Celes
Ciudad Felice
Esa misma noche, los sobrevivientes de la ciudad Felice estaban pensando en que hacer, tenían a varios heridos en su grupo, el más grave de ellos era Erik, el padre que se arrojó contra los mafiosos para salvar a su hija
La herida era bastante seria, pero él se mantenía tranquilo para que su hija no llorara.
Cuando terminaron las conversaciones del grupo, el nuevo líder se presentó ante el padre e hija junto a un poco de comida para ellos.
—Me presento nuevamente, mi nombre es Ethan, como te decía, necesito saber cuánto te puedes mover— Ethan era un hombre de unos 30 años, su físico era regular, pero Erik sabía que él era más de lo que aparentaba.
Recordó que cuando los mafiosos murieron bajo el ataque de las mantis, Ethan fue el que controlo la situación y los lidero para poder protegerse.
—De momento puedo caminar normalmente, pero debido a la pérdida de sangre no podre correr si nos encontramos en peligro— dijo preocupado por la seguridad de su hija.
—Entiendo, en media hora saldremos de la ciudad, en el camino pasaremos cerca de una farmacia para ver tu herida. No nos quedaremos para ser alimentos de esos insectos—
—Ethan, necesito pedirte un favor— los ojos de Erik revelaban una tristeza interior antes las palabras que dijo a continuacion —quiero que protejan a mi hija si llega a sucederme algo, como estoy herido prefiero detener, aunque sea un momento, a las bestias para que sobrevivan—
Ethan no respondió a sus palabras, él le señalo para que esperara mientras se dirigía hacia una habitación pequeña.
Después de un momento el regreso con dos machetes improvisados, el largo era de unos 70 centímetros y tenían un mango cubierto de telas de ropa, Erik pudo notar que Ethan había rasgado un pedazo de su ropa para preparar el arma y solo pudo sentirse agradecido al hombre frente a él.
—Toma esta arma, aunque podría no ser de lo mejor, toda ayuda cuenta para sobrevivir, ¡Erik no mueras! Vive, para que tu hija no llore por su padre— dijo queriendo que el padre diera todo de el para vivir.
Al sentirse tocado por el compañerismo de Ethan, Erik solo pudo hacer todo lo posible para no ser una carga, luego de un fuerte apretón de manos ambos se pusieron a preparase para la partida.
Las calles eran silenciosas, cada tanto una sombra desaparecía entre los edificios, ya era media noche cuando el grupo partió hacia las afueras de la ciudad, todos estaban muy tensos, intentaban evitar hacer ruido que podría atraer una atención innecesaria.
Erik junto a su hija estaban en el centro del grupo ya que eran los mas débiles del grupo.
La mayoría de las armas del grupo eran caseras, aparte de los dos machetes había una pistola, pero nadie quería tener esa responsabilidad, sabían que con solo un disparo todos morirían, al final fue Ethan quien se hizo a cargo de esa arma.
La primera parada que tenían era una farmacia familiar, según un miembro del grupo esa farmacia siempre tenía todo lo necesario para tratar heridas y era de fácil acceso.
Si todo salía bien, en breve sanarían la herida de Erik, pero al llegar se encontraron con una sorpresa.
La farmacia estaba bajo un edificio que se derrumbó sobre ella, la única forma de acceder era a través del techo.
—Necesito a dos personas que me acompañen— pregunto Ethan mirando a su grupo.
Dos personas salieron al frente del grupo mientras conversaron con Ethan, sabían que no podían hacer mucho ruido así que planearon que hacer en caso de que los persiguieran.
Al final el grupo se quedo cuidando la entrada mientras los otros iban por los medicamentos.
Solo tres personas ingresaron al edificio, ellos fueron Ethan, Héctor y un joven de 16 años llamado Elyya, cada uno mantenía sus armas apretadas en sus manos.
Ethan antes de partir indico que si ocurría algún problema se refugiaran en el edificio.
Erik, que fue uno de los que quedaron fuera, se mantuvo vigilando los alrededores del lugar, él había dejado a su hija con una mujer mayor, trato de evitar distraerse para que no los tomaran por sorpresa.
En el interior del edificio el ambiente era muy peligroso, el suelo estaba inclinado y las paredes chirriaban cuando se movían.
En una de las habitaciones el agua goteaba por los muros dejando varias partes húmedas en el suelo.
El grupo de tres personas avanzaban con cuidado, debido a la inclinación de la construcción era complicado avanzar rápido.
El más temeroso de los tres era el joven Elyya, sin mirar el suelo húmedo, el joven tropezó y cayó en una habitación destruida.
—¿Estas herido?— pregunto Ethan cuando se acercó a la habitación.
—Estoy bien, pero este lugar esta bastante mojado— Elyya trato de levantarse, pero al apoyarse en una superficie húmeda resbaló cayéndo hacia el suelo nuevamente.
—Espera un momento— dijo Héctor luego de lanzar una cuerda para que Elyya trepara.
Cuando Elyya pudo levantarse noto un gran folleto cerca de él, al levantarlo vio que era un mapa, pero parecía faltarle la mitad, quería avisarle a Ethan sobre él, pero fue silenciado por las palabras de sus compañeros..
—Creo que vi movimientos más adelante, nos dividiremos en dos, ustedes me cubrirán mientras ingreso en la farmacia, si ven algo extraño infórmenme apenas puedan—
Ethan entro a la farmacia, estaba preocupado por la sombra que vio, pero sabía que mientras más rápido encontrara los medicamentos más rápido se iría.
Cuando estuvo en la farmacia encontró muy rápido lo que venía a buscar, aprovecho y lleno el bolso incluyendo más cosas como jabones, toallas higiénicas y condones, "siempre hay que mantenerse seguros" pensó.
Al regresar con el dúo noto que ellos estaban escondiéndose de algo, al mirar en su dirección noto unos ojos rojos que buscaban en el entorno, parecía no tener buena vista ya que miro en la dirección de ellos pero no los persiguió.
—Debemos irnos, esa cosa parece no poder vernos— Ethan los saco de su desconcierto y les indico para salir, no quería probar su suerte enfrentando a una bestia desconocida.
Cuando el equipo salió, entregaron parte de las medicinas y gasas para tratar la herida de Erik, preguntaron si había sucedido algo en el tiempo que estuvieron dentro, pero lo único que había pasado fue que un grupo de perros salvajes paso huyendo de algo.
Las chicas encargadas de curar a Erik avisaron que estaban listas y el grupo inicio nuevamente su viaje.
—Ethan, necesitas ver esto—
Elyya aprovecho y le entrego el mapa a Ethan diciéndole donde lo encontró, luego de observarlo un rato, Ethan solo pudo suspirar y pregunto.
—¿Alguno sabe cómo interpretar un mapa?—
Después de un breve momento de silencio Erik salió al frente, sabía que era un buen momento para demostrar que no era inútil y podia aportar al equipo.
—El mapa muestra parte del exterior de Felice, creo que hay una base en esa ubicación— el rostro de todos mostró anhelo al pensar en la protección de los militares.
Los más ancianos recordaron que un par de bases militares estaban bajo construcción desde hace varios años.
—Ya veo, escuche que había refugios en las demás ciudades, esa base debe ser uno de ellos— dijo Ethan.
—Lástima que falte la mitad del mapa, pero creo que está a unos 5 kilómetros fuera de la ciudad—
Luego de discutirlo un rato, el grupo decidió ir en dirección de la base para buscar refugio, si no lo lograban solo se alejarían más de la ciudad buscando probar su suerte.
En el camino varias personas se asomaban en los edificios, algunas de ellas se reían de lo tontos que eran al caminar sin protección por las calles, pero otros fueron más valientes y salieron al frente para que les permitieran unirse a su grupo, aunque sus hogares parecían seguros, sabían que pronto se quedarían sin alimentos y no querían morir de hambre.
Durante la noche, los únicos sonidos que se escuchaban era la respiración de aquellos que aún querían vivir, cada tanto entre las sombras se podían ver siluetas que se movían investigando al grupo.
Entre ellas, una estaba más inquieta que las demás, tenía la forma de un lobo plateado, pero tenía dos cuernos que resaltaban sobre su cabeza.
Así como el lobo, varias bestias querían encontrar un momento para agarrar una presa y retirarse, no querían quedarse peleando con los demás por la comida, aun así, cada vez que sentían que era el momento de atacar, sus instintos los detenían.
El lobo se quedó mirando al grupo que salía de la ciudad, cuando una de las sombras no pudo aguantar más se abalanzó contra el ultimo sobreviviente, en menos de un segundo logró destruir la garganta de su presa y se la llevó hacia su escondite.
Debido a lo oscuro de la noche nadie noto la pérdida de uno de sus compañeros.
Después del primer ataque, las demás bestias fueron más agresivas, ya no hicieron caso al miedo en sus cabezas y se lanzaron hacia el grupo.
Erik fue uno de los primeros en notar el peligro acercándose a su hija para protegerla con el machete improvisado.
Después de un movimiento oportuno, Erik pudo bloquear el ataque de lo que parecía ser un jabalí, cortándole las patas delanteras.
—¿Pero que tipo de jabalí es este?— uno de los sobrevivientes más jóvenes se asusto del jabalí al encontrar protuberancias necroticas en su cabeza.
Otros no tuvieron suerte y fueron gravemente heridos.
Mientras el ataque de las bestias se volvía más intenso, un gran felino escarlata se lanzó contra la espalda de Ethan.
—¡Cuidado!!— el no pudo reaccionar y solo pudo ver venir la muerte ante sus ojos.
Queriendo dar una última pelea trato de levantar su arma para dañar al felino, pero en el último momento una fuerte explosión congeló los movimientos de todos.
-¡Bang!- el joven Elyya uso la pistola en sus manos y una bala atravesó los ojos del felino.
Ethan no se dio cuenta en que momento Elyya había tomado el la pistola, pero en su interior agradeció la astucia del joven.
El fuerte disparo asusto a todos, incluidos a las bestias atacantes.
De la nada, una gran sombra apareció en el cielo y extendió sus garras, nadie pudo reaccionar cuando a una velocidad supersonica atrapo a dos bestias y las partió por la mitad para tragárselas.
El gran ave era un Buitre de más de 10 metros con las alas extendidas.
Cuando termino de devorar su comida, levanto la vista buscando una nueva presa.
Varias serpientes que no se habían unido a la pelea decidieron huir.
Cada una de ellas media fácilmente 10 metros de largo, pero ante esas garras capaces de cortar la piel más dura como de si mantequilla se tratara, las hicieron sentir tan pequeñas.
El Buitre al ver como sus presas se escapaban, levanto sus alas y salió en su persecución, las demás bestias no querían morir y decidieron alejarse del lugar luego de llevarse los dos cadáveres en el suelo.
Ethan y su grupo solo pudieron suspirar y decidieron aumentar el paso para evitar volver ser atacados, sorprendentemente ya no recibieron ataques en su camino a la base, pero en ningún momento se confiaron.
Después de una larga caminata pudieron ver la sombra de la base, la mayoría de ellos exigió más energía a sus cuerpos y aumento el paso para buscar refugio.
—¿Que sucedió en este lugar?—con cada paso que el grupo daba, sus primeros pensamientos de felicidad fueron remplazados por la preocupación.
Por más que avanzaban no encontraban a ninguna persona viva o movimientos extraños en el exterior de la base a medio construir.
Aunque la base militar se veía algo desordenada, no existía rastros de pelea o ataques, lo que alertó al grupo mientras avanzaban con precaución.
El grupo decidió explorar los lugares que estaban abiertos, los accesos a algunos sectores de la base se encontraban bloqueados, pero los lugares como la cafetería o el sector residencial tenían sus entradas desbloqueadas.
Algunos de los sobrevivientes encontraron armas y algunas municiones, lástima que solo dos personas en el grupo sabían manejarlas.
Después de terminar de revisar el lugar decidieron preparar un lugar para descansar, donde un grupo separó las habitaciones más grandes y bloqueó los lugares que podían permitir la entrada de criaturas indeseables.
—Erik, qué opinas del lugar, ¿notaste algo extraño?— Ethan le pregunto a Erik, el sintió que el padre era una persona bastante capaz para analizar la situación.
—De momento, creo que todo está bien, aunque no sé qué motivo de porque los militares abandonaran la base, creo que es bastante segura comparado al exterior— dijo Erik mientras abrazaba a su hija.
—Creo lo mismo, será mejor descansar, en la mañana con la luz del día podremos ver toda la base—
Cuando los rayos del sol empezaron a revelar la base militar, se pudo ver que ella estaba en un buen estado, lástima que no se podía decir lo mismo de las montañas alrededor.
Si Erik hubiese tenido el mapa completo, habría ordenado que todos escaparan del lugar.
Según el mapa, la base estaba entre dos cadenas de montañas, pero en su lugar, un gran cráter se extendía por varios kilómetros en donde deberían estar las montañas más grandes de la región.
Mientras tanto, el grupo de Jin empezó revisar el lugar donde escucharon el sonido en la noche.
Rodeando la casa, encontraron huellas de lo que parecía el rastro de varias serpientes.
Sus cuerpos parecían ser de un metro de ancho, y el rastro se extendía a kilómetros lejos de ellos perdiéndose entre los árboles.
El grupo no podía imaginar el largo total de dicho animal. Si se la encontraban de frente lo primero que harían era alejarse de ella mientras pensarían como defenderse.
—Debemos partir pronto— El grupo pensó que el lugar ya no era seguro y se prepararon para partir.
Después de destapar al jeep, este no tenia daños y decidieron cargar las cosas de la casa en el.
Aprovechando el momento, Jin empezó a revisar el estado del vehículo, después de llenar el estanque pensó que tenían suficientes bidones de gasolina para llegar sin problemas.
Esa mañana desayunaron algo ligero, como Jin se quedó despierto toda la noche, las profesoras se encargaron de preparar el desayuno, en realidad no tomo mucho tiempo, solo hicieron leche con tostadas y unos huevos.
Agradecidas por el cuidado, le pidieron que durmiera en el jeep mientras continuaban su viaje.
"55%" durante el tiempo de sueño de Jin, un número se repetía entre sus pensamientos, pero al no poder asociarlo a nada no le tomo importancia cuando se despertó.
Jin se levantó cuando ya eran las dos de la tarde —¿que paso mientras dormía?— asustado porque el vehículo no avanzaba, Jin preguntó por las profesoras pero tampoco pudo encontrarlas en el lugar.
Jin reviso entre sus cosas y encontró que no le faltaba la escopeta, aprovecho de cargarla para salir a buscarlas.
En ese momento la puerta del jeep fue abierta. Las profesoras estaban asombradas al verlo con la escopeta en la mano.
—¿Qué haces con eso?— pregunto Aria con el rostro enojado.
—Pensé que les había pasado algo e iba a tratar de buscarlas—
Lana se sonrojo y decidió explicar un poco, pero la mirada de Aria la detuvo y solo dijo unas pocas palabras..
—Nosotras estábamos haciendo cosas de chicas, no tienes que preocuparte de nada, será mejor que sigas descansando— dijo un poco preocupada por su salud.
—Ya me encuentro mejor, creo que será mejor que ustedes descansen— Al ver el tono rojizo de Lana, Jin entendía por qué no querían explicarse, así que solo asintió y pidió tomar el volante para que descansaran un poco.
Según la ruta y el tiempo que ellos habían estimado, faltaban un día para llegar, el camino estaba bastante despejado así que no encontraron nada inusual.
De vez en cuando encontraban caravanas de vehículos que se movían juntos, pero ellos no decidieron unirse a ellos porque sentían que los retrasarán.
Según la información obtenidas de las caravanas las ciudades ya no eran seguras, la mayoría de ellas habían sido atacadas y las que no solo era cuestión de tiempo.
Lana se sintió más ansiosa por su madre y aceleraron su viaje, aun así quedaba un día más para llegar.
Mientras tanto en Altima, la madre de Lana ayudaba a sus vecinos más ancianos para llegar a los refugios.
Ella se veía agotada, pero tenía una fuerte mirada en su rostro que revelaba su fuerza de voluntad para asistir a sus vecinos.
"Aún queda un día para que llegue mi hija, debo mantenerme aquí sea como sea" pensó y se volvió para seguir asistiendo a los demás.