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Chapter 37 - Prejuicios

"¿Por qué?" Me pregunta Noche confundida por mi consejo.

"Solo hazlo si quieres respuestas" le dije molesta, no tenía obligación de responder a esa pregunta, solo prometí responder a tres y ya cumplió su cuota.

Ella se me quedó mirando un buen rato, tiempo después, suspiró y se sentó en su cama, luego dijo pensativa "aún no lo entiendo del todo, cómo se supone que nosotros hayamos podido lograr lastimar gravemente a unos seres tan peligrosos, a pesar, de nuestra carencia de habilidades mágicas, en ese tiempo ¿habrá existido alguna tecnología que desconocemos tan destructiva como la bomba atómica?".

"No lo sé, ese es un misterio que ha confundido a mi familia desde los tiempos antiguos hasta ahora" me digno a responderle solo porque esa es la misma duda que tengo yo.

Ella me mira sorprendida por mi inesperada respuesta y me dice con una rara expresión "¿Sabes? No eres como yo te imaginé".

"Ah ¿Si? Y ¿cómo me imaginabas?" Pregunto, curiosa, tratando de descifrar la emoción en su cara.

"Te imaginé como a una rubia supercifial, orgullosa que solo piensa en ir de compras y estar a la moda, también pensé que la chica de grandes... Atributos que siempre anda al lado tuyo era una idiota, sin ninguna neurona en su interior, es por esa razón que me desagradaban tanto" terminó ella, en su cara iba apareciendo un ligero sonrojo, tal vez por la vergüenza.

Me sentí indignada por su afirmación hacia Sol, el hecho de que ella tenga muchas curvas y un pecho grande, no significa que carezca de cerebro, aunque a veces no lo parezca, con ese extraño pasatiempo suyo, ¡ella es muy inteligente y perspicaz!, Como detesto ese estereotipo sin fundamento, ¡ninguna mujer se puede definir por la falta o el exceso de algo como eso!

Por eso le advertí fríamente a Noche "no deberías juzgar a las personas por su apariencia, mucho menos sí es alguien de esta escuela o prodrías llevarte una desagradable sorpresa".

Después de ese arrebato, terminamos nuestra conversación y ella se fue al baño para escapar de la incómoda atmósfera, aprovechando ese momento de soledad, me deshice del secreto que había realizado sobre ella.

Esa noche puse dentro de mi antifaz una almohadilla de gel fría para relajar mis ojos y darme un efecto reconfortante, ya que ese día había sido demasiado estresante para mi gusto y no deseo feas ojeras como punto culminante.

Después de ese amargo día, los que le siguieron a ese, fueron bastante pacíficos con Noche comportándose como buena chica, a pesar de que el misterio sobre el intruso no se había resuelto del todo, no me había sentido tan relajada y tranquila desde el asesinato de Estrella.

Sin embargo, eso no duro mucho, porque había llegado el día libre de la escuela y esta vez Sol me acompañaba a casa, no solo para tener un día de chicas, sino también para conocer a mi peculiar miembro de la familia: la hermana de mi abuela.