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Chapter 28 - Día 27

Al día siguiente, estábamos entrenando en el terreno baldío del exterior de la cueva, como siempre, cuando un grupo desconocido de goblins apareció .

Aunque tenían un aspecto descuidado, vi que tres cuartas partes de ellos estaban equi- pados con espadas cortas y hachas de batalla que parecían bastante útiles colgando de sus cinturas. También tenían armaduras de cuero con manchas negras manchas de sangre, presumí por encima de camisas de malla sucias. Contaban incluso con tres hobgoblins entre ellos.

¿Estallará una guerra de supervivencia por segundo día consecutivo?

Estábamos un poco excitados pero parece ser que se trataba del grupo de nuestros pa- dres regresando de un trabajo lejano.

Gobujii, que estaba observando la práctica, frenó mi postura de ataque y nos separó.

Oh, ya veo, no son enemigos.

Me di cuenta de que debía ir a saludarlos correctamente. Entonces, será mejor que los salude.

Sin embargo, ocultas en las sombras de los goblins, quienes obviamente eran subordina- dos acarreando con grandes mochilas lo más probable es que llevaran los frutos de su redada, estaban las figuras de cinco jóvenes mujeres, con las manos y los pies atados, y las bocas amordazadas para que no se volvieran violentas, ellas eran cargadas por varios goblins inferiores de aspectos similares.

A juzgar por su vestimenta, cuatro de ellas eran personas ordinarias y la última, que llevaba una armadura de cuero, probablemente era algo parecido a una aventurera.

Solo la chica que parecía una aventurera tenía indicios visibles de haber sido golpeada en la cara, y su ropa no parecía estar mal puesta, así que todavía no las habrían violado. Aunque eso era solo cuestión de tiempo. Era imposible ver a Gobujii, quien tenía un as- queroso bulto en sus partes nobles solamente tapado por un taparrabos usado, al igual que el hobgoblin que hablaba con él.

Cualquiera podía adivinar de qué estaban hablando, aunque no quisieran.

Yo no muestro ni la más mínima duda el momento de matar o comerme a otros, pero forzar a alguien no es algo que me guste. Claro que entiendo el instinto que tenemos los seres vivos de reproducirnos, pero hay que decidir si es un buen momento o un mal momento; esas cosas son un asunto completamente diferente.

Yo también lo he hecho, cuando he ido a trabajar en sitios peligrosos, he tenido sexo con

compañeras de trabajo para liberarme del estrés, pero en esas situaciones hubo consen- timiento mútuo.

Forzar a alguien de esa forma me pone enfermo. Las chicas guapas merecen amor, ¿no...? Los goblins débiles, enemigos de los humanos por naturaleza, necesitan ser numerosos,

sobre todo después de una campaña militar extenuante que ha reducido las tropas de

forma considerable, hay que rellenar los rangos.

Aun así, ¡ni que eso me importara! Yo, que acabo de reencarnar, no voy a cambiar mi forma de pensar en tan poco tiempo. Aquí las cosas son así, por eso decidí ayudarlas.

¿Es eso hipocresía? Sí, pero no me importa, porque todavía es más hipócrita no hacer nada. El líder hobgoblin más cercano estaba hablando con Gobujii cuando les pedí que libera-

ran a las mujeres.

No sé por qué, cuando lo dije, Gobujii me miró con cara rara. Pero lo ignoré. La cara del hobgoblin líder tambiñen decía ¿De qué estás hablando?, pero yo volví a pedírselo.

Es importante discutirlo todo antes. No importa cuánto desprecies la oposición, tienes que empezar a discutir tus problemas. Cualquier hostilidad debería dejarse a un lado momentáneamente. Yo traté de persuadirlo pacientemente pero el líder hobgoblin no estaba dispuesto a escuchar. Y eso no fue todo, empezó a enfadarse conmigo ya que yo continuaba pidiéndoselo obstinadamente.

Seguí intentando persuadir al líder, pero pronto me di cuenta de que era una pérdida de tiempo y paré antes de que el otro grupo de goblins empezara a enfurecer.

El líder hobgoblin sacó su espada corta y la osciló cerca de mi garganta para ridiculizar- me. Estuve a punto de sacar mi espada, cuando Gobukichi-kun hizo lo mismo detrás de mí, sujetó su arma al mismo nivel y esperó.

Yo soy yo, y debido a eso la persuasión me molesta. Entonces, ¿debería matarlo? Blo- queé la espada corta del líder hobgoblin al mismo tiempo que desenvainaba el estoque que tenía en mi cintura.

En ese momento, la atmósfera cambió claramente.

Los goblins de ambos bandos se colocaron mostrando todas sus armas, y si bien yo o el líder hobgoblin hacíamos el más mínimo movimiento, el statu quo14 sería interrumpido. Por supuesto, todos teníamos intención de matar a los enemigos que teníamos enfrente.

14 Locución latina que se traduce como estado del momento actual, usada cuando un conjunto de facto- res dan lugar a un cierto equilibrio más o menos duradero en el tiempo.

La razón que nos mantenía inmóviles era que yo tenía la potestad de tomar decisiones, y también porque el instinto nos decía que si empezábamos una pelea allí, ambos bandos recibirían grandes pérdidas sin importar quién ganase.

Ellos eran 28 mientras que nosotros éramos 39. En cuanto a los números, nosotros te- níamos ventaja, sin embargo, en cuanto a la experiencia real de lucha y la experiencia de lucha en grupo, ellos estaban muy por encima de nosotros.

Sinceramente, no tenía ni idea de qué bando ganaría si estallaba una pelea, y empezar la pelea bajo tales condiciones significaría inevitablemente enormes pérdidas por ambas partes, por lo que no me atrevía a moverme.

A propósito, un grupo de goblins ancianos nos estaba mirando, pero no hacían nada y parecía que preferían quedarse viendo lo que iba a suceder a modo de observadores neutrales.

Por un instante nos miramos fijamente el uno al otro, pero como pensé que tal acción iba a causarnos más problemas de los que necesitábamos, me preparé para empezar la pelea encorvándome hacia delante.

Concentré mi poder en la mano con la que sujetaba el estoque, y apunté la punta de la espada directamente al corazón del líder hobgoblin. Doblé la pierna para coger carrerilla y apuñalar al goblin cuando...

Justo en ese momento, una voz retumbó.

Todos paramos de movernos por instinto y nos giramos hacia el origen de la voz. Era un hobgoblin con 3 goblins al lado.

Era el único hobgoblin que podía usar magia, a excepción de mí. Sostenía un bastón y, por su apariencia, era una chica. Venía a decir algo como que no les involucrase en mi guerra personal. Le dije:

El más fuerte es el líder y decide lo que el grupo hace.

La maga parecía ser más inteligente que los otros individuos, mantenía la calma incluso en esa situación. Continué:

¿No crees que tú, que puedes usar magia, eres más fuerte que este tipo?

Al escuchar esto, el líder se echó para atrás, ofendido. Por tanto, se dio por entendido que una lucha tendría que determinar quién reinaría en la comunidad goblin.

Las reglas eran muy simples: estaba prohibido el uso de armas, pero el asesinato sí se permitía. La lucha acabaría cuando cualquiera de los dos perdiera el conocimiento o se

rindiera. Así de bárbara era la regla.

Gobujii haría de árbitro en la lucha. Era una posición apropiada para el sabio Gobujii, ya que tenía una opinión neutral.

Sin embargo, me sorprendió ver como sus amigos goblins empezaron a hacer apuestas mientras nos preparábamos.

Así que tienen una mentalidad ludópata, ¿eh?

Además, me informaron de que habían intercambiado monedas de bronce y de plata. Bueno, este tipo de cosas seguro que sirven de entretenimiento.

Mientras tanto, los goblins de nuestro bando estaban sentados con unos modales im- pecables. Se quedaron quietos para ver la pelea que estaba a punto de empezar. Sí, era surrealista.

En cualquier caso, las cinco mujeres que ofrecían como premio eran conscientes de que hicieron algo mal, porque las estábamos asustando sin motivos. Bueno, eso es todo por el bien de ellas.

Aguanten, chicas.

Luego, después de terminar la preparación, comenzó la lucha para decidir el líder.

En un lado había un soldado con muchos años de servicio lleno de cicatrices que había atraído a muchos compañeros hacia él con sus logros.

Por otro lado estaba yo, quien había entrenado a fondo los de mi generación, y acababa de subir de rango para convertirme en una subespecie de hobgoblin.

Al parecer, un montón de goblins apostaron por él, pero ya que no tenía intención de leer entre líneas, yo me largué inmediatamente.

Bueno, les diré el resultado rápidamente. Obviamente, el ganador fui yo.

Paré su movimiento como una rana mirada fijamente por una serpiente con [Mal de

ojo]. El oponente se acobardó ante mi volumen cuando usé [Rugido Intimidante].

Lo confundí usando en ráfaga mis habilidades al mismo tiempo y luego envolví su cuer- po con mi hilo. Mientras lo hacía, simultáneamente acortaba la distancia, sin fallar ni un golpe, y cuando estuve lo suficientemente cerca lo colgué de un árbol como un saco de arena.

Gobujii preguntó que qué era el hilo, pero definitivamente era una extensión de mi

cuerpo. Llevándolo al extremo, es como saliva. Y al ser natural, no puede considerarse un arma. Por lo cual no tuve ningún problema. Puesto que no era un arma, no violé las normas al usarlo.

Lo revisaremos para decidir. Sí, no rompió las reglas.

Tras convertirlo en un saco de arena improvisado con mi telaraña, llegó la hora de la violencia. Intenté no darle muy fuerte para no matarlo por el momento, pero ese tipo pertenecía a la raza hobgoblin, por lo que era más fuerte que un goblin, aunque como no paraba de gritar con impertinencia cosas que no mostraban compresión alguna acerca de su propia situación, me puse más serio.

¡Yo soy el líder! ¡¿Cómo te atreves, impostor?! ¡No tienes vergüenza!

Bueno, no lo pude evitar. Fue un acto de Dios. Así decidí llamarlo.

Primero de todo, para evitar que se rindiese y eso acabase en algo aburrido, creé una mordaza con mi hilo y se la puse en la boca.

Luego, le di una paliza en silencio durante unos tres minutos, pero todavía le quedaban fuerzas, así que repetí el proceso durante diez minutos más hasta que fue solo un saco sangriento de gemidos inaudibles. Pero no lo maté del todo. Por cierto, aunque le había dado una buena paliza durante diez minutos sin cesar, a mí todavía me quedaba fuerza para rato.

Ese era el resultado del entrenamiento diario. Cuando mi enemigo se desmayó, yo paré. A juzgar por el tacto, parecía que sus huesos estaban casi a punto de romperse, y sus ór- ganos internos no se habían desgarrado. Si lo dejaba así tal cual seguro que no moriría.

Incluso así, traté de hacer algo con varios ingredientes naturales, Hierba Curativa y diferentes insectos mezclados con agua fresca, por si acaso. Lo forcé a bebérsela y esa poción curativa casera hizo en él algún efecto, solo un poco. Luego corté el hilo y dejé que se fuera a descansar.

Como no se resistió en absoluto, por el momento probé la viabilidad de curarle los cortes pequeños, después de eso sus entrañas deberían de mejorar para mañana. Hoy no quería quedarme despierto por más tiempo.

Una vez terminado el trabajo, me di cuenta de que los demás me habían dejado tirado, con lo emocionado que estaba por ese logro...

Mientras que los goblins de nuestro bando parecían asimilarlo mejor que los otros, to- davía había un indicio de terror en sus ojos. Después intentaron casualmente escapar

cuando yo me acerqué a ellos, eso me hirió un poco...

¿Eh? ¿Qué pasa, Gobumi-chan?

Eran completamente incapaces de entender mi hilo y esa trágica escena que acababa de protagonizar, ¿se debía a que había puesto una cara espantosa? ¿Pero no es esa mi cara normal?

Uh, parece que eso solo se aplica a mí, eh.

Pero tampoco hay para tanto, ¿no, Gobukichi-kun? Uh... no seas así.

¿Incluso Gobue-chan...? Vale, vale, no me importa, al parecer no tengo amigos aquí.

Tras soltar un suspiro, pregunté si había alguien más que quisiera retarme. Puesto que había dejado clara mi posición, suponía que se iba a reducir la posibilidad de meterme en líos a partir de entonces.

Al final, como nadie más me retó, me convertí oficialmente en el líder de la comunidad goblin. Y entonces declaré que estaba estrictamente prohibido tocar a las mujeres y que habría una lista de normas más detallada en un futuro.

Más tarde, les quité las mordazas y desaté las cuerdas de cáñamo de las manos y los pies de las cinco mujeres, y las hice entrar en la parte más profunda de la cueva donde las otras desgraciadas, que fueron obligadas a reproducirse y condenadas a morir de la des- esperación, estuvieron viviendo durante un tiempo. Lo hice porque sería problemático que escaparan.

Bueno, que escapasen me daba igual, pero que cinco mujeres desarmadas camparan a sus anchas por este peligroso bosque no les conduciría a nada más que morir o acabar siendo comidas por otros. Y como me ha costado grandes esfuerzos salvarlas, no podía permitir que eso sucediera.

Decidí llevarlas a lo más profundo de la cueva para mantener una charla, puesto que mi habilidad [Idioma humano] cumplía los requisitos mínimos para hablar con ellas.

En cuanto llegamos al sitio, tomé la antorcha que hice anteriormente y la encendí para tener una fuente de luz. Los goblins tenemos [Visión Nocturna], pero a los humanos les cuesta ver bien en la oscuridad.

Con estas preparaciones terminadas, empezamos a conversar. Les prometí que no las mataría y que me aseguraría de que comieran e hicieran sus necesidades. También les dije que si alguien las molestaba, el individuo sería juzgado y castigado, y que dentro de un tiempo tenía pensado permitirles volver a casa y esas cosas.

.;...... -

Creo que pasaron como 5 o 6 horas, y no sé si fue por mi insistencia o por alguna otra razón que desconozco, pero las chicas empezaron a hablar.

La primera que recuperó la compostura fue la chica aventurera, con una melena pelirro-

ja flameante, que poseía una belleza sin igual, y era tan linda como una cría de animal.

Conversando con la pelirroja, me enteré de que las cuatro humanas eran miembros de un grupo de mercaderes llamado «Tenderete del Dios Estelar».

Según la pelirroja, ella era un miembro de la asociación «Espada de los Débiles» y ha- bía sido contratada como escolta del «Tenderete del Dios Estelar». La unión aventurera

«Espada de los Débiles» estaba formada por jóvenes aventureros. Como pensaba, tal actividad existía. Es una especie de clan cuya política principal consiste en nutrir la fuerza de sus individuos mediante el apoyo mútuo, como cualquier otro clan, y Pelirroja, que era novata en la [Profesión Guerrera], quería hacerse más fuerte con esta misión conjunta.

¿Y cómo acabaron así?

Me lo explicaron brevemente. El grupo de chicas pasó por la carretera hacia la ciudad amurallada de «Trient».

? Fueron sorprendidas por una emboscada goblin con flechas venenosas (es decir, por

la generación de nuestros padres).

? El líder y sus compañeros del tenderete murieron con el primer ataque.

? Había bastantes escoltas que eran aventureros con experiencia, ninguno era un aventurero novato. Pero los goblins (nuestros padres) eran hábiles atacando en grupo, en particular los 3 hobgoblins, así que no pudieron hacer nada.

? También estaba la presencia peligrosa de la hobgoblin mago, cuyas habilidades eran

muy difíciles de bloquear.

? Al tratarse de magos, nadie albergaba una fuerza combativa mayor que la de esos individuos que eran [Profesión Mago]. Si no, aunque su uso de la magia fuera limitado, harían falta artículos mágicos como pergaminos o bastones que permitieran que incluso los niños usaran magia. Sin embargo, es impensable que una aventurera ambulante pu- diera permitirse un artículo tan preciado.

? Como resultado, sucumbieron sin oponer mucha resistencia, con sus armas y bienes saqueados, con sus hombres muertos, y con las chicas que sobrevivieron secuestradas, hasta llegar a la situación actual.

No debería decirlo yo precisamente, pero se trataba de una historia difícil. Por no hablar

de que todos menos estas chicas fueron asesinados. Bueno, no puede ser otra cosa más que mala suerte.

Después de contarme todo eso, no aguantaron más y rompieron a llorar.

Como esperaba, ni siquiera se hacían a la idea de vivir de manera ordenada junto a los goblins que mataron a sus amigos, así que pensé que dejarlas más tiempo así solo les traería más dolor. Les conté dónde había dejado la antorcha que preparé, así como algu- nas mantas, y luego me fui.

Ahora debería hacerles un favor y dejarles llorar sus penas.

Bueno, supongo que ahora debo hablar de las [Profesiones]. En seres no humanos como los semihumanos, los híbridos y otros monstruos, hay una ley en este mundo llamada [Evolución]. Como pueden deducir a partir de mi frase, la ley de la [Evolución] no se aplica a los humanos.

Pero a cambio de eso tienen un gran número de [Profesiones] a las que se pueden dedi- car. Los humanos son básicamente menos poderosos que los monstruos.

Así que, para volverse más fuertes, disponen de muchas [Bendiciones] y [Mejoras] que aplican a sus cuerpos, obtenidas a partir de la adquisición de numerosas [Profesiones]

cada una con sus propios requisitos, los cuales se vuelven cada vez más estrictos a medida que van dominando las profesiones, por lo que se convierten en enemigos más fuertes en el proceso.

Además, cualquiera puede mejorar el nivel de su [Profesión] invirtiendo tiempo y, si uno cumple los requisitos, puede [Ascender] hacia una posición más alta.

Para los llamados [Hombretones] y los [Héroes], las mejoras de su [Profesión] son bru- tales. No se rían, realmente existen personas [Profesión Héroe].

En resumen, la [Evolución] de un monstruo tiene que ver con sus características, y puede incrementar radicalmente todo su potencial de golpe, mientras que el [Ascenso] de un humano hace que mejore más lentamente que los monstruos, pero ambos pueden hacerse más poderosos si invierten el tiempo necesario.

Es como: o subimos varios niveles de golpe, o lo hacen más lentamente pero de forma segura. Se puede decir así o bien una diferencia en calidad y cantidad. Esto me lo con- firmó luego Gobujii.