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Chapter 21 - Calma

- Oye Akatsuki - Hinoka se levantaría de la silla - ¿encontraste a alguien interesante?

- No había nadie especial.

- ¿Um? ¿No habías hablado con el ángel? - Hinoka jugueteaba con su cabello - De hecho ¿Quién es el que lo acompaña? Nunca había visto unos ojos así.

- Quizás sean los que más destaquen de acá.

- Entonces si encontraste a gente interesante.

- No te acerques, solo causarás más revuelo - Akatsuki solo miraba hacia afuera del ventanal, su mirada parecía estar perdida en el cielo - No queremos más problemas.

- Mmmm ¿Por qué eres tan aburrida? Quita esa expresión de seriedad, tristeza o lo que sea.

- No sé de lo que estás hablando.

Su voz era calmada, como si nada le importase.

- ¿No te has visto? Mantienes seria todo el tiempo.

- Solo me gusta mirar al cielo.

- Tus pasatiempos raros cada vez son más... Extraños.

- Lo que dices no tiene sentido.

Akatsuki se levantaría, parecía haberse cansado de ver por fuera del ventanal y se dirigía hacia la puerta. Azazel y Asbeel sólo se limitaban a observar.

- ¿A dónde van? - Azazel se quedaría observando durante un tiempo ignorando completamente a Asbeel - Aún no llegan las naves

Las dos desaparecerían en la lejanía, la tranquilidad de Akatsuki era contagiosa, se sentía algo melancólica, es como si esa tranquilidad hubiese contaminado la sala, pues, las peleas habían cesado y la tensión había bajado, todos admiraban ese control de las emociones, Hinoka no se quedaba atrás, mostraba una gran determinación, como si el mensaje no significara nada, Azazel ya había experimentado varias batallas y había entrenado arduamente por lo que estaba confiado de sus habilidades.

- Oye Asbeel, ¿No crees que está desnivelado ésto?

Asbeel no respondía.

- ¿Asbeel?

Al voltear veía como las lágrimas caían por su rostro sin parar, con una mano cubría su cara y con la otra agarraba su pecho, como si una daga lo hubiese atravesado, no podía respirar bien, inmediatamente se levantaría sin hacer ruido, a pocos pasos de la puerta se recostaría contra la pared y no aguantaría más la presión, sollozaba casi en silencio, Azazel lo había seguido pero no se atrevía a decir nada, aún así sabía bien de qué se trataba, la herida en su corazón no cerraría en tan poco tiempo, había sido demasiada presión para él en pocos días. Azazel se acercaría lentamente y se sentaría a su lado en silencio y esperaría tranquilamente a que su llanto cesara, diciéndole no con palabras sino con acciones "estoy aquí" después de un largo tiempo Asbeel bajaría su cabeza a la par que limpiaba sus lágrimas.

- Sé que es difícil y sé que no se irá en poco tiempo, traté de forzar una sonrisa en ti siempre, si quieres gritar grita, si quieres llorar llora, eres libre de ello y aunque no me consideres tú amigo quiero que sepas que aquí estoy.

Azazel levantaría su puño y esperaría, en el fondo no pensaba que Asbeel lo uniría con el suyo pero repentinamente levantaría su mano y ambos los chocarían con la parte posterior en señal de amistad.

- Mejor esperemos en la entrada principal.

Ambos se levantarían al mismo tiempo, Asbeel avanzaría rápidamente, como si solo quisiera escapar de las multitudes, Azazel solo se limitaba a seguirlo, el largo caminar fue algo silencioso pero aún así trataba de distraerlo contándole sus experiencias en el Cielo, como los ángeles cantaban mientras unos caminaban y otros jugaban, parecía un paraíso, tal y como debía ser cualquier cielo, para Asbeel llegaba a ser sorprendente pero esa sensación desaparecía rápidamente, es como si se le olvidara lo que le decía al instante, solo se enfocaba en salir. Una vez frente a la puerta divisarian a 2 jovencitas sentadas en las extensas escaleras del templo viendo hacia los hangares, ambos se sentaría unos escalones más arriba que ellas y se produciría un profundo silencio, Hinoka voltearia a mirar percatandose de su presencia, luego regresaría a ver a Akatsuki la cual no se inmutaba, dejaría escapar un suspiro y regresaría su mirada hacia los hangares.

- Es muy tranquilo aquí ¿No creen? - Akatsuki admiraba la ciudad de metal con sus naves volando de un lado a otro, desde las escaleras se podía ver el camino principal de la ciudad que atravesaba los 5 muros de lo que parecía ser titanio, al fondo su zona comercial con los grandes cargueros sobrevolando la zona y sus puestos de comida, unos exparcidos por todo el aire, era extrañamente hermoso para Akatsuki.

- Tú... - Hinoka entendía el por qué de sus palabras - Si, es hermoso.

- Pero Inquietante - Asbeel por otro lado aún tenía una mirada triste.

- Conque inquietante, es una forma de decirlo, pero no deja de ser hermoso.

Asbeel se quedaría callado.

- ¿Tampoco les gusta estar rodeados de desconocidos? - Akatsuki los miraría de reojo.

- No es muy agradable.

- Bueno - se correría un poco hacia al lado abriendo un espacio y dándole palmadas al suelo indicando que se sentaran - pueden estar aquí también.

Azazel sonreiría.

- Gracias.

Hinoka se levantaría de un brinco y empezaría a caminar de un lado a otro, como si estuviese pensando qué decir.

- Oye Azazel, dime ¿Qué se siente haber cambiado de mundo? - Hinoka hablaba tan imprudente como era de esperarse, sin preocuparse por qué la conversación se tornara molesta.

- Es extraño, no puedo decir algo tan sencillo como que es experimentar algo nuevo.

- Bueno tienes razón, ni siquiera llevas un mes.

- Sabes, tengo el presentimiento de que nos hemos visto antes.

- ¿Uh? Bueno quizás estuvimos juntos en una vida pasada.

- ¿Vida pasada?

- Jajaja, solo bromeo, perdona por no presentarme antes, soy Hinoka Amane.

- Podrías haber empezado por esa parte.

- Verás, a veces gusta hacer las cosas al revés - Su mirada era seria pero su tono de voz no había cambiado en lo absoluto.

- Bueno, en ese caso, como ya sabes soy Azazel.

- ¿Y él?

- Es Asbeel.

Hinoka se acercaría a Asbeel y se agacharia, ella tendría toda su atención haciéndolo levantar la cabeza lentamente.

- Je, pareces alguien muy interesante, es un gusto.

- Si que eres amable - Akatsuki se levantaría y se dirigía hacia su misma dirección - Aún así espero que nos llevemos bien.

Su mano estaba extendida en señal de amabilidad, Asbeel lo pensaría por un rato pero terminaría tomándola y levantándose, al fondo se podían ver 2 naves aterrizando, ambas con 4 hélices, 2 a cada lado, eran sus transportes hacia la prueba.

- Supongo que ya es hora - Azazel se levantaría también - confío en que todo saldrá bien.