Cuando Max bajo de la barricada pudo ver la cara de todos los guerreros que lo habían acompañado, sus rostros estaban completamente fatigados.
Era señal de que habían logrado sobrevivir, pero al mismo tiempo, la batalla se había llevado algo muy valioso de ellos, pues el enfrentamiento había durado algunas horas y el cielo ya estaba oscureciendo.
Por lo que limpiando el sudor y la mugre que tenía en la frente se subió a la parte más alta que pudo y miró a todos sus compañeros.
"El día de hoy vivimos el mayor desafío al que nos hemos enfrentado durante esta expedición.
Estoy seguro que no será el último intento de esos osos para venir a atacarnos pero puedo asegurarles que este día hemos logrado una grandiosa hazaña.
Vean el campo de batalla que hay al exterior del campamento, tan solo quedan los cadáveres y unos cuantos osos moribundos.
Este día no solo hemos ganado esta batalla, sino que también hemos evitado que estos malditos pudieran llegar hasta el sur, si no los deteníamos lo más probable es que habrían llegado a nuestra aldea.
Esto es una llamada de atención también para nosotros, no sólo tendremos que venir aquí cuando necesitemos las pieles blancas de estos osos.
Sino que también, tendremos la obligación de venir a cazarlos y evitar que puedan reproducirse, convirtiéndose en una verdadera amenaza.
Para nuestra Isla, nuestro hogar y nuestras familias.
Es por eso que el día de hoy me gustaría anunciar que en este campamento voy a crear un puesto de avanzada llamado
¡Den hvite bjornens dod!
Por lo que me gustaría pedir que cinco de ustedes pasarán el invierno en este lugar, estoy seguro de que será algo completamente complicado pues este lugar está bastante lejos de la tribu.
Sin embargo, les prometo como el Heraldo de Odin que vendré por ustedes en primavera y con ella traeré un grupo de valientes miembros de la tribu que quieran establecerse en este lugar.
Ahora yo les pregunto ¿Quién de ustedes está dispuesto a pasar el invierno en este lugar? Si ustedes no quieren quedarse en este páramo de nieve, no los voy a obligar"
Los guerreros que habían estado callados escuchando el discurso de Einar se quedaron sorprendidos pues significaba bastante poderse quedar en el campamento, pero al mismo tiempo no querían pasar el invierno sin sus familias.
No fue hasta que Goi levantó su mano de manera valiente y dio un paso hacia enfrente, con su rostro de hollín ya que había pasado bastante tiempo cerca de las fogatas donde se había hervido la grasa.
"Yo estoy dispuesto a quedarme, ya que no quiero que nuestra aldea sea atacada por esos malditos, incluso si me quedara solo yo lo haría con orgullo y valentina.
Pero si no llego a sobrevivir el invierno, me gustaría que el Heraldo Einar dejara descansar mis restos en este lugar."
La sorpresiva palabras de Goi lograron crear un efecto en cadena, pues de repente un guerrero dió un paso al frente y se colocó a lado de Goi para que después de algunos segundos dos guerreros más se pararan al lado de ellos.
Al final frente a Einar había siete guerreros los cuales estaban seguros de quedarse y cuidar el campamento, pues habían confiando en la determinación de Goi y en las palabras de Einar.
Con una sonrisa en el rostro Einar se acercó a ellos y los miró con orgullo "Me encargaré de que cuando el puesto de avanzada se convierta en un fuerte militar.
Ustedes tengan un extra en la repartición de tierras para que ustedes y sus familias tengan dónde cosechar o donde puedan tener una granja.
Pero ahora es necesario que todos empecemos a colaborar para limpiar las pieles de los osos, ya que si las dejamos más tiempo es posible que debido a la inclemencia del tiempo estas se puedan dañar.
Sin mencionar que ya es tarde por lo que es peligroso estar fuera del campamento por la noche, aún más si no sabemos si hemos matado a todos los osos o peor aún, si están escondidos entre los árboles esperando el mejor momento para podernos matar."
Mientras esto estaba sucediendo en una pequeña cueva Ansgar se encontraba calentándose en un pequeño fuego mientras mordía una pequeña pata de zorro blanco.
"Está carne es demasiado fibrosa y tiene un sabor asqueroso, pero es mejor que solo tragar nieve, me preguntó cómo lo estará pasando Derick y Elof.
Espero que los dos se encuentren bien y hayan podido continuar con su camino."
Al acabar de decir esas palabras, Ansgar sacó de su pecho un pequeño costalito el cual abrió y sacó de su interior una pizca de sal.
La cual puso sobre su carne para después volverla a morder.
"Sigue sabiendo asqueroso, pero almenos es mejor que comerla sin sal, supongo que cuando llegue a la aldea tendre que darle las gracias a él Heraldo Einar por permitir que la sal fuera más barata."
Cuando Ansgar acabó de comer, se acercó a la pequeña entrada de la cueva y colocó sobre ella algunas piedras dejando tan solo una entrada lo suficientemente grande para que el aire pudiera circular dentro de ella.
Tras esto Ansgar regresó hacia la pequeña fogata que había hecho y se acurrucó en un pequeña esquina de la cueva, en dónde soportando el dolor de sus heridas de manera inconsciente empezó a quedarse dormido.
Cuando sintió una corriente de aire frío sobre su cara, Ansgar abrió los ojos y se percató de la luz que entraba a través del pequeño agujero que había en la entrada de la cueva.
Por lo que levantándose con mucho cuidado camino hacia la entrada y empezó a quitar las piedras que había colocado por la noche.
Al finalizar de quitar las piedras cubrió con su mano su cara del radiante sol que lo estaba deslumbrando y agachándose salió de la cueva, para poder ver el hermoso amanecer en la montaña donde se encontraba.
Se sorprendió al poder observar el inmenso páramo de hielo que había en su lado izquierdo y como cambiaba completamente el terreno en tan solo algunos metros.
Pues estaba peligrosamente cerca del desierto de hielo que había en el centro de la isla por lo que sí no tenía cuidado podría acabar muerto pues en ese lugar no había refugio o comida alguna.
Tras disfrutar por algunos minutos en la luz del sol se dió la vuelta hacia la cueva para tomar sus cosas y poder continuar con su camino.