Kazuma seguía atacando sin descanso, desesperadamente, solo podía pensar en sus hijos confiando en que habían logrado escapar, su corazón parecía que iba a estallar y su respiración ya era acelerada, el cansancio empezaba a ganarle.
- No los dejaré pasar.
Su mirada mostraba ira e impotencia.
- ¿Estás protegiendo a tus hijos? ¿El Señor de Hel, Kazuma está arriesgando la vida por sus hijos?
La voz del Gran Sabio mostraba serenidad y al mismo tiempo indignación.
- Un monstruo cómo tú nunca entendería.
El Gran Sabio sonreiría.
- Tienes razón.
Una bala de agua atravesaría la defensa de Kazuma dándole en su pierna, Yormungandr lograría evadir las inmensas olas de fuego y lo embestiría atrapándolo en su boca, el dragón de agua recorría todo el escenario golpeando y aplastando a Kazuma contra múltiples pilares, Vida y Muerte lo seguirían intercambiándolo entre ellos, parecía perdido, pero, Kazuma daría un corte horizontal y un círculo de fuego se extendería a lo largo de toda la zona haciendo retumbar el castillo qué se encontraba al borde del gran mar de llamas.
- ¡LOS MATARÉ!
Kazuma daba cortes a los 3 dragones. Se impulsaría en contra de el Gran Sabio y Azazel lo frenaría, en la mente del Señor de Hel solo estaba la seguridad de sus hijos quienes ya se habían marchado junto a los Duques, Azrael cortaría su espalda y Alastor desde la lejanía lanzaría en rayo que lo haría caer al fondo de sus propias olas.
- Es resistente, más de lo que esperaba.
- Detén ésto, ésta masacre sin sentido, él no merece morir... no puede morir.
Azazel trataba de detener al Gran Sabio.
- Es demasiado peligroso para la humanidad, lo terminaremos aquí.
Kazuma volvería a salir de entre las llamas, rodeado de fuego y oscuridad le acestaría un golpe en la cara a Annan haciéndolo caer en la entrada del castillo, Azazel trataría de inmovilizarlo lanzando un corte a sus piernas pero Kazuma daría un giro hacia un lado y daría un potente golpe a Azazel enviándolo hacia abajo, Micaela lo detendría. Alastor se lanzaría desde uno de los pilares y en un parpadeo estaba frente a Kazuma, pondría su mano en su cara y volvería a desaparecer, Alastor lanzaría a Kazuma dentro del castillo, ambos caerían heridos.
- Miserables y despreciables humanos, matan por codicia, por diversión, maldito sea el día en que fueron creados, son escoria.
El cuerpo de Kazuma había sido severamente lastimado por Alastor el cual lo había electrocutado. En los ojos de Annan se reflejaba la misma impotencia de Kazuma al no poder hacer nada más que obedecer a los Altos Orokin, Alastor temblaba más concretamente de ira por el mismo motivo.
Vida y Muerte desaparecerían y su espada empezaría a liberar sus auras, Annan se lanzaría en contra de Kazuma el cual frenaría su ataque, el salón del trono retumbaría, ataques pesados iban y venían, pequeñas transiciones en sus golpes aumentaba la tenacidad del combate, Annan empezaría a dar cortez veloces y Kazuma los detendría, Alastor trataría de intervenir pero Annan extendería su mano y lo empujaría fuera del templo, el solo quería derrotar al Señor de Hel, Kazuma embestiría y Annan detendría el potente corte con dificultad.
Kazuma retrocedería junto con Annan y habría un pequeño silencio, en un instante ambos desaparecerían y empezarían a dar golpes por todos lados, la habitación era destruida por las ondas de choque, Annan se arrodillaría y deslizaría la espada de Kazuma por su hoja haciéndolo perder el equilibrio, le daría una patada que lo enviaría contra uno de los pilares destrozándolo.
La respiración de ambos era pesada, estaban llenos de cortes, los Altos Orokin solo miraban el combate, Micaela y el resto de Serafines se curaban los unos a los otros.
- Me hubiese gustado que terminase de otra forma.
- Es muy tarde para arrepentimientos.
Kazuma cargaría su arma en fuego, los fragmentos separados se agruparían completamente, alrededor de Annan saldrían 2 pequeños dragones los cuales imbuirían su espada
Annan se lanzaría en contra de Kazuma y el suelo se agrietaría, Kazuma también atacaría a Annan, ambos se prepararía, atacarían y una intensa luz lo cubriría todo. Los ojos de Azazel y Alastor se inundarían de pavor.
- Eso... - Annan tosería - fue inesperado.
De la boca de Annan corría sangre, sus ojos mostraban su cansancio, ambas manos empuñaban la espada que había atravesado el pecho de Kazuma, dentro de él se sentía una energía fría y lúgubre y parecía que su vida era consumida poco a poco.
- Es... un empate.
El estómago de Annan había sido perforado por la espada de Kazuma, Annan sacaría la espada de su estómago y retrocedería, el Señor de Hel caería de rodillas. Annan se tambaleaba.
- Lo hiciste bien Annan, lo hiciste muy bien
El Gran Sabio entraría al salón del trono junto a Azazel y el resto.
- Micaela, ve a curarlo.
Annan empezaría a recibir atención por parte de Micaela.
El Gran Sabio generaría una espada en su mano.
- ¡ESPERA!
Azazel agarraría la espada cortando su mano y dejando escapar un gesto de dolor.
- Suéltala.
El Gran Sabio tiraría de la espada abriendo más la herida de Azazel y la alzaría, los ojos de Kazuma denotaban satisfacción, una mirada triste en un ser imponente, se sentía aliviado.
El Gran Sabio daría un corte rápido y la cabeza de Kazuma caería lentamente, como si el tiempo hubiese parado.
- ¡NOOO!
Un aura oscura saldría del cuerpo de Kazuma y se dispersaría violentamente en la entrada del castillo.
Azazel apretaría sus puños, el Gran Sabio empezaría a irse junto a los Altos Orokin, Annan se levantaría y Alastor lo seguiría.
- Vámonos chico.
- ¿Por qué no hiciste nada?
Annan se quedaría en silencio por unos instantes.
- Lo siento.
Annan y Alastor empezarían a irse junto con los Serafines, la sala del trono era iluminada por una tenue luz que caía de los cielos rojizos de Nifilheim. Azazel los seguiría, pero, Annan se daría vuelta para da un último vistazo.
- ¿P... padre?
Un niño que aparentaba la misma edad de Azazel saldría de detrás del dañado trono, su cabello blanco y sus encharcados ojos rojos se dejaban ver claramente.
Azazel estaba atónito, se había paralizado junto a Annan y Alastor y sentirían un escalofrío recorre todo su cuerpo. el pequeño Nifil se acercaría al cuerpo de Kazuma y lo tomaría de su mano, la calidez que había sentido antes ya no estaba, su padre yacía muerto en el suelo y del chico solo se podían oir súplicas que salían débilmente de su rota voz.
- ¿Qué hicimos?
La voz de Azazel se rompía.
El Gran Sabio se acercaría y lanzaría un corte en contra del chico, pero Annan ya se había adelantado y frenaría el corte con su brazo.
- ¿Qué estás haciendo?
- No más, ya no más, es solo un niño, no puede hacerle daño a nadie.
- Es un Nifil, puede ser una amenaza.
- No podemos matarlo, ya matamos a su padre ¿Qué más quieres de él?
- Si lo dejamos vivo será un peligro Annan, muévete.
- ¡NO! No voy a volverme cómplice de ésto.
Alastor se pondría al lado de Annan.
- Esa no es la solución.
El Gran Sabio bajaría su arma.
- Están atentando en contra del Imperio.
- Señor, por favor, es solo un niño, un niño al que le quitamos a su padre.
El Gran Sabio se daría vuelta hacia la entrada.
- Ustedes se encargarán de él.
Annan se daría la vuelta en dirección al chico y lo miraría con tristeza, Alastor se arrodillaría y pondría su mano sobre su hombro.
- ¡NO ME TOQUES!
- Perdón, enserio, perdón por no haber hecho nada... ni siquiera sabía qué hacer.
- Ustedes... ustedes son unos asesinos... mi padre solo quería protegernos...
Su llanto solo abría una profunda herida en el corazón de Annan y Alastor.
- Prometo que no dejaré que te hagan daño, nadie más lo hará, aún así nos odies, pero dime ¿cuál es tú nombre?
El chico se quedaría callado, sollozando silenciosamente.
- Está bien, no tienes que decirlo si no quieres.
- Asbeel...
Alastor le lanzaría una débil sonrisa, tratando de evitar que Asbeel mirase el cadáver de su padre el cual desaparecía poco a poco sin deja rastro.
- Vamos Asbeel.
Alastor se giraría pero Asbeel no lo seguía, en sus ojos solo había un sentimiento de odio e impotencia, pero no tenía otra opción, el Gran Sabio amenazaba con su vida, la victoria había tenido un alto costo, millones de vidas se perdieron en un instante, inocentes fueron asesinados, el padre de 10 hijos ya no estaba y uno de ellos había presenciado su muerte, la victoria fue amarga pero la paz, había vuelto al Imperio...