La ceremonia ya había empezado, una gran cantidad de personas habían entrado, en la tarima estaban los participantes, Asbeel y Azazel ya estaban posicionados, a su lado se haría la misteriosa chica, su aura le generaba una extraña sensación a Azazel el cual aún no lograba librarse de las dudas, Asbeel sólo se limitaba a respirar con calma, los ingresados parecían ser muy fuertes, eso ponía más presión sobre él.
Los Altos Orokin se pararía en frente de la multitud, en su mayoría estudiantes, la gran sala estaba llena hasta las entradas del templo y en la multitud se escuchaban murmullos, murmullos que diezmarian en el momento en que más personas notarán la presencia de los Altos Orokin.
- Jóvenes aprendices - El Gran Sabio empezaría a hablar con la serenidad que lo caracterizaba - Aunque la seguridad ya fue asegurada con la erradicación de los Nifil y sus guardianes los Demonios el mundo sigue siendo cruel, nuestra labor es para con el pueblo y solo el pueblo, nuestro deber es simple pero complejo requiere determinación, coraje y una gran voluntad para seguir adelante - los estudiantes aplaudían a las profundas palabras del Gran Sabio - para convertirse en los guerreros que deben de ser y preservar el legado de los maestros anteriores deben de estar dispuestos a dar sus vidas, hoy, más personas están dispuestas a portar esa pesada carga para asegurar un mañana mejor, a costa de su futuro, a costa de todo lo que habían formado, pero, a favor de ellos juega el honor, sus nombres quedarán marcados en la historia, como soldados que cumplieron la voluntad de Kartus, que el alma y voluntad del primer rey guíe a la humanidad hacia la gloria y la supremacía.
Los aplausos eran incluso más que antes, el ruido resonaba por toda la sala e incluso más allá, sobre ellos estaban las miradas de todos así como sus expectativas y esperanzas, ahora luchaban por la humanidad, Asbeel no evitaba pensar si aquello era lo correcto ¿Por qué había igresado? Es como si no fuese el quien tomó tal decisión, como si todo hubiese sido forzado, su padre había sido asesinado por las manos del que se proclamaba como salvador de la humanidad, aquél título podía ser una verdad, en la mente de Asbeel no cobraba sentido el por qué habían tenido que solucionar las cosas de ese modo, sólo sentía tristeza.
- Ahora, demosle la bienvenida a los capitanes, los presentaremos a los nuevos aprendices.
Sobre la tarima subirían 5 personas, entre ellos Annan y Alastor, tan imponentes como debía ser un capitán, los otros no se quedaban atrás.
- Wyzen, Capitán de la legión 1 - su pecho descubierto mostraba extensas cicatrices que se conectaban unas con otras, como si un flujo de lava hubiese marcado los costados de un volcán, detrás de él levitaba un gran disco con varias protuberancias, su túnica se levantaba bruscamente con el viento, tenía 4 brazos de gran grosor y los ojos blancos, su pelo negro caía por su espalda.
- Urizen, Capitán de la legión 2 - Lo que parecía ser un hombre de 2 metros era el centro de atención al momento de ser nombrado, su fornido cuerpo y piel de color negro eran bastante destacables, sus ojos rojos brillaban tenuemente, portaba muñequeras bastante anchas, bien decoradas, su falda estaba desgastada y en su cuello portaba un collar de enormes perlas moradas.
- Annan, Capitán de la legión 3 - Un sabio en toda regla, su aspecto ya era identificado por muchos, era de los que más tiempo pasaba en el templo, su cabello y barba largos y blancos lo hacían destacar por encima de cualquier otro Orokin, el legendario portador de Vida y Muerte.
- Alastor, Capitán de la legión 4 - Alastor, quizás el que se volvió Capitán a una edad relativamente temprana, su pelo era negro y largo, un hombre fornido y bastante sano, el tan renombrado Lobo Dorado o también el Lobo del Amanecer.
- Y por Último Cotta, Capitana de la legión 5 - una mujer delgada y algo baja en estatura era renombrada por todos, su fuerza era absoluta, su físico era prueba de ello, su piel era morena, en ella se notaba una actitud optimista y alegre.
- Cada uno de ellos llegó hasta dónde está ahora gracias a su propia fuerza y los logros que acumularon en su largo camino, pero, no sólo eso, el compañerismo que mostraron a lo largo del tiempo les ayudó a acumular esos logros, apunten aún más alto y algún día, ustedes estarán acá - El Gran Sabio había puesto una meta para la mayoría de los alumnos, pero, para Asbeel y Azazel no era más que un camino - Solo 5 de los 10 capitanes fueron presentados, el resto están poniendo equilibrio por todo el continente, esperamos su pronto regreso.
Annan y Alastor miraban a los estudiantes, los cuales observaban fascinados sus túnicas que marcaban su honorable rango, el Gran Sabio pasaría por el lado de Asbeel, ambos cruzarían miradas, por unos instantes, se había generado una gran tensión entre ellos.
- Conque Asbeel.
Una sonrisa se marcaría en su rostro, Azazel trataría de ponerle la mano encima pero sería detenido repentinamente.
- No lo hagas, solo empeorarás las cosas - Era la chica que tanta intraiga había generado en Azazel - Si sabes que ellos te respetan no desperdicies la oportunidad, solo un tonto lo haría.
- ¿Oportunidad? ¿De qué estás hablando?
- Te conviene su favoritismo por tí, mira bien a los que ingresaron, son demasiados para ser una sola clase - Su voz calmada y fría solo generaba más tensión en Azazel - ¿Crees que nos meterán a todos al Imperio?
- ¿No les conviene?
- No, ese discurso del principio no son metáforas, acá sólo viven los fuertes y creo que sabes muy bien de lo que él es capaz, complacerlo te dará beneficios, tenlo en mente.
- Deberías de estar más preocupada por ti misma ¿No crees?
La chica se marcharia lentamente.
- ¿No dirás tú nombre?
- Akatsuki, aunque no tienes que recordarlo.
- Soy Azazel, un gusto.
Akatsuki se marcharia sin decir nada más, Asbeel sólo podía observar la dirección en la que se había ido el Gran Sabio, impotente.
- No dejes que te consuma Asbeel.
- No me dejará en paz, de eso estoy seguro.
- Mejor pasemos al frente, los capitanes y estudiantes nos dirán qué es lo que sigue.
Todos se pararían frente a los capitanes y pondrían la mano en su pecho en señal de respeto.
- Son pocos los de éste año - la gruesa y amenazante voz de Wyzen mostraba cierta decepción por la poca cantidad de participantes - pero se ven prometedores, espero que no sean unos bultos de cemento.
- No seas tan duro con ellos, te puedo asegurar que te sorprenderán.
Annan pasaría al lado de Wyzen, pasaría de largo y se pararía frente a Urizen.
- Es bueno tenerte en nuestras filas otra vez, mantener la calma entre la gente y combatir revolucionarios no debe ser fácil.
- Y tienes toda la maldita razón, pero, pasando a temas más importantes veo que completaron exitosamente la misión, era de esperarse de alguien cómo tú Annan, al igual que Alastor, gran trabajo.
Ambos lanzarían una mirada no muy convincente.
- No diría que fue un rotundo éxito - Alastor obsevaría a los estudiantes, todos esperaban pacientes sus indicaciones - hubo muchos muertos, en ambos bandos por igual.
- Era la guerra, lastimosamente no se puede evitar.
- Oigan - Cotta intervendría inmediatamente, su actitud cambiaba la situación por completo - no deberíamos de hacerlos esperar en su primer día, pasemos a la acción ¿Quieren?
- Bien, yo se los dejaré en claro - Wyzen daría un paso adelante - Aunque no lo crean ya logro distinguir quien es cada quien por sus caras, actitud y forma de hablar, muy pocos se están tomando ésto enserio así que supongo que es hora de pasar a la acción.
- ¿A qué se refiere con la acción?
Azazel no entendía bien lo que trataba de explicar, inmediatamente observaría a Akatsuki la cual se mantenía firme.
- Ah, conque tú eres el que peleó junto a Alastor y el resto, no esperaba que fueras tan ignorante, té lo explicaré de forma más o menos resumida, ustedes son unos inútiles, cada uno de ustedes lo es, no son especiales, no son fuertes, no son capaces de nada, ni siquiera tú, futuro rey, por eso, nosotros los vamos a moldear, los vamos a convertir en guerreros, pero, el coste no es bajo, no me andaré con rodeos así que lo diré claramente, la mitad de ustedes no saldrá de aquí con vida, de 40 que hay aquí puede que solo salgan vivos 20 o menos, el motivo de ésto es que ustedes ingresaron a un entrenamiento más intensivo, serán entrenados por los mismísimos capitanes, no serán los maestros Orokin ni los caballeros, mucho menos los guerreros, ustedes serán formados por un camino muy distinto, cumplan con las expectativas y sepan en qué se han metido, fin del comunicado.
Los capitanes dejarían uno por uno la tarima, justo por su lado pasaban Maestros Orokin los cuales iban directamente a dar las instrucciones, las palabras de Wyzen habían causado un pequeño revuelo en la multitud, pero algunos se mantenían firmes, no se inmutaban.
- Hay rostros muy interesantes - pensaba Wyzen - qué comience el juego.