La noche caía mientras Atlas seguía caminando, en su espalda había una mochila de cuero que era muchísimo más de lo que parecía, junto a él estaba un joven moreno y alto con un cuerpo fornido y una sonrisa en su rostro.
"Capitán viajar es muy emocionante" dijo Vasco casi saltando, su personalidad había cambiado mucho desde que Atlas cambio la configuración a 3, Vasco se comportaba como un niño de campo que por primera vez venía a la ciudad aun que los dos solo estaban rodeados por árboles.
La apariencia de Vasco lo hacía parecer un joven de 18 año, era alto musculoso y guapo, su pelo negro en corte marinero y sus ojos negros resaltaban, se veía como un soldado.
"Recuerdas tu nombre es Vasco y vienes de Holgón para ser marinero" dijo Atlas mirando al joven a su lado.
"Claro capitán, de hecho es imposible para mí olvidarlo"
"no me llames capitán frente a los demás, solo Atlas"
"claro Atlas"
"Excelente" Atlas se sintió mejor con la confirmación de Vasco que aún se veía emocionado según lo que dijo nunca había sido activado y ni hablar de salir de la nave.
Ambos caminaron tranquilamente aunque la noche cayo, el camino estaba bien delimitado para las carrozas y de ves en cuando veían otros viajeros.
Por suerte sus ropas habían sido hechas por Nía en la nave y además de mezclarse bien con la época también regulaban a la perfección su temperatura y los zapatos hacían de caminar por largos ratos algo fácil para cualquiera.
"Capitán, un grupo de hombres se acerca a usted por las 3" aviso Nía quien estaba monitoreando los alrededores con las cámaras exploradoras, Vasco también fue notificado pero su expresión no cambio ni un poco.
Por su lado el cuerpo de Atlas tembló cuando escucho las palabras de Nía "¿se-segura?"
"A menos de 20 metros entre los árboles y se acercan capitán" le insto Nía
"Maldición" se quejó el joven, los bandidos eran comunes en los caminos de una ciudad a otra pero ya estaban cerca de Porto por lo que no deberían ser tan audaces como para atacar viajeros además usualmente los bandidos robarían a personas que se vieran bien económicamente pero Atlas solo se veía como un campesino que viene a la ciudad "¿están armados?"
"Dos tienen cuchillos los demás palos y piedras"
"¿cuántos son?"
"6"
El cuerpo de Atlas volvió a temblar y sus pasos se volvieron torpes "si solo fueran uno o dos podría manejarlo pero 6" pensó para sí mientras su antigua naturaleza se apropiaba de él.
Atlas era un joven que había venido a una ciudad para ser marinero, constantemente había sido abusado, algunas veces tuvo que ceder gran parte de lo que gano después de meses en el mar pero no se rindió por la promesa con su familia aun así esos sucesos marcaron su alma.
Las manos de Atlas empezaron a sudar y las ganas de correr se incrementaban cada segundo si no fuera por su miedo a los mismos bandidos ya abría corrido pero sabía que si corría y ellos lo perseguían sería peor, por lo que se mantuvo caminando despacio aunque tan torpe que parecía un pato recién salido del huevo.
"Llegaron capitán"
"Hola, amigo" un hombre de unos 38 años barbudo y mugroso salió del bosque con un cuchillo en su mano, tras el otros hombres de edades parecidas salieron del bosque "mis amigos y yo tenemos hambre ¡ayúdanos!" eso último no se oyó como una petición sino como una orden.
El cuerpo de Atlas tembló cuando el hombre barbado grito "lo-lo siento, no ten-tengo nada conm-conmigo" respondió el joven mirando el suelo mientras por su espalda se escurría el sudor frío, lo que decía era cierto acaba de sobrevivir a un naufragio no tenía ni una moneda con él.
El hombre barbado frente a él arrugó la cara cuando escucho la negativa "¡no ayudaras a estos pobres hombres!"
"Lo siento"
El hombre no habló más con Atlas sino que desvió su mirada hacia Vasco que lo miraba sin el más mínimo indicio de temor "¡que demonios pasa con tu amigo!" grito de nuevo.
"¿por qué es tan ruidoso? ¿no tiene miedo de que los guardias de la ciudad lo escuchen?" se preguntó Atlas e su mente
"¿Saben que?, estoy cansado ¡denles!" grito el hombre y los demás tras él saltaron desacordadamente hacia Atlas y Vasco.
Vasco fue rápido y se puso en frente de Atlas y acomodo su cuerpo "no necesito ningún arte marcial" dijo después de analizar los movimientos de sus contrincantes.
"¡muere!" el primer bandido un delgaducho salto con palo dispuesto a golpear la cabeza de Vasco.
"Inútil" dijo Vasco mientras negaba con su cabeza, él ignoró totalmente el golpe del bandido y estiro su puño con aparente suavidad.
"¡Aghhh!" grito el bandido en agonía antes de caer al suelo vomitando todo lo que había comido en todo el día antes de caer inconsciente en el suelo, para Vasco su movimiento había sido muy suave pero el bandido sintió como si un tres hombres usando todas sus fuerzas lo hubiera golpeado con una vara de hierro justo en la panza.
Los demás bandidos se quedaron en shock cuando vieron a su compañero tirado en el suelo "un solo golpe" pensaron los bandidos mientras miraban a Vasco como quien mira a un monstruo.
El líder de los bandidos tembló "maldición teníamos que encontrarnos uno duro al final del día" pensó, pero no había opción si se retiraba ahora perdería la cara y tal vez su puesto como líder de los bandidos "¡rodeen a este maldito!" grito pero aun así sus compañeros no se movieron "¡que esperan!" volvió a gritar y ahora si un poco dudosos los bandidos cargaron hacia Vasco.
Vasco ni siquiera se molestó en esquivar los golpes de los palos, él ni se inmutaba solo se mantuvo moviendo sus brazos con movimientos sosos y sin esfuerzo pero aun así cada golpe dejaba a un bandido en el piso.
"¡Maldito monstruo!" grito el capitán antes de saltar con el cuchillo apuntando a Vasco.
Esta vez Vasco no dejo que el cuchillo lo tocara sino que con un movimiento muy ágil atrapo la muñeca del líder.
El líder se sorprendió cuando su muñeca fue atrapada pero contrario a lo normal una sonrisa apareció en su rostro "malditos presumidos siempre tan arrogantes" susurro mientras de reojo observo a su compañero que dirija un puñal hacia las costillas de Vasco, esta técnica de distracción y ataque la habían usado mucho desde que se iniciaron como bandidos, esperaban que la victima se acercara a los arbustos donde su compañero con cuchillo se escondía, el líder salía llamaba toda la atención y si el oponente era fuerte hacia una señal y atacaba de frente con su cuchillo si la víctima lograba esquivar o bloquear el ataque su compañero saldría de los arbustos con un golpe tan rápido que les sería imposible protegerse, al final todos terminaban muertos o muy heridos para seguir defendiéndose "nunca falla" dijo él en su mente mientras esperaba el golpe de su compañero.
"¡Agaaa!" un grito lamentable se escuchó y no fue de Vasco.
Los ojos del líder se abrieron como platos nunca espero ver a su compañero volando por los aires y cayendo inconsciente tal vez muerto en el suelo "¿qué demonios?" se preguntó, él no entendía nada.
Pero Atlas justo detrás de Vasco lo había visto, justo en el momento en el que el hombre armado había salido del arbusto Vasco había movido su pierna derecha como un látigo a una velocidad imposible para un humano normal y lo había golpeado en el pecho mandándolo a volar por los aires.
Los ojos desinteresados de Vasco se encontraron con la mirada aterrorizada del líder de los bandidos y para este el mundo se detuvo esta vez su pequeña cuadrilla criminal había encontrado un enemigo que no podían costearse ni con su jugada más sucia "P-perd…" *crack* "Aghhh perdon perdon" luego de que su muñeca se rompiera con un audible crujido por la tiránica fuerza de Vasco el hombre cayo en la desesperación.
Vasco lo lanzo junto a los demás bandidos inconscientes luego de eso el androide se frotó sus manos y se giró hacia Atlas quien se sentía algo asustado "podemos seguir Atlas" dijo con una alegre sonrisa.
La sonrisa de Vasco altero aún más a Atlas quien estaba en shock "golpeo a seis personas hasta ese estado y aun sonríe con tanta inocencia" pensó en su corazón agitado.
"La orden base de los androides es proteger a sus capitanes" dijo Nía quien noto los pensamientos de Atlas.
Ante todo pronóstico las palabras de Nía calmaron el corazón agitado de Atlas "sigamos ya estamos prontos a llegar" dijo el joven con una sonrisa algo falsa.
Los dos jóvenes siguieron su camino como si nada hubiera pasado y en menos de dos horas llegaron a Porto pero había algo raro.
"No hay guardias en la puerta" dijo Atlas mientras entraba a la ciudad con pasos dudosos
Después de caminar por la ciudad Atlas tuvo que decir "Ciudad fantasma" fue lo único en lo que Atlas pudo pensar cuando camino por las solas calles de Porto "¿qué rayos?" se preguntó, apenas eran como las 7 de la tarde pero no se oía ningún sonido, en el tiempo en que Atlas había vivido en Porto nunca había visto algo como esto, hay que tener en cuenta que esta era una ciudad costera llena de marineros quienes disfrutaban de beber y ser ruidosos a estas horas de la noche, la gran cantidad de marineros y bares hacían de Porto una ciudad ruidosa incluso hasta las 12 de la noche pero ahora eran las 7 y no escuchaba ni a un alma, los bares estaban cerrados y los prostíbulos parecía iglesias.
"Me voy un año y todo cambia" susurro Atlas con algo de molestia y temor.
Atlas y Vasco caminaron hasta la puerta de la posada en la que él usualmente se quedaba, la puerta estaba cerrada por lo que tuvieron que tocar.
"¿quién es?" pregunto una voz femenina vieja y cansada desde el otro lado de la puerta.
"Señora Popols soy yo Atlas, ¿me recuerda? el campesino de Bread Sugar" respondió el joven.
Varios sonidos sonaron desde adentro antes de que la pequeña ventanilla en la puerta se abriera mostrando solo los viejos y arrugados ojos de la señora Popols quien estudio a Atlas durante varios segundos antes de cerrar la ventanilla "eres un campesino estúpido o en realidad no valoras tu vida, venir a esta ciudad en estos días es como lanzarse al seol por cuenta propia" dijo la anciana del otro lado de la puerta.