El Imperio Orokin había lanzado un escuadrón de reconocimiento en Valasia pasando por el Estrecho de Nur que se encontraba al éste del país, habían tomado 2 naves Benevolence, construidas para la carga de recursos, abordo de una de las naves estaban Eijey y Romina junto a su escuadrón, Guz, un hombre alto y fornido con el cabello en punta y de color negro, a su lado estaba Lein, que aparentaba unos 25 años, su cabello era corto y de color anaranjado, era el que más alegre sé mostraba. Todos portaban trajes con placas de metal y de color gris junto a cascos que mostraban información detallada del entorno y del escuadrón.
Romina sacaría un pequeño disco de su traje, le encendería y proyectaría un mapa de los dos continentes, lo acercaría hacía el continente de la izquierda y mostraría una ruta que iba de Jericó al Estrecho de Nur, un canal de comercio importante que se encontraba al éste de Valasia, justo en la frontera con el Imperio.
- Misiones repentinas como siempre.
La voz de Lein era enérgica y algo aguda.
- Órdenes son órdenes, los Maestros Orokin están a cargo mientras no estén los Altos Orokin ni los capitanes.
La de Guz al contrario de la de Lein era grave.
- Ya deberían de haber vuelto...
- Era todo un ejército, seguramente están bien.
- Obviamente lo estarán ¿No viste los ángeles que cubrían el cielo? - Lein recordaba el día del asalto - Y pensar que quién los lidera es un niño.
- No es un niño común y corriente - Romina daba vuelta a su cuchillo térmico - según los Orokins es un genio, como si de un estratega nato se tratase.
El hecho de que Romina confíe en lo que dicen externos era raro, solía ser una mujer que se adentraba a fondo en un tema si le convenía.
- Quizás sea todo un corrupto.
Guz se reía a carcajadas.
- Según los cuentos de mi madre los ángeles son completamente puros, libres de todo mal, dudo ser el único que lo haya escuchado.
Eijey hablaba con un tono serio ignorando las bromas de Guz y Lein.
- Ja, no puedes confiar en lo que dice una mujer mientras mamas de su teta, cuentos para dormir, luego te decían que los angelitos te protegían.
- ¿Se te cayó la fé también Guz? Tú los viste claramente, sus miradas no eran para infundir miedo, nos veían de otra forma.
Eijey se mantenía pensativo.
- Nos miraban con amor.
Diría Romina con una sonrisa en el rostro, Guz y Lein empezarían a reír a carcajadas.
- Ese estuvo bueno jefa, amor - Lein seguía riendo fuertemente - Son seres muy superiores.
Romina lanzaría su cuchillo el cual rozaría la cabeza de Lein.
- Estoy hablando enserio, su mirada no era la de seres vanidosos.
- Romina tiene razón - Eijey se levantaría - A pesar de su inconmensurable poder no se sentían superiores a nosotros, hasta donde tengo entendido hubo un tiempo en que los ángeles vivieron junto a los humanos, pero esos son historias para después.
- 1 minuto para aterrizar
Diría Nauter por la radio de la otra nave, era un adulto de 30 años, de baja estatura y calvo, en su espalda tenía 2 espadas pequeñas y de su cintura colgaba una más grande.
- Entendido, prepárense.
Romina se levantaría rápidamente junto al resto del grupo, en la pantalla se mostraría el Estrecho de Nur, un paso entre las montañas tan alto como las mismas y un ancho de 1300 metros, el suelo y las paredes eran lisos y estaban cubiertas de metal, entre las paredes habían extensos orificios en los cuales aterrizaban las naves y dentro del canal se podían encontrar todo tipo de recursos, desde los más comunes hasta los más exóticos, era la eje de la economía de Valasia y en parte del Imperio Orokin.
Las nave aterrizaría dentro de uno de los hangares superiores.
- Ésto es tan simple como inspeccionar el canal y hacer el intercambio, después de eso nos iremos.
Eijey estaba tranquilo ante la situación, de la otra Nave saldría Nauter y 3 hombres más.
- Podrían habérselo dejado a los políticos o mercaderes, hacen que el ejército pierda el tiempo.
- Si Nauter se queja de ésta mierda ¿Qué se puede esperar de nosotros?
- No hables así Lein, la jefa te terminará clavando ese feo cuchillo en el culo - diría Guz de forma burlona.
- No lo dudo grandulón
Varias personas subirían por uno de los ascensores a recibir a los soldados, uno de ellos vestía de forma elegante, con una especie de chaleco gris que estaba desabrochado y llegaba hasta sus muslos, bajo su chaleco llevaba puesta una camisa de color blanco y unos pantalones de color negro acompañados de unos zapatos en punta. El hombre aparentaba tener poco más de 40 años.
- Ustedes deben ser el escuadrón Fénix, un gusto, Ross Armstrong, primer ministro de Valasia.
- El placer es nuestro.
Romina tomaría la mano de Ross mientras lo miraba fijamente. Detrás de él habían 2 soldados con armaduras pesadas y cargaban enormes metralletas con extensos cargadores de energía.
- Pensé que estaríamos alejados de todo tipo de armas.
Eijey observaba fijamente a los soldados.
- Guz, ante cualquier movimiento brusco mátalos - Lein le susurraba al oído
- Jajaja, estás exagerando.
Nauter extendería su brazo tratando de alcanzar el hombro de Guz.
- Hazle caso a lo que dice, algo no anda bien.
Nauter no mostraba su característica personalidad tranquila, ahora estaba tenso.
El escuadrón entraría junto a Ross y sus soldados en el inmenso ascensor, durante el descenso se intercambiaban miradas y había pausas en las que se podía notar el nerviosismo de Guz y Lein, Ross se comportaba de forma tranquila y mantenía una postura recta.
- Y bien ¿Qué hay respecto a los Altos Orokin y su misión de purgar a los demonios?
- Ha sido un rotundo éxito.
Eijey respondería con seguridad.
- Me complace escucharlo, es un gran paso para la humanidad, sin dudas los Orokins pasarán a la historia como los hijos de Bismilah.
- Aunque no lo crea el ejército hizo un gran trabajo manteniendo a raya las hordas de enemigos.
- Oh, eso no lo dudo, pero, con la aparición de la sangre Berniana el concepto de poder cambió rotundamente.
- La sangre Berniana - Pensaba Romina
- Aunque se creía que los humanos no podían usar La Energía debido a su carente conexión con ésta, con el tiempo fue apareciendo personas las cuales tenían ésta extraña capacidad, las primeras personas eran niños que a muy temprana edad ya eran capaces de hacer levitar objetos. Todos eran habitantes de Bernia, así se llamaba antes de que naciera el Imperio Orokin ¿No?
Eijey lo miraba de reojo.
- Así es, fue un escándalo mundial hace 800 años, aún lo sigue siendo, humanos capaces de conectarse con el universo mismo, Bernia poco a poco fue aumentando la cantidad de personas con ese don, pero, no todos sus habitantes nacen con esa capacidad.
- Estás muy informado al respecto.
- Una afirmación extraña, todos en el continente de Hernes conocen esa historia desde que tienen memoria.
- Nunca fui alguien que estuviese interesado en ese tipo de historias. Pasando a temas importantes, me enteré que la relación entre el Imperio Orokin y el Imperio de Acrea no es la mejor.
- Acrea no volverá a interferir, el continente de Valyria y el de Hernes dejaron esos temas hace mucho tiempo - Respondería Nauter
Las preguntas que hacía Ross resultaban extrañas para Eijey y Romina, Nauter tenía su mano derecha sobre su espada más larga, listo para cortar de un solo tajo a cualquiera que diera un paso en falso.
- Díganme... ¿Conocen la teoría de La Energía Oscura?
Cómo si una chispa los hubiese conectados a todos, el escuadrón completo voltearía a mirar a Ross sin tener idea de lo que sugería
- ¿A dónde quieres llegar?
- El Estrecho de Nur no solo es el sitio perfecto para el transporte de recursos y todo relacionado con el mercado, es cierto que por éstas zonas puedes encontrar cosas muy extrañas, pero, su principal cualidad es que la concentración de Energía es inimaginablemente alta.
- Es normal, el territorio del imperio estuvo repleto de Nulls en la antigüedad.
- Según la teoría de la Energía existe otro tipo aún más potente, la Energía Oscura, puedes llamarla también Energía Negativa. A diferencia de La Energía ésta puede crear materia de la nada, se trata de algo más antiguo que el mismo Bismilah, aún más antiguo que los dioses.
- Si existe esa tal Energía Oscura no tendrías forma de obtenerla, es imposible.
- Yo también creía eso, pero llegamos a una conclusión, los Nifil.
- ¿Qué tienen que ver esas cosas con nosotros?
- Los Nifil son la base para la extracción de Energía Oscura y el propio Nifilheim tiene suficiente poder, es muy conveniente que los Altos Orokin hayan decidido atacar ellos directamente, no creo que solo hayan pasado por los círculos de infierno a exterminar demonios, estaban buscando algo.
- ¡¿Cómo?!
- Es información confidencial del imperio, si ésto sale de acá nos cortarán el cuello a todos, ustedes saquen sus conclusiones.
Ross avanzaría como si nada de la conversación hubiese pasado, Eijey y el resto no podían evitar pensar en lo que habían escuchado, Romina mantendría la calma y avanzaría.
- Olvídense de eso, enfoquémonos.
- Entonces - Ross se giraría hacia ellos - 20 mil unidades de Rubidio ¿No es así? Ésto será útil para armamento militar.
- Será por un total de 50 millones de créditos.
- 50 millones, un precio razonable.
Romina sacaría un panel de cristal bastante pequeño, Ross haría lo mismo y deslizaría hacia delante en dirección a Romina, en el panel aparecerían las cifras.
- Bien, eso fue rápido.
- Fue un placer - Romina estrecharía la mano de Ross - espero que nos volvamos a encontrar.
Por todo el Estrecho se sentiría un potente temblor que movía el canal de un lado a otro, varias naves caerían de sus plataformas.
- ¿Qué fue eso? - Guz miraba hacia todos lados.
Ross miraba detenidamente hacia atrás.
Del suelo empezaba a emanar un vapor oscuro, todo sería cubierto por una tenue capa de oscuridad, a lo largo de toda la cadena montañosa empezaban a emanar tentáculos hechos de esa misma oscuridad, las montañas eran destrozadas, los tentáculos se movían de un lado a otro violentamente y el canal empezaba a ser destruido, las placas de metal se desprendían y grandes trozos de roca caían a lo largo del inmenso pasillo, Eijey empezaría a correr hacia una de las naves más cercanas y a sus espaldas el suelo se levantaría poco a poco.
- ¡¿QUÉ MIERDA ES ESO?!
Guz corría lo más rápido que podía, Nauter y Lein se quedaban cada vez más atrás, Lein voltearía a mirar y vería un ser grotesco tan grande como 5 montañas apiladas, no tenía cuello y su boca se abría hacia los casi hasta su frente, del tamaño como para devorar un edificio, tenía 3 hileras de dientes filosos, 2 enormes cuernos curvos y 2 ojos completamente negros, 20 tentáculos salían de su espalda y 2 enormes alas carnosas sobre saldrian, debajo de él colgaban pedazos largos de carne. El escuadrón era perseguido por los hilos de carne de la bestia a lo largo del camino, Guz tomaría a Lein y Nauter y los cargaría sobre sus hombros, los dos soldados que seguían a Ross serían despedazados vivos. Parecía ser tarde para ellos, pero, en un desesperado intento por sobrevivir todos saltarían a la nave e inmediatamente Eijey la encendería sin el piloto automático, el escuadrón junto a Ross entrarían logrando alzarse al vuelo instantáneamente, los tentáculos del monstruo los perseguían a lo largo de toda la frontera y la nave avanzaba sin rumbo fijo, Nauter se pondría al volante, los múltiples ataques hacían imposible guiarse pero Nauter los evadiría y lograrían alejarse lo suficientemente, al fondo se veía la bestia expulsando fuego hacia todo el canal y generando una gran explosión con la cuál la perderían de vista.
- ¿Qué mierda fue eso? - Guz estaba agitado - Esa puta cosa casi nos mata.
- Jajajaja, sigo vivo, no puedo creerlo - Lein solo reía - Sigo vivo, no morí, no morí...
Eijey le daría una bofetada y Lein pararía de reír.
- ¡Despierta! No pierdas la cordura, no hasta que sepamos qué mierda fue eso.
Romina tomaría a Ross del cuello.
- Te veías muy tranquilo, como si estuvieses esperando esa cosa.
- Hey, Romina cálmate - Eijey tomaría a Romina del brazo - Lo encerraremos en una celda del templo, nos dirá todo, ya sabía yo que tramaba algo.
Romina soltaría a Ross dudando de si debían dejarlo con vida, Guz se sentaría a su lado intimidándolo con su gran tamaño, Lein y Eijey se sentarían frente a ellos.
- Ésto definitivamente no fue a la azar, todo el canal fue calcinado junto a los que estaban ahí - pensaba Eijey - No pudo tomarme a la ligera lo que Ross dijo mientras intercambiabamos, más concretamente ¿Por qué un primer ministro asistiría a éste tema? Todo fue tan repentino, pasaré un informe directamente a los Altos Orokin.
- ¿Viste cómo era esa cosa? parecía que tenía sífilis en la puta cara - Lein seguía tembloroso.
- Jajaja, y qué lo digas, nos salvamos por muy poco, nunca había estado tan cerca de la muerte desde que rescatamos a los civiles de Caanan, en Acrea - Guz no parecía haber sido afectado por su cercana experiencia a la muerte
- Ahora que lo mencionas terminamos perdiendo esa guerra, si tan solo los Orokins hubiesen llegado a tiempo ¿Qué pensaba el Gran Sabio?
- Nadie puede saber en lo que piensa, pero si perdimos no habrá sido por cosas al azar, seguramente estaba dentro de sus planes.
- ¿Qué valor tiene sacrificar un asalto en la capital del enemigo?
- No lo sé, somos soldados, no somos unos estrategas tan buenos como lo es ese sujeto y ni hablar de Markus, si estuviese aquí éste asalto en contra de los demonios hubiese sido resuelto en un abrir y cerrar de ojos.
- Le tienes mucha fé a los capitanes Guz.
- Es normal tenerles fé, son invencibles, la élite de la élite, solo por debajo de los Altos Orokin.
- Si tan solo estuviesen aquí.
- Pronto lo estarán - Romina interrumpiría.
- ¿A qué te refieres? - Guz y Lein lo miraban confundido.
- Quizás los demonios no eran nuestro verdadero enemigo.
- ¿Entonces quién lo es?
- Puede ser que...
- ¿Romina?
Todos miraban a Romina esperando una respuesta, pasarían unos instantes de completo silencio, Romina tenía en claro que los demonios solo eran algo pasajero, el verdadero enemigo era...
- Nosotros mismos.
Ross no se inmutaba, solo se limitaba a tener una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.