En la tormenta de nieve Sven y su grupo tenían dificultades para avanzar, sus pies se atoraban en la espesa nieve alentando su paso, usaban sus manos para cubrir su rostro del aire frío y evitar que se congelaran sus ojos.
"Jarl Sven deberíamos a empezar a movernos más rápido, pues la ventisca aumentará con intensidad, sicnos quedamos aquí es posible que muramos"
Sven quién estaba preocupado solo puso su rostro serio y miró hacia enfrente en donde pudo ver una silueta negra.
"Caminemos un poco más rápido ya que en algunos kilómetros frente a nosotros hay algo grande.
Posiblemente podamos encontrar alguna cueva en la cual nos refugiamos, ya que desconozco en esta ventisca, en donde se encuentra el bosque."
Todos asintieron de manera silenciosa, y comenzaron a caminar hacia la silueta negra que parecía ser una montaña.
Al llegar a las faldas de lo que parecía ser una montaña, pudieron ver una cueva en la cual tenía en su exterior, la cual tenía grabada algunas runas, en ese momento Sven se dio cuenta que Ansgar y su grupo debieron de haber descansado en lugar.
Pero por el momento no tenían tiempo para poder leer con calma las runas, por lo que todos entraron en la cueva.
Una vez adentro Eskol con ayuda de Jensen empezaron a preparar el fuego, en donde Ansgar y su grupo habían hecho una fogata.
"Sven por lo que puedo ver en este lugar, lo más probable es que haya descansado Ansgar y su grupo hace algunos días.
Pero es imposible decir en qué momento se fueron o porque se fueron, lo más probable es que encontremos la respuesta en la piedra que dejaron en el exterior…"
Uno de los guerreros que se había adentrado en la cueva interrumpió a Eskol "Jarl Sven y Eskol, creo que tendrán que venir conmigo, encontré algo importante."
Sven y Eskol se miraron y empezaron a caminar hacia la oscura cueva la cual solo estaba levemente iluminada con la luz de la pequeña fogata que habían hecho.
Cuando llegaron a cierta profundidad de la cueva, fruncieron sus seños, pues olieron el aroma de la carne putrefacta que provenía de debajo de un montículo de piedras que parecía ser una tumba.
A lado del montículo de piedra pudieron ver una piedra la cual tenía algunas runas que tenían el nombre de Kaj.
Sven acarició su barba y exhalo un poco de aire, antes de mirar a Eskol "Que nadie se acerque a este lugar, ya que es la tumba de nuestro compañero.
Estoy casi seguro que la piedra rúnica que se encuentra afuera de la cueva mencionara a Kaj y quizá nos dé una pista sobre dónde habría ido el grupo de Ansgar.
Aunque dependiendo de lo que haya escrito decidiré si vale la pena buscarlos o regresar al campamento, sea lo que sea tendremos que marcar la cueva pues aquí yacen los restos de Kaj.
Pero de algo estoy seguro y es que no hay animales en este lugar pues su tumba no parece haber sido perturbada por algún animal"
Tras decir esas palabras todos empezaron a preparar sus pieles para poder dormir en el suelo de la cueva, pues no tenía caso esperar a que la ventisca acabara.
Eskol y Jensen tuvieron que montar guardia en la entrada de la cueva para evitar que algún animal peligroso pudiera entrar en la cueva.
Mientras esto estaba sucediendo en el bosque Max tenía sus propios problemas pues debido a la gran cantidad de animales que habían matado.
Una gran cantidad de osos blancos empezó a asediar el campamento y sumado el efecto de la ventisca que no les permitía ver más allá de dos metros.
Los guerreros encargados de la defensa estaban sufriendo pues aunque dispararon sus ballestas hacia donde ellos creían que se encontraban los osos.
Muchas veces sus virotes no lograban dar en el blanco por lo que los osos se acercaban peligrosamente hacia donde ellos estaban, la única tranquilidad de los guerreros era que las trampas colocadas alrededor del campamento habían logrado frenar el avance de los osos.
Pero Max sabía que aunque las trampas pudieran haber frenado a las bestias estas podrían verse superadas pues desconocía el número de osos que rodeaban el campamento.
"Goi ordena a los guerreros que se encuentran de reserva que se pongan a hervir lo más que encuentren de grasa que puedan.
Tenemos que estar preparados en caso de que los osos se acerquen de manera peligrosa, por lo que si alguien solicita ayuda que ellos carguen las ollas con grasa hirviendo, y se preparen para aventarla a través de la barricada de troncos.
Si permitimos que puedan romper las defensas del campamento será el final."
Goi asintió y empezó a correr hacia donde estaban los guerreros , esperando que los llamaran para ayudar en donde se necesitaran.
A pesar que el campamento era pequeño tardo algo de tiempo en poder llegar al centro del campamento pues la nieve y los distintos objetos en el lugar le hicieron caminar de manera lenta.
Cuando llegó al centro del campamento se encontró con un grupo de guerreros que estaban sentados alrededor de un pequeño refugio.
"Chicos tengo órdenes del Heraldo Einar que necesita que hagamos algunas fogatas para poder hervir grasa.
Debido a que la usaremos para lanzarla hacia los osos blancos que se atrevan a acercarse."
Tras decir esas palabras todos se levantaron y usando el refugio como cobertura de la ventisca empezaron a preparar fogatas en las cuales pusieron las ollas de acero con grasa.
Mientras hervían la grasa Max quien se encontraba defendiendo la parte noreste del campamento pudo oler el aroma característico de la grasa siendo cocinada.
Por lo que sintiendo un poco más de relajación, continuó apuntando su ballesta hacia donde él creía que se encontraban los osos.
De cualquier manera podía estar seguro que de ser necesario podía lanzar la grasa hacia los osos provocando que quedarán fuera de combate o que huyeran debido al dolor de las quemaduras.
Durante las siguientes horas, todo el campamento no paró de disparar llegando a un punto en el que los virotes empezaron a escasear por lo que debieron de dejar sus ballestas para tomar las lanzas improvisadas que tenían.
Esta medida ocasionó que algunos de los osos blancos lograran llegar bastante cerca de la zona suroeste del campamento.
Por lo que fue en ese momento que las tropas de reserva hicieron uso de la grasa que habían estado manteniendo hirviendo, para ello sostuvieron las ollas calientes con sus guantes y las llevaron hacia la barricada
Una vez llegaron lanzaron la grasa hirviendo hacia los osos que se habían acercado estos empezaron a gruñir, pues la grasa hirviendo se pegaba en la piel, haciendo que incluso sus ojos explotaran debido al calor.
No tardó mucho tiempo en convertirse el campamento en un verdadero campo de la muerte de osos pues los chillidos de los osos blancos y la ventisca le daban al lugar un ambiente místico y perturbador.
Algunos de los guerreros pudieron ver cómo muchos de los osos que habían sufrido quemaduras corrían hacia las trampas, ya que preferían morir antes de seguir sufriendo el dolor que estaban sintiendo.
Cuando la ventisca empezó a calmarse fue entonces que todos pudieron ver el saldo de aquella batalla, osos y censos se encontraban muertos algunos por las trampas o los virotes y otros estaban tirados de manera moribunda debido a las quemaduras que tenían.
Max entonces se dio cuenta de que al menos habían asesinado a más de cuarenta osos blancos, lo cual era un gran logro pero también le hizo sentir algo de miedo, pues si esta gran cantidad de osos pudiera haber llegado hacia el sur.
Entonces quizás su familia y toda la aldea estaría en peligro y pues solo ellos se encontraban en la isla y la cantidad de animales era insuficiente como para poder alimentar a todas esas bestias.
Por lo que quizás el único camino que ellas tendrían, sería atacar a la villa ocasionando una gran catástrofe en aquel sitio.