para descansar.
Lo primero que hicieron las profesoras fue instalar sus sacos de dormir y mantener despejado el camino si era necesario escapar del lugar. Aria aprovecho de cubrir el jeep con una manta por si llegaba alguien para intentar robarle sus cosas.
Ella estaba preocupada porque no tenían armas aparte de la pistola que le quedaban 5 tiros y el bate metálico.
Jin termino de cocinar y llamo a las profesoras, ambas llegaron a la vez, pero Lana apareció con una sorpresa en sus manos.
—Encontré esto en la habitación principal— dijo mostrando una pistola negra en sus manos.
—¿Esa arma tiene balas?— pregunto Aria
—No se, no pude abrirla, ¿tú sabes?— pregunto Lana entregándole el arma.
—Mi padre me enseño un poco, creo que solo debo mover esto…— un sonido de apertura se escuchó cuando pudieron ver que el arma estaba vacía.
El grupo pensó que era una acción de seguridad por el dueño y debería tener las balas escondidas en su casa. Esa tarde empezaron a buscar por toda la casa las balas.
Después de dar revolver todo el lugar, detrás de un cuadro falso encontraron un cajón que contenía las balas, además de una escopeta corta con 14 cartuchos.
Todos se alegraron al tener una fuente más de seguridad con estas armas, nunca se sabe cuándo serian útiles.
La distribución fue la siguiente, Aria estuvo a cargo de la pistola laser, Jin se quedó con la escopeta y Lana se quedó con la pistola que encontraron.
Aria le enseño un poco como manejar la escopeta a Jin por un rato hasta que cayó la noche. Decidieron dejar los sacos de dormir en la sala principal que daba directamente a la entrada y cubrieron las ventanas para que no se pudiera mirar desde afuera.
Durante la noche Jin se levantó para tomar un poco de agua, se encontraba un poco sediento, cuando lo primero que escucho al regresar fue un llanto ahogado.
Cuando regreso vio que Lana no había dormido durante toda la noche, ella se veía asustada.
Jin no sabia como consolarla, solo pudo acercarse a ella hablando en voz baja para no levantar a Aria.
—Lana, ¿quieres conversar?—
Ella sacudió la cabeza y siguió llorando, Jin negó con la cabeza, sabia que ella no era buena para pedir las cosas y se acercó a ella esperando que hablara.
—Puedes dormir a mi lado por favor?— dijo finalmente ella al ver que Jin no hacia nada.
Jin se acostó a su lado y abrazo su cuerpo mientras se iba a dormir, pero Lana sacudió la cabeza y nuevamente le dijo algo mientras levantaba el borde del saco de dormir.
—de esa forma te resfriaras, entra, así no tendrás frio— dijo ella un poco avergonzada.
Con el corazón latiendo muy rápido, Jin tomo un largo suspiro y entro al saco de dormir, un par de piernas blancas se vio en el interior, quizás porque Lana solo durmió solo con ropa interior y una camiseta blanca sin sostén.
"Creo que será un larga noche" pensó Jin luego de abrazar el cuerpo de Lana y robar su labios, esta vez Lana no pudo defenderse cuando Jin se quito la camisa y aprisiono a Lana contra el suelo.
—Hmm— con su cuerpo atrapado, Lana pellizco su cintura mientras Jin masajeaba sus firmes pechos bajo su camiseta, aunque al inicio ella tenia miedo de las cosas que vio, al empezar a sentir el calor del cuerpo de Jin olvido todo, incluso que Aria dormía a su costado.
En la oscuridad, el rostro de Lana estaba completamente rosado, sabia que el hombre frente a ella quería tomar su inocencia y ella no estaba en contra de eso.
—Hmm— el gemido ahogado de Lana encendió mas a Jin y el empezó devorar con mas ansia su figura, cada vez que Jin besaba sus pechos lana mordía su cuello para que sus gemidos no sean tan fuertes. Las manos de Jin fueron traviesas cuando se metieron debajo de su ropa interior y sus dedos saludaron a unos saludables labios sellados.
—Noooo!!—Lana trato de defenderse, pero la sensación nublo sus pensamientos cuando ella fue besada por Jin.
—Ahh!!— grito ella cuando Jin la dejo desnuda y empezó a separar sus labios con sus dedos, ella cubrió su boca para evitar hacer ruidos, pero un par de intrusos empezaron a invadir sus labios inferiores y no pudo evitar gemir.
—MMMHH— no queriendo ser la única atacada, ella desabrocho sus pantalones y tomo el miembro erecto de él, la sensación de calor inundo sus manos mientras ella empezaba a recorrer toda su longitud con sus suaves dedos.
Ambos sintieron cada parte de su cuerpo, al ver que el pantalón estaba molestando, Jin rápidamente se los quito y abrazo el cuerpo de Lana, sus besos fueron cada vez más largos y sentían que necesitaban algo más.
Ella al ver que Jin seguía jugando con sus pechos, se levantó y se metió dentro de su saco de dormir.
Un par de labios empezaron a besar su miembro y el sintió como era envuelto con mucho cuidado por un par de labios, Jin por otra parte estaba admirando su valle inferior que goteaba frente a él.
Agarrando fuertemente el trasero de Lana acerco su rostro a su intimidad e invadió su interior mientras besaba amorosamente sus labios inferiores, ella no pudo soportar más cuando soltó su voz —AHHH!!!—
Moviendo sus caderas la sensación se extendió por todo su cuerpo y los sonidos húmedos llenaron la sala.
Un par de ojos observaba como sus compañeros estaban en su mundo, mientras ella solo podía consolarse sola con sus manos debajo de su ropa interior, no había pensado que los gemidos de Lana eran tan sensuales.
Lana continuaba masajeando el miembro de Jin mientras con un suave movimiento de caderas ella tomo mas en su interior.
—Nnn!!!— sintiendo que Jin estaba cerca de su límite, Lana empezó a hacer sus movimientos mas rápidos mientras ella abrazaba su cuerpo, una cálida sensación lleno sus labios.
La habitación había quedado en silencio, Jin moviendo la manta miro debajo del saco de dormir y un par de ojos enojados lo observaban, en sus labios la prueba de su travesura nocturna aún estaba presente.
Tragándose la semilla, ella abrió su boca revelando que no quedaba pruebas de esa noche, el sintió que su cuerpo se calentaba más, pero ella levanto la mano apoyándola bajo sus labios.
—Creo que es suficiente por ahora, ¿pero porque no se baja?, escuche que después de una gran descarga debería volverse más pequeño, pero sigue apuntándome como si me amenazara con atacarme si me descuido—
—Sabes, nunca se me ha bajado cuando eyaculaba solo una vez, la única forma era tomar una ducha larga y bien fría o hacer mucho ejercicio—
La profesora empezó a pensar que era muy de noche para que se bañara, probablemente se resfriaría, empezó a considerar que tal vez ella pudiera tener su primera vez en esta habitación, pero al mirar a su alrededor se dio cuenta que estaba su amiga.
—Podemos seguir "jugando" entre nosotros un poco más hasta que se baje tu erección, pero primero busca unos pañuelos, no quiero volver a tragar eso, al menos no hoy—
Al escuchar sus palabras, Jin fue a buscar los pañuelos con una sonrisa en su rostro "quizás debamos conseguir algunos condones" pensó, eso seria una de las primeras cosas que conseguiría al llegar a Altima.
Al regresar noto que las dos profesoras estaban conversando, solo pudo suspirar preguntándoles que pasaba.
—Escuche un ruido de afuera de la casa—
Jin casi se cae al suelo al escuchar el comentario de Lana, que tan grande debió ser el sonido que escucho Aria que la levanto solo ahora, el no sabia que ella escucho todo y estaba enojada con él.
—Yo igual lo escuche, creo que no deberíamos hacer ningún ruido para evitar traer la atención de lo que sea este afuera— dijo Lana mirando a Jin.
—Estoy de acuerdo con eso, ustedes traten de descansar, estaré alerta toda la noche por si sucede algo—
Ambas agradecieron su preocupación, Lana estaba algo feliz que podía dormir tranquila bajo su cuidado, pero se sintió algo ansiosa cuando pensó que hubiera pasado si continuaban con el juego de esa noche.