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Chapter 4 - Capítulo 3

El dolor en sus pies y manos seguía cada vez que hacía deporte y empezaba a estresarse con más facilidad. Decidió contárselo a sus padres dos largos meses desde la primera vez, ellos reaccionaron inmediatamente. La llevaron al hospital y le hicieron unas pruebas de sangre. Lamentablemente el doctor les informó que tardarían un mes en saber lo que le ocurría a la adolescente.

A parte de todo ese "inconveniente", ella hacía vida normal. Las cosas con Jayden iban bastante bien, pero cada vez que estaba cerca de él se le aceleraba el corazón y le salía una sonrisa involuntaria. El día en el que se dio cuenta de todo eso, Caroline le confesó que le gustaban las mujeres y que estaba enamorada de una chica que había conocido en clase de biología hace unos meses. Bonnie se alegró por ella, le daba igual el hecho que le gustaba la gente de su propio género, eso no le hacía una pecadora ni una pervertida. También le confesó el miedo que tenía de que sus padres se enterasen, ya que empezaban a sospechar. Bonnie le pidió detalles de cómo se sentía o se comportaba estando con ella, la rubia gustosamente empezó a describir. En ese momento se dio cuenta de que se enamoró de Jayden. Lo que no sabía era que él también la quería de otra manera. No supo cómo ni cuándo, pero así sucedió y no se arrepentía.

Cuándo estaba con el muchacho todo era felicidad, se sentía importante, feliz, querida. Cada momento con Jayden era inolvidable, solían salir los domingos después de la iglesia o Jayden iba a recogerla a algunas clases de danza, mataban el tiempo hablando, comiendo helado, viendo películas en cine e incluso a veces cocinando. Los padres de Bonnie también se habían hecho más cercanos a él por esa razón.

Era sábado por la tarde, ambos habían quedado con sus amigos para ver un partido de béisbol, Bonnie se sorprendió al ver que le gustaba. Sus padres siempre la llevaron a ver fútbol americano. A su madre no le hacía mucha gracia ese deporte, <> << Ese deporte es obra de Satanás>> <> <<¿Estarán bien?>>. Se sentaron en la tercera fila, no tan cerca como para que una bola les pegué, ni lo suficiente lejos para no ver nada. "Los asientos perfectos" según los amigos de Jayden, que por cierto, también eran fanáticos del Béisbol.

Había terminado el partido y el equipo que le gustaba a Jayden había perdido, no por mucho, tan solo un punto, pero el adolescente se sentía mal. ¿Cómo no estarlo? Pensaba. Caroline le hacía burla al adolescente, dado a que tenía un puchero en la cara, lucía muy adorable.

- Bunny-Bunny- le llamó Jayden a la joven una vez salieron de las gradas, le había puesto ese apodo, ya que según él "se parece a tu nombre" y "un apodo hace a las personas más cercanas". Por esa misma razón, ella también tenía uno para él <>- te invito a un perrito caliente, elige el que quieras.

- ¿Enserio? Gracias- agradeció sonriendo, le agarró la mano mientras corría hacía el puesto de perritos.

Pidió un perrito con ketchup y decidió compartirlo con Jayden.

- Coge la mitad- le ofreció.

- Pero, es para tí. Además no me gusta mucho el ketchup.

En respuesta ella cortó un trozo disimuladamente para que el oji-marrón no le viera. Cuándo volvió a abrir la boca para añadir algo, ella le metió el trozo en la boca mientras se reía a más no poder, incluso se cayó al suelo.

- Más vale que corras, porque de esta no sales viva.

Rápidamente empezó a correr a toda velocidad, no sabía cuanto tiempo llevaba corriendo, pero se fue a la parte de atrás del estadio, se paró un minuto para coger aire, colocó sus manos en sus rodillas porque así era más fácil coger aire. Mientras que respiraba empezó a reírse de nuevo, le seguía causando gracia. Paró de reírse cuando vio una silueta robusta empezó a acercarse, intentó correr, pero había gastado todas sus energías. Cuándo el adolescente la alcanzó, abrazó su cintura y la alzó unos segundos, le dió la vuelta para que ésta le mirara. Se miraron, en silencio, el único sonido que se escuchaba eran sus respiraciones agitadas por haber corrido tanto.

Ninguno decía nada, seguían en la misma posición, Bonnie, no se contuvo, o más bien, no quiso contenerse y finalmente le besó, al principio él no reaccionó. Estaba en estado de shock, ella se separó un poco avergonzada, pero Jayden rápidamente la acercó más a él y la besó, ella enredó sus piernas en la cintura del adolescente. Se separaron con sonrisas en la cara. Jayden juntó sus frentes al terminar el ósculo.

- Esto no está bien, pero debo de admitir que lo repetiría hasta morir. - al terminar esa frase se sonrojaron violentamente.