En una habitación fría y húmeda que únicamente estaba iluminada una tenue luz de la luna que entraba entre los barrotes.
Los gritos desgarradores de un hombre se podían escuchar por todo el lugar, tan desgarradores eran que los guardias que se encontraban cuidando la mazmorra de la torre
Solo se miraban a los ojos mientras intentaban guardar todo el silencio posible, porque si por algún motivo llegaban a molestar a Anders, ellos y sus familias estarían en peligro.
"¿Que pasa Harald acaso no eras un rey que todo podía resistir?
Tan solo te he quitado las uñas de tres dedos y todavía faltan tus demás dedos, así que intenta gritar con menos fuerza pues sería una pena que la reina Malene te encontrará desmayado."
Harald quien tenía los ojos enrojecidos y su frente cubierta de sudor, intentaba mantener la calma mientras apretaba muy fuerte sus dientes.
Anders se percató de la tenacidad del rey por mantenerse callado, le dio una sonrisa, y tomó las pinzas de hierro de la mesa de piedra que tenía a un lado.
Con las pinzas una vez en su mano las colocó en una uña de la mano del viejo rey Harald y apretandolas con fuerza arrancó la uña, la cual salió con un gran trozo de carne del dedo.
Harald quien intentaba quedarse callado al sentir como una parte de sus dedos era arrancada con tanta fiereza se acabó rindiendo ante el dolor y empezó a gritar pues podía sentir como la sangre salía le escurría de la herida.
Anders quien estaba mirando la uña en las pinzas agarro del cabello a Harald y le acercó hacia las pinzas " ¿Te gusta lo que ves ,Harald ?."
Harald miró con odio a Anders y aguantando el dolor le escupió en la cara, Anders usó su antebrazo para limpiar la saliva de su rostro.
"No debiste de haber hecho eso Harald."
Tras decir esas palabras Anders usó las pinzas para golpear repetidas veces el brazo izquierdo del viejo rey, al ser golpeado con tanta fuerza Harald gritó con todo su aliento.
"Eres un hijo de perra Anders, ¡Realmente me gustaría maldecirte! "
Anders siguió golpeando el brazo del rey acompañando el ambiente con sus carcajadas, lamentablemente para él su festival de golpes acabaría rápido pues la puerta de la mazmorra se abrió.
Entró una mujer que llevaba puesta la corona de Harald, "Anders te pedí que lo torturas, no que lo asesinaras pedazo de inútil."
Anders solo pudo chasquear su lengua y aventó las pinzas hacia la pared "Reina Malene me encantaría matarla ahora mismo, pero a pesar de que soy un Berserker considero que mi muerte debe de ser algo más espectacular.
Que morir por los guerreros que están afuera de la mazmorra esperando por cortarme los huevos."
La reina tan solo le dió una sonrisa a Anders "No te preocupes ya que el sentimiento es el mismo, pero la diferencia es que yo tengo el poder y tú tan solo eres un perro más.
Así que como el perro que eres, te voy a dar un castig, te voy a mandar junto al resto de soldados leales del idiota de marido a combatir fuertemente a los Francos.
Si puedes sobrevivir o no dependerá de ti, pero algo es seguro: si sobrevives, me encargaré personalmente de exiliarte a la tierra de hielo, dónde mataron al bastardo del estúpido de mi esposo."
Al acabar de decir esas palabras, un grupo de más de 20 guerreros entraron a la mazmorra fuertemente armados.
Anders al ver a todos los guerreros levantó sus manos y de manera irónica miró a la reina, "Muy bien su alteza se hará como usted lo dice pero puede estar segura de algo, soy como una maldita cucaracha así que no espere que una batalla con los cristianos pueda matarme.
Volveré para poder ir a la maldita isla donde me va a exiliar la cual convertiré en un páramo de fuego, tras esto buscaré un gran grupo de vikingos y volveré a este mismo lugar para cortar su noble cabeza.
Así que puede estar segura que yo Anders Alfson regresaré y quemaré este maldito lugar."
Después de dar su pequeño discurso Anders fue amarrado y se le colocó una mordaza en la boca para que tras esto un grupo de guerreros se lo llevara lejos.
Cuando Anders fue sacado de la mazmorra Malene volteo a ver a su esposo quien se encontraba con la cabeza agachada pues se había desmayado.
"Que alguien traiga una cubeta de agua."
Uno de los guerreros estaba apunto de ir por el agua, pero fue detenido por la reina, quien con una sonrisa maliciosa levantó su mano "Pensándolo mejor, busca una cubeta rellena de mierda y orines.
No puedo esperar a ver la reacción que tendrá Harald al ver todo su cuerpo cubierto de lo que más odia."
El guerrero tragando un poco de saliva asintió y salió rápidamente a buscar lo que había pedido la reina.
Malene tan solo se cruzó de brazos y esperó, en cuanto el guerrero llegó con la cubeta llena de tan repugnante contenido, ella dio la orden de que la lanzara sobre Harald.
El viejo adolorido despertó lentamente al sentir que algo iba recorriendo su cuerpo, lo primero que notó fue un penetrante aroma a mierda.
Lo segundo que sintió fue el sabor pútrido que tenía en la lengua, los deshechos habían entrado a su boca, así que empezó a vomitar, el sabor era tan fuerte que no lo pudo soportar.
"¿Que pasa amor mío acaso no te gusto mi regalo?
Me encargué de que fuera la mejor mierda que podía encontrar en este lugar, quería que despertaras, ¿sino de qué otra manera pudiera haber hablado contigo? "
Escupiendo y gritando el rey le contestaba:
"Eres una maldita zorra loca y aunque creas que vas a tener el poder, muy posiblemente alguien te vaya a derrocar, no creo que viva mucho tiempo más.
Sin él no eres nada más que una zorra malnacida
Que se atrevió a traicionar a su marido."
La mano de Malene cubrió su boca mientras se reía "Ha ha ha...
¿Acaso pensabas que hice esto por la seguridad que me da mi padre?
Deberías saber Harald que todos los jefes de las distintas tribus que conforman nuestro reino, simplemente ya no te querían.
Así que personalmente me encargué de hacer un plan para derrocarte y funcionó de maravilla, mírate, estás cubierto de lo que más odias en el mundo esperando a que de la orden de acabar con tu miserable vida.
Pero antes de que mueras me encargaré que sufras y te diré un pequeño secreto."
Malene hizo una seña con su mano y todos los guerreros abandonaron la mazmorra dejándolos completamente solos.
"Debes de saber que el niño que tú cuidabas como tú hijo, afortunadamente no es tuyo, su verdadero padre es el bastardo de Anders...
Pero no te preocupes, me encargaré de que el herede el reino y que jamás sepa quien es su padre, prefiero que te siga viendo como su padre antes que a esa sabandija Berserker.
Aunque me encantaría seguir hablando durante toda la noche, creo que es hora de que nos despidamos."
Tras decir aquellas palabras, la reina dió un pequeño aplauso y entraron cuatro guardias los cuales venían cargando varias cadenas y distintos instrumentos de tortura.
"Quiero que sufra todo lo que se pueda hasta que muera y una vez muerto quiero que su cabeza empalada sea mostrada en la ceremonia de mañana.
Este traidor debe de ser repudiado por todos nuestras tribus."
Los guardias asintieron y esperaron hasta que la reina saliera para empezar con la tortura de Harald.