En la plaza de Ibor un terrible escena ocurría.
"Lilo y Presno hagan guardia mientras los demás jugamos un poco" dijo uno de los bandidos con una sonrisa malvada mientras de reojo miraba a las veinte mujeres jóvenes que se abrazaban y temblaban de terror.
"Loco Sman contrólate esta vez" dijo uno de los bandidos mirando a un bandido con una horrible cicatriz en su rostro.
"Si Sman que no sea como la rubia de Tila" dijo otro.
El hombre de la cicatriz sonrió orgulloso y alzo sus hombros "no fue mi culpa, la muy zorra se atrevió a morderme tuve que golpearla hasta que dejara de moverse"
"la asesinaste maldito loco"
"Cállense idiotas y tú en especial Kou debo recordarte como te cogiste a una niña enfrente de sus padres, luego dicen que yo soy el enfermo" se defendió el bandido mientras soltaba la soga que ataba su pantalón.
"Por lo menos no la mate" dijo el otro alzando los hombres y con su mirada busco a las más jóvenes en el grupo de las mujeres "bingo" dijo cuando encontró a una niña de unos 12 años en el grupo el hombre camino rápido y tomo a la niña por el pelo.
"¡gyaaaa!" grito la niña aterrada aferrándose más a la mano de la mujer frente a ella.
"Por favor por favor no ella, tomen me a mí pero no a ella" dijo la mujer de la que se aferraba la niña casi desvistiéndose claramente era la madre de la niña y prefería ser ella antes que su hija.
"¡cállate cerda!" le grito el bandido molesto "ya llegara tu momento"
"No por favor déjenla ¡dejenla!" grito la mujer tomando más fuerte la mano de su hija.
"Ven acá zorra" otro bandido atrapo la cintura de la madre y la jalo lejos.
"¡déjenla por favor!" la voz de la mujer se había roto gritaba con todo su ser sumergido en la más profunda desesperación.
Las demás mujeres estaban aterrorizadas algunas se habían orinado encima y solo podían llorar y abrazar con más fuerza a la mujer junto a ellas.
"¡Mamiii!" lloro la niña asustada antes de que el bandido la arrojara bruscamente al suelo.
"Cállate niña" le dijo el bandido poniéndose sobre ella "tendrás el honor de que yo te haga mujer, te va a gustar" dijo el hombre con una asquerosa sonrisa mientras se bajaba el pantalón.
Los ojos de las mujeres aquí estaban llenos de desesperanza sus esposos habían sido obligados a ir a la guerra dejándolas solas enfrentando muchas dificultades pero no solo eso sino que ahora unos bastardos cobardes que ni siquiera asistieron a su país en la guerra vinieron a sus casas robaron todos sus ahorros e iban a violarlas, si esto no fue una horrible tragedia ¿qué es una tragedia?
Las risas de los bandidos y el clamor de las desdichadas mujeres que fueron tomadas llenaron la plaza y solo eso se escuchaba hasta que "¡Suéltenlas asquerosos animales!" una voz varonil resonó en la plaza.
Todos los bandidos miraron por un momento el origen pero luego de ver quien era siguieron en sus negocios.
"Lilo, Presno que esperan rajen a este bastardo" dijo uno de los bandidos, ellos solo le dieron una mirada a Atlas y al ver que solo era un joven desarmado no le prestaron atención.
"Niño debiste quedarte en el hueco del que saliste" le dijo uno de los bandidos a Atlas mientras lo apuntaba con su espada oxidada.
El cuerpo de Atlas sudaba pero no planeaba retroceder pensaba tomar las cosas por como vinieran, en sus brazos parecia haber un guantelete de hierro.
El bandido llamado Lilo se acercó a Atlas con pasos confiados rápidamente alzo su espada oxidada y sin más salto hacia Atlas con la intención de apuñalarlo.
Atlas sintió terror pero cuando vio la espada acercarse al su cuerpo se movió solo y rápidamente su mano izquierda golpeo la espada hacia un lado y su puño derecho a toda velocidad se estrelló con la cara del bandido.
Las cuchillas de sus brazaletes se habían guardado pero sus puños aún estaban cubiertos por el brazalete por eso el bandido sintió como si fuera golpeado por una piedra directo en su cara, dio tres pasos hacia atrás y cayo inconsciente y no porque el golpe de Atlas fuera muy potente si no por que el bandido no esperaba ningún golpe y menos con esa poder.
Toda la banda en el lugar se sorprendió y miro al joven con molestia.
"¡pequeño bastardo, de verdad quieres morir!" grito el loco Sman antes de soltar a la joven mujer que hace un segundo estaba manoseando y camino hacia Atlas con su espada desenfundada, los otros bandidos hicieron lo mismo soltaron a las mujeres y caminaron hacia Atlas con sus espadas alzadas dispuestos a rebanar al joven, estos bandidos habían pasado por muchos problemas juntos por lo que habían desarrollado un débil pero existente vinculo fraternal, claro si se vieran acorralados no dudarían en dejar a los demás tirados con tal de huir pero frente a un adolescente desarmado que había golpeado a su compañero se sintieron muy molestos.
Las piernas de Atlas temblaron de nuevo cuando vio a los 16 bandidos feroces frente a él pero siguió sin retroceder puso su cuerpo en posición de Muay Thai y los miro con severidad.
"¡jajaja ¿qué crees que haces bastardo?!" se burlaron cuando lo vieron pararse de extraña manera.
Atlas no les presto atención y se quedó parado incluso más firme que antes esperando al primero en golpear.
"¡Muere de una vez!" grito uno de los bandidos y cuatro más corrieron hacia Atlas con sus armas alzadas.
Atlas respiro profundo y su cuerpo empezó a moverse se agachó y esquivo el primer golpe de una espada antes de golpear con fuerza las costillas del bandido, rápidamente se incorporó de nuevo y pateo con toda su fuerza la rodilla de un bandido gordo haciéndolo caer con un grito de dolor Atlas no perdió tiempo y le dio un gancho derecho justo en la mandíbula sin demora uso al gordo como trampolín y con su rodilla impacto el rostro de otro bandido al tocar el suelo le barrió los pies antes de moverse como una fiera al siguiente le golpeo la cintura y luego la cara un menos de un segundo.
6 segundos fue lo que le tomo a Atlas encargarse de los bandidos pero cuando se detuvo quedo en shock al igual que los demás bandidos, tres de sus cuatro oponentes sangraban profusamente y algunos no se movían y era porque sin que Atlas lo notara las cuchillas de 5cm habían aparecido de nuevo sobre sus puños.
"¿qué hiciste Nía?" se preguntó Atlas no estaba preparado para esto.
"Es necesario para su supervivencia y mejora como capitán de la nave" respondió fríamente.
"No te lo pedí"
"Es mi obligación como asistente tomar las mejores decisiones para su supervivencia capitán, estos humanos rompen varios códigos de las leyes intergalácticas y como capitán de la nave es su deber hacer cumplir la ley, el castigo para el intento de violación, el robo y la agresión de humano a humano trae como castigo la muerte del agresor capitán" explico Nía los humanos de la edad intergaláctica habían pasado por mucho como especie derrota tras derrota al empezar su viaje y luego la esclavitud, siglos de dolor que sirvieron para unir a los humanos en un solo ser por lo tanto los crímenes cometidos de humano a humano eran severamente penados y en su mayoría terminaban con la muerte del agresor, solo de ese modo la humanidad logro ponerse en la cima de las especies.
Atlas solo negó con la cabeza la ley intergaláctica no podía importarle menos y matar bandidos para él eran como animales y no como humanos además en el calor del momento no podía permitirse la contemplación del primer asesinato.
La mente de el joven se fue a otra parte "fue muy facil" se dijo a si mismo, el joven habia pasado mucho tiempo creyendose debil pero ahora habia dejado a 5 bandidos fuera de pelea sin mucho esfuerzo "¡puedo hacerlo!" se motivo a si mismo y el temor que lo aquejaba salio disparado y fue reempladsado por la pasion y la sed de batalla.
Atlas se puso en guardia de nuevo mirando a los demás bandidos que ahora lo miraban de diferente manera, en el inicio el joven solo era un fastidio luego paso a ser un juego pero ahora era una amenaza por lo que los bandidos no lo subestimaron más.
Los bandidos se pusieron en alerta mirando a Atlas y esperando el movimiento de cualquiera para saltar sobre él.
"Parece un maestro pero aún somos 12 contra 1, podemos ganar" dijo uno de los bandidos y los demás lo apoyaron y era cierto si los 12 se enfrentaran a Atlas al mismo tiempo era imposible que el joven lograra vencerlos.
*crack* el sonido como de una rama de un árbol rompiéndose alerto a todos los bandidos quienes se giraron rápido para mirar la situación.
"¡bastardo!" gritaron cuando vieron a un joven de piel oscura sosteniendo el cuello destruido de uno de los bandidos.
"Bien hecho Atlas" dijo Vasco con una sonrisa como si no hubiera asesinado a alguien hace un segundo.
Los bandidos se llenaron de terror cuando vieron a otro joven tras ellos impidiendo el camino entre ellos y las mujeres.
"¡solo son dos aún podemos con ellos!" grito un bandido animando a todos los demás.
Atlas asintió rápidamente hacia Vasco antes de salir corriendo en otra dirección.
Los bandidos se sorprendieron cuando vieron huir a uno de los jóvenes pero no intentaron perseguirlo sino que todos se giraron hacia Vasco.
"¡idiota parece que tu amigo te abandono!" se burló un bandido y todos los demás se rieron con él pero Vasco mantuvo su sonrisa inocente.
"¡Matemos a este bastardo rápido!" grito uno de los bandidos pero no se atrevió a moverse hasta que todos se movieron con un grito animoso.