Sol y yo bajamos al sótano de la casa, que a diferencia de otros, este no se utiliza para guardar al azar objetos sobrantes e inecesario del hogar, sino que en él, se guardan reliquias antiguas de gran valor, las cuales, han sido legadas de generación en generación por las familias de mi madre y padre.
De allí que exista una gran seguridad para entrar en él, como lectores de rutina, ADN, contraseñas y un programa secreto que supervisa el ánimo y salud de la persona entrante para asegurar que no haya coacción externa, pero, por obvia razones me fue fácil superar esos "obstáculos", y junto a mi amiga fácilmente entramos en el lugar.
Al llegar, se abre ante nuestros ojos, cientos de vitrinas y estantes especialmente diseñado para conservar cada uno de las antigüedades, evitando el daño ocasionado por el tiempo y los seres humanos.
De forma rápida, camino aún más profundamente en la habitación y me detengo frente a un estante donde se exhibe la reliquia de una tribu indígena desconocida en la historia de la humanidad y que, en tiempos pasados, habitaron la "mítica" ciudad dorada.
Era un escultura que adoraba al dios de la naturaleza, estaba hecha solo de oro puro, el único lugar que no poseía este dorado elemento fueron sus ojos, los cuales, eran adornados por dos perlas negras relucientes, los cuales, hacían dar a la reliquia una sensación de misterio y solemnidad.
Mientras miraba la escultura dije en un idioma indígena perdido la palabra "revelar" y en poco segundos se abrió una puerta en la pared de atrás, invisible hasta ahora, luego le advertí a Sol que estaba a mi lado "¿está de más mencionar que todo esto es absoluto secreto?".
" No te preocupes, guardaré silencio" responde ella de forma seria.
Me dirigí hacia la abertura hecha, el cual, revelaba un túnel cuyas luces se iluminaban a medida que me acercaba. Al final llegamos a una segunda puerta de un hermoso aspecto, en ella, introduje la llave dada por mi madre para poder abrirla, esa acción aparentemente simple, involucra la activación complicados hechizos para dejarme pasar.
Entramos en un cuarto decorado al estilo victoriano y en medio de ella, se encontraba una cama de tamaño king donde reposaba una muñeca con un vestido corsé del mismo estilo que la habitación, estaba hecha de forma tan realista que parecía haber una linda chica tomando una siesta que en cualquier momento se despertaría.
Sol se acercó y comenzó a observar cuidadosamente a mi tía abuela y luego preguntó "¿Alguna vez ha mostrado signos de vida?".
"Según los registros dejados por mi abuela, antes de ser sellada, no mostraba signos de movimiento, pero ella juraba que su mirada la seguía y tenía "vida", luego el experto dijo que su alma aún permanecía en la muñeca y no podía ser liberada, mi abuela quedó devastada con la noticia y bueno sabes lo que pasó después" le respondí nerviosa, aunque no ha pasado nada en todos estos años y técnicamente es mi familia, este tipo de cosas extrañas tienden a ser impredecibles y por ende peligrosas.