Por la mañana cientos de personas que habían sobrevivido al incendio se reunieron en el centro de la ciudad en donde pudieron ver el cuerpo del viejo rey Harald que estaba colgado.
Su cabeza estaba en el suelo atravesada por un palo de madera que iba desde el cuello cercenado hasta la parte superior del cráneo.
Su rostro tenía una cara completamente de horror, su rostro mantuvo la expresión que tuvo antes de morir, lucía completamente aterrado.
Todas las personas que pudieron ver el cuerpo del rey lejos de sentirse tristes celebraron en silencio, pues el estúpido rey había sido el culpable del incendio que había ocurrido.
Esto lo sabían pues en la madrugada un grupo de guerreros pasaron gritando entre las calles, que la reina Malene había asesinado al viejo rey.
Pues este había ocasionado el incendio en un ataque de locura, también era el culpable de haber mandado a asesinar a cientos de personas que se encontraban en la ciudad.
Pero este era uno de los mensajes que iban gritando los guerreros, el mensaje más importante era que por la mañana la reina se coronaría como la reina regente del reino hasta que el príncipe Klaus tuviera la edad suficiente para poder convertirse en rey.
Mientras esto estaba sucediendo en la torre de la mota un pequeño niño de 5 años estaba siendo vestido por una esclava bretona.
"Príncipe, necesita dejar que le ponga la ropa, sino su madre lo regañará y posiblemente me asesine, por favor, permítame que le ponga la ropa."
El pequeño niño miró con odio a la mujer "Sucia esclava, si mi madre se entera de que me has hablado, estoy seguro que mi madre asesinaría a tu familia"
La pobre esclava bretona, estaba bastante asustada por lo que había dicho el niño, por lo que de su vestido sacó un pequeño dulce de miel, el cual colocó en las manos del mocoso.
"Príncipe espero que por favor acepte mis disculpas y por favor no permita que su madre se entere, yo…
Yo estoy dispuesta a hacer lo que usted diga para poder obtener su perdón."
El pequeño niño aceptó el dulce de miel, y usando su mano lo llevó a su boca, mientras clavaba su mirada de odio a la esclava.
"Si quieres obtener mi perdón, será muy sencillo, sólo vuélvete mi pequeño caballo para que yo pueda jugar.
Según lo que me dijo ayer mi madre, debo aprovechar que mi padre haya ido al Valhalla por lo que eso quiere decir que puedo hacer lo que quiera.
Ahora acabame de vestir y llévame con mi madre mientras te monto."
La esclava quien ya estaba resignada a ser tratada como un animal, puso las mejores ropas que había al pequeño príncipe y cuando acabó se puso de rodillas.
Mientras podía sentir como el pequeño mocoso le empezaba a jalar de los cabellos con tanta fuerza que algunas lágrimas cayeron al suelo debido al dolor.
Los guardias que estaban al cuidado del príncipe no tardaron en reírse de la esclava que estaba siendo ocupada como caballo por el pequeño príncipe.
"Príncipe no sabía que tenía una montura tan extravagante, pero me preguntaba si podríamos pedirla prestada por la noche.
Le prometemos que nos encargaremos de que aprenda los modales que necesita tener una sucia esclava."
El pequeño príncipe pudo sentir como temblaba la esclava por lo que una sonrisa maliciosa se formó en su rostro "Pueden tenerla pero quiero que me consigan más dulces de miel.
Si no pueden hacerlo los acusare con mi madre para que los desaparezcan."
Los guardias quienes tenían un poco de sudor recorriendo su espalda, mostraron una sonrisa al príncipe y asintieron, la esclava en ese momento supo que su vida dentro del palacio se volvería un infierno.
Por lo que en un acto de intentar olvidar todo a su alrededor, continuó con su camino gateando mientras rezaba lo poco que había aprendido con los monjes.
Tenía la esperanza de que si seguía rezando a Dios, este vendría por ella y la llevaría lejos de este lugar lleno de paganos.
Cuando por fin pudo llegar a la habitación de la reina, la esclava que tenía sus rodillas sangrantes y las manos completamente lastimadas, sintió como el mocoso en su espalda le jalaba con fuerza el cabello.
"Estúpido caballo, debes de tocar la puerta usando tu cabeza."
La esclava no tenía otra opción que azotar su cabeza contra la puerta de madera de la habitación para ello intentó golpear su cabeza de la manera más suave posible para evitar lastimarse.
Para su desgracia al hacer esto la gran puerta de madera no hizo ningún ruido por lo que el niño le jalo su cabello.
"Tienes que azotar con más fuerza tu cabeza, esclava estúpida."
La esclava que ya había empezado a llorar azotó su cabeza contra la madera de la puerta haciendo que su frente le saliera sangre.
"¡Golpea más fuerte!"
La desdichada esclava sabiendo que no podía negar las órdenes del príncipe volvió azotar con todas sus fuerzas la puerta de madera, afortunadamente para ella esta vez la puerta se abrió y de su interior salió Malene.
Quien ignoró por completo la cara ensangrentada de la esclava, y miró a su hijo con una sonrisa.
"Klaus te ves muy hermoso el día de hoy, estoy seguro que la gente te aplaudirán."
Klaus le dió una sonrisa a su madre "Gracias mamá, tú también te ves muy bien, aunque creo que es una pena que papá se haya ido al Valhalla y no pueda ver el hermoso vestido que llevas."
Malene se rió debido a las palabras de su hijo y tras esto lo tomó de la mano, para después caminar los dos juntos al centro de la ciudad, tenían una ceremonia que atender.
Cuando llegaron al centro de la ciudad los dos bajaron del caballo el cual estaba montando y se subieron a la plataforma en la cual ya se encontraban los líderes de las distintas tribus y él godi del reino.
Al subir a la plataforma Malene fue recibida con vítores y alabanzas de los soldados y personas ya que había acabado con el maligno rey Harald.
Malene espero a que todos guardaran silencio para después con una sonrisa abrir sus manos y se dirigió a todo su pueblo.
"Muchas gracias por todo su cariño mis queridos subtitos, como sabrán el tirano rey Harald, el día de ayer enloqueció.
Quemó toda nuestra ciudad y asesinó a quien pudo, pues había tenido una revelación del Dios Cristiano, así que yo como su esposa y como reina de este mi pueblo.
Decidí acabar con su locura, y guiada con la bendición de Freyja, le atravesé el cuello con mi espada.
El pobre bastardo sólo me pudo ver con sus ojos llenos de odio, e incluso intentó atacarme pero la bendición de Freyja era más fuerte, por lo que no pudo moverse y acabó muriendo en mis brazos.
En ese mismo momento, guiada por la bendición de la Diosa supe, que mi deber era tomar el lugar de mi esposo convertirme en reina regente y guiar a mi pueblo hasta que Klaus, mi hijo tenga la edad suficiente, para tomar el trono que le pertenece.
Tras esto, me comunique con todos los líderes de las tribus, que hacen a nuestro reino y ellos agradecidos por lo que había hecho aceptaron el destino que la Diosa Freyja me había dado.
Es por eso que aquí ante ustedes, los líderes de la tribu y el representante de Dios Odín el godi Mats me prestó ante ustedes, como la reina regente."
Al acabar de escuchar esas palabras el godi Mata quien tenía en sus manos la corona que alguna vez había pertenecido a Harald la colocó en la cabeza de Malene.
En ese momento algunos esclavos que estaban amarrados frente a la plataforma fueron asesinados y mientras su sangre manchaba la tierra los gritos de guerreros y personas se empezaron a escuchar.
"¡Leve dronningregenten Melene!"
"¡Leve dronningregenten Melene!"
Melene quien estaba escuchando los gritos de alabanza mostró una sonrisa de oreja a oreja pues sabía que su tiempo había llegado.