Derek:
Llevo a Carly en mis brazos mientras camino por el barro que se ha formado en la calle por la lluvia, me alegro de ver la casa a cien metros de mí, solo debo caminar un poco más y podré secarme y descansar un poco de esta locura. Tengo el brazo adormecido, Carly está cada vez más grande dentro de poco ya no podré llevarla en mis brazos de solo pensarlo siento que mi corazón amenaza con romperse; por suerte ella no puede verme entristecer pues está dormida en mi hombro y no parece darse cuenta de que las gotas de lluvia le caen sobre el rostro, intento cubrirla con mi mano pero no es lo suficientemente grande.
Después de caminar unos minutos llego a la puerta de casa, la abro sin soltar a Carly e intento que no se despierte, me alegra que cuando entro sigue con los ojos cerrados pues si no hubiera sido así su humor se hubiera tornado insoportable y no podría con eso más después de la travesía que he vivido en las ultimas horas. Cuando empiezo a caminar por el pasillo me invade la incomodidad al pensar que tendré que volver a ver a Emma.
Apenas entro en la sala mi respiración se detiene por un segundo al encontrarme con Kalem y Emma durmiendo en el sofá, en verdad no puedo creer lo que esto viendo. Ella está acostada sobre su pecho y él la rodea con el brazo "¿pero qué ha sucedido aquí?" Pienso. Quiero despertarlos de un grito pero me aguanto las ganas para no perturbar a Carly de nuevo. Me dirijo a su habitación sintiendo que el rostro se me calienta por la rabia, apenas entro la dejo en su cama, tomo una camiseta y le seco la cara y el cabello que están húmedos por la lluvia, le quito su ropa empapada para ponerle su pijama; así sé que estará calentita y no cojera un resfriado. Finalmente la meto dentro las sabanas dándole un beso en la frente. Me sorprende que no se haya despertado con tanto movimiento, seguramente no durmió toda la noche la pobrecita, me da rabia pensar que la dejamos sola por cuidar a Emma después de su supuesto desmayo, siento que soy un verdadero idiota por haberla protegido.
Cuando ya he terminado con Carly me lo pienso dos veces antes de despertar a mi hermano y a Emma, una parte de mí no quiere saber qué es lo que ha pasado entre ellos, no sé qué haría si me entero que se han besado o algo peor. Después de meditarlo unos minutos decido despertarlo de manera pasiva he intentar averiguar que ha ocurrido en mi ausencia.
— Hey— digo en voz baja sacudiéndole el hombro a Kalem.
El despierta y me mira desorientado, luego mira a Emma que esta sobre su pecho. Parece confundido. — ¿Qué ha pasado?— me pregunta.
— Eso mismo quisiera saber— le respondo intentando no sonar enojado.
— No lo sé, estábamos aquí esperando a que llegues mientras hablábamos— hace una pausa y la mira de vuelta— no se en que momento nos quedamos dormidos— se frota los ojos con la mano izquierda— ¿qué hora es?— me pregunta entrecerrando los ojos.
— Van a dar las ocho de la mañana— le respondo intentando descifrar si lo que me ha dicho es verdad — ¿cómo es que se quedado dormidos tan cerca el uno del otro? – pregunto tranquilo.
— ¿Que estas insinuando?— me cuestiona algo molesto. Le señalo su brazo que esta alrededor de ella. — El mira su extremidad sorprendido y la retira lentamente. — Te juro que no sé cómo llego ahí— me dice levantando sus dos manos en el aire. — Y supongo que tampoco sabes cómo es que ella termino acurrucada sobre tu pecho— le digo incrédulo.
— Derek quita de tu cabeza lo que sea que estés pensando, aquí no pasó nada— me dice alzando la voz un poco.
— Si tú lo dices— le respondo esta vez jugando.
— Ya depende de ti confiar en mí o no, pero yo te estoy diciendo la verdad— hace una pausa y luego niega con la cabeza— Además si hubiera pasado algo, no tendría por qué esconderlo— me alegra saber que confía en mí.
— Kalem estoy jugando, tranquilízate un poco— le digo intentando frenar una pelea que siento se aproxima.
— Tus recriminaciones no son un juego para mí— me responde aun a la defensiva.
— Perdón no quise incriminarte— me disculpo.
— Si, si lo hiciste con esa intención, querías hacerme sentir culpable por algo que ni siquiera he hecho— hace una pausa y me mira entrecerrando los ojos— y de todas maneras si hubiera pasado algo ¿qué? ¿Acaso es un crimen besar a o tener sexo con una chica?— me pregunta molesto.
— No, la verdad es que no lo es pero ella es una sospechosa, una posible enemiga. Imagina que sucedería si te metes con ella y luego descubrimos que es la infiltrada.
— Pues no pasaría nada, supongo que ella me borraría y yo tendría la experiencia de haber vivido una aventura sin compromisos y desligado de sentimientos— su respuesta me deja boquiabierto.
— ¿Estás hablando enserio Kalem?— le pregunto esperando se eche a reír y me diga que es una broma.
— Si— me responde cortante.
— Pues te aviso que no será así de sencillo, uno no olvida a las personas así nada mas como lo hacen ellas con su botón.
— Esos serán tú y papá, yo sé que podría lidiar con esto mejor que ustedes.
— Kalem no tienes idea de lo que estás hablando.
— Claro que no se de lo que estoy hablando, como podría saber si papá y tú se han empeñado en alejarme de las mujeres desde que tengo uso de razón.
— ¿En qué mundo vives?, jamás hemos hecho tal cosa.
— Eso es lo que creen, piensan que ustedes son tan buenos y justos— hace una pausa mientras mueve la cabeza negando— mas lejos de ser así no podrían estar— finaliza levantando a Emma de su torso y dejándola en el sofá.
— ¡Espera Kalem!— le digo mientras se va a su cuarto.
Emma se despierta cuando me escucha gritar, yo la miro enfurecido. Maldita sea la hora en que no la delate, ¡maldita! maldita sea la hora en que deje que entre en mi casa. Tuve que haberlo sabido, la verdad es que las mujeres solo sirven para destruir vidas y no voy a permitir que ella lo haga con mi familia.
Emma:
Derek está parado frente a mí y me mira con la misma expresión que tenía cuando me conoció, no entiendo que le sucede a este chico parece odiarme sin razón aparente. La única explicación que encuentro es que probablemente el sí sabe quién soy, pero si ese fuera el caso ¿Por qué no me delata?.
— Mejor tómame una foto te durará más— le digo cansada de que se la pase mirándome como un psicópata.
— ¿Disculpa?— me pregunta confundido.
— Que si tanto te gusta mirarme, será mejor que me tomes una foto y la mires las veinticuatro horas del día. Ya me tienes cansada, desde que te conozco no haces más que mirarme como si quisieras matarme— me desahogo al fin.
— Yo no hago eso, esa es una fantasía que tú tienes. Ya quisieras ser tan afortunada.
— Maldito idiota— es lo único que puedo decir. No es digno de que nada más salga por mis labios.
— Así son todas las mujeres, piensan que todos los hombres estamos detrás de ustedes. Te anuncio que de este lado de la ciudad las cosas no son así— vuelco los ojos y luego me paro con las manos apoyadas en mi cintura.
— No solo lo pensamos, es así. Ustedes viven por y para nosotras— afirmo sonriendo.
— Te repito, de este lado de la ciudad las cosas no son así— me responde cruzando los brazos. Rio a carcajadas con su respuesta.
— A pesar de que me mires como un maldito psicópata sé que me deseas, tengo mucha experiencia en esto y créeme que se lo que sientes por mí— Él se queda callado lo cual me indica que he dado en el clavo— y por cierto me quedare a vivir aquí por un tiempo, tu hermano ya me ha recibido con los brazos abiertos en tu pintoresca morada, espero tu también lo hagas.
— Él no decide las cosas aquí— me responde cabreado.
— ¿Enserio? Yo creo que eso está por verse— dice Kalem que ha salido repentinamente de su cuarto. Derek se pone pálido apenas lo escucha hablar.
— Kalem no te metas, este no es tu asunto— le dice Derek con la voz entre cortada pero intentando sonar autoritario.
— Yo pienso que si lo es, además no creo que el grupo esté contento con que quieras echar a Cleo de casa— le responde desafiante.
Derek se endereza y aprieta la mandíbula, parece que quisiera matar a Kalem con la mirada, las venas de sus cienes palpitan con cada respiro que da, claramente esta enfadadísimo. Como me divierte esto.
— Pues lo hablaremos con ellos más tarde— se limita decir para luego salir de la casa como lo ha hecho antes.
Apenas se va, miro a Kalem que parece estar cabreado también pero su rostro no esboza ninguna emoción.
— Gracias— le digo con sinceridad.
— no hay por qué— me responde sin dejar de mirar a la puerta— creo que tenías razón sobre mi hermano, si esta algo loco— pone las manos en sus bolsillos.
— Yo te lo advertí— le digo riendo— pero la verdad es que no es un loco que me cause miedo, mas bien me hace mucha gracia.
— ¿qué te parece si lo volvemos aún más loco?— esboza una sonrisa que por detrás esconde una idea macabra.
—Mm... no me esperaba esto de ti, ¿ se puede saber que tienes en mente?— le pregunto aun riendo.
— Esto— responde y de inmediato me planta un beso.