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Chapter 8 - El Asalto

Azazel, Alastor y Annan se dirigían junto a los serafines a la sala táctica, sala en la que se reunían los capitanes. Durante el recorrido los serafines rodeaban a Azazel como si estuviesen esperando un ataque, el viaje sería largo, la sala se ubicaba en la mitad de los 80 extensos pisos del templo, la puerta era iluminada por los rayos de luz que atravesaban el inmenso ventanal en la entrada, Annan abriría la puerta, dentro de la sala habían 10 grandes asientos y una mesa en el centro, a los lados habían pantallas y estanterías, en un rincón había una mesa y sobre ella una copa y una botella de vino, Azazel daría otro vistazo y detrás de las puertas habían estanterías llenas de alcohol, la infraestructura estaba bien cuidada, más atrás de la gran mesa había unos escalones más, en esa pequeña subida estaban ubicada una sala cubierta por un grueso cristal, dentro de ella se encontraba una especie de fuente de energía de la cuál salían rayos que chocaban contra las paredes.

- Increíble.

Azazel sé vería fascinado.

- Bien, ahora, a lo que vinimos.

Annan traería de vuelta a Azazel.

- Primero haré un pequeño resumen de lo que sabemos de nuestros enemigos.

Todos estarían atentos ante la explicación de Azazel.

- Bien, el infierno en si son las propias puertas de defensa de Nifilheim, hay 9 círculos en total, solo llegaremos al 8, de ahí no pasaremos.

- ¿Solo el 8? ¿Hay una razón en específico?

- Si, concretamente hay 2, la primera es que el noveno círculo es conocido por su ventiscas eterna, no tiene límites a los alrededores y la única zona en la que está calmado es en el centro, justo a las entradas de Nifilheim.

- O sea que la tormenta solo se presenta a los alrededores.

- Así es, pero, es tan intensa que es imposible si quiera ver algo, el frío es insoportable, incluso para algunos ángeles.

- ¿Hay algo en las entradas?

- La puerta a Nifilheim es custodiada por Lucifer.

Entre los serafines se sentía la tensión.

- ¿Lucifer? ¿El ángel caído?

- Si, en el centro hay un mar congelado, es mejor no entrar ahí, nadie saldrá con vida, justo al llegar al octavo círculo yo me encargaré de todo. Para que lo tengan en cuenta, el infierno no es un sitio que va en línea recta, imaginen algo similar a una cueva, iremos bajando de forma continua, cuando vayamos a pasar a otro círculo veremos algo parecido a una boca, un hueco lleno de dientes.

- Entendido.

Annan captaría todo a la primera, Alastor se sentía inquieto respecto al noveno círculo.

- Por último, a lo largo de infierno hay una gran cantidad de fortalezas, sus paredes y en si toda la estructura se sostiene de los muros del infierno, en esas fortalezas nos enfrentaremos a una gran cantidad de enemigos, eso es todo.

Alastor pondría su mano sobre la mesa y de ésta se proyectaría una gran esfera, varios paneles saldrían alrededor.

- Pasemos con la estrategia.

El mapa tomaría la forma de una fosa profunda y sería dividida en 9 partes.

- Bien, empecemos.

Annan se acercaría a la mesa.

- Cuando abramos la puerta llegaremos al limbo, si bien no resulta peligroso si solo tenemos en cuenta lo que habita en él, su espesa neblina es un gran problema, si nos mantenemos todos juntos y nos encargamos de dispersar la niebla no habrá problemas, nos iremos turnando para reservar nuestras fuerzas.

Azazel estaba centrado en lo que decía Annan, Alastor seguía haciendo configuraciones.

- Bien, el limbo será lo fácil, lo difícil viene después, no sabemos nada de lo que haya, para ello iremos en 2 grandes grupos, lo máximo que nos podemos alejar son unos 500 metros, después de hacer un reconocimiento y despejar la zona volveremos para compartir la información, tampoco sabemos cómo funcionan éstas puertas, si tenemos que buscarlas o tenemos que abrirlas es un misterio.

- ¿Seguiremos con el mismo plan?

Azazel dudaba de las posibilidades.

- Lo haremos los primeros 2 círculos, después de eso sí tenemos problemas prepararemos algo más. La formación será simple, primero iremos como un solo ejército, los ángeles cubrirán a los Orokins, en el centro estarán los suministros, serán protegidos por esos ángeles de luz, nosotros 3 iremos delante, los serafines irán en puntos importantes, 1 al frente, otro atrás, 2 a los lados y uno junto a los suministros.

- Entendido, preparen las tropas, los ángeles están en posición, empezaremos el ataque sin detenernos.

Alastor y Annan saldrían a organizar al ejército y a sus legiones, el Gran Sabio junto a los Altos Orokin empezarían a abordar las imponentes naves de guerra que habían en los hangares, 3 naves del tamaño de un edificio despegarían, otras 2 eran abordadas por las legiones 3 y 4. Azazel junto a los serafines se elevaban hacia la gran plataforma de oro, una vez en su gigantesco trono los ángeles también se movilizarían, el primer coro en frente, atrás el segundo y sobre la plataforma iba el tercer coro, Los Tronos se veían desde la distancia junto al brillo deslumbrante que rodeaba todo el ejército.

- Señor, asigne nuestras posiciones por favor.

Azrael estaba listo para el combate, sus ardientes alas mostraban su entusiasmo.

- Haniel irá atrás del todo, tus enormes alas permitirán proteger a todo el ejército, es lo más conveniente.

- Si señor.

- Azrael, irás delante conmigo y los capitanes, tú capacidad de combate es de admirar, entre los ángeles eres el más fuerte, cuento contigo.

- Me complace oír esas palabras señor.

- Sariel a la derecha y Raziel a la izquierda, Sariel, tú resistencia es increíble, con eso podrás proteger el lateral derecho, Raziel, eres indetectable, tú velocidad no se puede comparar, serás útil para el reconocimiento, al igual que Sariel si se presenta algún apuro podrás llegar a tiempo.

- "Si señor" dirían al mismo tiempo.

- Micaela, te especializas en ataques a distancia y curación, también puedes incrementar la resistencia y la fuerza de los que están cerca tuyo, eso permitirá movernos más rápido, si alguna amenaza se presenta podrás lanzar un potente ataque para abrirnos paso, tú eres una de las más importantes, harás más fácil la llegada al octavo círculo.

- Me alegra escuchar eso de usted señor.

- Bien, el viaje no será rápido, vayan preparándose, la batalla será larga.

- ¿Cree que habrá víctimas?

La pregunta de Sariel molestaría a Azazel.

- Espero que no, la formación no debería de fallar, si nos mantenemos firmes llegaremos todos hasta el final.

- ¿Qué hará cuando lleguemos al octavo círculo?

- Si los rumores son ciertos, en el octavo círculo está la corte infernal, puedo aprovechar esa oportunidad y pedir un alto al fuego para negociar con el Señor de Hel.

Sariel no se mostraba muy convencido, pero, aún así su devoción a Azazel era definitiva y lo seguiría a todos lados al igual que los demás ángeles.

Durante el viaje no habría problemas, las naves de Annan y Alastor los alcanzarían, estaban a 20 kilómetros de la puerta.

Un holograma de Alastor se proyectaría en la plataforma.

- La puerta está algo lejos, con nuestro paso tardaremos un buen tiempo, no hay peligro alguno.

Azazel levantaría su mano y se formaría un espejo frente a el que proyectaba una imagen de toda la zona por la que pasaban.

- No parece haber nada más que montañas y lagos.

- ¿Concretamente a dónde vamos?

- Al sitio en el que fueron avistados por primera vez, ahí debe haber un rastro de su energía, podemos aprovechar eso a favor para abrir la puerta hacia el limbo.

- Entiendo, le informaré a Annan.

El holograma de Alastor desaparecería, los serafines se mostraban tranquilos, y el silencio era absoluto, en el horizonte se veía un bello atardecer.

- Supongo que no hay vuelta atrás, solo espero que los Altos Orokin no hagan nada imprudente, podremos terminar de la forma más rápida, Annan y Alastor no parecen ser malas personas, no creo que hagan algo que nos cueste la vida, espero que el Señor de Hel esté dispuesto a negociar.